<Jeongyeon>

Un mes de emociones encontradas, treinta días de locura, el invierno está a la vuelta de la esquina y ahora si nos dejan salir juntas o separadas.

La amistad que tenemos se ha ido fortaleciendo al pasar los días y hoy luego de pensarlo bien revelar uno de mis más grandes secretos, algo que le oculte y que se que se enojara.

Me levanto del sofá y camino en puntillas a la habitación que es en donde se encuentra la señorita ya que no durmió nada debido a que no puede despegarse del teléfono.

Las manos en mis bolsillos, el cabello revuelto de tanto jalarlo y la sangre en mi labio inferior, es por el nerviosismo que invade mi cuerpo, Nayeon me da miedo, lo tenía que admitir.

"¿Puedo pasar?". Esta desparramada en la cama, cubriendo una parte de su rostro con la sábana, parece un bebé intentando dormir.

"Esta bien". Baja solo un poco las sábanas. "¿Tienes que decirme algo?".

"Si...pero es algo que no importa, algo tan insignificante que...". Me quedo en silencio buscando la palabra adecuada.

"¿Que?". Alarga la 'e' por un buen tiempo.

"Cumplí año hace treinta días". Digo con los ojos cerrados y lo más rápido posible.

"Cuando comenzamos...". Murmura y meto un poco la cabeza en mi abrigo, el golpe viene y tengo que estar preparada. "Entiendo, acabábamos de conocernos y no querías decirme para no celebrarlo con una desconocida". Su voz empezó cambiar de una angelical a una que da pavor. "¡Todo excelente porque a Nayeon nadie le cuenta nada!". Frunzo los labios y suelto todo el aire que tenía acumulado. "Y eso que antes siempre era yo, yo, yo ahora nadita".

"Nayeon...".

"Ni siquiera un poquito". Hizo el gesto con sus manos.

"Nayeon...".

"Y tengo que estar bien o normal porque en ese momento tu y yo no éramos nada". Me abraza. "Ven duerme conmigo".

"No Nayeon yo no ten-". Me mira y parpadea dos veces. "Me parece perfecto que vayamos a dormir".

"A dormir". Dice entusiasmada, como si fuera ma cosa más divertida del mundo cerrar los ojos.

"Que bien". Los cierro y suspiro.

A lo que le tengo más miedo en este experimento es que cuando se acabe el baño estará a mi lado si las cosas no salen como yo espero. Eso es lo que tengo todos los días desde que llegué aquí y que no he podido resolver o pensar en otra cosa porque es lo que es.

Eso va a suceder y cuando algo va a pasar se te mete en la cabeza e incluso si estás feliz lo estropeas todo para que cuando vaya a suceder ya tengas el dolor desde hace bastante.

Me ha pasado tantas veces y lo he hecho tantas veces que podría sacarme un premio. "Jeongyeon".

"Dime".

"No tengo sueño".

"¿Para que querías dormir si no tienes sueño?". Pregunto pausadamente.

"Porque quería estar contigo". Me acerca un poco más a ella.

Sus largos dedos llegan a mi abdomen y lo acaricia, si ella supiera todo lo que produce en mi el simple roce de su cuerpo en el mío no estaría haciendo nada y por como es estaría a dos metros de distancia.

"Siempre estare contigo". Cierro los ojos nuevamente por sus caricias.

"¿Siempre?". Pregunta.

"Siempre".

"Aunque me tenga que ir súper lejos, aunque tenga que decirte que me estás empezando a gustar, aunque te diga que no se que decirte, aunque te diga que estar así contigo me hace feliz, au-". Pase la mano por detrás de mi cabeza y metí un dedo en su boca.

"Pase lo que pase y ahora silencio". Su respiración está acelerada y pasa su lengua lentamente por mi dedo, lo saco de su boca con brusquedad y molesta la encaro. "No hagas porque por ¡que asco!". Sus mejillas están rojas, su mirada perdida y su cuerpo se separo del mío con rapidez. "¿Estas bien?".

"Si...". Contesta sin mirarme a los ojos.

"Segura...".

"Duermete que para eso viniste". Me río pero dejo de hacerlos al ver su expresión, no esta jugando de verdad esta molesta y no entiendo por que.

"Yo vine para decirte que ya cumplí años por si te interesaba, te lo dije y actuaste como si nada".

"Segura". Imita mi voz. "Porque las personas como tú siempre vienen por otra cosa cuando ven a una persona en la cama o me lo vas a negar". Escudo defensivo a homosexualidad encontrado en el sistema.

Ese es el nombre que le di, tiene días así, dándose cuenta de lo que pasa en su cuerpo, de lo que siente y cuando hace cosas súper hiper mega raras, viene y se descarga conmigo. Solo porque no se acepta, al principio fue tedioso, ahora es aún más tedioso.

"¿Las personas como yo?". Siempre lo sigo el juego,me vista hacerlo porque eso la molesta más si eso es posible, parece que es una tetera, veo el humo salir de sus orejas.

"Las lesbianas, los asquerosos homosexuales que cuando ven a una perfecta heterosexual como yo". No puedo evitar soltar una potente carcajada. "¿Que te parece gracioso?".

"Nada sigue". Hago un ademán para que continúe.

"No, no, quiero saber por qué te estabas riendo". Se esta tomando las cosas muy en serio.

"Nada me parece gracioso".

"Entonces lo único que quieres es sonsacarla". Asiento a sus palabras.

"Si". Afirmo. "Las lesbianas como yo buscamos a la chica más hetero del mundo, es como un reto y después no las cogemos, varias veces y las dejamos como unos perros". Me levanto de la cama. "¡Porque somos iguales que los hombres ¿no?!". Caigo en su maldito juego nuevamente. "¿Sabes cuál es la diferencia entre tu y yo?".

"No". Pega su cuerpo al espaldar.

"Que yo si me amo y tu lo único que haces es valerte de que crees que lo haces para hacer sentir mal a los demás, ¡porque no aceptas que no tienes a nadie por la forma en como te comportas!. No porque los alejaste, ¡ellos se alejaron de ti!". Su rostro está entristecido lo que me hace parar pero retomo mis palabras al ver que va a reclamar. "¡Aceptate de una maldita vez!, si te gustan las mujeres disfrútalo y no hagas sentir mal a una que si lo disfruta pero que siempre se ha criticado". Salgo de la habitación hecha furia.

"Jeongyeon". Su voz me aturde, abro la puerta de la casa y me voy corriendo. "¡Vuelve!".

"¡No lo haré, no hasta que de verdad pienses en las cosas que dijiste y que te disculpes de corazón!".