Quatorze
~♪Hatred♪~
«You keep on accusing me Of making your life misery
But if that’s not abusing me, what isn’t
You wanna be my friend, well it’s too late
My love for you has turned to hate»
Pov Invierno
A merced del suave colchón de esta cama Queen size, mi cuerpo permaneció inmóvil mirando el candelabro del techo mientras la melodía del tocadiscos, deleitaba mis oídos.
La Sinfonía n.º 7 en la mayor, op. 92, de Beethoven escrita en 1811. El compositor estaba recuperando su salud en la ciudad bohemia de Teplice, así como yo estoy tratando de componer la mía en Neuilly-sur-Seine.
Los alegres y exuberantes movimientos externos llegan a climas espeluznantes, y el animado retozo del primer movimiento sólo da paso a ocasionales episodios de cómicos galopes, acompañado de un empuje abrumador del tema principal del final que no sólo proviene del carrete giratorio de las cuerdas, sino de los ritmos acentuados de los bajos, vientos y timbales que empujan y tiran como un gran motor. Y en las pocas ocasiones en las que el impulso disminuye, ¡la tensión sólo aumenta!
Entonces mi parte favorita comenzó. El allegretto con estructura de marcha, en forma ternaria. La obra no tiene un movimiento realmente lento. Tiene una belleza que brota solemnemente intensified a contrapunto, recorriendo los distintos grupos instrumentales, dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, dos trompas, dos trompetas, timbales y la cuerda habitual, hasta llegar al vibrante tutti de la orquesta.
Sublime en todos los sentidos...
Pero al mezclarse con mi ringtone, la música se arruinó. Contesté para que el Allegretto no fuera contaminado.
—¿Qué?
—Hey, ¿Dónde estás? Ya fui a Le Grand Paris y nadie contesta cuánto llamo.
—¿Te debo algo o como porque me vas a buscar?
O hay tarea en equipo y lo olvide.
—¿No recuerdas que te debía un helado? Tengo tiempo libre así que...
Olvide la coacción por un dulce con chispas de chocolate. Lastima.
—Será para otro día Nathaniel. Estoy bajo arresto domiciliario.
Colgué cuando estaba por preguntar que significaba lo que dije y me concentré nuevamente en Beethoven en vez de contestar sarcásticamente a sus preguntas sobre mi situación. Hasta que mi ringtone sonó y pause la música con un gruñido. Hablé con el tono de agrio de siempre a la persona al otro lado de la línea.
—¿Qué?
—¿Ya revisaste la información que te mandé?
Alya debe referirse a lo que le pedí sobre Ladybug y Chat noir por la pura coincidencia de que, me interesan y es quien escribe el LadyBlog.
—Interesante la verdad —pero quedé con más preguntas que respuestas—. Ladybug se ve muy joven a pesar de haber vivido en el antiguo Egipto.
—Jajaja, es lo que creí al principio. Sonaba muy loco pero si piensas gente convirtiéndose de repente en villanos, llegué a la conclusión de que no es del todo loco.
Si, ¿Desde cuándo los superhéroes con leotardos de animal que luchan contra mariposas oscuras son cosas locas?
—Eso me ha llevado a sospechar que es una especie de ciclo.
—¿Un... Ciclo?
No sé porqué me acordé de la película del Rey León que ví con las niñas.
—Cada vez que una amenaza, como lo es Hawk Moth, aparece, una Ladybug y un Chat noir aparecen igual sin excepción. Haciendo una minuciosa búsqueda puedes notar rarezas y ciertas similitudes con los actuales Ladybug y Cat Noir en los registros históricos de importantes figuras que existieron en épocas caóticas.
Tiene sentido. Ha de ser la eterna lucha del mal contra el bien.
—Entonces la Ladybug descrita en los jeroglíficos y la actual, no es la misma persona, sino alguien a quien se le otorgó, heredó o simplemente encontró un miraculous.
—¿Mira... Culous?
—¿Las joyas mágicas? ¿Los aretes y el anillo que les dan sus poderes?... Algo me dice que no leíste el reporte.
—No, sí, ya recuerdo las joyas mágicas creadas hace siglos—me distrajo el colibrí que hizo una pausa en las rosas de mi balcón—. Los pendientes que canalizan el poder de la creación a su portador y lo transforman, lo opuesto al anillo del gato negro que usa el poder la destrucción. Dotándolos de habilidades sobrehumanas y superpoderes así, quien fusione ambos miraculous, obtendrá el poder absoluto de alterar la realidad a tu antojo. Bla, bla, bla...
—Es justo lo que... ¡Espera! Eso no lo escribí ¿Cómo sabes tal cosa y en qué te basas para sonar tan segura?
Me puse a pensar con una extraña sensación en mí. Ni yo creo que lo haya adivinado o dicho de broma pues conociéndome, sino no es sarcasmo, no cuento con la imaginación para inventarme de repente. Solo, lo sé... ¿Sé que la unificación de los miraculous de la mariquita y el gato es un tabú por el precio a pagar por modificar el espacio y tiempo? Pero, ¿Cómo lo sé?
Salió tan natural de mi boca que suena hasta convincente. Debe ser por tantas páginas que leí que la información se mezcló con otra información y saqué esa espontánea conclusión. Entonces di la respuesta más lógica que pude.
—Internet.
—Es indiscutible que hay infinidad de teorías sobre superhéroes desde que aparecieron pero es difícil saber qué es verídico y que no. A menos que seas Ladybug claro.
¿Por qué es tan complicado saber quién rayos será Ladybug? Detrás de ese antifaz moteado, debe existir una persona tan valiente como hábil y de mente sagaz. De las personas que me son conocidas o familiares de rostro, comparte ciertas similitudes cómo el peinado, color de ojos, y anatomía con Marinette. ¿Pero qué posibilidades hay de que esté tan cerca? Si alguien no puede hablar normalmente con un chico, menos va a poder lanzarse a pelear contra un súper villano.
—De hecho, estoy trabajando en una que teoría que acredita la existencia de una antigua orden que...
Y así, nos quedamos conversando sobre locas hipótesis del origen de los poderes, los objetos mágicos, etc, sin hacer caso al tiempo. resultó entretenido pero es comprensible que Alya tenga que ocuparse de otros asuntos. Colgué pero resultó un dolor de cabeza el indagar de dónde salió aquella referencia sobre los miraculous. Entonces me dediqué a despejar mi cabeza con ayuda de la música clásica.
¡Vamos Ludwig van Beethoven!
~♪Si te vas yo también me voy
Si me das yo también te doy
Mi amor
Bailamos hasta las diez
Hasta que duelan los pies♪~
¡O que la...!
—¿Qué?
—¡¿Es cierto que estás bajo arresto?!
Hay, es Rose.
—Domiciliariamente, pero si —finalice la llamada de golpe. ¡Para ir con Beethoven!
~♪Si te vas yo también me voy
Si me das yo también te doy
Mi amor
Bailamos hasta las diez
Hasta que duelan los pies♪~
Pesadamente suspiré, para calmar mis nervios y responder a la llamada de, Juleka. ¡Por esto mi número queda limitado a unos cuantos! Esos cuantos no son inoportunos.
—¿Qué?
—Oí que estabas bajo arresto... ¿Es cierto?
—Simon, cometí un delito muy grave, ¿Quieres que te cuente a quien mate?
—No, gracias. No pregunto por nada en específico ... pero bueno, queríamos invitar... —mantuvo un raro silencio—. Yo no debería...
Me colgó de repente—que es lo que yo iba a hacer—y sentí que diría algo dirigido a mí... Vete a saber que. ¡Sigamos, Beethoven!
~♪Si te vas yo también me voy
Si me das yo también te doy
Mi amor
Bailamos hasta las diez
Hasta que duelan los pies♪~
Agh...
—¡¿Qué?!
—¡¿En dónde rayos estás? Demandó una explicación de porque nadie contesta a la puerta!
—En mi casa, Su Eminencia
¿Cómo rayos esta chica consiguió mi número? me asusta pensar en ello.
—¿Y en qué calle o distrito está tu casa?
—¿Por qué desea saber?
—Te lo diré en persona porque es urgente ¡Así que apresúrate a venir de dónde quería que es-...!
—¡Estoy entrando... En un túnel! ¡No escuchó... lo que... dice! —hice sonidos de estática y le puse fin a la llamada de un tajo.
Ahora sí, sin la impertinente burguesita ¡Beetho-...!
~♪Si te vas yo también me voy
Si me das yo también te doy
Mi amor
Bailamos hasta las diez
Hasta que duelan los pies♪~
¡Agh! ¡Debí dar un número falso!
—¡¡¿Qué &*?@$ quieres?!!
—¿Winter? Ah, siento si llamo en un mal momento...
Genial, maldigo al único que no me es irritante. Me disculpé por la rudeza con una buena excusa.
—Creí que eras el bromista telefónico que ha estado marcando recientemente —es media verdad—, ¿Que, se te ofrece, Luka?
—Todos los chicos vendrán en la tarde y haremos un concierto, me preguntaba si... ¿Quisieras venir? Será una buena oportunidad para que los conozcas.
Que tentador suena ir aún barco/casa a convivir con una multitud de extraños, en serio. Porque de poder escaparme, puedo pero... No. Ando en pijama y ni me he bañado. Aparte, prefiero estar acostada en estas sábanas de seda que hacer el esfuerzo y caminar hasta allá. Le diré que no, no sin antes, jugar un poco primero.
—No lo sé —comprobé el largo de mis uñas—, soy mala con los extraños.
—Apuesto a que ya conoces a la mayoría y son personas agradables.
—Sí pero, no tengo nada que ponerme.
—No se mucho de moda pero creo que con cualquier cosa te verías bien.
—Define, "bien".
—¿Huh, Linda?
—¿Entonces si con cualquier cosa me veo bien, siempre me veo linda?
—Es una forma en la que puede interpretarse.
—Oh, ¿Entonces siempre soy fea sino se interpreta de forma relativa.
—No, no es lo que quise decir.
—¿Entonces qué es lo que quisiste decir? ¿Me veo fea sin importar el ángulo?
—¡Desde luego que no! Yo... Creo que siempre te ves bonita independientemente de lo que te pongas, o el ángulo.
Que divertido es jugar con la mente humana. ¿Y soy yo, u oí risas de las chicas de fondo?
—Confirmado que a tus ojos soy hermosa, está el problema de cómo regresar a mi casa en caso de que el concierto se alargue.
—Puedo llevarte como siempre.
—¿Seguro?
—Muy seguro.
—¿Habrá papas fritas y refresco?
—Como si eso pudiera faltar.
—Es una invitación tentadora, en serio.
—¿Entonces paso por ti?
—No te molestes. Ni siquiera iré —considere que ya jugué mucho con su cabeza y revele, sin ser demasiado reveladora—. ¿Nunca te han obligado a asistir a una de esas incómodas reuniones familiares donde no hay pretexto que te ayude a escapar? Actualmente, esa es mi situación.
—Comprendo. Supongo que será para la otra.
—No creo sirva ni de consuelo ni de nada pero creeme que si no fuera por estas circunstancias inevitables, con gusto aceptaría que fueras mi transporte.
—Lo mismo digo. Y si cambias de parecer, la invitación seguirá presente —qué más quisiera yo que conversar con la señora Couffaine que verle la cara a la bruja de Jaqueline, sin embargo es obligatorio cenar juntos una vez al mes—. Saluda a tu familia de mi parte.
—Si, yo les digo —solo a Jeun y Demi —. Bye.
Resople de espaldas del colchón. Tantos divertidos compromisos que tuve y ninguno hice ¡Por ese estúpido acuerdo entre Éclair y Elliot de pasar el fin de mes es la mansión principal! Lo positivo es que no tengo que ver sus caras hasta la cena. En lo que cae la noche puedo flojear a mis anchas viendo anime o alguna serie.
En la más reciente, sale mi actual chico favorito. Yato, de Noragami. Soy una entusiasta del anime pero no lo suficiente para ser denominada Otaku como Claudine pero ese personaje tiene, ese je ne sais quoi que me hace repetir sus dos temporadas por tercera vez consecutiva.
¿Será por su cómica forma de actuar por qué es el dios de la calamidad? Y ese oscuro cabello y celestes ojos... Wow, que buen ojo tiene André y sus helados. Cuando tenga otro favorito del anime, veré qué clase de combinación me dará.
En una cómoda posición, lista para reproducir el primer capítulo, me dispuse a robar algo de la cocina.
(....)
El primer indicio de que la suerte está regresando a mí, es que había un enorme pastel con crema y cerezas a la vista y sin reclamar. Aguantaré con esto la maratón y ya apague el cel para no contar con más interrupciones.
Es lo que pensé cinco segundos antes de que casi me doble el tobillo por el obstáculo que se me atravesó en camino a mi estancia.
—Fíjate por dónde caminas, Winter.
—Lo mismo digo, Émile.
Nos observamos—yo con más disgusto—en medio del desolado pasillo. De todos con los que podría chocar en esta enorme mansión, tenía que ser con, Émile Antoine Éternelle.
—Hazte a un lado o discúlpate, pero rapidito que llevo prisa —le chasqueo los dedos en la cara.
—¿Por qué debería? La culpa de andar embobada la tienes tú.
—Y tú tienes el doble de culpa, por existir.
—El tiempo que no te ví, me olvide lo impertinente que eras.
—Yo me olvidé de que tú existías. Y esos fueron los mejores días de mi vida.
—En eso estamos de acuerdo, buena para nada —agravó su tono.
—Claro que lo estamos, niñito de mamá.
El odio reflejado en nuestros celestes ojos chisporroteo durante el hostil acercamiento como en las escenas anime. Cuando me fijé en lo que traía entre brazos tuve que hacer un comentario ofensivo.
—No es un secreto el que seas un afeminado pero ¿Como porque traes un peluche? A tu edad ya eso es algo... rarito.
—Primero, este oso no es mío. Lo encontré frente a mi puerta y supuse que le pertenecía a alguna de esa niñas —ahora que lo menciona, creo haber visto a Jeune dormida con ese juguete una noche que las arrope—, y segundo, no soy un afeminado, ¿Te quedó claro?
—Clarísimo —dije insincera pareciendo sincera.
—¿Sabes que? Mejor dáselo tú —me paso el osito que por reflejo sujeté—, estoy muy ocupado estudiando. Cosa que la inculta persona que se la pasa en el teléfono, y que de casualidad tengo estorbando enfrente, jamás entendería la importancia de realizarse en la vida.
Cuánto deseó... Romperle la nariz...
—Y dame esto —descaradamente, me arrebato la rebanada de la torta de Selva Negra—. Gracias por traerme el aperitivo que ¡Yo! Le pide a la cocinera y que preparó especialmente, ¡Para mí!
Casi tarareando se retiró a sus aposentos, enseguida que efectuó ese unilateral trueque. ¡Sin que yo pudiera contestarle a sus insultos de forma más insultante e ingeniosa!
¡Ese maldito mocoso se cree la última Coca Cola del desierto nada más porque nunca ha sacado una calificación que no sea díez, tiene una habitación solo para sus trofeos y reconocimientos, es el primero de su clase, su año y presidente del consejo estudiantil, y entró al mejor conservatorio de música de la zona!
Piensa que por ser el consentido de Elliot puede tratarme como se le dé su regalada gana, pero fíjate que no. Yo puedo hacer lo que él y hasta más. También fui la primera de mi clase y del año, gane trofeos y medallas, obtuve el primer lugar—él obtuvo el segundo lugar—en la prueba de ingreso del conservatorio.
Un día he de golpearte en donde más te duele. Y no me refiero a un aspecto intangible como lo es el orgullo. No soy tan infantil como para culpar a alguien más de las desgracias de mi vida pero ¡Todo se fue al caño por su maldita culpa!
Uy... Le arranqué la cabeza al pobre oso sin saberlo. Les diré a las niñas que lo done a la caridad.
Esta clase de desaires de su parte me hacen apreciar claramente las cualidades opuestas de Adrien y las suyas. Pese a su estilo de crianza, el primero es más noble, amable y respetuoso. Queda bastante claro que Émile salio a su madre pero, el señor Agreste no es precisamente un pan de dios, sin ofender al señor, lo que significa que Adrien también salió a su madre pero su madre... nota mental, no sacar el tema de las madres frente a Adrien.
Simpatizo con ese tipo de dolor ajeno.
(....)
Son las 18:30, significa que faltan treinta minutos para que todos vayan al comedor y significa que tengo treinta minutos para preparar mi plan de venganza que culminará hasta el domingo a esta misma hora.
No será una Vendetta tan terrible o satisfactoria pero al menos le sacará canas verdes a Elliot, a su esposa bruja y a su hijito, que sospechó que se chupa el dedo.
Repasemos el plan, empezando por la vestimenta.
¿Pants deportivos grises?
Listos y holgados.
¿Sandalias o chanclas de siempre?
En mis pies.
¿Camiseta vieja y negra que me hace ver cómo un saco de papas?
Puesta.
Para complementar, mi carente destreza con el cabello ayudó a hacer una floja coleta que se sostuvo con un lápiz.
Al mirarme en el espejo recién salida del baño, juzgue, que no hay mejor look para ir a un evento de carácter formal.
Llegar tarde sería la cereza del pastel que Émile me arrebató, sin embargo, debo irme a la de ya para tener el mejor asiento de la mesa con tal de contemplar el desastre que haré en primera línea.
Si, mejor me callo antes de que alguien oiga mi risa malvada tipo Light Yagami.
Baje al salón de puntillas evadiendo con éxito al personal encargado de los arreglos. Es bastante simple; entrar y salir antes que los demás para llegar tarde y que nadie sospeche. O tengas pruebas sólidas contra mis travesuras.
La mesa recién puesta por las empleadas domésticas quedó impecable por la pureza del mantel color perla y la fina vajilla en conjunto con el juego de cubiertos plateados que relucía bajo las luces del candelabro... ¿Qué manía tienen los ricos con los candelabros? Los ponen en cada espacio como si no existieran los focos ahorradores, pero bueno, a lo que vine toda fachosa.
En total, hay ocho asientos para cada uno. El orden jerárquico de presidencia a precedencia determinará el asiento dónde pondrá cada quien su trasero. Comparado con el protocolo inglés, en Francia los anfitriones no utilizan las cabeceras de la mesa sino que se sientan en el centro, compartiendo presidencia con los invitados uno frente al otro. Conociendo lo perfeccionista y obsesiva que es Jacqueline, debió de planificar el más mínimo detalle del orden para que su cena fuera digna de la realeza—que risa me da que se crea es de la realeza y que su niñito es un príncipe—suerte que ando por aquí para recordarles la dura realidad.
Lo que he aprendido de esta tortuosa convivencia es que es muy metódica respecto a los sitios pues no les gusta que entremos como bárbaros y elijamos el mejor sitio al lado del jamón. Generalmente es considerado una grosería en Francia. No obstante, Émile fue grosero conmigo así que le devolveré la misma moneda a su mamita, ocupando, la silla destinada a Elliot. Pues no hay mayor descortesía que ir en contra de los deseos del anfitrión. Y no hay peor cosa que le provoque mayor enojo a mi madrastra, que ver mi cara.
Ahora que me encuentro sentada haciendo frente a la puerta de servicio, de esta manera, controlare las entradas para que el servicio proceda a servir.
¡Pondré el pan al revés! Lo que es casi un tabú porque en la Francia de las ejecuciones, se convocaba a los verdugos poniendo su pan boca abajo.
¡¡Colocaré las puntas de los tenedores boca arriba!!
Y dejaré de reír estilo "dios del nuevo mundo" por cada maldad que haga.
Ya les debía está actualización porque últimamente la historia a ganados más votos y vistas 🥳 y la cuarta temporada de Miraculous cada vez está mas intensa. En cada final de los capítulos, me quedo así 😲
Por lo que quizás está sea el fic en el que trabaje más seguido.
Y como vieron hoy, Winter a escondido la existencia de su Émile demasiado bien, quizás por la fricción entre ambos, o por lo que ella afirma, él hizo y la arruinó.
Seguido de eso, su malévolo plan para desquitarse con su madrastra, a la que no solo conocerán, sino que a la familia completa cuya relación es más compleja de lo que se aparenta.
¿Cómo es que Winter sabe de los secretos de los miraculous?
¿Descubrirá antes que Alya la identidad de Ladybug?
¿Podrá desquitarse de Émile?
Ya pronto les traeré el capítulo cinco que por problemas de planificación no he hecho y el que sigue de este ;)
Y de la forma más cordial les invito a darle una ojeada a mi segunda cuenta NoesisBlackV dónde por fin he publicado una historia de mi autoría llamada Belladonna La Muerte Como Una Bella Mujer.
Me hará muy feliz que le dieran el beneficio de la duda, cuendo puedan.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro