Quinze
~♪Dollhouse♪~
«Places, places, get in your places
Throw on your dress and put on your doll faces
Everyone thinks that we're perfect
Please, don't let them look through the curtains
Picture, picture, smile for the picture
Pose with your brother, won't you be a good sister?»
Pov Winter
—Juanita, pásame un vaso.
—¡Que no me digas Juanita!
—Pues así es como te llamas.
—¡Me llamo Jeune!
—No, no, no, no... No. Legalmente eres, Jeannine Amandine Éternelle —mal acomodada en el sillón reclinable, expuse la forma en que traducía su nombre—. Desirée, pásame las palomitas.
—¡No me digas desirée, soy Demi!
Otra...
—No, no, no, no... No. Legalmente tu eres, Desirée Alizée Éternelle.
Cuyo diminutivo es Desi pero lo deformó a Demi cuando aprendía a hablar.
—¡Niñas, ya no peleen, vinimos a ver una película! —la mayor a mi derecha, chillo suplicante.
—Ya oyeron, aplaquense —en una posición ligeramente mejor, pedí—. Éclair Aurélie Éternelle, pásame un Éclair.
Osea uno de los petisús de pasta de choux habitualmente rellenos.
—Los tienes cerca, tómalos tú.
Cómo la diva que es, dignamente se cruzó de brazos. Y de piernas. Debe ser porque accidental—o deliberadamente—hago mención de que su nombre que no tiene mas significado que le de hacer referencia a estos dulces.
—Que delicadas son, me cae.
—¡Es que es injusto! Tu eres la única con un nombre bonito —dijo con una pasajera acuosidad en sus ojitos.
—Ay Desi, seamos realistas; Elliot no sabe nombrar a nada ni nadie —sospecho que es retrasado en ese aspecto—. A mí también me desgracio la vida cuando me adoptó. "Adelaide" —pronuncie horrorizada cada letra.
Me gustaba mi nombre pero hasta eso arruinó
¿Que acaso los segundos nombres son tan obligatorios? No entiendo en qué cabeza cabe nombrar a tus hijos en forma de trabalenguas. Ya ni hablar de su obsesión con las "A" y las "E".
Paramos de pelear—de momento—y cada una arrimó su correspondiente comida chatarra al reproducir la pantalla de la sala con proporciones de cine. Excepto Éclair. La rara dieta que le impuso su entrenador personal para la filmación, le impedía comer cualquier cosa con gluten y sal en exceso.
La intro de una vista completa del planeta que presentaban los filmes de Universal Studios quedó pausada por el sonido de la puerta abriéndose y las luces encendiéndose sin previo aviso. Las cuatro giramos la cabeza cual curiosos búhos a el intruso. Era Emile, que nos miraba aturdido con un tazón de palomitas de caramelo en mano.
—Sorry niño, llegamos primero —no me contuve y le grite "Uscale".
Abatido pero sin rechistar, obedientemente se largó. Yo no sé porqué se hace el sufrido si en su amplia recamara tiene una tele la mitad de grande. No le pierde nada a la de Adrien.
—Cedió muy fácil. Creí que mínimo hablaría despectivamente de tu falta de esfuerzo en... la vida —Éclair, quien conocía su personalidad tan profundamente como yo, reanudó la película al presionar el botón—. ¿Qué tal si fue a acusarnos? Ya sabes que Jacqueline no tardaré en venir a quitarse.
—Nah. Después de lo ocurrido ayer, él y su mami estarán quietos por un tiempo.
Cómo olvidar la forma en que mi abuelo y yo arruinamos su apetito. Por supuesto que le conté sobre mi plan, no le haría pasar un coraje a mi querido abuelito porque si.
Flashback
Acabada de poner la mesa con un sutil desorden, salió y regresó al salón pisando el pulcro mármol con sus sandalias, colgada del brazo el acompañante—o cómplice de travesuras—de gran confianza.
A quien le sonrió, yendo al lento y constante ritmo del bastón que él.
—Siento arruinar tu cena abuelito. Es una de las pocas ocasiones en la que puedes convivir con Jeune, Demi y Éclair.
—No copito, no hace falta que te disculpes. Aprecio que te tomes el tiempo de pensar en una forma de arruinar su estúpida actuación de anfitriona perfecta —de solo acordarse de las anteriores cenas a las que asistió, se estremecía de enojo—. Solo una mujer tan hipócrita como ella es capaz de organizar tal exhibición disfrazada de una velada en familia.
—Ni que lo digas, se la pasa presumiendo frente a Elliot los "extraordinarios logros" de Emile. Cómo si fueran los únicos que existen e importan.
—¿Y cuál será mi ocupación?
Girando los ojos, la joven respondió
—Sentarte junto a mi, ¿Contradecir a Elliot? ¿Ignorar a Émile? Insultar a Jacqueline. Entre otros.
—Entiendo. Suena simple pero puede funcionar —peino su barba—. Golpear su ego es una forma inteligente de contraatacar.
Con un objetivo de venganza en mente, entraron unidos y sin temor a incendiar el oscuro corazón de una persona en particular. Ocupó el sitio del anfitrión con toda la confianza que el hombre a un costado le brindaba. En breve, los accesos que daban al fastuoso comedor se abrieron. Demi portando un vestido manga larga rosa de encajé con una falda de gasa fina y un delicado lazo en la cintura, Jeune, uno amarillo de flores con bordado de encaje y un vistoso moño en la parte súper derecha. Ligero y elegante sin embargo, los dos, de alta calidad.
Por lo tanto, el poco esfuerzo en el arreglo de su hermana, las desconcertó, más que verla en el asiento de su progenitor.
—¡¿Y tú porque no estás bien vestida?! —remarco la más pequeñita.
—Ni que fuera a venir la reina.
—¡Entonces, ¿Por qué nosotras no pusimos esta ropa incómoda?!
—Por mensas.
—¡Abuelo...! —la queja de Desi quedó en el aire al examinar las prendas que usaba—, ¿Estás en pijama?
—Es más cómodo así mi pequeña.
—¿Me puedo sentar junto a ti abuelo? —el aludido no tuvo objeciones cuando Jeune tiró de su manga—. Gracias.
Seguida de su hermana, formaron una hilera en la mesa de madera maciza con un exquisito grabado en la superficie.
Las hiperactivas niñas abordaron a su abuelo con cada tema de su vida diaria. Bastante emocionadas por poder compartir. Winter oía sin entusiasmo el cuchicheo. No les quitaría el placer de ser escuchadas pues ella se aburría haciéndolo.
Bastó una pedrada para romper la armonía de sus sonrisas. Más pronto de lo que los cuatro hubieran anticipado, puntualmente, ingresaron. Émile con un traje esmoquín azul marino de estilo moderno y corte entallado; saco, chaleco y pantalones, en conjunto de una corbata de seda de excelente calidad. Escoltando a quien de forma galante exhibía un cuello de corazón sobresaliente. Detalles agraciados componían el impresionante vestido de terciopelo elástico rico en color. Añadiendo sus tacones favoritos, lucía como si supiera que traía el mejor atuendo de la velada.
Jacqueline.
La señora de la casa. Y como la dueña, el enfado se reflejó en sus marrones cuando notó que su prestigio corría peligro por la aglomeración de personas que desobedecierón la distribución de sitios.
—¿Qué... es esto?
—Se supone que es una cena pero como yo no veo comida, no sabría decir con exactitud qué es.
—Hablo de, ¿Que hacen sentados así? —soltó el brazo de su hijo para enredar los suyos—, especialmente tú. Ese era el lugar de mi esposo.
—Era. Tiempo pasado —desdeñosa, llevó las manos tras la nuca—. Te aviso que me quitaré solo si él me dice que lo haga.
Frunciendo las finas cejas de su rostro, le inspeccionó con recelo pero no comentó abiertamente su desagrado. Todos la escucharon así que no podía retractarse luego
—Ustedes, vuelvan al lugar que se les designó. Es parte de la etiqueta básica que respeten el protocolo de un evento sin necesidad de que se les recuerde.
—Pero quiero estar junto con mi abuelo.
—Yo también.
Ambas hicieron un puchero que la enervó.
—Obedezcan, o sin-...
—¿O sino que? —Erick le reto.
—O sino, su padre estará muy decepcionado de ver lo desobedientes que son.
—Resulta que una mujer que malgasto más de 380.000 euros en un bolso habla de madurez, ¡Que gracioso!
—¡A-abuelo, no es lo que crees, eso fue un regalo de mi tío para mi madre! —defendió el peliazul.
—¿Hablan de ese bolso de piel de un exótico cocodrilo que posee un diamante de 18 quilates en oro blanco incrustado en su cierre? —se metió Winter—. Te va a crecer la nariz por mentiroso Émile.
—¿Tienes pruebas de que yo compré tal bolso? —le espeto Jacqueline.
—Yo no —diminutamente, la mujer se alegró—. Las cámaras del establecimiento, si. Éclair formulaba en la laaarga lista de espera para poder comprarlo y el día que la acompañé, el encargado le dió la lamentable noticia de que alguien ya había adquirido el último por pujar el doble de precio. ¿Y qué crees? Eras tú.
—Ja, no me sorprenden tus enfermos despilfarros pero sí el que permitas que Émile diga mentiras por tu bien. Es decepcionante.
Lleno de vergüenza, mantuvo la vista en el suelo de mármol.
—Lo siento...
—No tienes porque disculparte hijo —lo consoló—. Si, la compra fue hecha por mí, necesitaba uno nuevo. ¿Qué hay de malo en eso? Encima, a Émile no le gusta contradecirlo pero sabía que se enojaría si supiera la verdad y que empeoraría su salud, no debería reprenderle.
—Si no lo reprendo yo, ¿Quien lo haré? La frívola mujer que tiene por madre y que no conoce la palabra "límites".
—¡Punto para mi abuelo!
—¿Podrías cerrar la boca?
—¡¿Podrías dejar de usar tanto lápiz labial?! Pareces una mujerzuela con tanto maquillaje.
—Dos puntos para mí abuelo.
—¿Qué está pasando aquí? —la tranquila voz resonó en cada rincón, enfriando las llamas de la pelea en el instante en que entró. Las suelas de sus zapatos de piel negra sonaron con amplitud en cada pisada.
Portando un traje clásico, ligeramente ajustado a su silueta. Moderno y vanguardista. Desató la corbata que contrataba con su camisa cansado de ella. El gris frío de sus ropajes combinó con el ánimo que lucía y el semblante que carecía de afecto al que estaban habituados, los silencio sin problemas.
—Lo repetiré de nuevo entonces. ¿Qué está pasando aquí? — inspeccionó sin paciencia a los presentes.
—Nada hijo. Tu mujer como siempre está de impertinente.
—¿Impertinente, yo? —casi gritó pero lo controló—. Querido es un malentendido de principio a fin. Son ellas —le apuntó a las tres jovencitas con el dedo que ostentaba una argolla de plata—, se cuánto te cansas trabajando y cuando trato hacerte pasar un buen momento, se empeñan en impedirlo.
Mientras justificaba su cólera, Erick y su nieta aguantaron la tremenda risa que les causó su actuación tan falsa con tal de dar pena, con madurez.
—Si esas son tus intenciones, procura no exaltarte por lo que hacen los niños —busco su silla sin ánimos de alargar el conflicto—. ¿Qué haces aquí?
Imposible moverla para acomodarse por el escuálido cuerpo que la ocupo.
—Esperando a que me sirvan tan siquiera un vaso de agua, ¿Y tú?
—Este era originalmente mi lugar.
—Era. Has dicho.
—¿Y por qué están vestidos tan casualmente? —incluyó a su padre, que contestó con desinterés.
—Ni que fuera a venir la reina.
—¡Winter, si deseas empezar a comer, por favor deja que padre se siente!
—¿Y a ti quien te está hablando?
—Ves quien es el impertinente —alegó con sus labios carmín la esposa.
—Silencio los tres —sentenció Elliot, exasperado—. Escúchame. Contaré hasta tres...
—Y yo te daré tres bofetadas si no actúas acordé a tu edad —hizo el amago de ponerse de pie—. Mira que pelear con tu hija por un puesto.
—Papá, ¿Que no te he dicho que pares de consentirla y ser tan permisivo con ella? Mira lo desobediente que es. Ni Jeannine ni Desirée son tan indisciplinadas a su edad.
—¡Soy Jeune!
—¡Demi, me llamo Demi!
—Legalmente no. Y no deformen sus nombres —les recordó su progenitor, por ende, sus labios se fruncieron en un tierno puchero.
—Ay, pero si achú —desató su melena celeste—. Dime, ¿Te parece bonito el bolso que tú esposa recién adquirió luego de robárselo a Éclair? Deberías decirle que sí. Para los 400.000 que se gastó por un capricho.
—¡Es una vil mentira! Pagué por el de forma justa y fueron exactamente 380.000 no es como... —gradualmente, la confianza con la que hablaba se apagó.
Cayó en su trampa y la desdeñosa mueca la chiquilla que odiaba se extendía, le decía lo tonta que fue por precipitarse.
—Jacqueline, enserio tú... —le fulminó, no por más de tres segundos por Émile que estaba junto—. Hablaremos después.
Viendo lo inútil que es tratar de razonar con ambos lados de la mesa, ocupó la silla del extremo para ahorrarse dolores de cabeza. Recomponiendo su recogido, calmó sus nervios al enterrar sus perfectas uñas en su palma y agitó la campanita que con su tintineo consentía a los empleados domésticos el ingresar y servir la comida.
El procesó de servir la mesa inicialmente fue torpe y lento por el cambio de comensales que nadie les avisó pero lograron colocar más charolas enfrente de la persona destinada y con una reverencia retrocedieron para darles espacio. Las tapas al ser levantadas dejaron a la vista un variado festín que se alargó de extremo a extremo.
Listo para hincar el diente, un inconveniente que no verificaron por la disputa, los detuvo al instante. Los cubiertos en desorden y volteados. Sabían el orden de los mismos al derecho y al revés pero semejante distribución entorpece y alenta el llevarse un solo bocado a la boca. Sumamente irritante. La mujer fugazmente enfureció al intuir y observar a la culpable. Más que una corazonada, captó su falta de sorpresa. Cualquiera diría que es su cara insípida de todos los días, sin embargo, ¿Quien llegó primero? Podría exponer ese hecho pero con Erick siendo su escudo, sería en vano.
Resultó más productivo devolverlos cada quien a su ordenamiento normal y comenzar a probar los platillos de calidad gourmet. Los refinados modales lucieron al manejar los cubiertos de plata y ni una acción inadecuada surgió. Inclusive las más chicas daban mordiscos como un pajarito y bebían con decoró. Winter no falló tampoco en el acto. Podría lucir terriblemente informal y sin encajar en la atmósfera no obstante las delicadas acciones con las que probaba moderadamente sobresalía por su elegancia.
Aunque detesta tantas formalidades, comprendió gracias a Éclair—que se ausentó voluntariamente— cuándo hay que comportarse con sofisticación.
—No me gusta el cardo con crema de jamón y champiñones... —musito en conflicto.
—Te lo cambio por mi codorniz escabechada —apunto de efectuar el trueque, un tenedor se oyó al ser puesto sobre la cerámica.
—A tu edad no deberías ser tan quisquillosa. Principalmente, aprende a actuar con clase al afrontar lo que no te gusta. la gente pensara que tienes una pobre educación si sigues actuando tan caprichosa —bebió el agua mineral, satisfecha de lo que dijo.
—Jeune no es caprichosa, como tú... comprenderás —le dio la codorniz usando a su abuelo de intermediario—. Los champiñones le dan náuseas y le provocan dolores estomacales. si estas tan pendiente de nuestra educación, deberías al menos saber que alimentos a los que somos intolerantes. "Madre".
—Soy consciente. He imparcial sin excepción.
—Si, tan imparcial que Emile es quien come carne wagyu y nosotros esta carne magra sin chiste —pico su alimento.
—¡Querido, no te lo conté porque no hubo oportunidad, ¿adivina que? —se desligo de la acusación moviéndose a otro tema—. Emile obtuvo el segundo lugar en el examen simulado nacional.
—¿Lo hizo? —en vez de dirigirle una mirada, probó la salsa de azafrán y almendras que cubría el lomo de merluza.
—Así fue padre, me avergüenzo de mi desempeño por tanto, me esforzaré mas la próxima vez.
—Hazlo.
—Papá, en la escuela yo-...
—¡Ojala lo hubieras visto querido, incluso la directora Dominique felicitó a Emile por su
liderazgo y confiabilidad como presidente del consejo estudiantil y quiera que siga ejerciendo!
De soslayo, ojeo la carita entristecida de Demi al ser silenciada con motivo.
—Y entonces Emil-
Retumbó a lo grande al tocar el suelo, un sonoro ruido metálico, no lo suficientemente fuerte para dejarlos sordos pero sí para que la plática cesará y la rodearan con los ojos. su mano permaneció suspendida en el acto.
—Ay se me cayo —agacho el cuerpo a fin de recoger el tenedor de la ensalada —Perdón por interrumpirte Demi ¿Que decias?
—Huh, ¡La maestra me felicitó porque fui escogida como Aurora en el recital de ballet donde interpretaremos la obra de La Bella Durmiente!
—¿Es obligatorio que asista? —interrogó con pereza.
—¡Si! Te va gustar y me darás muchos aplausos —aviso, queriendo sonar intimidante.
—Eso es fantástico cariño —Erick acaricio su anaranjada cabeza—. Haré lo posible por ir, solo no olvides practicar constantemente sin excederte. No quiero que te lastimes.
—Tendré cuidado abuelo.
—Abuelo, yo... si pudieras... ¿Irías a mi concurso de debate la próxima semana? competiremos contra el École normale supérieure de Lyon y me escogieron como el capitán del equipo. Me... alegraría que...
—Lo pensaré pero no esperas nada —la servilleta retiro los restos del salmonete a la plancha—. Copito, ¿Cómo te la pasaste estos días?
Lap versatilidad con que su tono se modificó en uno mimoso para la chica, resultó muy desalentador. Tanto él como ella eran sus nietos, ¿En que se basaba para adorarla tanto cuando rara vez le dedicaba una mirada a él? Esa pregunta sin contestación lo deprimía a menudo. Porque la evidencia hacía énfasis en que sencillamente, no lo consideraba parte de sangre. Seguido, comió con suma prudencia. Ni el ruido del utensilio al rozar la vajilla se oyó.
—Pues... me hice "amiga" de la hija del alcalde y... Saque diez en una presentación en equipo —registró su memoria haber si daba con algo memorable que contar—, ¿Ayude a Chat Noir?
Elliot tosió por atragantarse con la champagne.
—¡¿El chat noir auténtico?!
—¡¿El chat noir que vence a los villanos?!
Casi al unísono sus hermanitas la rodearon y empezaron a estirar más su de por sí, holgada camisa.
—¿Hay otro? —les respondió con ironía. Erick sin ser invasivo, pidió una explicación mas detallada—. aconteció el día en que ese villano que convertía a la gente en copias suyas apareció. De hecho, surgió cerca de la escuela por lo que me tope con él de casualidad cuando estaba en un callejón sin salida, entonces colaboramos para crear una distracción y... etc.
Sk madrastra, harta de que la vieran con admiración por pequeñeces e ignoraran a su hijo biológico, irrumpió con un suave tosido.
—Ya que tocamos el tema de conocidos, Winter, ¿Cómo está Félix?
—Vivo, que ya es ganancia —corroboro sin interés.
—¿Es así? Ciertamente es bueno, solo que... he notado que sus interacciones han disminuido últimamente—. Su fina mano se posó en la mejilla llena de colorete.
—Será porque a la señora Graham de Vanily no le simpatizas en lo más mínimo. Digo, después de lo que hiciste en su fiesta de cumpleaños... también me preocupó —fingió.
—Eso es un punto y aparte —optó por poner una buena expresión que se balanceaba entre la compasión y la angustia. Cansador pero, preferible a enfurecer como ella desea por citar la mayor humillación que ha sufrido—. Notó que han estado distantes y se que no es de mi incumbencia pero, me preocupa que su relación se vuelva frágil.
—Descuida, se que solo piensas en mí y en mi bienestar pero no debes preocuparte por remediar las cosas que no te incumben, eso, si no deseas que se te marquen más las patas de gallo por el estrés —en la cara se le marcó la sonrisa más inocente de su arsenal al finalizar de manera contundente el diálogo—. Con que no vuelvas a vomitar sus rosales, funcionará igual de bien.
Fin Del Flashback
—Debí asistir. Si que me arrepiento de no haber visto la cara que puso.
—Tu puedes poner de excusa el trabajo para faltar —dije envidiosa—, pero tienes al abuelo para que te lo cuente. casi se ahoga de la risa.
Y como que a Elliot casi se le sale la champagne por la nariz pero quizás solo tosió por el comentario que no espero fuera sacado, sabiendo lo sensible que Jacqueline se pone. apuesto a que ahora anda destrozando la decoración de su cuarto.
—Solo que lo que insinuó si me causa curiosidad. Es verdad que Félix y tú ya no se han reunido, ¿Se pelearon?
—Algo así...
Para complementar su suerte, si la sala no se tornará oscura al bajar las luces automáticamente que la película comienza a rodar, Aurélie la acosaba con miles de interrogantes si viera el rubor adornando sus mejillas que usualmente no tenían color.
Parece pero no he dejado en el olvido está fanfic. Cómo he estado viajando constantemente, cuando contaba con el tiempo de escribir me sentía muy mareada o cansada para seguir así que lo seguía posponiendo, entonces ayer me dije a mi misma que ya.
¡Ya debía publicar algo!
Y finalmente se los traje 🥳
Cómo siempre les digo/pregunto si les gustó o si les pareció aburrido. Sé que no tuvo mucha acción pero considero importante que conozcan la dinámica de los Éternelle, como es su convivencia y que tan bien o que tan mal se lleva cada integrante pues seguirán apareciendo en el transcurso.
Hay dudas? Tal vez, pero creo que lo que muchos quieren saber mas, es...
¿Cuál será la relación de Winter con uno de los personajes más intrigantes de serie?
Dejare que ustedes mismos lo averigüen 👀
Y más o y es así como me imaginé el comedor donde estuvieron:
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