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Happy Duckday

Sentí el peso de la cama hundirse seguido del grito de mi hermano, apenas y me moví.

—¡Invierno ayuda! —me gritó.

Gire para ver a ver Charms atacándolo por haberlo despertado.

—Charms —gruñi— si te lo vas a putear hazlo en silencio y déjame dormir.

Después de morderlo intervino mi madre para separarlo de Lu, se nos hacía tardes así que mientras me ayudaba a vestir me miraba molesto.

—En mi defensa no pensé que te mordería tan fuerte —sonreí mirando su pómulo morado.

—Una bestia, tienes por hermano una bestia —gruñó.

Él me tomó en brazos para ponerme en la silla, sin antes darme un buen golpe en el brazo que me dejaría morado.

—Eso es por no ayudarme —aseguró.

Negué con la cabeza divertido, bajamos a desayunar para irnos.

Durante el camino iba pegando la carta que por suerte solo había roto mi hermano a la mitad.

—Por favor no arruines la sorpresa —pedí.

—Yo no... para que me dijiste —gruñó, era malo guardando secretos.

—Lu, concéntrate cabron porque si lo arruinas no detendré a mi hermano —amenace.

Él asintió nervioso, bajamos del auto cuando estábamos por entrar.

—Lu el freno del auto —le recordé.

—Cierto —murmuró.

Después de revisar el freno un par de veces por fin llegamos a la escuela, mi única clase de hoy era con Bal.

Al llegar al salón ahí estaba él en su tableta.

—Don Cani —sonrió Lu— Feliz...

—Cállate yo seré el primero —interrumpí— feliz cumpleaños mi niño.

Balder sonrió para negar con la cabeza.

—Recuerden es un día común —aclaró.

—Bien feliz dieciséis de Octubre —felicito Lu.

Abrace a mi chico para besar sus cachetitos, el imbecil de Lu también lo hizo.

Terminé por lanzarle una botella de agua, el chico solo se fue riendo, dejándonos a solas.

—Te traje esto, no es un regalo de acuerdo —me adelanté.

Le di la tarjeta, él la miró sin evitar reírse, una tarjeta nivel primaria, llena de diamantina a más no poder, rota por la mitad pero con uno de mis famosos patos.

—Lo aceptaré —sonrió para besar mi boca— listo para comer las mejores hamburguesas de aquí.

—Por supuesto —mentí— solo que tenemos que ir a mi casa, olvide mi medicina así que tenemos que pasar por ella.

Él asintió, aún no se lo imaginaba.

Su teléfono sonó, lo sacó y al ver el número no pudo evitar sonreír.

—Debo contestar —me miró.

Asentí intrigado del dueño de la llamada.

Él contestó escuchando una pequeña voz infantil.

—Hola mi amor —lo llamó, me sorprendió un poco pero así era Bal, hablaba lindo con todos— si estoy bien, con mi novio —me miró pícaro— Aja, te hablo en la noche de acuerdo, si yo también te amo, te extraño muchísimo.

Terminó su llamada para colgar y mirarme, me crucé de brazos.

—¿A quien más llamas mi amor? —pregunté celoso ante su llamada.

Él sonrió para besar mis labios.

—Es mi primito, tiene seis y es como un hermano para mi —explicó.

—De acuerdo, te perdono —bese su frente.

Él me mostró un par de fotos de él, un pequeñito que a simple vista era la cosa más linda del mundo, tenía varías fotos con el pequeño y en todas se veía que se querían mucho.

La nostalgia llegó a mi al recordar cuando mi hermanito me quería.

Acabamos la clase para ir junto con Lu.

—Me siento ofendido —murmuro Lu— porque a él lo llevas a comer hamburguesas y a mi no.

—Porque es mi novio —le recordó.

—Pensé que teníamos algo especial —le miró tomando su mano.

La quite, no me fiaba de él.

—Aléjate de él cabron —le gruñi— tu con cuidado que a este le da por besar a mis novios.

Lu sonrió triunfante.

Nos dirigimos a la casa aunque Bal empezaba hacer preguntas, ¿Por que no te trajo la medicina tu mamá? ¿Por que venía Lu? ¿Había invitado a Lu a nuestra cita? DE VERDAD ME CREÍA CAPAZ.

Llegamos a la casa y estaba nervioso, más por el hecho de que no sabía cómo iba a reaccionar, bese sus labios para sonreírle.

—Vamos si no entras y saludas a mamá se pondrá como loca —asegure.

—De acuerdo —aceptó.

Entramos, antes de que dijera algo gritamos "Sorpresa" no éramos muchos, mamá, papá mis hermanos, Lu quien había invitado a Raven y Jason.

Le mire nervioso, él estaba serio... mierda estaba enojado.

—Yo... se que dijiste que no querías nada pero quería que supieras que no estás solo, si no quieres nos vamos ahora y...

—Wint —me detuvo— gracias... me encanta.

Beso mis labio para abrazarme.

—Gracias a todos —expresó contento.

—Wint nos contó tu plan, comerás las mejores hamburguesas de tu vida ya verás cocino mejor que ese tal Red Robin —aseguró mi hermano.

Balder asistió, después de que todos le dieran su abrazo de cumpleaños fue turno de Charms.

—Felicidades, un año menos para tu muerte —felicito mi hermano.

—Charms —gruñí.

—Déjalo es verdad, gracias Charms —extendió el puño Bal.

Mi hermano me miró, terminó por chocar su puño solo para que no lo regañara.

—Es un avance —sonrió Bal.

—Dale tiempo, te amará es imposible no hacerlo —tome su mano.

Su sonrisa... joder amaba su sonrisa.

Llegó mi parte favorita del día, tragar.

Mi hermano espero paciente a que Balder le diera la mordida a su hamburguesa, los ojitos del pequeño se abrieron grandes.

—Está muy buena —miró a mi hermano.

Mi hermano sonrió orgulloso, el mejor alago para él era cuando felicitaban su comida.

Como los gordos que somos tragamos hamburguesas a más no poder, no mentía yo me había comido tres.

Nos tiramos en el sillón para abrir regalos.

—Este es mío —sonreí— la tarjeta solo era la distracción.

Bal abrió la caja para sacarlo, una sudadera de mezclilla con forro apeluchado por dentro, ademas un llavero en forma de copo de nieve.

—Gracias Wint, me encanta —dijo abrazándome.

—Tengo que cuidarte del frío —sonreí.

Louis le regaló un gorrito y una bufanda, siempre daba los peores regalos, Raven aunque no lo conocía le regaló galletitas caseras y Jason superando a Lu un par de cupones, uno de ellos incluía dejarme entrar a su habitación.

Nos quedamos en la sala platicando de todo hasta que llegó mamá.

—Les parece si partimos el pastel —sonrió mamá— es mi especial, espero te guste Balder.

—Gracias señora Jones, Juls —se corrigió.

Ella le sonrió para acariciar su mejilla con dulzura, era hora de comer más.

Nos sentamos a la mesa para prender las velas, mientras cantábamos la canción observe a Bal, sonreía pero en esa sonrisa ocultaba una gran tristeza.

—Pide un deseo Bal —anime.

—Pide crecer —se burló Lu.

Balder se quedó viendo las velas por un momento.

—Yo... lo siento —murmuró.

El chico se levantó de la mesa para salir de la casa, trate de seguirle con la silla pero era inútil, me levanté desesperado.

—Winter —exclamó mamá.

—Tengo que ir con él —asegure, di un par de paso a la puerta donde estaba mi bastón.

Salí preocupado para verle, estaba ahí sentado a un lado del coche, no iba a llegar lejos pues no sabía bien a donde ir.

—Bal... —lo llamé.

—¿Por qué? —preguntó molesto— te pedí que hiciéramos como si este día fuera como otro pero no, tenías que ser tan bueno como siempre.

—Balder perdón pero no puedes odiar tu cumpleaños...

—¡No lo odio! —me gritó— pero no quería celebrarlo este año, no quería recordar que es el primer cumpleaños sin mi hermano...

Entonces lo comprendí, mi nene estaba sufriendo por mi culpa.

Me senté a su lado para verle apenado.

—Perdón, yo no sabía —me disculpe.

Seque las lágrimas que habían salido de sus ojitos.

—Yo... pensé que si pasaba este día como cualquier otro no dolería tanto, pero llegas tú haciendo lo que él siempre hacía, tratando de darme un cumpleaños inolvidable... y yo... lo extraño Wint, lo extraño mucho —confesó.

Lo atraje a mi pecho para besar su frente.

—Está bien, es normal sentirse así —consolé— puedes llorar si eso quieres.

Él asintió soltando un pequeño sollozó, se levantó de mí pecho para verme.

—Perdón por arruinarte la fiesta —se disculpó.

—Olvídalo —me adelanté— perdóname a mi por no hacer lo que me pediste, debimos ir a Red Robin como querías.

—Solo quería pasar el día contigo —confesó— con alguien que amo y creo que me ama.

—Claro que lo hago —lo atraje a mí besando sus mejillas— tengo un plan pero primer ayúdame a parar.

Sonrió para ayudarme a parar.

—Venga entra al auto —sonreí sacando las llaves del auto de Louis, ahora era yo el encargado de cuidarlas.

Muchas veces nos quedamos fuera por qué el pendejo las perdía o dejaba dentro del auto.

—Pero...

—Tranquilo, no hará nada al respecto —sonreí.

Nos metimos en ese precioso auto que valía más que mi puta vida en palabras de Louis.

Conduje para llevarle a un lugar especial, a mi lugar favorito.

Llegamos pues no estaba muy lejos de aquí.

—Mi cumpleaños después del accidente de mi cadera lo pasé en el hospital, por esos días fue cuando murió mi mejor amigo, cuando lo extraño vengo aquí —conté cambiando un poco la verdad.

Nos bajamos del auto para caminar hasta el lugar, era un parque de fuentes de todo tipo, iluminadas, cerradas e interactivas.

Nos sentamos frente a una de luces para disfrutar el espectáculo,

—nuestras madres nos solían traer aquí, terminábamos empapados y con un resfriado seguro, pero venir aquí solo significaba que nos divertiríamos —conté— cuando lo extraño vengo aquí para recordar los buenos momentos.

Bal se quedó mirando la fuente encantado.

—Siempre fuimos mi hermano y yo, para todo, siempre juntos —explicó— un cumpleaños estaba triste, no recuerdo porque y él para animarme se disfrazó de payaso —sonrió— se veía tan ridículo que siempre que veíamos un payaso nos echábamos a reír, debiste vernos en la película de it.

Sonreí para abrazarle con mi brazo.

—¿Te sientes mejor? —pregunté.

—Creo que si —me miró— gracias.

—Gracias a ti, por llegar a mi vida —bese su frente.

—Me matarás con tanto cariño —se puso rojo.

—Eso nunca —sonreí.

Nos quedamos ahí hasta que oscureció, volvimos a casa para ver a mi madre y a Louis en la puerta cruzados de brazos.

—Están en graves problemas verdad Ma —dijo Louis.

—Oh si —alzó la ceja al ver que era yo quien conducía.

—Perdón Juls, se que se esforzaron mucho en esta fiesta y se los agradezco de verdad, Wint solo quería hacerme sentir mejor —se adelantó.

—No te preocupes Bal, porque no entras y comes algo de pastel —le dijo amable.

El pequeño asintió para entrar con Lu detrás, gruñéndole por llevarse su auto.

Mi madre aguardo a que estuviéramos solos para verme con seriedad.

—¿Está bien? —preguntó por fin.

—Es su primer cumpleaños sin su hermano —explique.

Ella asintió, un año después del accidente yo tampoco había querido celebrar mi cumpleaños.

—¿Tu cadera? —me preguntó.

—No me duele —sonreí— estoy bien.

—No te creo pero anda vamos a dentro —acepto.

Ella pasó su brazo por mis hombros para abrazarme sin antes darme un buen pellizco.

—Auch —respondi a su ataque.

—Vuelves a conducir un auto sin mi supervisión y estarás en graves problemas muchachito —regaño.

—Si mami —sonreí torpe.

Entramos a casa para ahora si comer pastel, ya solo estaba Louis claro, esa noche ambos se quedaron a dormir en mi casa.

Me acosté con mi hombre en mi cama.

—¿Por que a mí me toca el suelo? —preguntó Lu molesto— tú estás en mi lugar.

—Que lastima —sonrió Bal triunfante.

El chico se tiro en la colchoneta de dinosaurio de Charms.

—Bien pero no hagan sus cochinadas... aunque recuerden que estoy disponible para un trío—murmuró.

—¡No! —dijimos al unísono.

Abrace a mi patito que irradiaba calor, justo lo que necesitaba para una noche fría.

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