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CAPÍTULO XXVI

Dedicado para sasugoi, muchas gracias por amar la adaptación desde el principio también gracias por todos tus comentarios tan amables y bonitos, gracias por ser una de las lectoras de mi adaptación, espero te guste este capitulo! ♡^_^

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-Wow- Sung Hoon señaló la pantalla -¡hermanita y hermanito!

Yeon Jun sonrió -esos son los aliens.

-Dejen de llamar aliens a mis hijos- Soo Bin soltó un suspiro, mirando el monitor -están tan grandes... se mueven mucho.

-Sí- Ye Jin sonrió tranquilamente -están creciendo muy bien... todo marcha perfecto.

Soo Bin mordió su labio, mirando como sus cachorros se movían -quiero esto enmarcado.

Sung Hoon sonrió ampliamente -¡sonrían!

Yeon Jun negó con la cabeza -no toman las fotos así, Sung Hoon.

Sung Hoon no dejó de sonreír -¿estás seguro, baba?

-Lo estoy, alfa.

El alfa menor dejó caer sus hombros -quiero tomarme una foto con ellos.

Ye Jin rió en un rincón de la habitación -amaría tenerlo en el quirófano mientras hago cirugías... ¡es tan divertido!

Soo Bin acarició el mentón de Sung Hoon -es el niño más gracioso en el mundo.

Sung Hoon señaló a Yeon Jun -¡baba es el más gracioso!

Yeon Jun no sonrió -no Sung Hoon, creo que tú ganas en ese departamento.

El niño volvió su atención a la pantalla -¿tal vez Abi y Abi serán los más graciosos? - miró a Ye Jin -¿se verán como baba o como mami?

-Deberían verse como ambos, pero puede que tengan rasgos específicos de alguno.

Sung Hoon asintió lentamente -¿y como yo?

-Posiblemente.

Sung Hoon rió -¿tendrán hoyuelos?

-Es lo más seguro.

Volvió a reír -¿lobos como baba?

-Serán capaces de transformarse.

Sung Hoon entrecerró los ojos, sin despegar la mirada de la pantalla -no se ven como lobos.

-Bueno, aún no pero conforme crezcan se transformarán.

Sung Hoon se dejó caer en el suelo, gateando -yo también soy lobo, ¡baba lo dijo!

Yeon Jun se inclinó para ver al alfa -Sung Hoon, por favor levántate del suelo.

Soo Bin sonrió -eres un lobo, bebé.

Sung Hoon intentó aullar y Yeon Jun negó -¿qué fue eso? Suenas como si estuvieras muriendo... debemos trabajar en eso.

-¡Alfa!

Ye Jin rió -¡qué familia tan adorable!

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Sung Hoon tenía razón, Soo Bin estaba gordo... se sentía gordo.

-Alfa...- Soo Bin gruñó, rodando sobre su costado. Se sentía pesado, hambriento y necesitado de atención -alfa...

-Soo Bin- Eun Ji entró en la habitación -¿qué sucede?

Soo Bin se quejó fuerte -alfa...

Eun Ji cerró la puerta y se acercó al omega que solo sollozaba. Se arrodilló sobre la cama, acariciando la frente de Soo Bin -hm, sigues tibio- el omega embarazado presionó el rostro contra la falda de Eun Ji, aferrándose a ella -pobrecito- murmuró mientras acariciaba su cabello y dejaba un beso en su sien -Yeon Jun estará pronto en casa, lo prometo.

-Hambre...- Soo Bin masculló.

-Por supuesto, Soo Bin- removió sus manos con delicadeza -preparé una sopa deliciosa, la traeré- hizo una reverencia antes de salir de la habitación.

A Soo Bin le agradaba... olía bien todo el tiempo y lo cuidaba muy bien pero... ella no era Yeon Jun. Se había vuelto normal que anhelara a su alfa. Lo necesitaba a su lado.

Soo Bin se sentía drenado.

Estaba en la cama la mayor parte del día excepto por la hora en la que Eun Ji lo llevaba a caminar. Su cuerpo lo resentía, sus articulaciones notaban el peso nuevo, especialmente en sus pies. Eun Ji siempre le daba un masaje después del almuerzo y Yeon Jun le daba otro cuando se bañaban juntos.

El alfa había sido tan bueno... trabajando algunas horas más en su hogar. Estaba determinado a finalizarla en dos meses, lo que era imposible pero Soo Bin lo dejaba ser.
Yeon Jun se aseguraba de estar ahí cuando estaban trabajando en la casa, verificando que cada rincón y ranura fuera medida a la perfección. Salía temprano, cuando Eun Ji llegaba y regresaba a las ocho de la noche, a tiempo para la cena y su baño nocturno.

Soo Bin se bañaba dos veces al día, una por la mañana con Eun Ji y otra de noche con Yeon Jun.

Sus actividades eran algo así:

• Despertar.
• Llorar.
• Dormir.
• Bañarse.
• Hablar con Sung Hoon (colorear)/desayunar con Sung Hoon.
• Dormir.
• Llorar.
• Almorzar.
• Caminar/estirarse.
• Llorar.
• Dormir.
• Esperar que Yeon Jun volviera a casa.
• Bañarse.
• Cenar.
• Dormir.

Esas eran sus actividades y se había acostumbrado a ellas. A veces se sentía exasperado; ya no podía jugar tanto con Sung Hoon, incluso aunque su bebé no prestaba atención a eso. Amaba sentarse en la cama con Soo Bin y jugar, leer o colorear.
A veces se sentaba a un lado de la cama y hacía rompecabezas y hablaba de sus hermanos o Sunoo hasta que Soo Bin se dormía.

No quería pedirle a Yeon Jun que se detuviera y regresara a casa. El alfa estaba decidido en que su hogar fuera de cierta forma. Se quedaba incluso después de que todos iban a sus casas. Su 'tiempo' era cuando Yeon Jun volvía. Cuando estaba en casa les daba mucho amor y atención a Soo Bin y a Sung Hoon, incluso cuando estaba exhausto, lleno de ampollas y sudoroso.

Soo Bin se sentía inútil, no podía hacer nada para ayudar. Solo lloraba, gritaba o dormía.
Hablaba con sus bebés todos los días. Soo Bin se aseguraba de que recibieran amor incondicional en diferentes momentos del día pero no estaba acostumbrado a cosas así. Soo Bin era una persona activa, le gustaba moverse y trabajar, ¡tan solo bajar las escaleras!

Soo Bin había llorado durante una hora cuando ya no fue capaz de ver sus pies en la ducha.

Yeon Jun no le prestaba atención a su aumento de peso o cualquiera de las cosas por las que Soo Bin lloraba. El hombre lo trataba como si fuera una gema preciosa. Cuando el omega ya no pudo usar su tobillera porque su tobillo estaba hinchado, Yeon Jun lo besó durante su erupción de emociones y le hizo olvidar la razón por la que lloraba. El día siguiente, cuando Yeon Jun volvió a casa, Soo Bin despertó con la tobillera puesta, con un par de piezas anexadas para hacerla más larga.

Yeon Jun era su roca, era su amigo... Yeon Jun era todo para él.

Cuando Sung Hoon estaba con Bang Chan, Soo Bin solía escribir en su diario. Escribía sobre lo mal que se sentía, sobre Yeon Jun, Sung Hoon, Huening Kai y Lia. Soo Bin escribía sobre cómo deseaba poder ver sus pies y lo mucho que extrañaba a Beom Gyu en algunas ocasiones. Sobre querer ver a su familia de nuevo, ver a Sunoo y pasar más tiempo con Eun Bi. También escribía de lo mucho que anhelaba el sexo, algo que Yeon Jun se negaba a darle hasta que los niños nacieran. Si Soo Bin no estaba escribiendo, entonces estaba haciendo 'ejercicios', asegurándose de no quedarse rígido... y si no hacía eso, entonces estaba durmiendo.

-Soo Bin- Eun Ji volvió a entrar con un recipiente lleno de sopa y pan -¿estás listo para comer?

El aludido asintió, secando sus lágrimas con su manta de fertilidad.

Su hijo estaba en la planta baja con su tutor, Bang Chan. Yeon Jun se había asegurado de conseguir uno cuando se encontraron con Eun Ji. Ella no había sido la primer opción de Yeon Jun, ni la segunda o tercera. Bang Chan tampoco fue la primera opción de Yeon Jun como tutor.

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-¿Cuál es tu nombre?

Soo Bin se encontraba sentado a un lado de Yeon Jun, con demasiadas náuseas como para hablar.

El alfa sonrió -mi nombre es Suho.

-No - Yeon Jun miró a Ye Jin que mordía su pulgar.

-Ya te he traído a nueve personas- levantó sus manos, exasperada -estoy quedándome sin enfermeros 'que valgan la pena'.

'Que valgan la pena' había sido la descripción que Yeon Jun uso.

El exmilitar miró al hombre -¿qué haces para ganarte la vida?

-Soy un hombre de negocios.

Yeon Jun suspiró, rodando los ojos -¿qué harías si Soo Bin se desmayara?

Suho mordisqueo su labio -yo... correría con él hacia el hospital.

Yeon Jun separó los brazos para que Soo Bin se acurrucará cuando el omega comenzó a quejarse -no lo quiero, tráeme otro.

Ye Jin suspiró -¿qué hay de un omega?

-Si Soo Bin necesita ir al hospital, un auto no será de ayuda. Necesito alguien que sea capaz de cargar a mi omega si es necesario. Si puedes encontrar un omega grande, entonces sí.

Ye Jin presionó sus labios en una firme línea -un omega podría ser mejor para ti... no querrás que un alfa bañe a Soo Bin.

Yeon Jun entrecerró los ojos -nadie bañará a Soo Bin.

-Bueno, si se ensucia porque no puede levantarse lo suficientemente rápido, ¿querrás que se quede así y enferme?

Soo Bin soltó otro quejido, presionando su rostro contra el pecho de Yeon Jun, que besó su frente -un omega con pareja... y hablaré con Yoon Gi sobre tener a dos alfas fuera de las puertas de la casa solo por si acaso.

Ye Jin juntó sus manos, sonriendo -suena increíble- palmeó el hombro de Suho -gracias por venir, quizás en otra ocasión.

Suho suspiró -siento haberlos hecho perder su tiempo.

La médico sonrió -por favor, no te mortifiques por eso... quizás en otra ocasión.

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-¿Cuál es tu nombre?

-Min Seok - el hombre sonrió -un placer conocerlos.

Yeon Jun miró a Ye Jin -no.

-¡¿Qué?!- gritó y rápidamente inclinó la cabeza -por favor, discúlpenme- soltó un suave suspiro -¿por qué Min Seok no? Es un hombre bueno, es un carpintero y es muy bueno en matemáticas.

Yeon Jun miró a Sung Hoon -no necesito a un carpintero- murmuró -necesito a un ser sabio... puedes ayudarme a construir mi casa si quieres- volteó a ver a Ye Jin -trae a alguien más.

Sung Hoon levantó su puño en lo alto -¡alguien más!

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Así que Sung Hoon terminó con Bang Chan. El hombre era sabio y muy amable. Admiraba demasiado a Yeon Jun y no dudó en tomar el trabajo. Sung Hoon recibía tarea y eso mantenía ocupado al niño. Le leía a Soo Bin cuando no se sentía bien y aunque no era el mejor, Soo Bin apreciaba la compañía.

-Ven omega- Eun Ji se arrodilló a un lado de la cama, dejando la mesa de servicio plegable para poder revolver la sopa -es hora de comer- Soo Bin asintió y abrió la boca para comer la sopa caliente. Tragó y secó sus lágrimas conforme caían. Eun Ji frunció el ceño -¿qué sucede, Soo Bin?

-Está muy caliente...- Soo Bin susurró, recostándose lentamente. Le dio la espalda a Eun Ji y se aferró a la almohada de Yeon Jun.

Eun Ji soltó un suspiro -lo siento omega- acarició su espalda baja -pero Yeon Jun me dijo que debes comer.

Soo Bin se quejó, apretando la almohada -no.

La mujer se levantó y rodeó la cama para quedar cara a cara con el sensible omega -estarás muy hambriento- le dijo mientras acariciaba su rostro -debes pensar en tus hijos.

Soo Bin soltó un suave sollozo -quiero a mi alfa...

-Lo sé- Eun Ji sonrió con tristeza -pronto volverá a casa.

-¿Mami?- Sung Hoon tocó la puerta y asomó la cabeza -hola mami... buenas tardes- saludó antes de correr hacia la cama -Eun Ji, Chan ya se va.

Bang Chan entró con una bolsa en la mano e hizo una reverencia al frente de la cama -por favor, discúlpame omega... ¿cómo te sientes?

Soo Bin no respondió, acercándose más a Eun Ji.

Eun Ji acarició la frente de Soo Bin -no se siente muy bien... Bang Chan, agradecería si salieras de la habitación. A Yeon Jun no le gustará olerte aquí.

-Sí, por supuesto. La clase de Sung Hoon ha terminado- miró al niño que lamía el rostro de su madre -Sung Hoon, ¿puedes acompañarme abajo?-

-¡Sí, Chan!- Sung Hoon besó el párpado de Soo Bin -ahora vuelvo, mami- bajó de la cama, cuidadoso de no tirar el almuerzo del omega -ya voy, Chan.

Bang Chan sonrió -siéntete mejor pronto, Soo Bin. Los veré mañana de nuevo.

Soo Bin frotó su rostro contra la almohada, inhalando el aroma -quiero... quiero comer ahora.

Eun Ji rió -estoy segura de que debes estar hambriento, omega- volvió a su lugar para alimentar a Soo Bin -no te preocupes, comerás algo rico y después podemos ir a caminar un poco- lo alimentó con cuidado, soplando cada bocado para disminuir la temperatura -después podemos hacer algunos estiramientos, ¿qué tal suena eso?

Soo Bin no respondió, solo froto su mejilla con el dorso de la mano.

Sentía muchas cosas y ninguna tenía sentido. Ye Jin le había dicho que estaba bien, que era lo que se esperaba pero Soo Bin lo odiaba. Solo estaba tranquilo si Sung Hoon o Yeon Jun estaban cerca, especialmente Yeon Jun. Y el día anterior que había hablado con Beom Gyu por teléfono estuvo llorando durante una hora.

El cuerpo le dolía, podía decir con honestidad que no quería otro hijo después de que ese embarazo terminara.

-Mami- Sung Hoon cerró la puerta, abrazando un libro contra su pecho -regrese- se sentó en la cama, a un lado de Soo Bin y se acurrucó -¿Mami se siente mal?-

Soo Bin asintió en silencio.

Sung Hoon tomó la mano de Soo Bin y la besó -está bien mami- murmuró y acarició su vientre -pobre mami... Huening Kai, Lia, necesitan ser más buenos con mami- pidió antes de besar la piel expuesta de su estómago -voy a leer para ti y para mi hermanita y hermanito- levantó el libro mientras Eun Ji continuaba alimentando a Soo Bin -leí esto con Bang Chan, mami- explicó con una sonrisa, abriendo el libro en la primera página -oh, espera...- rápidamente lo cerró, sonrojando -primero el titulo... el libro se llama -No Me Gusta...

Soo Bin se apartó de la cuchara y miró a su hijo.

-No... no me gusta co-mer bro-broc-brócoli- Sung Hoon sonrió, mirando la siguiente página -pero sí me gusta el col-or verde... ¿lo ves mami? El brócoli es verde, está sosteniendo el brócoli, ¿ves?

Soo Bin asintió, recostándose de lado y acariciando su vientre.

Sung Hoon acarició la cabeza de Soo Bin antes de dar vuelta a la página -no me gusta li-limpi-ar pero me gusta jugar- el pequeño alfa rió -mira mami, está jugando con sus muñecos pero no está limpiando- dijo señalando a la madre molesta en el fondo -Mami no está feliz.

El omega sonrió, cerrando los ojos mientras el niño seguía leyendo.

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-¡Eun Ji!- Sung Hoon levantó la mirada -necesito otra galleta.

Eun Ji sonrió -¿otra? ¿Para qué?

-¡Para mami!

-Mami no quiere otra galleta, Sung Hoon. Creo que tú eres quien quiere otra.

Sung Hoon sacudió la cabeza -no...

-Sabes que a tu baba no le gusta cuando mientes.

-Quiero otra galleta...- respondió Sung Hoon con un puchero.

-Casi termino la cena y tu baba estará en casa pronto- se agachó para estar a su altura -¿terminaste tu tarea?

-La hice con mami- Sung Hoon miró el plato lleno de galletas -me gustan las galletas- dijo y dejó de pararse en puntas -esperaré a baba con mami.

-Buen niño.

Sung Hoon salió corriendo -¡Mami!- fue a la sala de estar donde Soo Bin estaba acostado sobre su espalda -hola, mami.

-Hola cariño- Soo Bin respiró profundo, estirando los brazos.

Sung Hoon se acercó a su rostro -muy bonito, mami- susurró mientras besaba su frente -como una flor.

-Oh- pasó los dedos por el cuero cabelludo del niño -tan amable conmigo...- Soo Bin comenzó a estirar sus piernas -gracias, precioso.

-De nada, mami- miró el reloj y comenzó a contar con sus dedos -siete... tres... cuatro, ¡Mami!- Sung Hoon se levantó -necesito tu teléfono para hablarle a Sunoo.

Soo Bin sonrió, levantando su mano para que Sung Hoon le ayudara a sentarse. El niño lo hizo con cuidado y acarició la espalda del omega una vez que estuvo sentado, justo como Yeon Jun lo hacía -está arriba, bebé.

-¡Gracias!- besó la mejilla de Soo Bin dos veces... y una vez más antes de correr escaleras arriba -Sunoo, Sunoo, Sunoo- una vez que estuvo en la habitación, busco el teléfono; encontrándolo en la mesa de noche. Se sentó en el suelo y presionó el nombre de Beom Gyu, comenzando una videollamada. Sung Hoon movió sus pies con ansiedad, sonriendo mientras sonaba.

-¿Hola?

-¡Sunoo! ¡Hola, Sunoo!- Sung Hoon lo saludó.

Sunoo frunció el ceño -tarde, Sung Hoon.

Sung Hoon hizo un puchero -lo siento Sunoo... estaba haciendo tarea y tenía que cuidar a mami.

El omega asintió -está bien... ¡pero no lo hagas de nuevo!

-¡Sí!

Sunoo soltó una suave risa -¡mira!- Apuntó la cámara a Eun Bi que intentaba sentarse -¡está más grande!

Sung Hoon acercó el teléfono a su cara -wow... ¡tiene cabello negro como tú!

-Sí, ¡también es muy lista! Mamá dice que será una genio.

-Huening Kai y Lia aún están dentro de mami, pero... pero baba dice que vendrán pronto.

-Sí... ¡y pabbi dijo que iremos a verlos!

Sung Hoon dejó el teléfono en el suelo para poder recostarse -¿qué hiciste hoy, Sunoo?

-Jugué con Eun Bi... pega fuerte ¡y es alfa!- Sunoo hizo un puchero y se encogió de hombros -mamá dice que está bien, pero desearía que fuera omega.

-¿Por qué?

-Porque yo soy omega... quizás será grosera conmigo. ¡Eun Bi, no!- Sunoo le quitó un crayón -¡mamá, Eun Bi está comiendo crayones!- sacudió la cabeza lentamente -quizás no le agradaré porque soy omega.

Sung Hoon frunció el ceño -a mí me agradas.

Sunoo se sonrojó -¿en serio?

-Sí, mucho, muchísimo- Sung Hoon sonrió ampliamente, mostrando sus dientes -omega o alfa... o solo Sunoo, me agradas.

El omega sonrió tímidamente -gracias Sung Hoon... ¡Eun Bi, no!

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Soo Bin lloriqueó fuerte tan pronto como olió a Yeon Jun. Le costó trabajo levantarse así que mejor gateó un poco -¡alfa!

-Omega- Yeon Jun canturreó y rió entre dientes.

Soo Bin se levantó con ayuda de la pared y se tambaleó hacia la puerta donde Yeon Jun estaba quitándose los zapatos. El omega olisqueó el aire, yendo apurado hacia él. Amaba a Yeon Jun así, cubierto de polvo, sudor y completamente suyo. Yeon Jun siempre iba directo a casa, llegaba a tiempo y nunca se desviaba.

-Mi hermosa Camelia- Yeon Jun separó los brazos para Soo Bin -oh...- marcó con su aroma al omega -cada que vuelvo a casa tu olor es mejor y mejor- besó el cuello de Soo Bin, lamiendo la fuente de su aroma -pude ir hacia ti, Camelia.

Soo Bin se aferró al abrigo de Yeon Jun -te extrañé.

-Lo sé, lo sé, yo también te extrañé- se separó para mirar a Soo Bin -te extrañé tanto- dijo antes de besar la punta de su nariz -hermoso... simplemente hermoso, omega- Yeon Jun dejó ambas manos en el vientre de Soo Bin -¿cómo se sienten todos hoy?

Soo Bin negó -mal...

-Oh no...- Yeon Jun lo volvió a abrazar -ven, te voy a bañar, hermoso- Soo Bin soltó un quejido y envolvió su cuerpo alrededor de los brazos de Yeon Jun mientras caminaban a la cocina -Eun Ji, buenas noches.

Eun Ji estaba sirviendo la comida, por lo que no lo volteó a ver -hola Yeon Jun, ¿cómo estás?

-Muy bien, feliz de estar en casa- el alfa presionó la nariz contra el cabello de Soo Bin -¿y mi hijo?

La mujer sonrió -está arriba al teléfono con Sunoo.

Yeon Jun asintió -bien... por favor come, voy a bañar a mi omega.

Eun Ji se inclinó respetuosamente -Gracias, Yeon Jun. Soo Bin no comió mucho hoy, realmente no se sentía bien.

El lobo asintió con seriedad -entonces mañana me quedaré en casa. Por favor, toma el día libre- intento mover su brazo pero Soo Bin gruñó y lo apretó -sí, tomate el día libre.

-¿Está seguro, señor?

-Sí, gracias- respondió Yeon Jun mientras guiaba a Soo Bin fuera de la cocina -ven omega, veré a Sung Hoon y después nos bañaremos, ¿sí?

Soo Bin asintió y mordisqueó su abrigo. Les tomó un tiempo subir las escaleras, pero Yeon Jun le ayudó en todo el camino.

El alfa abrió la puerta de su dormitorio -Sung Hoon.

-¡Baba!- Sung Hoon se dio la vuelta rápido -¡hola! Te olí.

-¿Y no viniste a recibirme?- Preguntó con una sonrisa, acariciando la cabeza del niño -te extrañé mucho.

-Te extrañé también, baba- respondió el niño y levantó el teléfono -hablé con Sunoo... ¡y estoy viendo a Mike!

Yeon Jun intentó no rodar los ojos -ya veo- volteó a ver a Soo Bin que miraba a la nada, consciente de que era hora de su baño. Soo Bin siempre se ponía así de dócil, con la mirada pérdida y Yeon Jun sabía que eso significaba que su punto de quiebre estaba cerca. Tenía que bañarlo, mantenerlo cálido y marcarlo con su aroma o era cuestión de tiempo para que tuviera un colapso -me bañaré con tu madre ahora. Eun Ji se irá pronto así que asegúrate de despedirte.

-Está bien- Sung Hoon dejó una mano sobre el vientre de su madre -mami no se siente bien. Cuida a mami, ¿sí?

Yeon Jun se arrodilló, sin alejar su mano de la de Soo Bin -buen niño- halagó antes de besar su frente -prometo que lo haré.

Sung Hoon sonrió -hoy le leí a mami.

-¿Lo hiciste, alfa? Olvide que tenías clase hoy.

-Hmmm, con Chan- Sung Hoon tocó los hoyuelos de Yeon Jun -leímos 'No Me Gusta'.

-Bueno, mañana me quedaré en casa, ¿me lo leerías esta noche?

-¡Sí, sí! ¿Estarás en casa mañana?

-Sí- Yeon Jun miró a Soo Bin que había comenzado a llorar y soltó un suspiro -hablaremos después, Sung Hoon.

El alfa menor asintió rápidamente -sí, baba.

Sung Hoon había estado muy confundido cuando las emociones de Soo Bin comenzaron a cambiar. Yeon Jun tuvo que sentarse con él y explicarle. El niño quizás no lo entendía completamente pero lo aceptaba. Hacia todo lo posible por ayudar a Soo Bin, sin pedirle que no llorara. Yeon Jun le había explicado que Soo Bin no dejaría de llorar incluso si Sung Hoon intentaba con todas sus fuerzas que lo hiciera, porque Soo Bin lloraba sin ninguna razón. No tenía sentido para él pero de nuevo, solo lo aceptaba.

Sung Hoon había sido su ancla en los malos momentos. A veces la tensión era muy alta y solo se calmaban gracias a él. Sung Hoon era la parte cómica de sus vidas. Crecía tan rápido cada día. Se estaba haciendo más responsable, lloraba menos y respetaba mucho más. El alfa crecía justo frente a sus ojos y Yeon Jun a veces quería llorar por eso.

Cuando conoció a Sung Hoon, las emociones del niño eran muy distintas. Progresó mucho más de lo que Yeon Jun pudo imaginar. Hacia todo por intentar ayudar a Yeon Jun con Soo Bin. Sung Hoon siempre se aseguraba de recostarse con Soo Bin cuando Yeon Jun se iba y su omega estaba histérico. Sung Hoon siempre estaba ahí cuando Yeon Jun olvidaba la toalla de Soo Bin pero no podía dejarlo solo o cuando necesitaba agua o lo que sea. Sung Hoon estaba listo para acudir ante cualquier llamado, sin quejarse y eso hacía que Yeon Jun quisiera regresar y asfixiar a Jin Hwan, estuviera vivo o muerto. Preguntarle cómo pudo dañar a Sung Hoon, cómo pudo decirle a un niño tan fuerte que no valía nada. Deseaba cargar a su hijo y mostrarlo a todo el mundo, asegurarse de que todos estuvieran tan orgullosos como él.

-Ven, Camelia- Yeon Jun caminó al armario, buscando una de las batas largas de Soo Bin. Yoon Gi había mandado muchos regalos para Soo Bin y montones de juguetes para Sung Hoon. Soo Bin y él se había quedado despiertos un poco más la noche anterior para ver fotos de Eun Bi que les habían enviado.

Tae Hyun dijo que había mucha gente en su hogar la mayor parte del tiempo. No podían salir a caminar sin tener a alguien haciendo reverencias hacia sus hijos o tomando fotos. También habían sido bombardeados con regalos y Beom Gyu consideraba huir con su hija. Tae Hyun les aconsejó mantenerse lejos de Barrow hasta que las cosas se tranquilizaran.

-Usaremos esto hoy- Yeon Jun agarró una bata de seda rosa, admirándola -luce hermosa, ¿no lo crees?

Soo Bin resopló, apretando su brazo.

-Está bien, está bien- el alfa sonrió y llevó la prenda en el brazo -Sung Hoon, ve a tu habitación por favor para que pueda desvestir a tu madre.

-Sí baba, ¿puedo llevar el teléfono de mami?

-Puedes llevártelo.-

-Gracias- Sung Hoon caminó hacia la puerta y chocó contra ella por mirar su programa -Ouch... estoy bien.

-Presta atención a tu alrededor, alfa, y no olvides despedirte de Eun Ji.

-Sí, baba.

Yeon Jun guió a Soo Bin a la cama y le ayudó a acostarse mientras soltaba pequeños sonidos como protesta -sí, mi dulce omega- habló con calma -estoy aquí ahora.

Estaba cansado, por fin habían terminado el interior de la casa y les había tomado un largo tiempo. Yeon Jun quería poner alfombra en su habitación pero el pelo quedaría atrapado ahí constantemente así que se decidió por madera. Ahora era momento de decorar y arreglar la parte exterior. El día siguiente irían los electricistas y aunque Yeon Jun dijo que estaría ahí para supervisar todo, Soo Bin lo necesitaba.

Normalmente, cuando Yeon Jun volvía a casa, Soo Bin estaba llorando, cansado, con las emociones a flor de piel. Pero en esta ocasión Soo Bin lucia físicamente enfermo, por lo que Yeon Jun era consciente de que había sido un día difícil. Amaba a sus hijos, pero odiaba lo que le hacían. Soo Bin lloraba y lloraba porque no podía hacer nada y por lo triste que le ponía tener que estar en cama. Estos podían ser sus últimos hijos porque no quería hacer pasar a su omega por algo tan desgastante de nuevo.

-Sh, sh, no- Yeon Jun alejó su dedo de entre los labios de Soo Bin -estoy muy sucio, omega- Soo Bin lloró, intentando rodar y ocultar su rostro pero Yeon Jun lo mantuvo en su lugar, quitándole los pantalones flojos con cuidado y besando su vientre, presionando la oreja contra su piel -tranquilo, Camelia, tranquilo- Yeon Jun sonrió por los pequeños movimientos que sentía y los fuertes latidos que alcanzaba a oír -Hola cachorros...- lamió su piel, masajeándola con sus dedos hasta que Soo Bin dejó de removerse -Hola, baba está en casa- respiró el aroma de su omega, suspirando al sentirse sereno.

Acarició el muslo de Soo Bin con ambas manos, enterrando los dedos en su piel. Soo Bin gimió, arqueándose en la cama y girando la cabeza... y Yeon Jun mentiría si dijera que eso no le encendía.
Hizo lo mismo con la otra pierna, bajando hasta su pantorrilla. Estaba hinchada y Yeon Jun podía sentirlo en la yema de sus dedos -estás tan tenso, omega- recorrió sus piernas de arriba hacia abajo -mi pobre flor.

Soo Bin suspiró y levantó su pie para que Yeon Jun le diera un masaje. Esa era definitivamente la parte favorita de Soo Bin. Yeon Jun acariciaba cada pie con gentileza, besándolo para darle atención. Ejerció presión con sus nudillos para deshacer un nudo de tensión -¿qué tal se siente eso, mi amor?

Soo Bin siseó -bien, alfa.

-Oh, por fin escucho tu voz- Yeon Jun rió entre dientes -que voz tan hermosa, Camelia. Mi hermosa pareja.

Soo Bin se quejó cuando sus dedos tronaron -te amo...

-Te amo mucho- respondió el alfa, acariciando sus tobillos -suenas tan cansado, bebé. Voy a cuidar de ti.

El omega asintió con timidez, levantando los brazos para que Yeon Jun le quitara la playera grande que llevaba (y que pertenecía a su alfa). Yeon Jun sonrió y le ayudó -tan consentido, me encanta consentirte.

Soo Bin batió sus pestañas -quiero bañarme...

-Por supuesto, omega- Yeon Jun dobló la ropa y la dejó en la cama para luego ayudarle a levantarse -Ven, mi omega. Hay que bañarnos.

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-¿Justo ahí?

Soo Bin asintió -ahí.

Yeon Jun pasó la bola en su mano contra el hombro de Soo Bin, sonriendo al escuchar que algo tronaba -ahí tienes.

Soo Bin alejó la mano de la bañera, frotando sus ojos -quiero... quiero salir.

-¿Saliste con Eun Ji hoy?

-Sí...- Soo Bin gimoteó -quiero salir de nuevo.

-Hm...- Yeon Jun tomó una esponja y la sumergió en el agua para poder pasarla por el pecho de Soo Bin -está bien omega, como desees.

-Quiero ver nuestra casa.

-¿Eso quieres? No es una mala idea. Sung Hoon, tú y yo haremos un pequeño viaje a nuestra casa- dejó la esponja contra el estómago de Soo Bin -creo que te gustará mucho.

Soo Bin asintió -sé que me gustará... amo cualquier cosa que crees- besó la mano de Yeon Jun -te extrañé mucho, alfa.

Yeon Jun sonrió -mi pobre omega... pronto estaré siempre en casa contigo- depositó un beso en la frente del omega -lo prometo.

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-¡Ohh!- Sung Hoon señaló con el dedo -¡casa!- se quitó el cinturón de seguridad con dificultad -¡quiero salir!- dijo intentando abrir la puerta -¡ábreme, baba!

-Tranquilo alfa- Yeon Jun apagó el auto -primero debemos ayudar a mamá a salir- salió primero y fue a la puerta de Sung Hoon -abre la puerta de tu madre.

Sung Hoon se estiró y abrió la puerta completamente -hola mami... ¿me das tu mano, por favor?

Soo Bin sonrió con cansancio ya que usualmente a esa hora ya estaba dormido -gracias, precioso- tomó la mano del niño y la de Yeon Jun. Tembló un poco por el frío -oh, wow- los soltó y dejó una mano en su vientre -esto es... ¿cómo lo hiciste?

Yeon Jun permaneció detrás de él y dejó el mentón sobre su hombro -con mucha ayuda gracias a Yoon Gi... pero creo que amarás el interior- besó la marca del lazo -ven, vayamos adentro.

Sung Hoon se aferró al largo abrigo de Soo Bin -¿está es nuestra casa, baba?

-Sí Sung Hoon, ¿te gusta como se ve?

-¡Me encanta!- exclamó y señaló la chimenea -¡chimea! ¡Para regalos!

-Chimenea, te faltó pronunciar 'ne' y los regalos no vienen de ahí.

-¡Yeon Jun!

El alfa abrió la puerta -no le mentiré a nuestro hijo.

Sung Hoon frunció el ceño -baba es bobo, mami- soltó un quejido al ver el interior oscuro y se ocultó detrás de su madre.

-Está bien precioso- Soo Bin bostezó -baba tiene luz en su celular.

Yeon Jun le entregó el aparato a Sung Hoon -entra primero, alfa.

Sung Hoon estaba dubitativo pero entró, apuntando la brillante luz al suelo -bonito.

-Apuntala hacia arriba, por favor.

Sung Hoon obedeció y su boca se abrió por la sorpresa -¡wow! ¡Mira Mami!

Soo Bin levantó la mirada hacia el candelabro que colgaba en la entrada. Parecía estar hecho de cristales y la luz se reflejaba en cada uno -Dios, es hermoso, alfa.

-Nos lo dio el concejo como regalo... está hecho a mano- explicó Yeon Jun mientras les ayudaba a adentrarse en la casa -aún hay mucha limpieza que hacer pero la parte de adentro esta completa. Comenzaré a traer nuestras cosas. Los eléctricos vendrán mañana- sostuvo a Soo Bin por la cintura, caminando con cuidado -hay cuatro habitaciones, una será el cuarto de los bebés, la que esté más cerca de nosotros- le quitó la luz a Sung Hoon cuando comenzó a jugar con el aparato.

-¡Oye!

-Hay un estudio abajo y una habitación personal para ti, omega. Servirá como un nido... tenemos tres chimeneas, una en nuestra habitación, otra en la sala de estar y la última está en tu nido. El patio trasero es muy grande, como pediste.

Soo Bin le dio un beso a su alfa -siempre piensas en mí, Yeon Jun.

-Siempre.

-¡Baba!- Sung Hoon gruñó, saltando para alcanzar el teléfono -¡dámelo!

Yeon Jun lo levantó más alto -mira a quien le estás gruñendo, alfa.

Sung Hoon se aferró a su pierna -baba grosero.

-No lo soy, pero puedes sentirte como desees- acarició la cabeza del niño -necesitamos ver y tú solo estás jugando con la luz.

Sung Hoon no dijo nada, solo abrazo su extremidad.

Soo Bin acarició su vientre -me gustaría verla de nuevo mañana, cuando haya luz.

-No lo haremos- dijo Yeon Jun, guiándolos de nuevo a la puerta -es muy peligroso de día.

El omega rodó los ojos -estaré bien.

-Ya dije que no- Yeon Jun cerró la puerta, entregándole el teléfono a Sung Hoon. El niño rápidamente apuntó hacia el bosque -tomaré fotos si eso deseas.

Soo Bin se alejó del agarre de Yeon Jun -no soy un niño ni soy delicado- gruñó cuando Yeon Jun intentó sujetarlo -no me toques.

Yeon Jun ladeó la cabeza, suspirando -es muy tarde, debí dejarte descansar.

Soo Bin entrecerró los ojos mientras Sung Hoon apuntó hacia el vientre de su madre, que apretó los dientes -no empieces, Yeon Jun.

-Estás actuando...

-¡Yeon Jun!- gritó el omega, estampando el pie contra el suelo -¡no me digas cómo estoy actuando!- dijo y le quitó las llaves del auto.

Sung Hoon dio un salto por el repentino cambio y dejó caer el teléfono. Rápidamente lo recogió y apuntó a la cara de Soo Bin y luego a la de Yeon Jun -Baba... creo que mami está molesto.

-Sí Sung Hoon, no me había dado cuenta.

-Cuidado, alfa- Soo Bin tomó la mano de Sung Hoon -no le hables a mi hijo como quieras.

Yeon Jun enarcó una ceja -nuestro hijo.

Soo Bin apartó la mirada y caminó hacia el auto con Sung Hoon. El niño miró hacia atrás con los ojos muy abiertos y estiró la mano hacia Yeon Jun -mami tiene sueño.

-¡Quiero silencio!- el omega abrió la puerta y apuró a Sung Hoon para que subiera -ponte el cinturón.

Yeon Jun tomó las llaves rápidamente y Soo Bin se abalanzó contra él. El alfa sonrió de lado, negando -no vas a manejar- lo sujetó por los brazos cuando intentó pegarle -omega... ¡omega!

-¡Suéltame, ahora!

Yeon Jun bufó, alejando sus manos -no vas a manejar.

Soo Bin intentó tomar las manos del bolsillo de Yeon Jun -¡puedo manejar!

-No puedes, lo sabes- Yeon Jun se alejó cuando Soo Bin intentó sujetarlo, una y otra vez.

-¡Choi Yeon Jun!

-Tranquilízate... estás poniendo estrés sobre tu cuerpo.

Soo Bin gruñó nuevamente -dame las llaves, ¡tú puedes caminar a casa!

Yeon Jun negó -no lo haré.

Soo Bin se acercó más -¡Yeon Jun!

El aludido se removió -estas montando toda una escena- miró de reojo a la luz que salía del auto -aunque nuestro hijo parece entretenido.

Soo Bin alcanzó la camisa de Yeon Jun y el alfa se sorprendió, por lo que se hizo hacia atrás y Soo Bin cayó. Sintió un nudo en lo profundo de su estómago y le ayudó a levantarse -omega, omega... lo siento, no quería...

El hombre embarazado frunció el ceño, sosteniendo su vientre -estoy... estoy bien- bajó la mirada a su abrigo sucio y comenzó a llorar -quiero ir a casa...

Yeon Jun asintió, asegurándose de que Soo Bin no estuviera lastimado -está bien, está bien. Nos iremos ahora.

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-Siento haberme puesto de mal humor.

El alfa negó -solo estoy molesto conmigo mismo porque no te atrapé. No puedo creer que te deje caer.

Soo Bin mordió su labios inferior -pude meter las manos para no lastimarme.

-Siempre debo ser capaz de atraparte- explicó Yeon Jun mientras le cortaba las uñas -estoy tan enojado...

Soo Bin removió sus pies hasta conseguir que Yeon Jun lo mirara -fue mi culpa... me altere como siempre.

Era cierto y se había convertido en algo normal. Tan normal que incluso Sung Hoon sabía cuándo algo estaba mal y era consciente de lo que sucedía. Soo Bin se enojaba tanto, llegaba a decir o hacer cosas que no eran comunes en él. En una ocasión incluso le lanzó el control remoto a Yeon Jun porque dijo que no podía salir ya que hacía frío.

Soo Bin amaba a sus hijos pero era el peor flujo de emociones que había sentido en la vida. No podía controlarlo, solo pasaba. Algo pequeño, prácticamente insignificante era dicho y explotaba. Yeon Jun siempre era el que recibía la peor parte y Soo Bin no podía esperar a que todo regresara a la normalidad para que Yeon Jun tuviera un respiro.

-No te sientas mal, alfa. Siempre tienes razón, siempre me mantienes seguro- hizo un puchero y separó los brazos -te quiero aquí.

Yeon Jun gateó hacia él y lo besó lento y suave -te amo... y siempre quiero que estés bien. No te enojes conmigo, siempre estoy pensando en ti y en Sung Hoon antes que nada.

Soo Bin lamió la mejilla de Yeon Jun -siempre- bajó la mirada -amo la casa... la amo demasiado y sé que la próxima vez que la vea, la amaré incluso más.

Yeon Jun inclinó la cabeza -gracias, omega.

-Eres un perfeccionista y realmente has logrado crear perfección, alfa... sé que soy difícil y siento requerir tanto mantenimiento...

-No hables así de ti mismo... no eres una máquina. Necesitas amor tal como yo, tú me das demasiado y espero hacer lo mismo por ti. Somos pareja y estamos enamorados... solo es un momento en nuestras vidas que pasará- lamió la pequeña nariz de Soo Bin -amo venir a casa contigo... no lo entiendes. Sea que estés molesto o no, amo llegar y percibir tu aroma- acarició la mejilla de su omega -y tus sonidos, tu amor y tus lágrimas. Te amo demasiado, omega. Puedes arrojarme el control remoto y echarme de la cama- Soo Bin hizo un puchero que le provocó una suave risa -y aun así te amare con toda la frialdad en mi pequeño corazón.

Soo Bin secó sus propias lágrimas -gracias... gracias por todo Yeon Jun... Has dado un nuevo significado a la palabra 'hogar' otra vez.

Yeon Jun sonrió -prometo que la próxima vez que caigas, te atraparé... siempre te atraparé.

-Siempre lo haces- respondió el omega, presionando la mejilla contra la de Yeon Jun -siempre lo haces.

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-Buenos días, mami- Sung Hoon entró con un plato que tenía dos piezas de pan tostado. Lo dejó al borde de la cama, como hacía cada mañana -hora de despertar- caminó hacia el lado de Soo Bin -te perdiste tu baño, pero tengo el desayuno- murmuró mientras acariciaba la mejilla de su madre -no es lo que Eun Ji hace pero es pan tostado.

Soo Bin se removió, soltando un lloriqueo y Yeon Jun lo atrajo más cerca de su cuerpo, levantando la cabeza -Sung Hoon, hoy tu madre dormirá un poco más.

Sung Hoon frunció el ceño -no, hora de desayunar.

Yeon Jun sonrió con cansancio -yo me encargaré de mamá hoy, Sung Hoon. Puedes dormir un poco más.

El alfa menor resopló y fue al borde de la cama, agarrando el plato para salir de la habitación -es hora del desayuno de mami- murmuró mientras bajaba las escaleras -Eun Ji dijo que mami debía comer a la hora del desayuno- dejó el plato en la mesa y miró la puerta cuando escuchó que alguien tocaba.

-¿Chan?- Sung Hoon corrió hacia la puerta -¿quién es?- Presionó la oreja contra la madera mientras esperaba una respuesta y abrió la puerta un poco, mirando al hombre frente a él -¿Hola?

El hombre sonrió -Hola, mi nombre es Jackson...¿me recuerdas?

Sung Hoon abrió más la puerta -recuerdo... ¡hola!

El alfa le sonrió cálidamente -es bueno verte de nuevo, ¿tus padres están en casa?

-Están durmiendo...aunque es la hora del desayuno de mami.

Jackson rió entre dientes -bueno, vine a saludar y a ver cómo está tu madre. ¿Cómo se encuentra él?

Sung Hoon tembló un poco por el frío -entra, entra- sujetó la mano de Jackson, guiándolo dentro -come pan tostado conmigo- pidió y caminó hacia la mesa, sentándose -mami está bien... llora mucho.

-Ya veo... lo siento.

El niño dio una gran mordida a su pan -está bien... baba dice que mami estará mejor después de que Huening Kai y Lia estén aquí.

-Ya han elegido nombres... increíble.
Sung Hoon sonrió, dándole la otra rebanada a Jackson -gracias...yo los elegí.

-Oh, ¿lo hiciste?- Jackson dejó la tostada en su lugar -eso es interesante.

Sung Hoon asintió -gracias... a baba y mami le gustan los nombres, aunque a baba solo un poquito.

Jackson sonrió -bueno Sung Hoon, vine aquí por algo más. Yoon Gi me pidió venir.

-¿Yoon Gi?- el niño sonrió ampliamente -Yoon Gi es bonito.

-¿Verdad que sí?- Jackson asintió -Yoon Gi es muy gentil, quiere que sepas que hiciste un buen trabajo en tus pruebas.

Sung Hoon aplaudió -¡sí! ¡Gané la moneda!

-Lo hiciste- Jackson mordió su labio inferior -debo explicarle el resto a tu padre.

-¿Lo harás?

Jackson se levantó de la silla, inclinándose respetuosamente ante la nueva presencia -Yeon Jun...por favor, discúlpame.

-No deberías estar en mi casa- Yeon Jun se acercó, gruñendo -y no le hables a mi hijo cuando no estoy cerca.

-Por supuesto, señor- Jackson alzó la mirada -solo vine a entregar un mensaje. Debí irme, me disculpo.

Yeon Jun caminó a un lado del alfa que temblaba un poco y se acercó a Sung Hoon -Sung Hoon, no debes abrir la puerta si tú madre o yo no estamos ahí, ¿entendido?

Sung Hoon frunció el ceño -sí, baba.

El exmilitar dio la vuelta -¿cuál es el mensaje?

Jackson tragó saliva con dificultad -es sobre las pruebas de Sung Hoon...

-Hm, ¿y no podía simplemente llamar?

-Prefirió que habláramos frente a frente, señor... también vine a ver cómo está Soo Bin.

-Mi omega está bien...hazle saber a todo Alaska si quieres. Cuando mis hijos nazcan, puedes venir, hasta entonces no. No quiero en mi casa a nadie a quien no le haya permitido la entrada, ¿entiendes?

-Sí señor.

-Sung Hoon, ve arriba.

Sung Hoon bajó de la silla -el desayuno de mami...

-Yo le llevaré el desayuno, ve a tu habitación.

El niño soltó un ruido de frustración antes de subir las escaleras.

Yeon Jun se cruzó de brazos, sentándose en la silla -¿qué es?

Jackson frotó sus manos juntas con nerviosismo -¿debería tomarlo como una amenaza en este momento, alfa?

-Si sientes que deberías hacerlo, hazlo.

Jackson dio un paso hacia atrás -no estoy aquí para faltarle al respeto a nadie, señor. Solo soy el mensajero, nunca le he faltado al respeto antes y no lo haré ahora.

Yeon Jun suspiró -Jackson, si despertaras y olieras a un alfa en tu casa y lo escucharas hablar con tu hijo y no fuiste tú quien le dejó entrar, ¿estarías molesto?

-Por supuesto que lo estaría, señor.

Yeon Jun talló sus ojos -¿qué es lo que dijo?

-Ha compartido la información con el resto del concejo en Barrow. Están extremadamente impresionados y han preguntado si estaría interesado en ir a Barrow con Sung Hoon...por supuesto que sería después de que los niños nazcan- aclaró su garganta -la sangre de Sung Hoon se mostró normal excepto por una cosa...

Yeon Jun lo miró con los ojos entrecerrados -¿qué cosa?

Jackson presionó sus labios en una fina línea -como sabe, los lobos tienen un órgano vomeronasal en la parte inferior de la nariz. Cuando Hyung Sik estaba probando su sentido del olfato hizo un escaneo corporal...Sung Hoon es un niño, el suyo no debería estar completamente desarrollado pero lo está. Ese órgano es muy sensible a feromonas y cualquier cosa que entre por la boca. Parece estar completamente desarrollado y es un milagro- Jackson sacudió la cabeza -no le preguntaré yo, pero sé que los cachorros de mitad-lobo nacen sin poder oír ni ver hasta unos días después... si puede, ¿podría preguntarle a Soo Bin si Sung Hoon nació así?

-Lo consideraré.

-También encontraron que tiene más células rojas y blancas de las que un niño debería tener. Debe curarse increíblemente rápido... ese niño no es como ninguno otro.

Yeon Jun mordió la parte interna de su mejilla -ya veo...- soltó un suspiro -cuando Hyung Sik hizo el escaneo, ¿cómo lucían sus pulmones?

-Más grandes que los de un niño lobo promedio de cinco años, por mucho- Jackson sacudió la cabeza -su hijo realmente es único.

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-Sung Hoon.

-No, baba. Estás siendo grosero- Sung Hoon rápidamente se escondió debajo de las cobijas.

Yeon Jun caminó hacia la cama y se sentó lentamente -Sung Hoon, mírame por favor.

-¡No!- El niño se quejó -¡grosero!

Yeon Jun le dio una suave nalgada a Sung Hoon -¿puedo disculparme, entonces?- el alfa menor asomó la cabeza, haciendo reír a Yeon Jun -siento mucho si fui grosero...no me gusta oler a alguien desconocido en mi hogar.

Sung Hoon se sentó -¡a mí tampoco!

-Bien...y te he dicho antes que no abras la puerta, ¿verdad?

-Sí...

-Muy bien...- pasó los dedos por el cabello desordenado de Sung Hoon -¿me disculpas por estar molesto?

-Sí baba, pero...¡pero no por el desayuno de mami!- Sung Hoon cruzó los dedos con enojo -Mami desayuna a las nueve en punto, ¡Eun Ji lo dice! Y yo desayuno con mami...¡también coloreamos!

-Ya veo- depositó un beso en la frente del niño -siento haber perturbado el programa de actividades que tienes con tu madre. Me quedé en casa hoy y mamá eligió dormir un poco más, así que hoy desayunaremos más tarde.

Sung Hoon removió sus pies -está bien, baba.

Yeon Jun sonrió suavemente -¿te gustaría venir a recostarte con nosotros?

-No, comí mi tostada... y debo llamarle a Sunoo a las diez.

El mayor rió entre dientes -realmente tienes un programa de actividades muy serio.

-Muy serio, baba- el niño formó un puño con su mano -debo mantenerlo... Eun Ji lo dice.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Yeon Jun -muy bien, alfa- levantó la mirada cuando escuchó un llanto -es tu madre, iré a reconfortarlo, ¿está bien?

-Sí baba... mami come cereal blando en la mañana, con manzana... la manzana tiene que estar en pedacitos- con sus pequeñas manos imitó el movimiento de un cuchillo -el cereal tiene ca-ela arriba...pero no mucha o mami toserá.

Yeon Jun lo miró con adoración en los ojos -dios, como has crecido.

Sung Hoon se sonrojó -y.... y mami toma agua con sus medicinas, y después se baña.

-Oh, gracias alfa- besó la mejilla del niño una última vez antes de levantarse -ya que sabes mucho, ¿me ayudarías?

Sung Hoon asintió rápidamente -sí, ¡también le ayudó a Eun Ji! - se señaló a sí mismo -¡me da galletas después del almuerzo!

Yeon Jun sujetó la mano de Sung Hoon mientras salían de la habitación -¿lo hace?

-¡Sí! ¡Eun Ji dice que soy el pequeño ayudante de mami!

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-Y vivieron... feliz... si-sie-sie...- Sung Hoon frunció el ceño por la palabra -no puedo.

-Sí puedes- Bang Chan habló -pronúnciala... ¿qué sonido hace la 's'?

-S.

Bang Chan rió, mirando a Yeon Jun que también soltó una suave risa -es muy gracioso- dijo y miró a Sung Hoon -sí, S...más 'iem'

-Cien... ¡cien!

-No, no, S-I-E-M.-

-¡Siempre! ¡Dice siempre!

-Muy bien, ahora empieza de nuevo.

-Y vive... feliz... siempre.

-No debes saltar el final de las palabras, cachorro. Vive y vivieron es diferente, feliz y felices también.

-Y vivie-ron feli-ces para siem-pre.

-¡Muy bien, alfa!- Bang Chan aplaudió, dándole una galleta al niño.

Sung Hoon levantó su premio con orgullo en lo alto, mirando a Yeon Jun -mira, ¡premio!

Yeon Jun sonrió, inclinando la cabeza -muy bien, Sung Hoon.

Sung Hoon partió a la mitad la galleta, entregándole una a Yeon Jun -ten, baba.

-¿Para mí, alfa?

-Sí, porque te amo- le dio un beso en la rodilla antes de volver su atención a la mesa -quédate, ¿sí? ¡Quédate para matemáticas!

Yeon Jun sonrió con orgullo, complacido por el progreso de su hijo -está bien Sung Hoon, me quedaré.

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-Hola, Beom Gyu- Soo Bin sonrió -¿cómo estás?

-Muy bien- Beom Gyu sonrió también, luchando por mantener a Eun Bi en sus brazos -estoy lidiando con una bebé muy inquieta justo ahora.

-¡Eun Bi!- Sunoo gruñó, moviendo la cámara -no lo toques- apuntó de nuevo a su madre -lo siento, frænka.

-Está bien, Sunoo. Es bueno oír de ustedes... Eun Bi está tan grande. Oh, no puedo esperar por verla de nuevo.

-Grande y muy inquieta- Beom Gyu la meció -nóg, hvolpur.- (Suficiente, cachorra)

Eun Bi se quejó, intentando agarrar el teléfono de nuevo. Sunoo mostró su rostro en la cámara -faðir dice que Eun Bi es muy enérgica para su propio bien.

Soo Bin rió -eso es muy gracioso.

-Mami...- Sung Hoon saltó detrás de él -quiero sostener el teléfono, por favor.

-Por supuesto, precioso- le entregó el celular a Sung Hoon, bostezando -¿dónde está tu padre?

-Está haciendo la cena, mami- Sung Hoon se sentó -hola Beom Gyu... ¡oh, Eun Bi!

-¡Sung Hoon!- El rostro de Sunoo cubrió la pantalla -¡hola!

Soo Bin sonrió, levantándose con cuidado de la cama. Gruñó al estar de pie, frotando su espalda baja.

-Mami...- Sung Hoon se levantó también -baba quiere que te quedes en la cama.

-Estoy bien Sung Hoon... quédate al teléfono.-

Sung Hoon corrió a la puerta para abrirla -te ayudaré... ¡espera Sunoo!- le ayudó a su madre a bajar las escaleras, bajando escalón por escalón -ve lento, mami.

Soo Bin rió entre dientes -sí, bebé.

Una vez que bajaron el último escalón, Sung Hoon lo guió hacia la cocina donde Yeon Jun estaba leyendo una receta -deberías estar en la cama, Camelia.

Soo Bin rodó los ojos -quería venir abajo.

-Yo se lo dije, baba- Sung Hoon corrió hacia Yeon Jun -Mm.... huele rico.

-¿Eso crees?

-¡Sí!- Sung Hoon apuntó el teléfono hacia él.

-¡Frændi!

Yeon Jun sonrió de lado, mirando de reojo el teléfono -hola, Sunoo.

-¡Hola! ¡Mamá fue a cambiar a Eun Bi!

-Asegúrate de decirle que le mando saludos... dale besos a tu hermana de mi parte.

-¡Sí, señor!

Sung Hoon corrió fuera de ahí después de eso, dejando a la pareja en la cocina. Soo Bin sonrió, caminando a un lado de Yeon Jun -¿un libro de cocina?

Yeon Jun se dio la vuelta para besarlo y sujetó al omega por la cintura -estoy haciendo un poco de trampa.

Soo Bin batió sus pestañas -lo haces bien- apoyó la cabeza en el hombro de Yeon Jun -¿has hablado con Tae Hyun de lo que te dijo Jackson?

-Aún no, pero lo haré- sacudió la cabeza -no estoy completamente seguro de que hacer. No quiero decidir por nuestro hijo, especialmente cuando es capaz de hacerlo por sí mismo- Yeon Jun lamió sus labios -tengo una pregunta, omega.

-Hazla.

-Cuando Sung Hoon nació, ¿estaba sordo y ciego como los otros mitad-lobo al nacer?

Soo Bin sonrió -no, los doctores estaban muy sorprendidos. Incluso lo revisaron para asegurarse de que no fuera un lobo puro...pero no lo era.

-Hm.

-¿Por qué?

-Jackson quería que preguntara...lo más seguro es que fuera una pregunta de Yoon Gi- negó suavemente -no sé si debería decirles la verdad.

Soo Bin jugó con el mentón de Yeon Jun -aún es muy joven, alfa. No lo querrán ahora... y no se llevarán a mi hijo lejos de mí.

Yeon Jun sonrió de lado -eres una madre tan buena- besó nuevamente al omega -brillas a ciertas horas del día... es una vista gloriosa.

Soo Bin frunció los labios en busca de algunos besos más -¿qué te dijeron de nuestra casa? Nunca me contaste.

-Oh, sí... todas las luces están instaladas. Dijeron que se ve hermoso, incluso colocaron el regalo de Tae Hyun en la habitación de Sung Hoon. La valla estará completa una vez que nos mudemos.

-Oh, Sung Hoon estará tan feliz. Debo recordar agradecerle- Soo Bin mordió su labio -me gusta cuando te quedas en casa, el ambiente cambia mucho.

Yeon Jun llevó un mechón de cabello detrás de la oreja de Soo Bin -lo sé omega, estoy trabajando duro y tan rápido como puedo.

-Tú...- Soo Bin sacudió la cabeza -has hecho hasta lo imposible por esta familia, y aún sigo pidiéndote cosas, aún después de que corriste más de seis mil quinientos kilómetros en la nieve...

El alfa acunó su rostro -y lo volvería a hacer.

Soo Bin rió entre lágrimas -sé que lo harías... aunque nunca te pediría algo así de nuevo- soltó un suspiro -no debería pedirte nada más pero, por favor... quiero casarme contigo- el rostro de Yeon Jun se tiñó de un suave color rosado -quiero ser Choi, quiero ser tu esposo, por favor... sé que no debería pedirte más, pero quizás si se los pides dirán que sí.

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-¡Miren!- Sung Hoon señaló su muñeco de nieve -¡amigo!

-Sung Hoon, los muñecos de nieve tienen tres bolas como cuerpo, no una.

Soo Bin golpeó a Yeon Jun suavemente -déjalo- murmuró antes de abrazarse a sí mismo -luce increíble, precioso... ¿dónde están sus ojos?

Sung Hoon se encogió de hombros -baba dice que use las pasas para hacer popo.

-No es cierto, dije que cuando no puedes hacer popo las usarás.

El niño recogió una roca -¿ojo?

-Sí, sí quieres un cíclope.

-¡Yeon Jun! - Soo Bin resopló -no hay nada malo con los cíclopes, bebé.

-¿Qué es un ci-lope?

-Cíclope.

-Ci-plope.

-Cíclope.

-Ci-lope.

-Dios.

Soo Bin lo golpeó de nuevo -se amable con nuestro hijo, alfa... lo está intentando- sonrió levemente -también te va muy bien en las clases, Sung Hoon.

Sung Hoon sonrió -Solo me da galletas, mami... cuando hago algo bien dibuja caritas felices en mis hojas.

El omega aplaudió -me enteré de eso, bebé. ¡Estoy muy orgulloso de ti, Sung Hoon!

-¡Mami está orgulloso!- se sentó sobre la nieve y colocó la piedra en medio de la bola de nieve -¿ci-lope?

-Los cíclopes son criaturas con un ojo.

La quijada de Sung Hoon se desencajó al escucharlo -¿un ojo? - preguntó y cubrió con la mano uno de sus ojos -¿soy uno?

-No, aún tienes dos ojos.

Sung Hoon cubrió ambos ojos -¿ci-lope?

-No, ahora sólo estás ciego.

-¡Yeon Jun!

La casa era grande, muy grande. Era lo suficientemente espaciosa para que Yeon Jun caminará alrededor en su forma de lobo y para que Sung Hoon corriera sin tropezarse con las cosas. La casa estaba cubierta por gruesas ventanas que permitían la entrada de luz natural.

La cocina también era grande y muy moderna. La sala de estar tenía piso de mármol pero el candelabro en la entrada era lo que destacaba en el lugar. Era hecho a mano con cristales, un obsequio del concejo. Los pisos brillaban lo suficiente para proyectar un reflejo y los techos eran altos.

El patio trasero era lo suficientemente grande para que Yeon Jun incluso corriera, así que sería suficiente para Sung Hoon y sus hermanos. También contaba con un patio con muebles. El carrillón de viento había sido colgado en la puerta, creando el sonido más lindo cuando el viento lo golpeaba.

Una cosa que Soo Bin amaba de la antigua casa de Yeon Jun era la simplicidad de las cosas y su alfa había logrado seguir eso. Los muebles eran como los de una auténtica casa de lobo, todo estaba en el suelo.
Abarrotar la habitación con cosas significaba una vida desordenada y Soo Bin ya había superado esa parte de su vida.

El comedor era largo y bajo, con cojines en el sitio donde las sillas hubieran estado (y Sung Hoon amaba no tener que subir a una silla). La cocina estaba cubierta en granito negro, con una gran ventana que exponía el jardín trasero.

La sala de estar tenía una chimenea construida con ladrillos rojos y las copas de vino de Yeon Jun y Soo Bin estaban encima de la repisa. La casa estaba hecha de ladrillos que mantenían el frío fuera y la calidez dentro. Había un sitio especial para Soo Bin donde había montones de mantas y de almohadas. Muchas de las mantas eran regalos de la gente en Sitka. En la esquina de la habitación estaba la escultura hecha con conchas de mar, justo encima del nido hecho por su alfa.

En la planta alta estaba la habitación de Sung Hoon. Su cama se encontraba en un rincón y un atrapasueños se encontraba justo sobre el nido. Las mantas que había elegido hace tiempo descansaban a un lado de sus almohadas. La habitación era de un color morado y había una caja de juguetes cubierta de pegatinas cerca del armario. También tenía una pequeña repisa para libros, lo suficientemente alta para que sus pequeños brazos la alcanzaran y se encontraba llena de libros y rompecabezas. Al centro había una pequeña mesa equipada con cuatro sillas justo de su tamaño.

La habitación de los mellizos era de un amarillo suave, cubierta por dibujos de nubes. La lámpara del Himalaya estaba en una repisa frente a las cunas. Había una cuna para cada niño, ninguna fue comprada por ellos. Soo Bin no había comprado ni una sola cosa de la habitación y aunque le molestaba, no era malagradecido. Todo lo que se encontraba en la habitación venía en dos para que cada bebé tuviera lo mismo. Sentía el estómago revuelvo por el hecho de que tenía tres hijos cuando en un punto, no había ni uno.

Su habitación era la más grande, quizás demasiado pero Yeon Jun tenía espacio suficiente para dormir como lobo. Si había algo que Soo Bin realmente quería era que su alfa se sintiera completamente cómodo y no podía hacerlo en la casa para vacacionar de Tae Hyun y Beom Gyu. Incluso la pareja planeaba remodelarla en algún momento.

El cuarto estaba oscuro, cubierto en madera y calidez. El nido se encontraba en el centro de la habitación y contaba con mantas que habían usado en sus antiguos hogares, mezcladas para crear un gran espacio para ambos. Había otra chimenea ahí, en una parte alejada. El reloj de arena negra estaba sobre la repisa. El cuchillo de Jasper colgaba en la pared, cerca de la puerta. La energía irradiaba de las plantas que se encontraban en cada esquina y había muchas ventanas. Era como si Yeon Jun hubiera leído su mente, como si Soo Bin hubiera dibujado todo para él. Soo Bin se había repetido a sí mismo cientos de veces que Yeon Jun no lograría terminar la casa hasta después de que diera a luz. Juraba que Yeon Jun solo intentaba ser positivo.

Nunca jamás volvería a dudar de su alfa. Nunca jamás se volvería en su contra. Porque cuando el alfa jura algo... cuando Yeon Jun prometía algo, es porque lo haría.
Y si le tomó dos horas dejar de llorar, y si le tomo dos horas tranquilizarse... entonces cada lágrima había valido la pena.

Porque Yeon Jun era un jodido Dios.

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-Sí Eun Ji, solo me retrasaré una hora. Sí, gracias- Yeon Jun terminó la llamada y golpeó su pie contra el suelo. Estaba sentado dentro de la oficina de Jackson, molesto y nervioso. Prácticamente había amenazado al alfa un mes atrás por entrar a su hogar y ahora tenía que pedirle un favor.

Cuando Soo Bin mencionó por primera vez el matrimonio, su corazón se agitó. Yeon Jun quería lo mismo que su omega, deseaba que Soo Bin llevara su apellido al igual que Sung Hoon. A veces se reía de lo irreal que todo se sentía, como el otro día estaba 'muerto', solo, siendo el líder del sector de tortura.

Se repetía a sí mismo lo poco que merecía a Soo Bin, a Sung Hoon, se decía que ellos merecían algo mejor. Pero eso significaría que no estarían con él... y Soo Bin era inteligente, el ser más inteligente que había conocido. Así que si Soo Bin estaba con él era porque hacía algo bien.

Cuando se miraba en el espejo, posando los ojos en cada tatuaje... cada marca que lo definía se sorprendía. ¿Cómo un ser tan hermoso, dulce y amable... suave y gentil, cariñoso y afectuoso podía amarlo? Entonces Soo Bin aparecería detrás de él, pasaba las manos alrededor de cada imperfección de Yeon Jun y lo apretaba tan fuerte hasta que el alfa solo sentía calidez. Soo Bin lo apretaba y lo hacía sentir solo amor.

Amor.

Lo que había anhelado por tanto tiempo y Soo Bin tenía tanto para dar. Tanto que decidía dárselo a Yeon Jun incluso cuando podía dárselo al mundo... no. Soo Bin guardaba todo su amor solo para él.

El omega nunca pedía demasiado, pero le había pedido esto y Yeon Jun tenía que dárselo... tenía que hacerlo.

-Yeon Jun- Jackson cerró la puerta y se sentó frente al escritorio -buenas tardes, ¿está todo bien?

Yeon Jun lamió sus labios -necesito un favor, Jackson. Uno muy grande.
Jackson entrecerró los ojos -¿qué favor?

El exmilitar respiró profundo -quiero casarme con Soo Bin, por ley... necesito alguien que nos case, por favor.

Jackson tragó saliva con dificultad -la ley debe pasar primero.

El alfa negó -no puedo esperar un año a que la ley pase, Jackson- cerró los ojos por un momento -Soo Bin quiere casarse conmigo y yo quiero lo mismo. Quiero que Sung Hoon lleve mi apellido...sé que te estoy pidiendo demasiado y que en nuestro último encuentro te trate mal... pero solo quiero hacerlo feliz, por favor.

Jackson se acercó un poco más -la única forma en que puedo hacerlo es si todos en el concejo están de acuerdo conmigo.

Yeon Jun tensó su mandíbula -¿y no lo estarán?

-Todos te aman, así que puede que lo estén pero... la ley es la ley. Si la cambiamos por ti, entonces perdemos el orden, lo sabes.

Yeon Jun asintió a sus palabras -lo sé, gracias.

Jackson apoyó la espalda contra el respaldo -hablaré con el concejo... los convenceré incluso si debo hacerlo en privado.

-¿En verdad?

-Sí- Jackson suspiró -incluso si debo hacerlo en privado, lo haré- inclinó la cabeza respetuosamente -has hecho tanto por mí, Yeon Jun. Te respeto, incluso cuando me atemorizas- rió entre dientes -amas mucho a ese omega, todos lo ven, ¿cómo puedo ser el que te diga que no?- una media sonrisa se dibujó en su rostro -incluso si me meto en problemas, los casaré tan pronto como dé a luz.

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-Mami, todo está bien...baba vendrá pronto a casa.

Soo Bin hipó, sollozando con fuerza -alfa... ¡alfa!

Eun Ji limpió sus lágrimas con un trapo suave -solo se retrasó una hora, omega.

-Duele...- Soo Bin lloró -¡lo quiero!

Sung Hoon secó sus propias lágrimas y después ayudó a secar las de su madre -mira mami...- tomó su manta y la colocó sobre la cabeza de Soo Bin -manta de seguridad... mantiene a mami a salvo.

Soo Bin lloró más fuerte y Eun Ji suspiró -Sung Hoon, si es demasiado para ti puedes salir.

-No...- Sung Hoon abrazó al omega -me quedo con mami- besó su hombro, mirando fijamente su vientre -me quedo...- se removió un poco -Mami está haciendo pipí.

Eun Ji dio un salto -¡oh por Dios! ¡Traeré a los guardias!

Soo Bin sollozó -¡duele!

Sung Hoon bajó de la cama y corrió hacia el baño. Volvió al poco tiempo con un rollo de papel higiénico -no te preocupes mami... no te avergüences, yo limpio- presionó el papel contra las sábanas mojadas -limpio, limpio, no te preocupes.

Los dos hombres que custodiaban la casa entraron -Soo Bin...- uno le quitó la manta, ayudándolo a levantarse. El otro se transformó, permitiendo que su igual acomodara al omega sobre su espalda -sostente, omega.

Soo Bin se aferró al pelaje del lobo -¡necesito a Yeon Jun!

Eun Ji corrió hacia su teléfono y Sung Hoon siguió a los lobos mientras bajaban las escaleras con su madre -¡oigan! ¡Sean cuidadosos con mami!

-Lo seremos Sung Hoon, vuelve adentro.

El niño corrió al exterior cuando se fueron y secó sus lágrimas con enojo, temblando por el frío -¡Mami! ¡Te seguiré!

-¡Sung Hoon!- Eun Ji lo sujetó, colocándole rápidamente un suéter -tu padre no responde, iremos al hospital con tu madre, ¿está bien?

Sung Hoon frunció el ceño -¿Mami va al hospital?

-Sí Sung Hoon... se ha roto su fuente- explicó mientras le ponía una de sus botas -ya tendrá a los bebés.

La boca de Sung Hoon se abrió por la sorpresa -¡¿qué?!

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Holi!!

Mil disculpas por la tardanza, se suponía que actualizaría el miércoles pero he tenído muchos problemas con mi internet tanto que me han dado ganas de tirarlo y matarlo más de lo que ya está :"), como les dije con este capitulo empezaban las dedicatorias, ya todos los otros capitulos tienen sus dedicatorias, así que espero que a todos les guste mucho, como leyeron Soobin ya va a tener a los bebés, en el personal el próximo capitulo me hizo llorar mucho, no importa cuantas veces lo lea por arreglar algo, siempre lloro :"), es muy hermoso! :) Espero les haya gustado este capitulo! ♡♡

Tomen agua, cuidensen mucho, hagan stream, gracias por todo!! ❤❤
Hasta el lunes!

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