Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Onze

~♪Girls like you♪~

«Spent 24 hour
I need more hours with you
You spent the weekend getting even
We spent the late nights
Making things right between us»

Pov Winter

¿Cómo... Me escapó de aquí?

Necesito hallar una salida antes de que Éclair terminé de ver las muestras de perfume.

¡Cálmate y piensa Winter!

¿Que haría el chapo? ¿Que haría el chapo?

En este cubículo no había más que un espejo y esa cosa en la pared para colgar la ropa. Es 99% seguro de que aquí no hay un pasadizo secreto. Espié sin levantar mucho la cortina, a la zanahoria alfa. Al estar tan concentrada en los distintos olores comerciales, ví un chance de llegar a la puerta. Camuflando mi ser entre los maniquíes y la ropa en exhibición, no se ni cómo lo hice pero lo hice. Salí a la vez que unos clientes entraban, volviéndome así, casi indetectable.

Aún puesto el conjunto que me hacia ver como una fresa, no me preocupe. Éclair lo pago enseguida de que gritó lo de mis pompis, entonces no es robó.

Pero aún libre de cargos, no supe cuánto duraría mi suerte así que me alejé una par de calles a esperar a ese stalker que se hace llamar hombre de negocios para que me sacara de esto, antes de que también me escogiera ropa interior.

Lo desventaja de no usar tacones con regularidad es que olvidas como caminar con ellos, sin morir en el intento, y casi me mató al pisar una grieta.

¡Al diablo con realzar el trasero, la elegancia y sensualidad al caminar por la ilusión de piernas más largas! ¡Estas cosas son mas peligrosas que los akumatizados!

El lado bueno, es que mis pocos conocidos no están ni remotamente cerca de aquí para verme hacer el ridículo. Esperó.

—Jovencita, ¿Te encuentres bien?—. Al alzar la vista, lo primero que ví fue una camisa roja con un motivo de flores blancas, usada por un adulto mayor de baja estatura, que me ofreció su mano. 

—Si, nomás me lastime el orgullo—. Sacudí mis rodillas que por suerte no se rasparon. Mucho—. ¿Señor...?

¿Soy yo o, porque me está mirando de esa forma tan... Absorta? ¿Se me corrió el maquillaje que Éclair puso en mi cara contra mi voluntad y ahora parezco un mapache? ¿O será la demencia senil?

—Ah, yo... Llámame Sr. Chan—. Wow el primer chino que conozco. No, ese fue el tío de Marinette que casi me ahoga en su sopa—. Jovencita, si tienes frío deberías abrigarte bien. Tus manos están tan heladas como las de un muerto.

—El cuerpo humano puede acostumbrarse a todo Sr. Chan. Además, estoy así... Siempre.

Unos días más fría que otros, o es lo que la gente dice. Yo en realidad no siento frío como tal. Pero el calor si

—¡¿Siempre?! Ya veo...—. Pensativo nuevamente, no tardó en volver su vista a los alrededores—. Inicialmente vine a quien a comprar algo de ropa, he oído que las tiendas de aquí tiene buenos precios—. Cosa que yo aprendí de la peor forma—. Pero me temo que me perdí... ¡Aquí tengo mi dirección por si pasaba esto!—. De un bolsillo sacó un trozo de papel que me mostró—. Lo que no recuerdo es cómo llegar a mi casa, ¿Podrías ayudarme? Se que es mucho pedir para un desconocido...

Por mí, el único problemas es que aun no me se ubicar por lo mismo de que no me gusta salir. Lo que si, es que si le pregunto a Éclair, ella no dirá que no al tratarse de ayudar. Digo, ninguna de nosotras dejaría a nuestro abuelo si se perdiera. Y si ella le pregunta a Edmund, él no dirá que no para complacerle y mantener su imagen del hombre perfecto.

—Le diré a mi hermana. Probablemente diga que sí...—. Despacio, me moví en retroceso—. De favor, no se mueva de aquí.

(....)

El interior del auto se llenó de las risas de la futura novia y el anciano chino, que conversaban sobre el arte del Feng Shui. En camino a la dirección que nos dio.

Sin remedio, me tocó sentarme al lado de mi archienemigo. Ha de estar sufriendo el pobre por no poder sentarse junto a su amada.

—Hoy nada te sale como lo planeaste, ¿Si o no?—. Amplia y falsamente, me sonrió.

—No... No como a ti que hoy tienes una cita ya planeada.

¿What?

—¿Te afectó no estar con Éclair 24 horas seguí o que te pasa? Hasta donde yo sé, mi única cita de hoy, es de estudios—. Él, irritante, ahogó una carcajada.

—¿Cita de estudios en un barco, con un chico? Pues que estudiosa eres—. ¿Acaso este imbécil...?—. Ay cuñadita, antes te inventabas mejores excusas. O saltabas del auto a la primera.

—Y antes de saber que eras un obsesivo y celoso CEO, me caías mejor—. De hecho no, al momento que lo conocí, me cayó gordo. Y tal parece, el sentimiento fue y sigue siendo mutuo—. Ni quiero saber cómo ni porque medio te enteraste pero... No es un date. Que te quedé claro, cuernudo.

—Y que a ti te quedé claro, que no soy un cuernudo—.  Si eso es lo quiere creer, que así sea—.
Además, si no es una cita, ¿Para que te arreglas tanto y te maquillas? Que yo sepa aún falta para Halloween.

—Si me veo así es porque Éclair... Me llevo a...—. La oración quedó incompleta por lo que me puse a pensar.

Me dejo faltar, muy fácil, a pesar de que insistió en que no faltará tanto porque sabe que mi promedio apenas es suficiente para no repetir año, para poder ir de compras. Y eso de que Edmund no supiera que iba estar hoy con ella, es raro. Normalmente uno sabe la agenda del otro y se comunican los pequeños cambios que surgen de repente, para así coordinarse, o espiarse mejor dicho, por lo que debió saber que yo vendría aún si fue de imprevisto.

¡Espera! Éclair solo usa usa perfumes de Chanel o los que él le regala, ¿Entonces porque probaba muestras de marcas que no usaría, casualmente dando la espalda del probador donde estaba? 

En la mañana me puso de su perfume por lo que dudo que fuera a arriesgarse a que las fragancias se mezclen. Es muy sensible a los olores.

Me dio una oportunidad muy buena de escapar... Siempre sabe que escapo si la situación no es de mi agrado... Y me fui, sin poder ponerme mi ropa, que ella tenía...

Y Edmund sabía que... No, si hoy fue al set es porque verdaderamente tenía que supervisar la producción. Puede ser muy extremista tratándose de su prometida pero también es un hombre muy comprometido con su trabajo, lo que supondría que hoy no tendría tiempo de enterarse o preocuparse por lo que hice o no hice ayer, mucho menos de indagar en los detalles más pequeños. Bernard no paso por nosotras, lo que quiere decir que no estuvo viéndonos. La única forma de enterarse de el compromiso que tenía para hoy era...

"Me enteré de lo que las niñas hicieron ayer"

¡Ese par de mocosas cabeza de calabaza! Debieron contárselo a Éclair y ella a Edmund que me reuniría con...

¿Ropa nueva? ¿Peinado nuevo? ¿Maquillaje? Sabiendo que a dónde tenía que ir...

¡No...!

¡Me engañaron!

—Te tardaste—. Me sonrió, como toda una serpiente con eso ojos verdes que relucian de malicia—. Cu-ña-da.

¡¡HIJOS DE SU-...!!

—¡¿Winter?!

—¿Qué?—. Me calme, por respeto al invitado que nos acompaña.

Razón por la que no le arroje el zapato puntiagudo a la cara.

—El Sr. Chan te está hablando.

—Mande.

—Solo le decía a tu hermana mayor que la salud es una cualidad que ya no se valora como antes. Ya estoy viejo, supongo que por eso ahora que veo a la juventud no puedo evitar preocuparme—. Habla como todo un sabio de esos que salen en las películas, con palabras poco claras y eso—. Eres una jovencita muy amable—. Según yo, soy cínica y antisocial pero si el quiere creerlo, haya él—.  Por eso me preocupa que te expongas a salir así aún estando enferma.

—¿Estoy enferma?—. Yo me siento, regular.

—Aunque nunca has sido muy normal que digamos, yo te veo bien.

—Ay pero si achú—. Lo dice el acosador.

—Aww, gracias por su preocupación-. Se dirigió al oriental—  Winter puede ser muy descuidada...

—Ay pero si achú—. Lo dice quién se perdía cada que salía.

—Pero en general es muy saludable, solo mírela—. Me miró sin sus lentes oscuros—. ¿Qué no es un rayo de sol?

A lo que Edmund y yo nos miramos raro. Según yo, soy más como una nube negra sobre Chernóbil  pero si eso el lo que quiere creer, haya ella.

—Puede parecer bien pero no todo es exterior, por ejemplo, he notado que no solo sus manos están muy heladas

—Bueno, vera, eso se debe a... Se debe a... ¿A qué se debe?

—Lo siento querida, es una rareza para la qué aún no he hallado explicación.

—Menos yo. Mi tía dice que así estoy desde que nací, que así estoy bien y debo quererme tal como Dios me hizo—. Es lo que me viene cantando... Desde que nací—. Pero como dijo ella, en general, soy saludable.

—¿Desde que naciste? ¿Estás segura?

—Simón  

por si no entendió lo que dije, explique es una forma de decir "si" de donde vengo. Murmuro algo que no escuche con claridad con una cara de preocupación pero regreso a su animo cuando el auto se detuvo, viendo que llegamos. El chofer, que tristemente no era Bernard con quien me gusta pelear e intentar que se corrompa, abrió la puerta y le asistió a la hora bajarse con todo y bastón.

—¡Adiós Sr Chan, cuídese mucho y no olvide tener siempre consigo la dirección de su casa!—. El viejito agradeció el aventón y su atención—. Antes de que se vaya ¿Tiene algún otro consejo para armonizar el dormitorio?

¡Y dale con esa filosofía china ancestral!

—Una cama no demasiado pequeña y centrada en la habitación... Con elementos de apoyo a cada lado... Luces cálidas y colores suaves, son las bases para conseguir un dormitorio armonioso, donde la energía circule de forma correcta—. Quien sabe si eso sirva para el cuarto de un hotel pero si es lo que quiere escuchar, ella vera—. Y aunque no aplique en la mayoría de las viviendas, la dirección hacia donde la habitación esté orientada, habrá diferentes tipos de energía; el sur es la peor orientación para el descanso ya que está cargada de energía negativa.

Creo que mi habitación esta orientada al sur, ¿Será por eso que cada día amanezco de malas?

—Son cosas básicas pero si quieres aprender mas, estar comunicados seria bueno—. Enseguida, mi hermana la tonta enamorada le paso una hojita y un bolígrafo rosa donde el oriental anoto su número y se lo dió a ella—. Gracias. Pueden llamarme cuando quieran.

Nos despedimos al fin cuando vimos que entro a su casa. 

—¡Edmund, cuando tengamos nuestra propia casa voy contratar al Sr Chan como decorador! Ya puedo ver la armonía circulando dentro de hogar.

—Y yo ya puede ver el incendio que vas a provocar por poner tantas vela para que el chi se instale en tu habitación.

_Descuida cuñada, tu vas a estar a salvo muuuy, lejos de nosotros—. ¿Y dejar que tu vida de recién casados sea perfecta? Sueña.

—¿Que las niñas y yo no vamos a vivir con ustedes?—. en 3... 2...

—¡¡Claro que van a vivir con nosotros!!—. Tomalá—. Están chiquitas, necesitan quien las cuiden...

Puso esos ojitos tiernos a los que Edmund no puede resistirse ni aunque su vida dependiera de ello.

—¡Bien, compraré la casa mas grande que encuentre!—. De seguro piensa que mientras mas grande, menos probabilidad hay de vernos las caras.

Que ternura me da que sea tan iluso.

(....)

¡¡¡DEFINITIVAMENTE VOY A DESTRUIR SUS MOMENTOS MAS FELICES DE RECIÉN CASADOS!!!

¡Como se atreve a abandonarme en una distrito que no conozco con el pretexto "tenemos prisa, surgió un problema en la empresa"! Ni tiempo me dio de informarle que no reconozco esta zona cuando me saco casi a patadas del auto mientras Éclair fue a darle dinero a un señor en la banqueta mas adelante de nosostros.

Un día lo mataré mientras duerme y haré que parezca suicidio... Después de ver una película de asesinatos para darme una idea del como.

De momento, tendré que caminar no se cuantos kilómetros. Espero que sean menos, para averiguar ¿Dónde jodidos estoy? y de ahí, ir a la casa... Barco de los Couffaine. Llamaría a un taxi, de no ser porque mi cel se quedo dentro de mi chaqueta que la despistada tiene en su poder.

Pise la banqueta con enojo.

Pero vamos Winter, si Jesús aguanto 40 días en el desierto según mis clases de catecismo, tú puedes aguantar caminar con tacones un par de calles.

Y justo cuando me sentía desfallecer como en el desierto, fui testigo de un milagro, o tal ves del diablo disfrazado de heladero. Cuestión que no me moleste en saber. Porque si tiene de chicle con masmelos, no me importaría venderle mi alma.

Avance lo mas rápido que pude con cierta torpeza. Debí preguntarle como se usan estas cosas antes. L he visto correr con plataformas el doble de altas y sigo sin explicarme como sigue sin romperse una pierna.

A pocos metros de la meta, arregle el moño en mi cuello y me aproxime al hombre de bigote pequeño. Lastima que personas con zapatos normales se me adelantaron por lo que tuve que sentarme a esperar en una banca. Aburrida por no tener mi celular, suspire. Oyendo la canción del heladero de fondo.

Ya no es un secreto el que se llama André.

—¡Y para la señorita de ahí, tengo un sabor que hará que su bonita cara tengo una sonrisa aun mas bonita!

¿Cuál señorita de hermosa cara? ah, me habla a mi, ya.

Me levante y con su brazo alrededor de mis hombros me guío a su carrito.

—¿Como te llamas, querida?

—... Winter—. Nunca había conocido a un vendedor tan amistoso. Usualmente solo pido una esfera de cada sabor, pago y adiós. 

Me quede con las palabras en la boca sobre que sabor quería pues ya había sumergido el funderelele y puesto las esferas en el cucurucho.

—Chicle con masmelos como sus ojos, de carbón como su cabello—. Primero, ¿De quien esta hablando? Segundo, ¿Cómo supo el sabor que quería? fueron las preguntas que me hice después de que me lo entrego. Y tercero.

—Gracias.

Hace tiempo que quería probar el de carbón así que no contradije la, muy rara elección de sabores que no puedo acabar de entender. Metí la mano en el bolsillo de la falda, acordándome de que mi chequera también, la tiene mi hermana la mayor. Ay no...

Keep calm y que no panda el cúnico. 

El universo ha de ayudarte Winter, te lo debe por hacerte hija de Elliot.

—Aquí tiene—. una mano con la justa cantidad de dinero, paso frente a mi hacia André.

Gracias universo y, chico de las gafas que se me hace conocido.

—Tu debes ser el joven afortunado, permíteme...—. Volvió a sacar un bolas de nieve similares a las mías y colocarlas en un cucurucho que posteriormente le entrego—. Son una linda pareja que no se ve todos los días.

¡¿WHAT?!

—¡No somos pareja!—. Gritamos por igual yo el chico que creo, ¿Es Jerome? la verdad no se. Vi su cara solamente cuando trajo mi orden.

—¿No lo son?—. Repetimos que "no", mas calmados o sino pareceríamos una pareja real que trata de ocultarlo—. Tal vez no lo sean pero cuando hay amor ardiendo en un corazón ¡André lo sabe enseguida!—. Como que le fallo. Mi corazón debe estar a -89° segurísimo—. Vamos, incluso si no están juntos puedo ver que indudablemente hay alguien. Coman esto, disfrútenlo yo se que su persona amada esta allá afuera en algún lugar, solo deben creer en que aparecerá.

Hay que darle en beneficio de la duda. Aparte de que es gratis, uno nunca se sabe, ¿Qué tal si Sebastián Rulli anda de incognito por aquí? 

Alejándonos seguido de agradecerle por su peculiar, atención al cliente, avanzamos en la misma dirección como una coincidencia.

—Por poco y no te reconocía, Esmeralda—. Si, si es Jerome.

—Lo mismo digo. Con gafas también eres irreconocible.

En especial para una persona que olvida rostros y apellidos si los considera personas irrelevantes en su vida. Como yo.

—Las necesito—. Frustrado, resopló—. En el trabajo uso lentes de contacto... Lo se, me veo... Extraño. Por eso no me gustan—. Tratando de ocultar su perfil, vio a otro lado.

—Yo te veo muy normal.

Sinceramente lo digo. Es la persona mas normal que ha conocido desde que nos mudamos de Neuilly-sur-Seine. O me quieren hervir, pedir favores incómodos y tirarme instrumentos, hasta el heladero me quiere emparejar. Y seriamente estoy pensando en conseguirme un novio aunque sea de manita sudada para terminar con el al poco de andar, con la esperanza de que paren de insistir.

—¿Eso es un cumplido?

—A lo mejor—. Lamí el helado y me entro la curiosidad—. ¿Es cierto que te mareas si te pones lentes?

Quisiera saber para asustar las niñas y haber si a si dejan esos aparatos en paz.

—Tienen ciertos inconvenientes dependiendo del usuario pero eso solo ocurre si están mal graduadas—. Me las paso para que lo comprobara y al ponérmelas, me arrepentí mucho.

Tacones que no sabes usar+gafas no hechas para ti+helado en la mano=me voy a caer de los escalones y a matar.

Por lo menos mi última cena fue helado...

Y se supone que esas eran mis palabras finales pero el universo interfirió, mandando a alguien que a segundos del desastre, me atrapo.

¡Oh genial ¿A quien le debo un favor ahora?!

—¿Por que siempre que nos encontramos corres el riesgo de lastimarte?

—Pregúntale al maldito universo.

Uno de los personajes más queridos de Miraculous, en mi opinión, ha salido en el acto listo para ayudar a la protagonista que no sabe andar con tacones, junto con un famoso heladero, un tímido mesero y ¿Quien será quien le salvó la vida a Winter?

¿Por qué el maestro Fu fue tan curioso respecto a Winter? ¿Coincidencia o algo más?

¿Conseguirá novio aunque sea de mentira

¿Cuál su sabor de helado favorito?

Enseguida subo los otros dos capítulos que espero que les guste tanto como a mí me gusto escribirlos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro