Capítulo II. Into your Light
El golpeteo en la puerta despertó a Jack. Confundido, miró a su alrededor.
Poco a poco el recuerdo de lo que había sucedido la noche anterior regresó a su mente: Su llegada a Arendelle... su intromisión en el castillo... la niña pronunciando su nombre... el accidente con su báculo...
Su corazón se volvió a acelerar preocupado. Bajó la vista hacia la pequeña que seguía durmiendo en su regazo. Comprobó su respiración y su temperatura corporal. Por suerte, todo parecía completamente normal.
Volvieron a tocar la puerta, y al no recibir respuesta, finalmente entraron. Se trataba de una mucama de rostro apacible.
-Mi pequeña Elsa, te quedaste dormida en el sillón -dijo con ternura al ver a la niña fuera de la cama.
Jack agradeció ser invisible para ella, o de lo contrario se habría metido en muchos problemas. Aprovechando la distracción de la mucama que ahora estaba estirando las cobijas de la cama con dosel, el muchacho depositó con cuidado a la pequeña Elsa sobre el sofá para no despertarla. Y acto seguido, salió por la ventana de la habitación.
Había corrido con mucha suerte. A pesar del gran descuido que había cometido, no habían consecuencias que lamentar. O al menos eso fue lo que Jack creyó en ese momento...
El resto de la mañana, el guardián centró su atención en esparcir el invierno por todo el pueblo, mientras comprobaba que las costumbres de ese lugar no habían cambiado desde su última visita.
Los niños seguían encerrados en las casas ayudando en los oficios de sus padres. Éste trabajaba en la repostería; aquél ordenaba los pesados libros de una estantería; otra atendía las lecciones de su madre en el telar... Incluso había un niño pequeño que con la ayuda de su reno intentaba cargar unos enormes bloques de hielo.
Y mientras tanto, la diversión era nula...
Ya se acercaba la hora del atardecer cuando Jack decidió salir de ese lugar. Se elevó en el aire con la ayuda del viento y dio un último vistazo hacia Arendelle, hacia el viejo castillo, donde se encontraba la única persona que sabía de su existencia.
"Elsa..." Recordó Jack. Así era como la había llamado la mucama. Su nombre le sabía a esperanza y libertad. Esperanza de abandonar finalmente la soledad en la que estaba sumido.
• • •
You're the depths
of my own mind
And you're the heights
of my creation,
Wait for me, wait for me.
Alone but strong
when you're in my sight...
• • •
Jack había evitado regresar con Elsa por miedo a volverla a herir. Pero moría de deseos de saber si además de escucharlo y sentirlo también podría verlo. Sintió un cosquilleo de emoción en el estómago al pensar en esa probabilidad.
Después de todo, si la niña no creyera plenamente en él, no habría podido cargarla la noche anterior. Recordó la sonrisa de la pequeña mientras dormía en sus brazos. Parecía como si su felicidad fuese gracias a él.
Jack intentó ordenar sus pensamientos, pero el egoísmo finalmente lo venció. Necesitaba saber si Elsa era diferente a todos aquellos que por siglos lo habían ignorado.
Echó a volar de regreso al castillo y con desesperación la buscó en su habitación. Mas ésta estaba vacía...
Por un momento estuvo a punto de dar marcha atrás, pero su curiosidad no se lo permitía. Jack insistió buscando a través de las demás ventanas del castillo, hasta que finalmente la encontró.
Elsa se encontraba de espaldas a la ventana y de pie junto a una cuna con bordes de oro donde se encontraba una bebita de cabellos rojizos.
-...Entonces corrí y corrí para esconderme del hombre sombra -le contaba Elsa a la otra niña-. Y fue cuando Jack Frost apareció para salvarme.
Jack se sorprendió nuevamente al escuchar que la pequeña pronunciaba su nombre. ¿Acaso había soñado con él durante sus pesadillas? El muchacho decidió no interrumpir la narración de Elsa y tomó asiento en el filo de la ventana.
-Él es justo como mamá nos ha dicho. ¿Recuerdas sus cuentos, Anna? Él es tan fuerte, valiente y guapo... -dijo Elsa con una mirada soñadora.
-Muy guapo -murmuró Jack entre dientes mientras sonreía halagado.
-Muy muy guapo -se corrigió Elsa robándole otra sonrisa a Jack.
Por su parte, la niña en la cuna veía con atención a la otra mientras hacía burbujitas de saliva y repetía entre balbuceos algunas de las palabras que alcanzaba a reconocer.
-Oh, Anna, crece más rápido. Ya quiero que salgas conmigo a jugar. Tú también tienes que conocer a Jack. Seguro él podría hacer un castillo de hielo sólo para nosotras.
Mientras decía eso, Elsa dibujó un arco invisible en el aire con su mano, pero sin haberlo esperado, dejó un rastro de nieve que descendió lentamente hasta el suelo.
Elsa se asustó de lo que acababa de pasar y se llevó las manos a la boca para ahogar una exclamación de sorpresa.
Anna soltó carcajadas infantiles al ver la nieve salida de la nada y miró a su compañera esperando que lo volviera a hacer.
Jack se levantó de un salto sin poder creer lo que había visto. ¿Elsa había creado nieve? Pero parecía que era una sorpresa para ella también. ¿Y si...?
El muchacho colocó su mano sobre su frente en un gesto de intentar ordenar sus ideas. ¿Y si el rayo que había lanzado contra ella la noche anterior había provocado eso? ¿Y si Elsa ahora tenía los mismos poderes que él para controlar el invierno?
-¡Vaya lío en el que me he metido!
Elsa se dio la vuelta al escuchar la voz de Jack.
-¿Jack Frost? -dijo y sin esperar respuesta corrió hacia él. Levantó sus brazos infantiles y se abrazó con fuerza a la cintura del chico.
-Bueno, al menos sí puedes verme-señaló Jack mientras colocaba una mano sobre la cabeza de Elsa.
-¡Jack, ven, mi hermana también quiere verte! -le pidió Elsa mientras lo arrastraba de la mano- Le estaba contando sobre cómo me salvaste -la niña se detuvo en seco mirándose las manos y cambiando por completo su ceño-. Pero entonces apareció una lluvia de nieve y...
-Escucha, pequeña, todo va a salir bien. Yo te enseñaré a controlar tu magia, ¿de acuerdo?
-¿Pero qué fue lo que pasó? No entiendo... Jamás había hecho algo así.
-Fue... fue un accidente...y ahora el frío es parte de ti también. Será mejor que no le digamos a nadie. Podrían asustarse.
-Tengo miedo, Jack.
-No tienes por qué sentirlo -Jack se agachó hasta llegar a la altura de la niña- yo estaré contigo. Siempre que me necesites estaré junto a ti. Te lo prometo, Elsa.
• • •
Take me to that place,
Where I feel so safe.
Into your light I dive.
• • •
La niña sonrió más tranquila y luego de eso volvió a fruncir el ceño.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Bueno, eso es porque yo lo sé todo -respondió Jack dándose demasiada importancia-. Tú te llamas Elsa y tu hermanita es Anna.
-¡Exacto! -se sorprendió ingenuamente Elsa entre risitas.
Jack le regresó la sonrisa orgulloso de haberla podido engañar. Pero sólo se trataba de una pequeña niña... Lo difícil habría de venir cuando tuviese que rendir cuentas ante Norte y los demás. ¿Cómo les iba a explicar que acababa de compartir sus poderes con una simple mortal?
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I've taken this step and
We're intimate now, and
I am joining your world,
A formation of love,
and you shine
through me.
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