〽1978〽

La joven mujer de unos 25 años se aferró a su asiento.

Un balazo seguido por un golpe se escuchó.

El chofer que la llevaría a su casa parecía estar muerto.

La mujer dejó salir un chillido. El auto se descontroló y salió de la carretera directo a un bosque.

El auto se estrelló en un tronco de un árbol. El sonido aturdió a la joven.

Ella,con el corazón agitado salió del auto, miró por la ventanilla de la puerta del chofer.

Muerto.

La mujer,alterada al ver tanta sangre,miró a todos lados.

Estaba sola,con miedo y preguntándose de donde habrá venido la bala que traspasó el cráneo de el chofer del taxi.

Asustada corrió a adentros del bosque que estaba cubierto de nieve blanca.

Corrió unos metros ya que sus botas y la nieve no la dejaban correr bien.

Sintió la sangre congelarse cuando escuchó un ruido que aparentaba ser un metal chocando con otro,como si una máquina se encendiera.

Se escuchó un balazo, y un hoyo se hizo en la nieve.

La chica siguió corriendo, fuera quien fuera,la seguía a ella.

Corrió más rápido al escuchar como una persona la seguía, pero le alteró más el saber que esa persona la estaba alcanzando.

Ella corrió atraves de los árboles y chocó con unos,pero las ganas de huir le dieron fuerzas y siguió corriendo.

Se desplomó al no escuchar a su "oponente" correr detrás de ella.

¿Lo habría perdido?

Se sentó al pie de un árbol. La nieve le inundó las botas negras y el cabello desaliñado.

Sus ojos se cerraban por el cansancio. Miró por un costado del árbol y miró en el suelo algo parecido a un reloj.

No podía casi moverse,sus piernas casi no se movían por el frío.

Espero unos minutos para recuperar el aliento y entonces se levantó con cuidado.

Llegó a ese aparato parecido a un reloj de mano. Era verde y negro.

No era un reloj.

Lo miró detenidamente y visualizó un botón dorado. Y lo presionó.

De éste salió una luz brillante que la cegó unos instantes. Se tambaleó en la nieve pero algo la detuvo.

Una mano le presionó el cuello impidiendo que respirara.

La persona que la estaba matando era un hombre,al parecer sin un brazo,o estaba cubierto por una armadura de metal,no sabría decirlo.

Unas gafas oscuras que estaban acorde con un bozal negro.

Llevaba en la mano derecha un aparato parecido al que había cegado a la chica.

Parecía que en su "armadura" llevaba el dibujo de un pulpo. Todo era extraño.

También llevaba un cinturón donde colgaban pistolas,cuchillas y cartuchos de balas.

El hombre tenía el abdomen descubierto y eso dejaba ver su cuerpo trabajado y unas heridas, unas profundas y otras no tanto.

Tenía el cabello largo,hasta la barbilla, y,aunque llevaba gafas oscuras, ella sabía que él tenía una mirada asesina,perdida y vacía.

Pasaron segundos para que ella se fijara en cada detalle de el hombre,pero el aire dejaba de llegar a su cabeza.

Él presionó más su cuello,el metal que componía su mano comenzó a rechinar y a pellizcar la piel de la joven.

Ella soltó un grito.

El hombre le conectó un puño en la mejilla derecha. Y la chica cayó a la nieve blanca.

Escupió un hilo de sangre que pintó el suelo.

Una patada en el abdomen le sacó el aire.

Ella rodó por la nieve intentando alejarse de él pero no sirvió de nada.

El hombre la jaló de los cabellos y la arrastró por la nieve.

De alguna manera ella logró zafarse del agarre del hombre y pateo la parte trasera de sus rodillas con tanta fuerza como para derribarlo.

El hombre se quejó, pero ella se levantó rápidamente y corrió lo más rápido que sus piernas le permitían.

Estaba asustada.

Una bala pasó por su lado y rasgó un poco de su ropa.

Comenzó a correr en zigzag para que aquel hombre no le llegara a disparar.

No funcionó demasiado.

Recibió una herida más profunda en la pierna y la desplomó.

El hombre no tardó en llegar.

Ella lo miró asustada, con un hilo de sangre que manchaba de su boca hasta la media mejilla.

El hombre se quitó las gafas dejando ver unos hermosos ojos azules.

Pero la mirada estaba perdida, vacía de cualquier sentimiento,él solo quería acabar con eso.

Ella presionó su pierna con ambas manos para evitar desangrarse por la bala que él le había disparado.

El rostro del hombre pasó de ser un rostro sin sentimientos a estar lleno de confusión y terror.

De su pantalón negro arrancó un trozo de tela y limpió la sangre de la boca de la chica.

-¿Quién eres? -preguntó la chica.

Ella estaba llena de dudas y de nieve, pero para ella esa era la única pregunta que importaba.

El hombre no respondió. Solo mojó un poco el trozo de tela en la nieve y siguió limpiando la herida de la chica.

Él estaba confundido,y ella más.
Cabe mencionar que la joven no dejaba de mirar los ojos grandes del hombre.

Despues de unos minutos él se levantó de la nieve. Dio media vuelta y sujetó su cabeza. Soltó un grito aterrador.

Ella no se movió, quería quedarse a observar que pasaba.

De un momento a otro ese hombre quería matarla,y después limpió sus heridas, y ahora la ignoraba.

Nada tenía sentido, pero aún así ella no se movió ni intentó escapar.

El hombre se giró y tomó de su cinturón un arma.

Le apuntó a la frente y cargo la pistola.

Las lágrimas brotaban de los ojos de ambos.

Él susurró algo que ella no entendió y disparó.

Bucky despertó sudando y con la respiración agitada.

Se arrastró hasta la orilla de su cama.

Su respiración tardó en regularizarse. Apenas pudo levantase de la cama y dirigirse al baño.

Abrió la llave del agua y tomó un poco en sus manos. Se talló el rostro.

Sus ojos rojos delataban su llanto de hace horas antes de dormir.

Otra pesadilla lo había despertado.

Y ese era el problema.

Bucky jamás podría olvidar su primer asesinato.