CAPITULO VIII
—La tortura...— Yeon Jun jugó con sus anillos —está en mis huesos.
La mujer asintió, escribiendo algunas cosas en su libreta —entonces, ¿por qué te fuiste?
Yeon Jun miró fijamente sus manos —cuando estaba perdido en la nieve, completamente solo... aluciné una familia, una pequeña— tragó saliva con dificultad —quiero una familia, eventualmente— llevó una mano a su rostro y con sus dedos presionó el puente de su nariz —¿cómo les diría que he torturado a personas qué tal vez no han hecho nada malo?
La mujer se quitó los anteojos —para ti, ¿matar y torturar son cosas diferentes?
Yeon Jun bufó —puedo matar, si es correcto, si estoy peleando... puedo matar— apretó sus rodillas con fuerza —pero la tortura... la tortura es diferente. Puedo hacer cosas inimaginables a la gente, puedo arruinarlos hasta llevarlos a la locura, lo he hecho— asintió para sí mismo, concentrado —si tan solo pudieras comprender lo que he hecho no serías capaz de sentarte aquí y hablar conmigo.
La mujer aclaró su garganta, dejando su pluma de lado —lo dudo.
El alfa la observó fijamente —no puedes dudarlo si no lo sabes.
—Está bien Yeon Jun... Sunoo, mantente cerca de tu madre.
Yeon Jun puso una papa pelada en el colador —tendré sus habitaciones listas para cuando lleguen.
—Gracias Yeon Jun. Te veremos muy pronto.
—Hola Sunoo— el niño corrió a los brazos del alfa. Yeon Jun besó sus mejillas —¿cómo estuvo el vuelo?
—Bien, Frændi. [Tío - islandés]
—Muy buena pronunciación, Sunoo— acarició el rostro del niño —has crecido tanto.
Sunoo sonrió —te extrañé.
—Y yo a ti— colocó una mano sobre el estómago de Beom Gyu, siendo delicado —Beom Gyu.
Beom Gyu suspiró calmado, abrazando al alfa, dejando que su cabeza descansara en el hombro de Yeon Jun —fue un viaje tan largo.
—Me disculpo, omega— depositó un beso en su mejilla —estoy seguro de que fue duro por tu embarazo.
—No Yeon Jun, no— cerró sus ojos lentamente —está bien.
Tae Hyun dejó caer las maletas en el suelo —el clima es más templado aquí.
—Para nosotros, sí— Yeon Jun dejó al niño en el suelo, dejando que explorara el lugar —debo irme para cuidar a Sung Hoon.
—Sí— Beom Gyu juntó sus manos —Sung Hoon, estoy seguro de que Sunoo estará encantado de conocerlo.
—Gracias— Yeon Jun inclinó la cabeza respetuosamente —pero Sung Hoon es un niño asustadizo, aunque ha ido mejorando; ya veremos— señaló al interior de su casa —por favor, como siempre, siéntense en su hogar.
Tae Hyun hizo una pequeña reverencia a su antiguo comandante —Gracias.
Yeon Jun le dio una palmada en la espalda, acercándolo para abrazarlo —volveré más tarde, después de las ocho. Prepararé la cena.
Beom Gyu sonrió, acariciando la cabeza de su hijo mientras este se removía —¿ese mitad-lobo te ha enseñado a cocinar?
—Lo ha hecho, su nombre es Soo Bin. Quizás tendrán la oportunidad de conocerlo, es muy amable.
—Me encantaría conocerlo.
—Mamá— Sunoo sujetó el pantalón de Beom Gyu —¿puedo cambiar, por favor?
—Pregúntale a tu Frændi, conejito, ve.
Sunoo se acercó a Yeon Jun, con la cabeza inclinada —Frændi, ¿puedo por favor cambiar?
—Claro que sí omega, hazlo.
El niño sonrió ampliamente, dando pequeños saltos. Corrió a otra habitación, volviendo como un pequeño lobo totalmente negro con ojos de un color café claro. El pequeño lobo corrió alrededor durante un rato, acercándose lentamente a su padre después.
—Sunoo— Tae Hyun rascó detrás de la oreja del lobo —por favor, trae tu ropa.
El cachorro asintió una vez, corriendo a la habitación a la que había entrado antes.
—Volveré más tarde, por favor llámenme si necesitan algo.
Beom Gyu colocó una mano en su vientre —claro que sí, Yeon Jun.
—Buen día Yeon...— Soo Bin sintió que el viento le golpeaba cuando Yeon Jun entró al departamento. Dejó la puerta Abierta, dándose la vuelta. —Yeon Jun.
—Buenos días, Camelia— Yeon Jun se quitó el abrigo, colgándolo en el perchero —¿cómo estás?
—Yo...— el omega tocó su cuello, con el ceño fruncido —bien, ¿y tú?
—Estoy muy bien, gracias— miró a su alrededor —¿dónde está Sung Hoon?
—Está en la habitación, vistiéndose. Ya lo bañé.
Yeon Jun se acercó a Soo Bin, estirando uno de sus brazos para cerrar la puerta. Lo tenía casi presionado a la pared y se sorprendió al notar que el omega lo veía con enfado —¿por qué me miras con tanto desprecio?
Soo Bin soltó un gruñido involuntariamente, cubriendo su boca al instante. Los ojos de Yeon Jun se agrandaron por la sorpresa. El omega rápidamente bajó la mirada, sintiendo sus manos temblar. Yeon Jun levantó su rostro por el mentón, ahora presionándolo contra la puerta —¿qué te he hecho? Nunca te he gruñido.
Soo Bin apretó su mandíbula, removiéndose en su lugar. Yeon Jun ejerció un poco de presión, sin intención de lastimarlo —Háblame Soo Bin, ¿qué está pasando?
—¡Baba! — Sung Hoon corrió, yendo directo a las piernas de Yeon Jun —Te olí...— el niño se alejó, cubriendo su nariz.
Yeon Jun giró para verlo —¿huelo a algo?
Sung Hoon frunció el ceño, con lágrimas en los ojos —¡mami!
Soo Bin rodeó a Yeon Jun para poder cargar a su hijo —yo... puedes irte, siento haberte hecho venir hasta aquí. Llevaré a Sung Hoon conmigo al trabajo.
Yeon Jun abrió la boca, sorprendido y llevó una mano a su pecho —¿hice algo malo?
El omega sostuvo el rostro de Sung Hoon contra su fuente de aroma —me dijiste que no tenías pareja.
—¡No tengo! — Yeon Jun gruñó, acercándose más —nunca te he mentido.
La mirada de Soo Bin se suavizó y Sung Hoon vio de reojo al alfa enojado —hueles a un omega embarazado, hueles a un niño. No es tu olor normal— sus labios se fruncieron ligeramente —es muy fuerte.
Yeon Jun cerró los ojos, dejando escapar el aire que contenía —no tengo pareja o un hijo— acortó la distancia que los separaba, extendiendo los brazos hacia el niño —ven aquí, Sung Hoon.
El alfa más joven dejó que lo cargara, relajándose cuando lo marcó con su aroma, alejando el olor desconocido —estás celoso.
Sung Hoon se tensó un poco.
—Está bien— Yeon Jun acarició su cabello, dando suave masaje a su cuero cabelludo —es algo normal en los niños— dirigió la mirada a Soo Bin, que jugaba con sus dedos y se encontraba sonrojado —aunque no es tan común en omegas que no están enlazados.
Soo Bin apartó la mirada —solo estaba sorprendido.
El exmilitar llevó la mano hacia Soo Bin, acariciando el lóbulo de su oreja —¿aún sigues enojado, Camelia? ¿permanecerás enfadado conmigo?
Soo Bin tembló, buscando más de sus caricias —si me dices porque hueles diferente...
—Tengo familiares que se están quedando conmigo. Tienen un hijo, su nombre es Sunoo, tiene tres años y es un omega... sus padres son Beom Gyu y Tae Hyun, ellos están enlazados. Beom Gyu está embarazado— Yeon Jun negó suavemente —y me dices bobo a mí.
Soo Bin cruzó los brazos, apenado —lo siento.
—No lo hagas, ven a mí, omega.
Hizo lo que le dijo el alfa, acomodándose entre sus brazos y llevando una mano a la espalda de su hijo —ya escuchaste a Yeon Jun, bebé, solo es su familia.
Sung Hoon ni siquiera movió su cabeza de donde estaba —sí mami.
Soo Bin suspiró, acariciando su espalda con lentitud.
—No hay necesidad de estar celoso— Yeon Jun meció a Sung Hoon hasta que éste mostró su rostro —Sunoo estaría encantado de jugar contigo.
—¡No! — Sung Hoon se removió, intentando acercarse a Soo Bin —¡No!
—Relájate— pidió Yeon Jun, impidiendo que siguiera moviéndose —no necesitas gritar para hacer entender lo que quieres— suspiró, besando la frente del niño —Relájate, Sung Hoon.
—No juego, baba.
—Entiendo, está bien.
Soo Bin sonrió con tristeza —voy a llevarme a Sung Hoon— dijo antes de quitárselo de los brazos —por favor, toma un tiempo para estar con tu familia.
Yeon Jun bajó la mirada, claramente herido —¿aún estás enojado conmigo?
—No Yeon Jun— meció al niño con calma —trabajo en el kiosco hoy, siempre llevo a Sung Hoon conmigo. Por favor, pasa tiempo con ellos, además mañana es mi día libre, está bien.
Yeon Jun negó, exasperado —me quedaré.
—No, no lo harás— el omega soltó un suspiro —mereces un día libre por soportar lo emotivos que estamos todo el tiempo. Por favor, no te necesito hoy.
Yeon Jun frunció el ceño —no deseo irme, Soo Bin.
La sonrisa del omega se volvió miserable —lo sé— sintió a Sung Hoon apretar su playera —pero no te lo estoy pidiendo.
—¿Estás de regreso tan pronto? — Beom Gyu frunció el ceño, tallando sus ojos.
Yeon Jun se quitó el abrigo, luciendo aún confundido —me enviaron a casa.
Beom Gyu ladeó la cabeza —¿sucedió algo?
El alfa negó, mirando el suelo fijamente —No... No lo sé— colgó la prenda y se quitó los zapatos —Soo Bin está enojado... conmigo— colocó una mano sobre su pecho, a la altura de su corazón, levantando por fin la mirada para encontrarse con los ojos de Beom Gyu —no se siente bien.
Soo Bin había estado enojado, celoso y listo para correr a golpes a Yeon Jun, era egoísta.
Yeon Jun no era el padre de Sung Hoon.
Yeon Jun no era su alfa.
No necesitaba un alfa.
Yeon Jun tenía razón, era común que los niños se pusieran celosos cuando percibían el aroma de otros niños alrededor de sus seres queridos. Soo Bin quería gruñir solo de recordar el aroma desconocido.
Los mitad-lobo eran, por naturaleza, más caprichosos y predominaba en ellos el enojo.
Soo Bin estaba siendo caprichoso.
La teoría era que los lobos y los humanos jamás habían tenido que mezclarse. Era como una aversión natural del universo. Los mitad-lobo no podían vivir entre los raza pura, ellos eran más libres, amorosos e inclusivos. Los lobos puros se encelaban, extremadamente, pero siempre sobre cosas que en realidad importaban. Se ponían celosos solo cuando sentían que era necesario.
Los lobos hacían preguntas primero (la mayor parte del tiempo) mientras que los mitad-lobo reaccionaban primero, con enojo, de forma grosera, nada parecido al comportamiento de un puro.
Soo Bin trabajaba duro en luchar contra ese instinto.
Había dolido, físicamente, cuando Yeon Jun entró a su hogar. Había sentido como si le hubieran mentido, se sintió tonto y fue incluso peor cuando descubrió que solo se trataba de su familia.
Era frustrante, especialmente al tratarse de Yeon Jun. El alfa era dulce, gentil, protector, y simplemente perfecto con Sung Hoon, perfecto con él.
Yeon Jun era todo lo que alguien podría querer en un alfa, en un lobo. ¿Cómo podía Soo Bin convivir con él todos los días y no desarrollar algún tipo de sentimiento? Yeon Jun amaba a su hijo, un niño que no era suyo. Le ayudaba, le enseñaba, se aseguraba de que estuviera feliz y saludable.
El omega no sabía qué hacer, no quería una pareja, Yeon Jun tampoco. Soo Bin no necesitaba a nadie, tenía a Sung Hoon. Tenía a su hijo para amar, pero claramente el amor hacia Yeon Jun era diferente. Le hacía sentir algo en el pecho que nadie más lograba.
Había aprendido a bloquear a las personas, impidiéndoles entrar a su vida.
Todo lo que había vivido podía suceder de nuevo, seguir el mismo patrón. Las cosas podían ir bien al principio, incluso más adelante pero de un momento a otro todo podía tornarse negro a su alrededor, por esa razón cualquier persona cuerda pondría una barrera.
Tenía que asegurarse que estuvieran a salvo, que su hijo lo estuviera. No le gustaba ser engañado y no porque le hiciera sentir estúpido, sino porque no podía soportar atravesar ese dolor una segunda vez.
El corazón de Soo Bin se había congelado después de que abandonó a Jin Hwan. Pero después de todo, era un omega y no podía ignorar la compatibilidad que existía.
Las almas gemelas eran un mito, algunos creían en eso, incluso Soo Bin en algún punto lo había hecho hasta que se le probó que era falso.
Pero...
Era difícil no querer estar con Yeon Jun, después de todo; estaba derritiendo el pequeño corazón frío de Soo Bin.
Soo Bin le sonrió a Sung Hoon —¿qué tal está tu chocolate, bebé?
Sung Hoon levantó uno de sus pulgares —bien, mami— tomó su vaso con ambas manos y lo llevó a su boca, dando pequeños tragos —mami...
—¿Si, precioso?
—Quiero a baba...
—Mm— sonrió, llevando una mano a la mejilla de Sung Hoon —lo sé, yo también pero tenemos que respetar a Yeon Jun. Nos ayuda mucho; merece pasar tiempo con su familia.
Sung Hoon frunció el ceño.
—Si mamá trabajará siempre y nunca me vieras no estarías nada feliz, ¿verdad?
—¡No!
—Claro que no, bebé— sujeto los cubiertos para poder cortar en trozos la comida de su hijo —así que tenemos que dejar que Yeon Jun esté con su familia— Sung Hoon agarró un pedacito de carne con sus dedos, llevándola a sus labios —¿sabe bien?
—Yummy, mami— Sung Hoon miró a su alrededor —¿Yieon Jun es familia, mami?
—Hum, algo así corazón, no realmente... Yeon Jun me ayuda a cuidarte— Soo Bin se sonrojó, dejando los cubiertos.
—Baba es bueno— dijo el niño, tomando su tenedor para poder comer —bueno con mami, bueno conmigo. ¡Nos protege de papi también! — masticó lo que había en su boca, jugando con sus pies —¡nos da muchos besitos a mami y a mí!
—Sí— respondió Soo Bin después de suspirar —lo hace, baba es muy bueno con nosotros.
—Bueno con nosotros— asintió, fijándose en su plato —¿mazorca de maíz?
—Hoy no— el omega rió, comiendo de su propio plato —Yeon Jun preparó eso hace dos días, de nuevo— peinó el cabello de su hijo, alejando un mechón de cabello de su rostro —realmente te gusta comer mazorca de maíz.
—Amo— Sung Hoon sonrió suavemente —amo a mami también.
Soo Bin se acercó, rozando sus narices —mami te ama también.
—Mami, quiero ir a la playa.
—¿Sí? Mamá tiene el día libre mañana.
—¡Sí! — Sung Hoon intentó tomar con el tenedor un poco de arroz, logrando mantener solo un poco —¿Baba viene?
—Recuerda Sung Hoon, su familia está de visita— volvió a explicar Soo Bin, limpiando las comisuras de sus labios —quizás... ¿puedes jugar con el niño pequeño de su familia?
Sung Hoon negó —¡No, mami!
—Por favor, no le grites a mamá, precioso.
El niño inmediatamente frunció el ceño y bajó la cabeza —lo siento, mami.
—Gracias bebé— Soo Bin se encogió de hombros —está bien si no quieres hacerlo, pero es una buena manera de poder ver a baba.
Sung Hoon mordió su labio —lastima, mami.
—No bebé, no— intentó tranquilizarlo —nadie te va a lastimar. Baba nunca dejaría que eso pasara, ¿verdad?
—Nunca, mami.
—Así es, y mamá definitivamente nunca, jamás, jamás dejaría que alguien te lastime, ¿verdad?
Sung Hoon sonrió, negando —nunca, jamás, jamás.
—Correcto— Soo Bin cruzó sus brazos sobre la mesa —¿te gustaría intentarlo, bebé? ¿Puedes tratar de hacer amigos por mami?
Sung Hoon cambió su asiento, acomodándose en el regazo de Soo Bin —lo que sea por mami.
—Soo Bin.
Mordió su labio al escuchar el tono de voz del alfa —Hola, Yeon Jun.
—Sí, ¿está todo bien?, ¿Estás bien?, ¿Sung Hoon está bien?
Soo Bin no pudo evitar soltar una suave risa por su voz llena de preocupación —estamos bien Yeon Jun, gracias, ¿cómo estás tú?
Yeon Jun suspiró, aliviado —estoy normal.
Soo Bin asintió, presionando el teléfono más cerca —normal no es malo, así que está bien.
—Supongo...— hubo silencio durante unos segundos —¿aún estás enojado conmigo?
—Nunca estuve enojado contigo, Yeon Jun.
—Lo estabas, no me mientas.
Soo Bin tocó la tela de su pantalón de pijama —solo estaba sorprendido.
—Celoso.
Soo Bin cerró los ojos —un poco.
Yeon Jun asintió suavemente —no tengo pareja, Soo Bin, tampoco un hijo.
—Eso no importa— Soo Bin aclaró su garganta —no somos pareja.
—No lo somos.
El omega acarició su cuello, tenso —Yeon Jun... ¿Estás ocupado mañana?
—Nunca estoy ocupado si necesitas algo.
Soo Bin sonrió —tan amable... bueno, hablé con Sung Hoon y le gustaría intentar jugar con el niño que hay en tu familia.
—Sunoo, ¿Sung Hoon estuvo de acuerdo?
—Sí, dijo que lo intentaría— soltó una suave risa —yo también me sorprendí, pero es más que nada porque quiere verte.
—Siempre puede verme.
—Sí, es solo que te extraña.
—No necesitaba irme.
Soo Bin presionó sus labios juntos en una línea recta —lo sé... Sung Hoon quiere ir a la playa.
—Puedo ir en la mañana, de esa forma podríamos ir a desayunar y después venir a mi casa, conocerás a Beom Gyu, Tae Hyun y Sunoo.
—Está bien, Yeon Jun.
El alfa se mantuvo en silencio durante un rato —Camelia...
Soo Bin abrazó sus piernas —¿sí?
—No estés triste; me aseguraré de nunca volver a faltarte al respeto.
El omega comenzó a sentir un suave cosquilleo en su piel, hasta la espina dorsal. Se quejó y la respiración de Yeon Jun se detuvo. Soo Bin presionó sus rodillas, pequeños quejidos quedándose atorados en su garganta.
—Un omega tan dulce— Yeon Jun suspiró —¿por qué estás quejándote?
Soo Bin lo volvió a hacer, cerrando los ojos —estaba tan celoso, por favor... no estoy acostumbrado a esto, me confundo a veces.
La voz de Yeon Jun se volvió más calmada —No lo haré de nuevo, no tuve cuidado y llevé a tu hogar olores que eran desconocidos para ti. Me disculpo, Camelia.
El omega se quejó una última vez, jugando con sus pies —está bien.
—Pobre omega— Yeon Jun arrulló —duerme, estás cansado.
—Sí...
—Pon la alarma.
—Lo haré.
—Ahora, Camelia, quiero escucharla.
Lentamente se levantó, yendo hacia la puerta. Presionó dos botones, esperando que sonara y el color cambiara a rojo.
—Muy bien, omega.
Soo Bin se estremeció por el elogio.
—Es hora de ir a la cama.
—Sí...
—Estaré ahí en la mañana.
—Tengo... tengo que darte una llave.
—No tienes que hacerlo, si necesito entrar, lo haré.
El omega rió —pensé que la alarma era para asegurarse de que nadie entrara.
—Nadie puede entrar, pero yo sí. Puedes darme una llave si quieres, pero quiero que sepas que, si se necesita, puedo entrar por mi propia cuenta.
Soo Bin sonrió, soñoliento, presionando su espalda contra la puerta —alfa bobo.
—¡Hola Yeon Jun! — Soo Bin abrió la puerta rápidamente, echándose a correr después.
Yeon Jun arqueó una ceja, entrando al departamento mientras Sung Hoon corría hacia el —¡Baba, baba, baba! — el niño se agarró a su pierna, mordiendo su pantalón.
El alfa acarició la cabeza del niño -no muerdas, por favor.
Sung Hoon levantó las manos —¡Baba!
Yeon Jun lo cargó y depositó un beso en su mejilla —Buenos días Sung Hoon, te extrañé.
Sung Hoon rodeó su cuello con ambos brazos y respiró su aroma —¡extrañé!
—¿Qué está haciendo tu madre? — Preguntó mientras caminaba hacia la cocina —¿Soo Bin?
Soo Bin estaba agachado, recogiendo vidrios. Sung Hoon se removió —mami, ¿qué pasó?
El omega negó, hablando bajo —tiré un plato, demonios.
Yeon Jun puso a Sung Hoon en el suelo y caminó hacia Soo Bin. Tomó las manos del omega, quitándole los pedazos de vidrio mientras negaba —no hagas eso, te cortarás.
Soo Bin hizo un puchero, levantando uno de sus dedos para que lo viera —muy tarde.
Yeon Jun sujetó su mano, acercando el dedo anular de Soo Bin a su boca. Lamió la piel lastimada para después colocar la mano contra su mejilla —por favor, dame la bienvenida cuando entro, si corres siento que estás enojado conmigo.
Soo Bin se sonrojó —lo siento— vio los vidrios en la mano del alfa —Hola Yeon Jun.
El exmilitar besó el dedo de Soo Bin —Hola Soo Bin, buenos días— saludó para después alejarlo del montón de vidrios —limpiaré esto.
Sung Hoon se acercó a su madre.
—¿Mami bien?
—Lo estoy bebé, gracias— le mostró al niño su pequeña cortadura —Yeon Jun me hizo sentir mejor, lamió la herida.
Sung Hoon lo miró fijamente antes de lamerlo también —ayude también.
Soo Bin rió —tan dulce, muchas gracias— volteó a ver a Yeon Jun que estaba terminando —no tenías que hacerlo.
—Pero lo hice— replicó, tirando los restos en el bote de basura —estoy aquí para llevarte a ti y a Sung Hoon a desayunar— inclinó su cabeza educadamente —por favor.
Una sonrisa se hizo presente en el rostro del omega y cargó a su hijo —Sung Hoon ha estado esperando toda la mañana— murmuró, mordiendo su labio —está muy emocionado.
—Sung Hoon, por favor ponte tus zapatos y ve por tu suéter para que podamos irnos.
Sung Hoon asintió una vez —sí baba.
Soo Bin lo colocó en el piso, dejando que corriera a su habitación. Se abrazó a sí mismo mientras Yeon Jun se acercaba —Gracias... por recoger los vidrios.
Yeon Jun acercó a Soo Bin para abrazarlo, dejando una mano en su cuello y la otra en su espalda baja —me hizo sentir mal que estuvieras enojado conmigo— Soo Bin cerró los ojos, volviéndose dócil en cuando los dedos del alfa acariciaron la base de su cuello —no pensé en tus sentimientos, no pensé en lo irrespetuoso que era.
Soo Bin se alejó rápidamente —Yeon Jun... ¿qué es esto? Estoy tan confundido; no quiero una pareja.
—Yo tampoco.
Soo Bin desvío la mirada, enfurruñado —está bien.
—¿Lo ves? — Yeon Jun lo tomó por el mentón —me miras como si te hubiera lastimado, estás confundiéndome.
—¡Porque estoy confundido! — gritó el omega, apretando sus manos en puños —¡No necesito un alfa!
Yeon Jun no respondió inmediatamente, siendo suave con el agarre —¿por qué me gritas, omega?
Soo Bin bajó la mirada —no lo sé, no sé nada.
—Entonces dejémoslo así— presionó sus frentes juntas para luego dejar dos besos en su pequeña nariz. Con la mano que aún estaba en su espalda baja, acarició su piel —no pelearé contigo. Lo que sea que sientas, dímelo, si es confusión quiero saberlo.
Soo Bin asintió lentamente, inclinándose más hacia su roce, presionando sus mejillas juntas —sí, Yeon Jun.
—Bien, omega— el exmilitar movió su otra mano hacia la fuente de aroma de Soo Bin —siento mucho no haberte podido consolar anoche, te compensaré hoy.
—Gracias...
—Baba, mami, ¡miren! — Sung Hoon gritó, señalando sus pies.
Soo Bin aplaudió, alejándose de Yeon Jun —¡buen intento, bebé!
Yeon Jun no parecía impresionado —¿no se siente incómodo?
—Yeon Jun...— el omega habló en un tono de reproche —se amable.
Sung Hoon bajó la mirada a sus pies —duele.
—Por supuesto que duele, no están en el pie correcto.
Sung Hoon continuó viendo sus zapatos por un largo tiempo —no me gusta, mami.
El alfa abrió su boca para hablar pero Soo Bin colocó una mano sobre esta —deja a mi hijo en paz.
—Iugh, baba— Sung Hoon alejó su rostro de la cuchara llena de avena que Yeon Jun intentaba darle.
—No es malo, pruébalo.
—¡No! — Sung Hoon se quejó, cubriendo su boca —Iugh.
—No grites Sung Hoon, estamos en un lugar público— Soo Bin le reprendió.
Sung Hoon asintió hacia su madre —sí mami, lo siento— dijo pero continuó alejándose de la cuchara.
—No puedes decir que algo sabe mal si no lo has probado.
El niño negó —No.
Soo Bin le quitó la cuchara a Yeon Jun y dio una probada —de hecho, puede que te guste, tiene manzana.
—¡No, mami!
—No le grites a mamá, por favor.
Yeon Jun asintió —es malo gritarle a tu madre, Sung Hoon.
El alfa más pequeño bajó la mirada a sus dedos —Iugh.
—Pruébalo, precioso— Soo Bin puso un poco en su dedo —solo un poco— acercó su dedo, dejando que el niño lo lamiera.
Sung Hoon frunció su nariz —no malo pero no yummy.
—Eso está bien bebé, hiciste bien en probarlo— le regresó la cuchara a Yeon Jun —a mami le gusta.
Sung Hoon se acomodó en su asiento, tomando un trozo de su Waffles —esto es rico, mami.
Yeon Jun limpió sus labios con una servilleta al tiempo que la mesera se acercaba a ellos —¿está todo bien aquí?
Soo Bin sonrió —sí, gracias.
Habían llamado bastante la atención tanto de los trabajadores como de los clientes ya que Yeon Jun no estaba usando su abrigo. Soo Bin le había pedido que se lo retirara, no le importaba que la gente viera que Yeon Jun era un militar, eso le resultaba muy atractivo, las marcas y todo lo demás.
No quería que la gente los mirara porque Yeon Jun usaba un abrigo dentro de un restaurante, prefería que lo hicieran por el orgullo que les provocaba.
La mujer sonrió —por favor, háganme saber si necesitan algo.
—Sí, claro— Soo Bin tomó su billetera del bolso que había dejado detrás de su silla pero Yeon Jun se la quitó —¡Hey!
—Estás en público— Yeon Jun sacó su propia billetera —no grites.
—Yo voy a pagar.
—Yo pagaré.
Soo Bin gruñó —¿por qué soy un mitad-lobo o por qué soy un omega?
Yeon Jun tomó la mano de Soo Bin —porque yo quería salir con ustedes— besó sus nudillos varías veces, dejando los labios presionados contra su piel durante un tiempo —¿está mal de mi parte querer encargarme de las cosas?
Soo Bin sentía las miradas de todos en ellos pero no le importaba. No era común ver a lobos puros y menos con mitad-lobos. Tenían la atención de todo el restaurante en ellos pero no se inmutaban. Sung Hoon estaba ocupado comiendo sus Waffles, Soo Bin lidiaba con su sonrojo y Yeon Jun estaba concentrado en mantener sus manos juntas todo el tiempo, incluso de vuelta al auto.
El omega quería ver como los juzgaban con la mirada aquellos que se preguntaban qué hacía Yeon Jun tomado de la mano con un mitad-lobo, con un niño que no era su hijo.
Pero estaba muy ocupado cayendo rendido por unos ojos oscuros y un rostro sin sonrisas para prestar atención.
Soo Bin ajustó la manta en su hombro, sacando a su hijo del auto -Buenos días bebé, te quedaste dormido.
Sung Hoon talló sus ojos, llevando después su pulgar a sus labios —mami...
—Sí bebé, aquí estoy.
Tomó la manta del hombro de Soo Bin —¿dónde estamos, mami?
—En la casa de Yeon Jun, bebé. Vinimos a conocer a su familia, ¿recuerdas?
Sung Hoon gimoteó —recuerdo, mami.
—Vas a divertirte, mi niño precioso— besó su mejilla —prometo que te mantendré a salvo.
—¿Quieres que yo lo cargue?
Soo Bin negó —ya lo tengo, gracias.
Caminaron hacia la puerta, esperando que Yeon Jun abriera. La pareja rápidamente fue recibida por el olor de un omega embarazado.
—Estoy en casa— Yeon Jun llamó, sosteniendo la puerta para que Soo Bin y el niño entraran. Colocó una mano en la espalda baja del omega, guiándolo dentro de la casa cuando se quitaron los zapatos.
—¡Oh! — Soo Bin dio un salto hacia atrás cuando un pequeño lobo negro salió detrás de una pared. Se congeló cuando su espalda golpeó el pecho de Yeon Jun y el alfa envolvió sus dos brazos alrededor de su cintura —ese es Sunoo.
Los ojos de Sung Hoon estaban clavados en el lobo. La criatura se acercó a ellos para llegar hacia Yeon Jun y Soo Bin se alejó —ya veo...
Yeon Jun se agachó para cargar al cachorro. Sunoo se quejó, removiéndose —cálmate Sunoo, ellos son amigos.
Sung Hoon se aferró a la playera de Soo Bin —mami...
—Está bien, está bien— lo tranquilizó —ese es Sunoo, bebé.
Yeon Jun lo sostuvo cerca de Sung Hoon —está en su forma de lobo, ¿te gustaría tocarlo?
El niño enterró el rostro en la fuente de aroma de Soo Bin —¡No!
Soo Bin acarició su espalda, suspirando —le prometiste a mamá que lo intentarías, ¿recuerdas?
Poco a poco, Sung Hoon se asomó, mirando fijamente los ojos café claro que lo veían de vuelta —da miedo, mami.
—No da miedo, Sung Hoon— Yeon Jun rascó detrás de la oreja del lobo —es muy amigable. Sunoo, ¿dejarías a Sung Hoon tocarte, por favor?
Sunoo bajó la cabeza.
—Gracias Sunoo— Yeon Jun ajustó el lobo entre sus brazos —tócalo, Sung Hoon. Es un lobo muy dulce.
Le tomó un tiempo pero eventualmente, estiró la mano para tocarlo y mordió su labio —suave, mami.
—¿Lo es, cariño? — Soo Bin tocó también al lobo, haciendo que soltara un sonido de satisfacción —Wow, es muy suave.
—Hola.
Las orejas de Sunoo se elevaron y logró librarse del agarre de Yeon Jun, corriendo hacia su padre.
Tae Hyun le sonrió a Soo Bin y a Sung Hoon —Sunoo, ve y cambia.
El lobo se quejó pero obedeció.
—Soo Bin, Sung Hoon, él es Tae Hyun. Tae Hyun, ellos son Soo Bin y Sung Hoon.
Tae Hyun se acercó lentamente, inclinando su cabeza hacia ellos -he escuchado mucho de ustedes.
Soo Bin se sonrojó, pasando los ojos por los tatuajes del alfa —oh, espero que cosas buenas.
—Muy buenas.
Sung Hoon llevó la manta a su boca, quejándose cuando Yeon Jun se la quitó —no muerdas, Sung Hoon.
—Beom Gyu, mi omega, está descansando ahora.
Soo Bin asintió —sí, por supuesto— le sonrió —es un placer conocerte, Tae Hyun.
—Igualmente.
Sunoo regresó corriendo y se escondió detrás de las piernas de su padre —Faðir, ¿es la pareja de Frændi? [Faðir - padre]
—No, pero esa no es una pregunta que se debe hacer— el niño frunció el ceño —es algo grosero. Se trata de su amigo, di hola.
Sunoo se colocó frente a Soo Bin e inclinó su cabeza, juntando las manos frente a su pequeño cuerpo —Hola, soy Sunoo.
—Hola, soy Soo Bin. Este es mi hijo, Sung Hoon.
Sunoo sonrió —tiene ojos bonitos.
—Di gracias, Sung Hoon.
Sung Hoon estaba completamente sonrojado —gracias...
Yeon Jun tomó al niño de los brazos de Soo Bin y lo dejó en el suelo. Una vez que le quitó su suéter y su gorro, Sung Hoon presionó la espalda contra la pierna de Soo Bin —mami...
—Relájate Sung Hoon, Sunoo es un buen niño, ambos pueden jugar.
Sunoo se acercó un poco más —eres un alfa.
Soo Bin sonrió, acariciando el largo cabello de su hijo —eres un alfa, bebé.
—Lo soy...— Sung Hoon susurró.
Sunoo sonrió ampliamente —soy un omega.
Sung Hoon asintió —eres un omega...
—Faðir, ¿puedo jugar con Sung Hoon?
—Claro cachorro, siempre y cuando su madre esté de acuerdo.
—Soo Bin, ¿puedo jugar con Sung Hoon?
Soo Bin sonrió, poniéndose de cuclillas —¿quieres jugar con Sunoo, bebé?
—No lo sé, mami.
Yeon Jun se arrodilló a un lado de Soo Bin —Sunoo es seguro, Sung Hoon. Ha traído varios de sus juguetes, ve.
Sung Hoon dio un paso hacia adelante, acercándose poco a poco al omega más joven. El niño estiró la mano para que Sung Hoon la tomara —tengo crayones.
Sung Hoon asintió, mirando hacia Soo Bin y él lo saludó con la mano —diviértete bebé, estaré aquí, ¿sí?
—Está bien, mami...
Soo Bin soltó un largo suspiro cuando su hijo desapareció de su vista —Wow, no puedo creer que lo hizo.
Yeon Jun asintió, quitándose el abrigo —Sung Hoon es un niño fuerte— murmuró, ayudándole al omega a quitarse el suyo.
—Gracias, Yeon Jun.
—Claro.
—Podemos sentarnos, si quieres.
Soo Bin sonrió, siguiendo a Tae Hyun hacia la sala de estar de Yeon Jun. Ya había estado ahí antes y seguía como recordaba. Había un sillón, una televisión y varias mantas y cojines en el suelo. Tae Hyun tomó asiento en un cojín largo, Yeon Jun guió a Soo Bin al sillón para después sentarse a un lado de Tae Hyun.
—Si no les importa...— cruzó sus piernas —¿cómo se conocieron?
—En la milicia— Yeon Jun respondió —era el líder de Tae Hyun, él era mi oficial de más alto rango.
Tae Hyun sonrió por el recuerdo —Yeon Jun era el mejor líder que alguna vez hubo.
Soo Bin asintió —también es el mejor niñero que existe.
El alfa de cabello oscuro soltó una carcajada —escuché que le enseñas a cocinar.
Soo Bin asintió tímidamente —solo un poco, aprende rápido.
—¡Mami! — Sung Hoon llegó corriendo con el lobo omega a su lado, se colocó entre las piernas de su madre, mostrándole la caja de un rompecabezas —¡mira!
—Wow, ¿Sunoo tiene rompecabezas como tú?
—¡Sí! — Sung Hoon corrió ahora hacia Yeon Jun —baba, ¡mira!
Yeon Jun sujetó al niño de los costados —justo como en tu casa.
Sunoo rió —Frændi, ¿eres el Faðir de Sung Hoon?
Yeon Jun negó —no lo soy.
Soo Bin colocó las manos en medio de sus muslos —A Sung Hoon solo le gusta decirle Baba a Yeon Jun, pero no es su padre de sangre.
Yeon Jun levantó sus cejas —¿cómo sabes islandés?
El omega de ojos cafés sonrió —mi abuela nació en Islandia.
—Beom Gyu es de ahí— Tae Hyun ladeó su cabeza —¿tu abuela era lobo puro?
Soo Bin asintió —sí, se emparejó con un humano, mi abuelo, y tuvieron a mi madre... y después ella me tuvo a mí.
Los ojos de Yeon Jun estaban agrandados —tú... ¿tienes sangre directa de lobo?
Soo Bin se encogió de hombros —supongo.
Yeon Jun miró rápidamente a Sung Hoon, que estaba sacando piezas del rompecabezas de la caja con ayuda de Sunoo —ya veo...
Tae Hyun apartó la mirada de Yeon Jun, sonriéndole con amabilidad a Soo Bin —entonces, ¿qué le has enseñado a cocinar?
Los humanos se emparejaron con lobos.
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De esa forma, crearon a los Humanos-Lobos.
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Las líneas de sangre eran confusas, pero no complicadas.
Tener línea de sangre directa significaba que alguno de los abuelos o de los padres era un lobo puro. No era común actualmente porque los lobos se quedaban con los lobos.
La abuela de Soo Bin había estado en la milicia y su madre había seguido sus pasos. No había conocido bien a su abuela, pues había muerto en batalla, pero ella era lobo puro.
La madre de Soo Bin era mitad-lobo, Soo Bin es un mitad-lobo y Sung Hoon es también un mitad-lobo.
Si Soo Bin se enlazará con un lobo puro, había una pequeña posibilidad de que tuviera un hijo de raza pura gracias a su linaje.
Yeon Jun intentaba poner atención a la conversación entre Tae Hyun y Soo Bin pero algo retumbaba en su pecho. Agarró con fuerza su pierna, fijando su atención en los ojos cafés de Soo Bin y de pronto, visualizo un pequeño par de ojos cafés obscuros.
— Encontré otra concha de mar, mamá —Sunoo gritó, guardándola en su bolso.
Beom Gyu sonrió, con la mano sobre su estómago. Soo Bin estaba a un lado de él en la arena. —Sung Hoon es un niño tan dulce, Sunoo parece llevarse bien con él.
Soo Bin asintió —sí, es increíble. Sung Hoon es muy tímido y asustadizo, es increíble que responda tan bien a tu hijo.
—Sunoo siempre encuentra la forma de hacer amigos— respondió, acercándose más a Soo Bin —aunque puede ser tímido a veces.
—¿Sabes si es un niño o una niña?
—Otro niño— Beom Gyu rodó los ojos, acariciando su vientre —la familia de Tae Hyun está llena de puros hombres— se encogió de hombros —no me molestaría que fuera una niña.
Soo Bin atrajo las piernas a su pecho —una niña seria agradable.
—¿Quisieras tener más hijos?
El omega de ojos cafés observó a su hijo guardando conchas de mar en su pequeño bolso verde —no creo que pueda tener otro. Sung Hoon fue un milagro.
—Ya veo...— Beom Gyu saludó a su alfa, que lo saludaba a la distancia —Yeon Jun habla mucho de ti, de Sung Hoon.
—Eso escuché— Soo Bin rió —es muy amable, el alfa más amable que he conocido.
—Oh sí, Yeon Jun es muy amable. También es muy honesto y protector.
Soo Bin asintió mientras los dos alfas se acercaban a ellos —sí, lo es.
—Aquí tienes, fallegur— Tae Hyun se arrodilló, dándole una bebida caliente a su omega. Era gracioso como ningún miembro de esa familia tenía que usar ropa protectora para el frío.
—Camelia— Yeon Jun se sentó junto a Soo Bin, dándole otra bebida —te compré un café, luces cansado.
—Siempre estoy cansado— rió, saludando a su hijo.
—Nos iremos pronto, puedes descansar en mi nido.
Soo Bin suspiró —eso suena encantador— llevó el vaso a sus labios, dando un trago —mm, delicioso.
—Me alegra que te guste— Yeon Jun puso una mano sobre su rodilla, dejando que Soo Bin apoyara la cabeza en su hombro.
—Yeon Jun nos dijo que quieres mudarte a Alaska, Soo Bin.
—Sí- el omega sonrió -Sung Hoon y yo— Yeon Jun lo rodeó con un brazo, presionando la nariz contra el cuello del omega en esa posición.
—Mm— Beom Gyu asintió —si necesitas un lugar donde quedarte, tenemos una casa ahí.
—Oh...— Soo Bin casi se zafa del brazo del alfa —nunca les pediría algo así— dijo, riendo con nerviosismo —de cualquier forma, donde ustedes viven debe ser demasiado frío.
—Está bien— Yeon Jun habló contra la piel de Soo Bin —cuando te mudes, puedo construir una casa en Sitka, para ti y para Sung Hoon.
Soo Bin giró su cabeza rápidamente —no, Yeon Jun.
El exmilitar se acercó más —¿por qué no?
Una sonrisa se formó en el rostro de Soo Bin —estás terriblemente mimoso hoy, Yeon Jun.
Yeon Jun lo miró sin expresión alguna hasta que los bordes de sus labios se elevaron, formando una sonrisa. Soo Bin sintió que el aire se escapaba de sus pulmones. El alfa mordió su labio inferior, intentando contener su gran sonrisa, dejando a la vista hoyuelos que Soo Bin no sabía que estaban ahí.
—Puedo moverme, si así lo deseas.
El omega tragó saliva con dificultad, sintiendo sus ojos llorosos —yo... solo estaba señalando algo.
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Holi!! Espero les guste este nuevo capitulo! :)
¿Vieron el mv de Magic? Está increíble!! Hagan stream y voten en idol champ! :)
Estoy feliz y gritando!! TXT gano el Music Bank!! Soobin les dio el premio, realmente se lo merecen!!! Estoy muy feliz!!! 🎉
Hasta la próxima, espero actualizar por el domingo!! :) ♡
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