Nike...
Viéndolos en esa mesa recordé todas las malas noticias que me habían dado, no quería pasar por otra.
—Nike —sonreí cuateloso— ¿Esta todo bien?
—Siéntate Wint, tenemos que hablar —me devolvió la sonrisa.
Me senté para empezar a temblar por lo que me fueran a decir.
—Estaba hablando con nuestros padres sobre qué quiero retomar la carrera —confesó.
—Oh gracias a Dios, pensé que alguien había muerto —respiré por fin— eso es bueno no.
—Lo es, solo que no aquí —explicó— me iré a México Wint.
No pude decir nada... no en ese momento, empecé a procesar lo que me decía.
—¡Quieres abandonarnos otra vez! —exclamé molesto.
—Wint claro que no...
—Hace un año dijiste que te quedarías y ahora te vas, a otro país donde por cierto no hablas el idioma —le recordé.
Mi hermano me sonrió para abrazarme, tenía la paciencia para aguantarme.
—No te voy abandonar de acuerdo —me calmó— pero tengo que seguir, te llamaré todas las noches te lo prometo.
No quería que mi hermano se fuera, lo necesitaba para sobrevivir a los almuerzos, su apoyo emocional, a mi hermano mayor en mi vida.
—Porque no aquí, mi universidad tiene un buen programa y si no hay otras universidades más cerca...
Mi hermano me abrazó para calmarme, ahora entendía porque mi mamá lloraba y es que no quería, no soportaba tener a mis hermanos lejos.
—Escucha mi niño sé que es difícil para ti, para todos pero es lo que necesito, lo que quiero de acuerdo —aseguró besando mi mejilla.
Asentí triste, tenía que apoyarle como él siempre me apoyó.
—¿Por qué México? —deseaba saber.
—Me enamoré —sonrío.
Todos le miramos un poco incómodos, sin saber que decir.
—Tranquilos no de una mujer —aceptó.
—Siempre supe que eras gay —ataque burlón, claramente tenía mis dudas.
Recibí su golpe en mi nuca a lo que mi mamá le miró amenazante.
—Me enamoré de su comida, su cultura y la libertad que senti al estar haya —asintió— tiene una gastronomía extensa y de las mejores que quiero aprender.
—Pero no hablas español, y vas a estar solo —le recordé.
—Puedo aprender además de que es un país muy diverso donde muchos hablan inglés —aseguró— y conocí al primo de Santiago.
—Guapo, alto, pelo largo —recordé a su sexo primo que había visto una vez.
Mi hermano asintió divertido.
—Claro sigue creyéndote hetero —asegure.
Otro golpe más, papa negó divertido.
—El punto es que me ayudará a mudarme y con el papeleo en la escuela —nos calmó.
—Es lo que quieres Nike —preguntó papá.
—Si, lo quiero —asintió.
—Entonces te apoyaremos —afirmó mamá tomando su mano.
Mi hermano me miró espectante.
—Solo te puedes ir con una condición —susurre abrazándolo.
—¿Qué? —preguntó inseguro.
—Enséñame a cocinar, no puedo vivir con él huevo de mamá todos los desayunos —pedí nervioso.
—Ah muy bien señorito a ver quien te da de desayunar mañana —regaño mamá
Empezamos a discutir sobre lo ocurrido, entre risas bajo el bebé de la casa, medio adormilado y despeinado dando brincos por el yeso.
—¿Qué está pasando? —preguntó frotándose los ojos.
Nike nos miró en busca de ayuda.
—Tu eres el que se va, tu te enfrentas a él —susurre levantándome para huir.
—Suerte —dijeron mis padres dejándolo con la mini bestia.
—Venga Charms te llevaré por un helado —dijo llegando a él para cargarle.
Subí a mi habitación para dormir, lo necesitaba de verdad.
Me quedé dormido hasta la mañana siguiente cuando era hora de ir a la escuela, mi mamá me llevó pues Lu pasaría por Santi ya que no podía manejar.
—Te recojo en la tarde para llevarte a tu cita en el doctor —dijo mientras se estacionaba.
—Para que vamos si ya sabemos lo que dirá: todo bien, más fisioterapia, Wint no comas dulces en la madrugada —asentí— mejor salimos y me llevas a comprar ropa.
—Tengo cuatro hijos que te hace creer que tengo dinero para ir de compras contigo —arqueo la ceja.
—Te invito una malteada —sonreí.
Mamá negó divertida para besar mi frente.
—Irás a la cita del doctor y si te portas bien te compro una cajita feliz —sonrió.
—Puedo llevará mi nene —pedí victorioso.
—El ya viene en el paquete no —sonrió— anda se te hará tarde.
Salí del auto para entrar, mi corazón empezó a latir cuando ese pequeño ser llegó a mi corriendo para abrazarme con fuerza.
—Te extrañe —sonrió abrazándome.
—Oh yo más Bal Bal —dije besando sus labios.
Nos quedamos ahí por un rato hasta que nos separamos.
—Soy el mejor novio del mundo —aseguró.
—No te lo puedo negar —señale— ¿Quieres darme más razones?
—Te traje palitos de queso —sonrió para besarme.
—Sin duda el mejor novio del mundo —acepté.
Nos fuimos a desayunar los deliciosos palitos de donde trabaja el nene.
—También traje un hot dog a Lu por lo de ayer —sonrió— y una hamburguesa a Santi.
Le miré un poco confundido.
—¿Por qué a Santi? —pregunté confundido.
—Pues porque le acaban de dar el susto de su vida —aseguró— mi hermano siempre decía que la comida resuelve todo, ademas es un buen amigo.
Le miré indeciso, no quería cagarla con mi nene.
—Ya se te puede hacer corto circuito, tu novio y tu ex siendo amigos —señaló— pero las cosas pasan.
—Pasan —asentí recordando.
Bal me abrazó para recargarse en mi.
Me quedé jugando con su mano, mientras lo alimentaba de palitos de queso.
—Aww pero que bonitos —se burló Lu— ¿Por qué nunca me traste así?
—Por que éramos pareja de closet —señaló Santiago recordándole.
Lu asintió para reírse, quien sabe que locos pensamientos pasaban por su cabeza.
—¡Tu pequeño traidor! —regaño Lu.
—Te traje un Hot dog —interrumpió antes de que le reprochara más.
—No me puedo enojar contigo —sonrió sentándose.
Miré al moreno quien ni siquiera me miraba a los ojos.
—Te traje una hamburguesa a ti grandulón —sonrió el nene.
—Gracias patito —agradeció para sentarse.
Bal le abrazó para después darle su hamburguesa, cuando iba a regresar para sentarse Lu lo atrajo a él para no soltare.
—Wint —dijo extendiéndome la mano para que lo ayudara.
—Suéltale cabron —gruñi, al soltarlo por el impulso mis palitos cayeron al suelo.
Ambos miramos al latino molestos.
—Ya se, ya se voy a comprar otros —se disculpo— acompáñame Cani quiero un helado.
—Solo si me compras uno de chocolate —asintió.
Lu me miró riendo.
—Yo quiero el mío de frutos rojos —giño burlón.
El cabron nos dejó a solas por fin.
—Hey, ¿Cómo estas? —pregunte al moreno.
—Bien —dijo sin mirarme— me duele un poco.
Asentí para suspirar y mirarle por fin.
—Santi por favor no le digas nada a Bal —me adelante.
El latino levantó la mirada para verme por fin.
—Lo que hicimos estuvo mal Invierno, estas con Patito y debo respetarlo porque no se lo merece —aseguró— es un buen chico, así que creó que debemos hacer como si fuéramos nuevos amigos.
—¿Nuevos amigos? —pregunté confundido.
—Así es, suponer que a partir de hoy nos conocimos y nuestro pasado no pasó —explicó.
Asentí entendiéndolo.
—Bien, es bueno que olvidemos que fuimos novios y ser nuevos amigos —asegure— sin sentimientos.
El chico sonrió para negar ligeramente.
—No, no, yo no lo olvido solo lo dejo en pausa —aseguró— jugaré el juego largo y esperaré hasta que sea tiempo de entrar, por mi, por ti y por patito.
Suspire, siempre el helado de chocolate.
—Me estresas cabron —gruñi.
Santiago asintió riendo comiendo su hamburguesa.
Los chicos llegaron con helados, dos de chocolate y uno de frutos rojos.
—No sabíamos de cual querías así que te traje para que escojas —sonrió el nene.
Miré los helados con la sonrisa burlona de Lu, escogí el de frutos rojos.
Lu sonrió para asentir nos acabamos el helado para irnos a la hora de clase.
Al llegar Santi se sentó subiendo su pierna en una de las sillas.
—Ese es mi lugar —gruño Bal.
—Lo siento patito pero debo tener la pierna en alto —sonrió para fastidiarle— con tu tamaño no debe ser difícil encontrar lugar.
Bal le miró arqueando la ceja para sentarse en su regazo subiendo sus piernitas en mi.
—Tienes razón —sonrió feliz— donde sea, y estás muy cómodo.
Santiago gruñó, empezaron a discutir como siempre mientras en mi cabeza iba y venía en miles de pensamientos, recayendo en lo del beso.
—Lo más importante en una relación es la confianza, sin secretos buenas relaciones —aseguró mi patito.
—Es el sexo, siempre el sexo —debatió Santi, aún teniéndolo en sus piernas.
—Amor dile a este imbecil que es más importante —gruño mi nene.
—Yo... besé a Santiago —lo solté.
Santiago bufó poniendo los ojos en blanco, Bal me miró arqueando la ceja.
—No fue nada Bal, la primera vez lo besé porque estaba en pleno ataque de pánico y no sabía que hacer y la segunda fue cuando le dijeron que no tenía cáncer y lo hice para demostrarle que no sentía nada por él —confesé— fue solo un beso que no significó nada.
Bal asintió serio para luego ver a Santi.
—¿No fue nada? —preguntó.
—Cuando un beso es algo —señaló el moreno— respeto su relación, y no quisiera que terminaran por un beso tonto que no fue nada.
Santi me miró para luego ver a Bal.
—No como otros que si Lu los besa termina metiéndote un bastonazo en la cara —me miró molesto.
Asentí recordando cuando me importaban los besos de Lu.
—Entonces... los besos no son nada —aseguró Bal arqueado la ceja— y puedo besar a quien sea y no habrá problemas
—Exacto, es un beso solamente —asentí.
Mi nene sonrió para mirar a Santiago, sin pensarlo se acercó a él para besar sus labios, Santiago respondió al beso y de un momento a otro mi cerebro explotó.
—¡Está bien, ya entendí! —exclamé molestándome un poco.
Bal se separó dando palamaditas en su mejilla, se acercó a mi para tomar mi cara con sus manitas.
—Vuélvelo a besar y no tendrás más besitos de mi parte —aseguró besando mis labios.
—No volverá a pasar lo prometo —aseguró— ya elegí los frutos rojos.
—De verdad escuchaste la historia de los helados de Lu —mencionó Bal— pensé que era una tontería.
Negué divertido, para mi había tendido sentido.
Balder se sentó a mi lado para abrazarme, lo rodeé con mis brazos para llenarlo de besitos.
—Y tú latino, si vuelves acercarte de esa manera a mi novio descubrirás lo que 1.65 de furia puede hacer —sentenció.
Santiago asintió, tratando de evitar reírse por el niño.
Horas más tarde salimos de la escuela para esperar a que llegara mi mamá.
—Al carajo que no, me vas a llevar a mi casa —gruño Santi.
—Que si cabron después del hospital y mi cajita feliz —gruñi.
—Patéticos —se burló el nene— ¿Creen que pueda entrar al área de juegos?
Santiago se partió de la risa, mientras yo negué para besar sus labios, una voz nos sacó de nuestro momento.
—Balder —llamó la voz— Bal.
El cuerpo de mi nene se tensó presionando mi mano con fuerza.
—¿Quién es Bal? —pregunté preocupado.
—Mi madre... mi madre biología —expresó con un nudo en la garganta.
De un momento a otro todo se derrumbó.
Esto se va a poner bueno...
¿Se nos va Nike? Personalmente me gusta la idea de que el nene se realice personalmente. 🙌🏻
¿Cómo le habrá ido con el pequeño diablillo?🥴
Confirmo Bal es el mejor novio, si que si.💕
Se esperaban el beso de Santi y Bal, la neta si los shippeo jaja 🌚
La mamá de Bal regresó, ¿lloraremos? Si probablemente 🥺
Nos vemos la siguiente semana😉
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