Halloween
Cerca de las seis de la tarde estaba listo para ir a pedir dulces, excepto que mi hermano aún no estaba listo.
—¡Charmander si no bajas ahora me voy yo solo! —grité al niño que llevaba años.
—¡Ya casi! —gritó emocionado.
La puerta se abrió dejando entrar a los dos chicos quienes venían peleando.
—Tarde —murmuré molesto.
—Hubiéramos llegado antes de no ser porque alguien olvidó sus orejas —gruñó Santi mirando a Bal.
—Lo siento no las encontraba —sonrió acomodándose.
—Vale la pena —miré a mi chico quien lucia precioso.
Se acercó a mí para abrazarme y besar mis labios.
—Pero qué guapo —alago tomando mi mano.
—Espera a ver lo mejor —dije cual niño pequeño.
Prendí la pequeña luz azul de mi bastón para mostrarles.
—Está genial —dijo Bal emocionado— igual que la mía.
Bal sacó su sable que era más pequeño por obvias razones.
—Lo quiero —dijo Charms bajando con mi madre a un lado.
Mire a mi hermano con su disfraz ¡ESTABA DISFRAZADO DEL JODIDO CHARMANDER!
—Te disfrazaste de ti para Halloween —mencioné divertido, no me había dejado ver su disfraz.
—Aja cool no es cierto —sonrió—, y mira mi colita.
Mi hermanito se giró enseñándonos su cola de dragón con una llamita con luces.
Mire a Bal que estaba muerto de ternura.
—Serás el Charmander más aterrador Charms —alago Santi.
Mi hermano corrió a él para abrazarle.
—Nos vamos —sonrió apresurándonos.
—Si si vayan aquí los espero —ordene.
—Mueve el culo Luke —gruñó.
—Esperen quiero una foto —dijo mamá Yam oportuna como siempre.
Pusimos cara pero con una mirada nos obligó, vaya foto: mi novio y mi ex novio cargando a mi hermano en brazos.
—Divinos —sonrió— ahora, los veré aquí a las siete, Charmander no te quiero corriendo como loco y ustedes tres más les vale cuidar a mi bebé —amenazó.
—Tranquila mamá yo lo cuido —aseguré.
Mi mamá besó mi frente para ver a Santi.
—Me los cuidas por favor —pidió, no se fiaba de mi
—Claro que si —sonrió— no los perderé de vista.
Mamá asintió para ver a Bal y abrazarle.
—A ti te encargo a Winter, si se cansa que se siente un momento —pidió— y que no coma dulces.
—¡Oye no! —gruñi, su dieta me estresaba.
—Anden que se les hace tarde —nos corrió.
Claro ningunos hizo caso, Charmander corría de una casa a otra, Santi me tuvo que cargar pues me cansé antes de lo planeado... y Bal se veía tan mono siguiendo a mi hermano.
Por fin los alcanzamos en una casa donde había mucha gente.
—Ya verás aquí dan los mejores dulces —dijo Charms quien ya traía la bolsa a reventar.
—Está bien, solo ya no corras —pidió cansado.
—No aguantas nada patito —se burló Sant.
—Tengo piernas pequeñas, no es fácil —se quejó recargándose en él.
Cuando por fin fue el turno de Charms nos acercamos.
—Oh pero qué cosa tan encantadora, te daré doble cariño —sonrío la mujer regalándole panquesitos de chocolate.
—Gracias señora McCallen —agradeció feliz.
—Anda cariño no seas tímido también te daré doble por ese hermoso disfraz de Yoda —dijo la señora tan amable como cada año.
Santiago se partió en risa, mientras yo miraba la acción.
—Él no...
—Cállate no lo arruines —susurró sacando una bolsa para que le diera los dulces incluido un apretón en su mejilla.
—Vamos Charms tenemos más casas —guió a mi hermano a la siguiente.
Santi estaba que se ahogaba de la risa, y lo admito yo también. Después de un par de casas más era tiempo de volver.
—¿Por qué traías la bolsa oculta? —le pregunté curioso.
—Wint amor por si no lo has notado tengo la estatura de un niño de nuevo, traigo un traje de Yoda de la sección de niños y me veo jodidamente adorable era obvio que me iba a dar dulces —señaló con su paleta— hombre prevenido vale por dos.
Negué divertido, Charmander iba en brazos de Santi pues se había lastimado su pie.
—Mira Wint no hay fila para la casa de terror —señaló emocionado.
—Charms ya nos debemos ir —le recordé.
—Por favor —rogó el niño— será nuestra última oportunidad de entrar.
Miré a los chicos que asintieron.
—Bien, solo una vez —acepté.
Victorioso el niño sonrió, entramos a la casa de los sustos que si estaba casi vacía.
—Oh no pequeñín lo siento solo mayores de ocho, puede ser muy aterradora para ti —dijo el chico de la puerta deteniendo a Bal.
—¡Cómo te atreves cabron! —se molestó el pequeño.
—Disculpa —miró molesto a Bal— te acusaré con tus padres malcriado.
—Tiene dieciocho, está chiquito pero no deberías juzgarlo por eso —defendió mi hermano— ahora cara de cráter déjanos entrar.
Por supuesto nos voto de la casa "para siempre" mi madre seguro nos regañaba por eso.
—Ni hablar tú no te preocupes Bal hay más casas de terror —lo calmó mi hermano.
—Gracias Charms —sonrió aún molesto
Llegamos con mi madre y mi padre quien recién llegaba de su viaje, me abrazó fuerte para besar mi mejilla.
—Te extrañe mi niño —menciono feliz.
—Papá—lo llamé apenado.
—¿Qué ya estás muy grande? —preguntó riendo.
—No, es que los pones celosos —señale, mi padre les miró.
—Mi padre es lucifer —dijo Santiago.
—El mío... sin palabras —recordó Bal, Santi revolvió su cabello.
Papá asintió orgulloso para abrazarlos también.
—¡Oye yo también soy tu hijo! —le gritó Charms molesto en brazos de mamá.
Nos empezamos a reír cuando una pequeña rubia llegó.
—Hola Charms —saludó la rubia disfrazada de Ladybug.
—Hola Amber —sonrió mi hermanito poniéndose rojito.
—Vamos a ir a la casa del terror de la quinta avenida, ¿Quieres venir? —preguntó la niña tan dulce.
—Claro —asintió feliz.
La niñita le dió la mano a mi hermano la cual tomó sin pensarla, medio cojeando se fue con la chica.
—¡Charms tu pie! —gritó mamá pero el niño ya se había ido.
—Nosotros nos vamos —le recordé a mamá besando su mejilla— llegó mañana.
—Por mi quédate el tiempo que quieras —sonrió papá.
—Señor Jones yo que le hice —mencionó Santi molesto.
Le pegué molesto, nos fuimos a la fiesta, en el camino Bal se quedó dormido y Dios me derretía de ternura.
Llegamos para ver esa particular escena, Raven se estaba comiendo a Lu afuera del hotel donde sería la fiesta.
—Pero bueno —dijo Santi divertido.
La chica se separó para mirarnos riendo.
—Baboso que a ti no te den no es mi culpa —regaño Lu molesto.
Negamos divertidos, bajamos despertando a Bal, abracé al chico que aún estaba medio adormilado.
—No podemos pasar a lo de comer dulces y las películas —pidió mi nene.
—Vamos te vas a divertir —sonreí.
Asintió recargándose en mí para que lo abrazara, entramos para no tardar más de diez segundos con una cerveza en mano, la cual me la quito Santiago.
—¡Hey! —exclamé molesto.
—Estas tomando medicina y la verdad te pones de odioso cuando bebes —dijo dándole un trago.
—Pero si tú —señale.
—Yo aguantó —guiñó, era verdad.
—Vamos Bal te vamos a poner bien pedo —sonrió Lu divertido.
—El alcohol y yo no nos llevamos —mencionó negando.
—¿Por qué? —preguntó Raven confundido.
—Mucho alcohol en un cuerpo tan pequeño funciona como energetizante —explicó— y créeme no me quieres ver después de dos tragos.
—Yo si —dijo Lu llevándoselo.
Estuvimos un rato bebiendo, el nene solo aguanto dos tragos de tequila para terminar vomitando.
—Tranquilo ya salió —calmé palmeando su espalda.
—Vaya que era verdad —dijo Santiago divertido.
Bal se levantó para mirarle molesto.
—Tranquilo Yoda solo decía —bufó el latino.
—¿Podemos irnos? —preguntó mientras lavaba su boca con agua.
—De acuerdo Patito —asintió cansado.
Salimos, todos los chicos con disfraces bailaban y bebían por todos lados, algunos improvisados otros realmente increíbles.
—Iré por los demás —dijo Santi desapareciendo entre la multitud.
Mi nene se recargó en mi a lo que abracé, le di uno de sus dulces que me había robado.
—Perdón —dijo triste.
—No te preocupes esas cosas pasan —sonreí— o ya olvidaste cuando me puse borracho.
—Me llamaste Santi —dijo no muy orgulloso.
—Si te beso te dejo que me llames como tu ex novio y estamos a mano —me redimí.
El nene se quedó sonriendo pensando en su ex novio que ya me había contado, golpee su hombro celoso.
—Ya no, me has ofendido —me quejé.
Balder me abrazó riendo, mire sus hermosos ojos.
—Miren un enano —exclamó un chico evidentemente borracho.
Me giré molesto viendo al idiota, solo yo lo llamaba enano... y Santi pero era un apodo.
—Agh un enano marica —escupió a nuestros pies.
—¿Cuál...
—Déjalo no vale la pena —mencionó Bal calmado.
—Oh ya veo quien es la pasiva —se burló.
Las risas de todos se hicieron en la habitación, aquel ruido se acabó junto con la oleada de calor que se presentó.
—Algún problema —dijo el latino llegando.
El rubio frente a él le miró de arriba abajo.
—Un puto frijolero, será mejor que llamemos a la migra —se carcajeó, pero nadie le siguió— y tus papeles moreno.
Santi sonrió, la sonrisa del infierno se encendió.
—Santiago —lo llamé.
El moreno, porque si era: moreno, mexicano y orgulloso me miró.
—Pártele la madre —asegure.
Con permiso o sin el, el latino se acercó.
—Uh que miedo, no hablo español —dijo riendo.
—No lo necesitarás —contestó en su idioma.
Un golpe fino y duro le tiraron tres dientes de un golpe, en el suelo empezó a llorar.
—No lo toques —gritó uno chico bastante alto, acercándose a él para darle un golpe que claramente evitó.
Pero como todo no eran justos y dos más se le fueron, pero Santi no iba solo y apesar de que Bal odiara los golpes si disfruto metiendo tremendo putazo a uno de los agresores de Santi.
Lu se unió disfrutando el momento como todos y yo y mi fiel bastón nos fuimos contra un de ellos, gracias cadera nueva que me daba más movilidad.
Huimos cuando las patrullas sonaron, Santi me cargo par irnos rápido.
—Buen gancho patito —alago Santi riendo.
—Opinó lo mismo, buena manera de tirar dientes —alago— y tú mi amor —dijo besando mi mejilla— ese bastonazo fue todo.
Sonreí complacido de haber protegido a mi nene, llegamos a la casa de Santi riendo, todos teníamos uno que otro golpe incluso Raven que se peleó con una chica que intentó atacarme.
—Pero mírate Santiago que les pasó— regaño su madre.
—Me defendí —sonrió Santi complacido.
Su Madre negó dejándonos pasar, era claro que ya estaba acostumbrada.
—A mi altar no entran así, se me cambian y limpian primero —murmuró.
—Si señora Dagda—sonreí.
Ella me miró con dulzura para abrazarme.
—Te hice churros mi amor —dijo amable.
—La amo —confesé— dele la receta a mi mamá por favor, no le quedarán como a usted pero así dejará de preparar ese pan de frutas.
La mamá de Santi negó divertida.
—Tu dime y yo te los preparo —aclaró.
—Te va a tener haciendo churros todos los días —mencionó Santi riendo.
—Por mi está bien, no me alimentan Sara —se quejó Lu.
—Como no, con la niña que se consiguió tu padre —se burló.
Santiago le miró molesto a lo que ella negó presionando su mejilla.
—Bueno los dejo que me voy al hospital con tu padre —miró a Santi— jugaré a la enfermera con él —le guiño.
—¡Mamá! —exclamó asqueado.
Su mamá se empezó a reír para negar y besar su mejilla, se despidió de misma manera conmigo y Lu pero claro mi nene se llevó un abrazo extra por verse adorable, recayó en Raven mirándole.
—Que lastima que mi hijo sea gay, hubieran tenido hijos tan lindos —señaló ella.
—Cuando quiera señora, yo disponible —se burlo la chica.
La mamá de Santi le miró tomándoselo en serio.
—¡Mamá! —exclamó el moreno.
—Ya me voy, me voy —dijo riendo.
Después de limpiarnos, cambiarnos y pasada la media noche estábamos listos.
Festejaríamos Día de muertos.
Oh si, celebraremos Día de muertos bien y bonito pero díganme.
¡QUE ADORABLES SE VEÍAN LOS BEBÉS DEL GRUPO!
En un pelea de disfraces quien se vería más tierno ¿Charms o Balder?👻
Nuestro bebé Charms está enamorado 😻
Pero bueno... Lu y Raven ya a los besitos, ¿Tienen futuro? 🌚
Como Bal yo soy pésima con el alcohol y que ganas de partirle la madre a personas que ofenden de ese tipo, segura estoy que de poder les hubieran arrancado la cabeza💅
Todos listos para Día de muertos... yo si.
Disfruten los dibujitos de bb Bal, no olviden abrir la imagen de arriba para verlo ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro