<Chaeyoung>

Salgo de la ducha y camino hasta la habitación, estoy en la casa de Mina y todavía no me acostumbro a la idea de estar aquí con ella, en habitaciones separadas.

No ha querido hablar desde que llegó y eso que lo hicimos ayer en la noche, en total son veinticuatro horas, se la ha pasado viendo los retratos o llorando en cada rincón.

Cuando la intento abrazar se levanta y se aparta diciendo que ya está bien, se le nota que la está pasando mal pero no quiere la ayuda de nadie, Mina puede llegar a ser muy cerrada con sus temas familiares.

Supongo que así sería su madre o que la crió de esa forma.

Al terminar de vestirme salgo de la habitación y la encuentro viendo hacía el patio trasero. "Buenas noches". Saludo y ella solo mueve la mano. "¿Quieres salir?". Es la primera vez que estoy en Japón y justo tenía que ser en esta circunstancias.

"No gracias, sal tu, yo te diré los lugares en los que te vas a divertir". Niego y me acerco para darle un pequeño abrazo.

"Esta bien, me quedaré contigo".

"Siempre he tenido una pregunta para ti". Pone la mano en el cristal y me mira de reojo. "¿Por qué eres tan buena conmigo?".

Esa pregunta me confunde pero decido responder. "Me pareces una buena persona".

"Yo". Se señala como si hubiera dicho al imposible. "Chaeyoung no es por llevarte la contraría o pelear pero la única persona que devia eso era mi... madre y es por eso era". Suspira y sonríe. "Mi madre".

"Yo también pienso lo mismo". Sonrío sin mostrar los dientes. "Fíjate que me recuerda la vez que mi hermana dijo algo parecido".

"¿Tienes una hermana?".

"Se llama Soyeon, ella también estuvo en este experimento". Ahora me doy cuenta por que.

La luz de la luna chica contra el rostro de Mina, parece una princesa y esa sonrisa que me demostra, me tiene en otra galaxia. "¿Encontro el amor?".

"Preguntale a mi cuñada Yuqi". Señalo ni teléfono voltea a verlo y asiente. "No sabes las veces que las vi felices cuando salieron dr este experimento".

"¿No las has visto más?".

"Ellas se fueron a Londres".

"¡Wow!, mi mamá siempre quiso viajar". Su rostro otra vez triste me demuestra que de verdad era muy importante para ella. "Solo logramos ir hasta Estados Unidos, meses antes de mi nacimiento y ¡pum! Salí como una bala, fue inesperado el mismo día que iban a volver".

"Ella estaba feliz cuando te vio". Recordar esos pequeños momentos de vez en cuando ayudan.

"Nunca estuve de acuerdo con ella, todo el tiempo discutíamos por la cosa más insignificante, pero siempre lo hacía ya que...". Para de hablar y se sienta a mi lado. "Seguía amando a mi padre".

"Uno no decide a quien amar".

"Pero si a quien olvidar u odiar". Contradice. "No merecía a un hombre como mi padre a su lado y cuando se dio cuenta ya era muy tarde, deudas y deudas, separación, llanto, tragedia". Recuerda con amargura. "Yo juré nunca enamorarme de nadie por eso, el dinero se acaba, el amor se acaba".

"No". Sus pensamientos son completamente erróneos. "Cuando amas no te importa si esa persona lo tiene todo o no tiene nada".

"Dile eso a mi padre".

"Rosé era una chica que me enseñó a amar". Comienzo mi historia, es difícil decirla pero lo haré, necesito desahogarme. "Pero ella no me amaba a mí, amaba a Jisoo, la chica que la asesinó y...". Detengo mis palabras debido al nudo en mi garganta. "El amor me enseñó a que aunque no sea correspondido es lindo, te hace sonreír en los momentos más difíciles y te ilumina, te cambia para bien, se que no soy la indicada para decirte que el amor existe pero...aprende a amar y verás que tu vida dará un giro de trescientos sesenta grados".

"Si el amor fuera eso créeme ya lo hubiera encontrado". Desacredita mis palabras. "Aunque gracias a ti se que puedo llegar a amar a alguien que no sea yo o mi familia". Me mira a los ojos. "Prometeme que siempre estaremos así...bien".

"Te lo prometo". Entrelazo nuestras manos. "Hacerte feliz y muchas cosquillas cuando estés enojada".

"Lo se las cosquillas para después, por ahora un abrazo y un 'eres buena persona' es lo mejor que puedes hacer". Sacudo la cabeza y pincho su abdomen. "¡Chaeyoungie!".

"Esta es la cosa más rara que he hecho en mi vida".

"¿Venir a Japón de imprevisto?".

"No".

"Entonces ¿qué?".

"Sentirme bien con una desconocida y venir a Japón de imprevisto". Muerdo mi labio inferior al ver su sonrisa, su grande y preciosa sonrisa.

"Conociste una cosa de mi". Levanta su dedo índice.

"¿Que cosa?".

"Que me gustan las chicas". Contesta y la miro impresionada. "Veintitrés días y los que faltan".

"Eso espero, porque no me podrás sacar de tu vida tan fácilmente". Estoy en lo cierto, no lo podrá hacer aunque lo intente por cinco años.

Me di cuenta de algo, que su sonrisa es hermosa, que la luz de la luna le da un toque hermoso a su piel y que es capaz de sentir.

Así que yo no diría que ahora se una cosa de ella, yo diría que me se más, que ahora la conozco un poquito más. Y que la felicidad que ahora mismo nos está arropando es la misma que yo le haré sentir.

Rosé forma parte de mi pasado y Mina ahora es mi presente, futuro y más allá de todo. Me gusta y no puedo evitarlo, ¡no quiero evitarlo!.

Todo me gusta, su forma de hablar, de caminar, de comportarse, de sonreír, cuando es tierna, divertida y sexy.

Es la persona que siempre busque, la que alguna vez le dije a mis madres que amaría con locura.

Y eso haré.

"Nos quedan dos días en Japón". Comenta mientras lleva el vaso a su boca. "Me gustaría invitarte a algunos lugares". Toma un trago y lo aparta. "Creo que empezaremos en uno de los lugares más importantes para mi".

"¿Cual es ese lugar?".

"Mi madre siempre me llevaba a una playa privada, yo conozco el señor, él no nos dirá que no y pasaremos el día ahí". Frunzo los labios y niego. "Se que no trajimos trajes de baño pero me atreví a comprarnos algunos".

"Pero que atrevimiento". Su sonrisa se borra y se ve que está nerviosa. "Me gusta la idea, me los voy a probar y tu me dirás cual me queda bien".

"Están en tu habitación". Avisa y yo camino hacía allí.

Me coloco el primero y salgo, no se como explicar su expresión, sus ojos se abrieron como platos y su boca se abrió  sin importar el liquido que había en ella.

"Y bien".

"Muy revelador en la parte de...". Señala mi trasero.

"Mina es una playa privada dudo que hayan más personas". Me mira y vuelve a negar.

Subo y me coloco el otro, este es blanco porque al parecer el rojo era muy revelador. "Y este".

"Más que el anterior, ¡se ve hasta lo que comiste de desayuno". Escandaliza.

"El último es el negro". Aviso y se sienta mejor.

"¡Ese si estará b-". No termina de hablar, se queda viéndome como si estuviera explorando cada parte de mi cuerpo sin necesidad del tacto y lo más extraño es que lo siento.

Como si estuviera tocándome, se levanta y se acerca. "Te ves hermosa". Dice y levanta los pulgares.

"Ahora te toca a ti". Señalo la puerta de su habitación y salto de la emoción, por la cara que puso la forma en como salté le pareció algo diferente...no entiendo por que esta tan roja.

"Ya vengo". Sale corriendo y tranca la puerta. "Solo tengo dos opciones". Veo los retratos y paso mis dedos por la foto en la que Mina es una bebé. "Creo que este me queda bien". Sale y también es uno negro, me quedo sin habla y paso mi vista por su cuerpo. "¿Me queda bien o busco el blanco?".

"Yo cre-creo que el bl-blanco estaría bien". Me ve raro y vuelve a entrar.

"El problema del blanco es que es de dos piezas, no lo se, creo que es muy provocador". Comenta, esta hablando de forma inocente esto lo hizo para molestarme.

"Vamos a ver, sal de una vez".

"Si salgo de una vez será peor". Escucho su risilla y luego abre la puerta. "¿Que tal?".

"Definitivamente ese te queda perfeto y...y...y bueno vámonos". Digo nerviosa y salgo hacia el auto.

"¡Chaeyoungie te ves hermosa!". Besa mi mejilla y entra.

"Tu igual Mina". Entro rápidamente. "Tu igual".