Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo IX. Return to Life

—Princesa, ya es hora —advirtió Grieg, el consejero real.

Elsa alzó la vista hacia él y no respondió para no revelar el miedo que habitaba en su voz. Había llegado el momento de conocer a su futuro esposo, y las probabilidades de que al final de ese día fuera feliz por ello, eran mínimas.

Durante los últimos días, Elsa había tratado de imaginar cómo sería el vikingo con el que la pretendían casar, pero su visión siempre se veía estropeada por un gigante barbudo que escupía saliva al hablar.

La princesa tomó su corona del escritorio en el que había estado leyendo y se la colocó usando una de las ventanas de la habitación como espejo. Sentía las manos heladas y desconfiaba en que pudiera mantener sus poderes bajo control. Aún así, no podía hacer esperar a los reyes, por lo que se armó de valor para dirigirse al gran salón, donde habrían de recibir a su prometido.

—¡Elsa, por fin! —la saludó su hermana Anna, al tiempo que la jalaba de un brazo para colocarla en el asiento a la derecha del trono del rey.

Anna parecía estar entusiasmada con el compromiso, aunque Elsa sabía que actuaba de esa forma tan solo para darle ánimos y disfrazar la condena que significaba esa visita para ella.

—Déjenlo pasar —clamó el rey de Arendelle tras comprobar que ya todos estaban en sus lugares.

Al instante las puertas del salón fueron abiertas, y entre ellas avanzó el vikingo. Pero no era ni tosco ni peludo como lo había esperado Elsa, sino que era un muchacho delgado y unos cuantos centímetros más alto que ella. De cabello castaño y revuelto, y una mirada que parecía ser honesta.

—Soberanos de Arendelle, mi nombre es Hiccup Horrendous Haddok III—se presentó el muchacho al llegar a pocos metros de la familia real—. Soy  el jefe de la isla de Berk y he venido aquí debido a la propuesta que recibimos para la unión de nuestras naciones —el chico hizo una reverencia y continuó—. Antes que nada yo... —empezó a decir mientras su mirada paseaba por la familia del rey, pero al toparse con Elsa, el rostro de Hiccup no pudo esconder su asombro y perdió la concentración en lo que estaba diciendo—... yo... —repitió sin saber qué seguía después de eso y sin quitar la mirada de encima de Elsa.

—Hiccup, te quiero presentar a mi hija y heredera al trono de Arendelle, la princesa Elsa —lo interrumpió el rey al notar la fuerte impresión que Elsa había causado en el recién llegado—. Ella es a quien involucra el pacto de unión —el rey se deleitó viendo cómo brillaban los ojos del vikingo debido a la grata sorpresa—. Para ser francos, no esperábamos recibir al jefe de su nación. Esto complica un poco las cosas debido a que Elsa tiene que permanecer aquí para gobernar Arendelle cuando sea su turno al trono.

—Sí, bueno, yo... —comenzó Hiccup, pero de nuevo se quedó sin habla—...yo...

—Quizá sería buena idea que se conozcan mejor —opinó el rey alzando la voz sobre las risitas de Anna que eran producto de la forma en que Hiccup se había paralizado—. Elsa, ¿qué tal si le muestras a nuestro invitado los jardines del palacio?

—Será un placer —respondió la aludida en automático y sin poder controlar su sonrojo.

—Vaya, no creí que sería tan fácil —comentó la reina en cuanto los  muchachos salieron de la sala—. Y en realidad no hubo oportunidad ni de presentarnos como era debido.

—Ya habrá tiempo para conocer mejor a mi futuro cuñado —apuntó Anna tratando de restarle importancia—. Por ahora me alegro mucho por Elsa. Ese chico es toda una suerte.

.  .   .

Haciendo acopio de todo su autocontrol, Elsa intentó calmar el sonrojo que la invadía debido a la mirada penetrante de Hiccup. Ni aun los retoños más exóticos de las plantas invernales de Arendelle habían logrado distraer la atención del chico.

—Parece que los jardines no son de tu agrado —señaló Elsa esperando poder disminuir la tensión en la que la había sumido—. Mi padre debió pedir que te mostrara Arendelle. Seguro habría sido más interesante para ti conocer el reino.

—En realidad lo único que quiero conocer ahora es a su princesa.

Elsa se sonrojó con violencia y apartó su rostro para que Hiccup no lo notara.

• • •
Inside I feel life,
I rise into your light.
• • •

—Elsa, necesito ser franco —dijo el vikingo poniendo un puño en su corazón en signo de sinceridad—. Yo no vine aquí para aceptar el trato de tu padre.

—¿Qué dices...?

—En Berk, mi hogar, estuvimos discutiéndolo por días —trató de explicarse el joven líder—, y decidimos rechazar su oferta. Verás, nosotros no estamos interesados en hacer pactos con nadie. Vemos por nosotros y no nos gusta tener que luchar las batallas de otras naciones.

—¿Entonces a qué has venido?

—Era mi deber venir aquí a presentar mis disculpas. Tampoco es que deseemos hacernos de enemigos —Hiccup desvió la mirada por primera vez para hacerse de valor y continuar con lo que quería decir—. Pero entonces te vi. Fue la visión más maravillosa que he tenido en toda la vida. Hay algo en ti que es único. Y cuando mi pecho vibró al conocerte, supe que habías conquistado mi corazón con una simple mirada.

Elsa se enterneció con la confesión del muchacho, pero en seguida recordó que no podía permitirse confiar en nadie.

—Pero tu mirada... —comenzó a decir Hiccup mientras se aferraba a los hombros de la princesa para obligarla a verlo a los ojos—. En tu mirada hay tristeza. Nostalgia por alguien. ¿Un corazón roto?

Elsa asintió y cerró con fuerza los ojos para contener las lágrimas. Jamás había hablado con nadie sobre eso, y ahora parecía que ese desconocido podía comprenderla, lo que le daba la oportunidad de dejar de fingir que era fuerte. Era una puerta abierta para permitirse ser rescatada del abismo.

—No puedo imaginar cuáles serían las razones para abandonar a alguien tan perfecta. Pero él ya no está aquí, y yo sí —dijo Hiccup sin poder fingir sus intenciones—. Solo te pido que me permitas estar a tu lado. Y yo prometo hacer todo lo que esté en mis manos para ayudarte a sanar tu corazón.

El pecho de Elsa se inundó de un cálido sentimiento. Después de haber sido olvidada por Jack de la forma tan cruel como lo había hecho, no había creído volver a experimentar ese grado de cercanía con alguien. Pero de la nada había aparecido Hiccup. Y ahora estaba ante ella suplicando por su compañía y con las mismas palabras que Elsa había usado para tratar de convencer a Jack.

• • •
I rise and leave the dream behind.
I'm returning to life,
Returning to life
By the sound of your voice
And the love that you give.
• • •

La conmoción llenó sus pulmones y salió por su boca a través de las palabras que habrían de dejar a Hiccup sin aliento.

—Será una dicha para mí si pudiésemos seguir adelante con el compromiso.

Hiccup se pasó una mano por el cabello en gesto de alegría e incredulidad. Soltó unas carcajadas de júbilo y abrazó a Elsa con la intención de no soltarla nunca más. Sin embargo, la temperatura corporal de la muchacha lo tomó por sorpresa e hizo que diera dos pasos lejos de ella.

—Estás muy fría —observó el vikingo mientras se frotaba las manos una contra otra para volverlas a calentar.

Elsa le sonrió con tristeza y le hizo una seña para que la siguiera a través  del jardín. Necesitaba que se internaran un poco más, y una vez lejos de todos los ojos y oídos, poderle confesar su verdadera esencia.

—Hay algo que tengo que enseñarte —indicó Elsa rezando para que Hiccup no saliera corriendo.

El corazón de Elsa latía con desesperación como tratando de hacerle un aviso para retractarse, pero la sinceridad del muchacho debía ser pagada con la misma moneda.

La princesa entonces levantó una mano y conjuró una suave ventisca con la que revoloteó el cabello de Hiccup. Él la miró con ojos de sorpresa e incredulidad, así que ella prosiguió esta vez haciendo nevar sobre ellos.

—Elsa, ¿es lo que creo?... ¿Eres tú?... —Hiccup levantó las palmas hacia el cielo dejando que la nieve se acumulara en ellas—. ¿Pero cómo...? —una sonrisa se dibujó en su rostro y sus ojos se iluminaron igual que los de un niño pequeño—. ¡Es asombroso!

Por un instante Elsa estuvo tentada en dejarlo así, embelesado con sus poderes como si fueran una virtud. Pero no era justo para Hiccup, debía conocer también su parte oscura, la parte que podía hacer mucho daño si perdía por un momento la concentración.

La chica volvió a levantar las manos frente a ella dejando que fluyera su poder en forma de un rayo azulado con el que convirtió un arbusto del jardín en un bloque sólido de hielo.

—¡Vaya! —exclamó Hiccup mientras se volvía a llevar una mano al cabello—. No eres una chica a la que se le pueda hacer enojar, ¿cierto?

—Es peor que eso —reconoció Elsa—. Me es muy difícil controlarme incluso cuando me vence el miedo... Y últimamente eso es muy seguido.

Hiccup la miró con atención y por la sombra que se hizo en sus ojos, la princesa pudo entender que estaba evaluando el peligro.

—Entiendo tu preocupación pero te diré una cosa: he enfrentado riesgos más grandes que ése —declaró el vikingo.

Acto seguido, Hiccup se llevó dos dedos a la boca y con ellos produjo un silbido muy agudo. Un segundo después, por encima de la copa de los árboles apareció una gran masa negra que se fue acercando a ellos. Elsa ahogó un grito cuando entendió que aquella cosa era en realidad un dragón volando por lo bajo.

Hiccup la tomó de la mano y le sonrió divertido por la sorpresa que le había dado.

—Elsa, te presento a Chimuelo —dijo alzando una mano para acariciar a la bestia como si fuera un perrito inofensivo—. Es mi dragón amigo.

La chica lo miró con los ojos muy abiertos y tras digerir lo que había escuchado se atrevió a poner también una mano en la cabeza de Chimuelo.

El dragón emitió un sonido grave parecido al ronroneo de un gato y se restregó un poco más en la mano de Elsa.

—¡Es maravilloso! —exclamó Elsa—. ¿Dragones? ¿Vives entre ellos?

—Abundan en Berk. Hemos aprendido a compartir nuestra isla con ellos. Todos tenemos uno.

—¿Y es seguro...?

—¿Confiar en ellos? —dijo Hiccup terminando la pregunta por ella. Elsa asintió avergonzada por sus dudas cuando la respuesta era evidente—. Por muchas generaciones causaron terror entre nosotros porque el poder que hay en ellos no podía ser contenido —Hiccup suspiró recordando aquel tiempo en el que solo había guerra y muerte en la mente de los vikingos—. Muéstrale, amigo —pidió el chico señalando el arbusto que Elsa había congelado un momento antes.

El dragón abrió la boca y de ella emanó un rayo morado que fue dirigido hacia el bloque. En el preciso instante en el que el rayo hizo contacto con el hielo, éste se desvaneció dejando solo polvo en su lugar.

Elsa se llevó las manos a la boca por el sombro y volteó a mirar a Hiccup esperando encontrar en su rostro la certeza de que aquello no lo asustaba.

—No te voy a mentir, hemos tenido algunos accidentes en el pasado. Uno de los ataques de Chimuelo me dejó huérfano —confesó Hiccup tratando de que no pareciera la gran cosa. Al ver que la tristeza y el miedo habían regresado a los ojos de Elsa, la tomó de la mano para manifestarle su apoyo—. Pero la paciencia, el entrenamiento, la comprensión y la amistad, nos han ayudado a crecer juntos. Y ahora no hay nada que no podamos lograr, ¿o no?

El dragón respondió a aquello restregando su cabeza en el rostro de Hiccup con camaradería.

—Lo mismo sucederá contigo —siguió diciendo Hiccup—. Necesitas encontrar la fuerza en ti para controlar tus magníficos poderes. Pero no estarás sola con eso. Chimuelo y yo te ayudaremos a superarlo.

—Te lo agradezco mucho, Hiccup —dijo Elsa con una mano en la comisura de su ojo derecho, tratando de detener una lágrima que había escapado ante la alegría de sentirse resguardada por él.

• • •
Your arms open,
I'm devoted,
In sunshine and shadow
You love and protect me.
• • •

—Lo que no entiendo es por qué el reino de Arendelle pidió el apoyo de Berk cuando su princesa tiene la capacidad para destruir en un instante cualquier peligro que se atreviera a amenazarlos.

—Porque... porque nadie en Arendelle sabe de esto —reconoció Elsa desviando la mirada con vergüenza.

—De acuerdo. No deberías cargar con los problemas tú sola, aunque seguro tienes tus motivos para ello. Y además —empezó a decir Hiccup mientras tomaba el mentón de la chica para hacer que lo volviera a mirar a los ojos—, te agradezco por haberme confiado tu secreto. ¿Dices que no hay nadie más que lo sepa?

—Nadie —mintió Elsa. Aunque no le pareció importante. El único que lo sabía a parte de ellos dos era Jack, pero estaba segura que nunca se volverían a ver.

Jack solo era un sueño que gracias a Hiccup pronto quedaría sepultado.

• • •
I'm returning to life,
I am back in your arms
Hiccup, you give me hope
When I'm cold and alone.
• • •

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro