CAPITULO VII
—Sung Hoon, ¿sabías que Yeon Jun es un lobo?
Sung Hoon dejó su taza vacía que con anterioridad había tenido chocolate caliente —¿Lobo?
—Sí— Soo Bin sonrió, mirando a Yeon Jun que estaba concentrado en colorear el dibujo de un jardín. Mordió su labio, negando —es un lobo muy grande.
Los ojos de Sung Hoon brillaron y su boca se abrió en una pequeña 'o' por la sorpresa —¿Lobo grande, mami?
—Yep.
Sung Hoon sujetó su crayón con fuerza —Yieon Jun...
—Sung Hoon— el alfa mayor tomó un crayón azul.
—Tú... ¿lobo grande?
—Lo soy— levantó los ojos para verlo —muy grande.
Sung Hoon se sentó en el regazo de Soo Bin —¿Cómo... cómo una casa?
—Depende del tamaño de la casa— Yeon Jun coloreó algunas flores de azul.
Soo Bin cubrió su boca mientras reía —le gusta ver un programa en la televisión de un chico que se puede convertir en lobo y es demasiado grande para su propia casa.
—He tenido el disgusto de ver ese programa, sí— Yeon Jun tomó otro crayón —no soy así de grande, Sung Hoon. Quepo perfectamente en mi casa.
El niño pareció casi decepcionado por eso.
Soo Bin besó la nuca de su hijo —Yeon Jun... ¿puedes hablarnos de Alaska?
—Mami y yo mudamos a Alka— explicó Sung Hoon, acomodándose contra Soo Bin para volver a colorear.
—Es Alaska, Sung Hoon, no Alka— el niño frunció el ceño —pero está bien...— volteó a ver al omega —porque a tu madre le gusta tu forma infantil de hablar.
Soo Bin levantó la cabeza con orgullo, sonriendo —me gusta mucho.
Yeon Jun asintió, rodando los ojos —piensa que es tierno.
Sung Hoon asintió una sola vez —mami piensa que soy tierno.
—Así es, el niño más tierno y precioso en el mundo— apretó suavemente los muslos de su hijo —Te amo.
—Te amo mami.
—Alaska...— Yeon Jun comenzó a hablar —es hermoso— Sung Hoon dejó caer su crayón y llevó el pulgar a sus labios —es muy grande, frío... algunos lugares tienen estaciones- tomó un crayón morado —donde yo vivía siempre hacía frío, mucho.
Soo Bin sonrió —tú y yo viviremos en Sitka, bebé. Donde Yeon Jun vivía es demasiado frío.
—Sí, nunca sobrevivirían ahí.
Sung Hoon soltó un quejido por sus palabras, Soo Bin cubrió sus orejas —¿Podrías ser un poco más amable?
Yeon Jun enarcó una ceja —ninguno de los dos sobreviviría, la honestidad no siempre es amable— se inclinó para alejar las manos de Soo Bin —vas a aprender esto— volvió a tomar su crayón —siempre habrá cosas malas, no hay nada que puedas hacer con eso— Sung Hoon lo miró fijamente —pero eso no significa que debas aceptar lo malo— se encogió de hombros —pero no puedes ignorarlo.
Soo Bin miró a su hijo —Yeon Jun es muy sabio, precioso; nos ayuda a aprender.
El alfa más pequeño asintió lentamente, sin despegar los ojos de Yeon Jun —Sí mami.
—Tu suéter— Yeon Jun detuvo a Soo Bin de un solo movimiento antes de que pudiera abrir la puerta —tu suéter, Soo Bin.
El exmilitar le ayudó a ponerse su nuevo suéter y tomó la bufanda, enredándola en su cuello. Por último, sujetó su mano para poner en ella su lonchera —por si te da hambre— Yeon Jun, sin quitar la expresión seria de su rostro, acomodó el cabello de Soo Bin y le quitó algo que tenía en el ojo —ahí está, ya puedes irte.
Lentamente apareció una sonrisa en el rostro del omega —tú... eres muy rápido.
—Lo soy.
Soo Bin soltó una carcajada —bueno, sí...— movió su cabeza de un lado al otro —rápido, fuerte, sabio.
—Las tres cosas— respondió antes de abrir la puerta —Sung Hoon, tu madre ya se va.
El niño llegó corriendo, con su cepillo de dientes en mano —¿mami se va?
—Sí bebé, pero regresaré— se agachó, levantando sus pulgares —mami tiene entrevista para un segundo trabajo.
Sung Hoon corrió hacia él, siendo cargado al instante y dejó un pequeño besito en sus labios —está bien mami, Yeon Jun y yo esperaremos que mami vuelva a casa.
—Oh, gracias bebé. ¿Los dos mantendrán la casa calientita para mí?
Sung Hoon volteó a ver al alfa —¿Yieon Jun?
—Lo haremos Sung Hoon, siempre lo hacemos— replicó.
—Siempre hacemos mami, siempre tenemos casa calientita.
Soo Bin sonrío, soplando aire en las mejillas de su hijo para luego besarlo —deséame suerte— dejó al niño en el suelo —volveré pronto.
—¡Buena suerte mami! — Yeon Jun estiró una de sus piernas para bloquearle el paso al niño.
—Adiós, Soo Bin.
Soo Bin ladeó la cabeza, con una media sonrisa —¿no me desearás buena suerte, Yeon Jun?
El alfa negó —no la necesitarás— cargó a Sung Hoon entre sus brazos —pero si así lo quieres, entonces buena suerte.
—Necesito tres huevos.
Sung Hoon saltó de su banquito, corriendo al refrigerador que ahora estaba lleno —pastel para mami, pastel para mami— murmuró en el camino y al volver a su lado le tendió la caja de los huevos.
—Gracias, Sung Hoon— Yeon Jun rompió dos huevos con una sola mano, dándole el último al alfa más joven —¿quieres intentar?
—Sí, por mami— murmuró, alzando sus brazos. Yeon Jun lo colocó en la encimera —¿cómo?
—Vas a golpearlo suavemente contra la esquina del recipiente— con cuidado le mostró cómo hacerlo, ayudándolo a romper el huevo, su mano grande cubriendo la más pequeña —bueno, el huevo está ahí...
—Oops...— Sung Hoon miró el interior del recipiente, frunciendo el ceño —blanco.
—Es el cascarón— explicó mientras quitaba los pequeños trozos —está bien, para la próxima lo haremos primero en una taza— se volteó para comenzar a lavar sus manos —usa tu banquito para lavar las tuyas.
Le ayudó a bajar y el niño corrió para llevar su banquito al fregadero, una vez ahí el alfa le ayudó con sus manos y Sung Hoon giró para verlo —siesta...
Yeon Jun se arrodilló, tomando el rostro de Sung Hoon en sus manos para hacerle caricias —terminaré el pastel para mamá, ¿sí?
—No, no, yo ayudo— un leve sonrojo se extendió por su rostro —después de siesta.
Yeon Jun asintió, tomando sus pequeñas manos —está bien Sung Hoon.
—Ohh...— Soo Bin se deshizo de sus guantes, quitándose la bufanda después —hace frío— dijo para sí mismo, soltando un suspiro de alivio al sentir el aire tibio dentro de su casa.
—¡Mami en casa! ¡Mami en casa! — Sung Hoon salió corriendo de la cocina.
Soo Bin rió, quitándose la nieve de los hombros. Zafó sus zapatos antes de cargar a su hijo —Hola bebé, mírate, estás tan feliz. — Sung Hoon no necesitaba sonreír para que Soo Bin supiera que estaba feliz.
Excepto que... eso era justo lo que estaba haciendo.
Soo Bin casi se desmaya.
Pasó una mano por el rostro del niño —¿Sung Hoon?
—¡Mami! — La sonrisa de Sung Hoon no era muy grande pero los ojos cafés de Soo Bin se llenaron de lágrimas —¡Yieon Jun y yo hicimos pastel! Pastel para mami.
El omega se acercó más para asegurarse de que la sonrisa no era fingida —bebé, tú estás...— se detuvo, no podía decirle a su hijo que estaba sorprendido porque estaba sonriendo así que simplemente le devolvió la sonrisa —un pastel para mí...— comenzó a darle vueltas, sintiendo cosquillas al ver a su hijo reír. Lo sostuvo más cerca, presionando el rostro contra su cuello —oh, mi Sung Hoon precioso.
—Hola Soo Bin.
Soo Bin rápidamente se secó una lagrima, aunque Yeon Jun alcanzó a verlo y se acercó, colocando una mano en la espalda del infante y otra en la mejilla del omega, mirándolo con ternura —¿Qué ocurre?
—Te diré después— prometió antes de rodear con su brazo libre el cuerpo de Yeon Jun, abrazándolo —me dieron el empleo.
Sung Hoon intentó hablar, apretado entre ambos cuerpos —¡mami dieron el trabajo!
Yeon Jun acarició su nuca —sabíamos que lo obtendrías.
Poco a poco, el alfa se había vuelto más afectuoso con el omega, era algo inevitable.
Algunas cosas eran normales en alfas de raza pura. Yeon Jun no tenía mucho control en cuánto al afecto que le mostraba a Soo Bin o a Sung Hoon, especialmente porque siempre era bien recibido.
Dio unos pasos hacia atrás —felicidades, te hicimos un pastel.
Soo Bin rió —gracias, muchas gracias— depositó un beso en la mejilla del niño —¿Ayudaste a hacer el pastel, precioso?
—¡Sí mami! — Sung Hoon aplaudió, removiéndose feliz —es rosa, color favorito de mami.
—Tienes razón— Yeon Jun los guió a la cocina —el rosa es mi color favorito.
Sung Hoon pasó los brazos por el cuello de Soo Bin —Yieon Jun dijo sabe mal p-pero dijo que mami amaría.
—Sabe mal— Yeon Jun apuntó al pastel decorado de forma descuidada —corte una rebanada y aún no estaba completamente horneado.
Soo Bin abrió la boca, incapaz de decir algo.
—Pero ya habíamos colocado el glaseado— ahora, apuntó al exceso de brillos —tu hijo no debería tener brillantina, no sé porque la tiene— Sung Hoon hizo un puchero por eso —pensó que sería una buena idea ponerla en el pastel... no es azúcar, así que no recomendaría que comas eso.
—Pero...— el labio inferior de Sung Hoon tembló —mami ama.
Soo Bin rió, acercándolo más a su cuerpo —oh Dios mío, claro que lo amo.
—Normalmente intento hacer esto mientras él duerme, se pone un tanto inquieto.
—Inaceptable.
El omega rió suavemente, cortando las uñas de Sung Hoon —es un niño.
—Eso está bien— Yeon Jun mantenía su mano extendida para que en esta colocara las uñas que iba cortando —los niños aprenden a mantenerse quietos.
Soo Bin sonrió, levantándose y dejando la habitación —estoy haciéndolo lo mejor que puedo.
Yeon Jun cerró la puerta detrás de él —
—haces un buen trabajo, mejor que el de cualquier madre que he conocido.
Se giró con las mejillas rojas —gracias Yeon Jun, eso es muy amable de tu parte.
—De nada— respondió para después dirigirse a la cocina —solo digo la verdad.
Soo Bin mordió el interior de su mejilla, conteniéndose de sonreír más mientras lo seguía —escuché...— colocó las manos en su espalda —que iremos pronto a la playa.
Yeon Jun tiró las uñas en la basura y después se cruzó de brazos -le dije a Sung Hoon que lo llevaría ya que nunca ha ido. Le gustan los castillos de arena.
—Sí, le gustan— se encogió de hombros —en dos días descanso, podríamos ir entonces.
—Se supone que lloverá pero si no lo hace entonces sí, podemos ir— Yeon Jun se recargó en una pared —no iremos sin ti, lo prometo.
Soo Bin sonrió —gracias...— jugueteó con sus pies, levantándose en puntas para luego dejarse caer —Camelia...
El alfa parpadeó lentamente —es una flor.
—Tú...— Soo Bin soltó un suspiro —me llamaste camelia hace un tiempo, es una flor...
—Lo es.
—Nunca he visto una.
—He viajado a muchos lugares— Yeon Jun miró a Soo Bin a través de sus pestañas —la camelia es mi flor favorita.
El omega sintió un suave cosquilleo en su piel mientras sus mejillas se coloreaban de rojo —¿son... bonitas?
—Extremadamente— Yeon Jun dio una suave patada a la pared —pueden sobrevivir en climas fríos, muchas son rosas.
—Oh...— Soo Bin entrelazó sus propios dedos —el rosa es...
—Tu color favorito— Yeon Jun acabó su oración —no lo sabía, es una agradable coincidencia.
Soo Bin asintió —sí, bastante.
Yeon Jun no necesitaba buscar una pareja, en realidad no buscaba una. Quería una familia eventualmente, pero solo cuando fuera el tiempo adecuado.
Se adaptaba bien a diferentes entornos así que no le sería difícil encontrar pareja. Era bueno con los niños, incluso si al principio les asustaba; tendían a gravitar entorno a él.
Ya había aprendido a hacer macarrones con queso, pollo y arroz, lasaña, pasta con salsa roja, pastel de caja (a medias), huevos con tocino, carne con puré de papa y mazorca de maíz cocida (que de momento era la comida favorita de Sung Hoon) oh, y también chocolate caliente con muchos malvaviscos.
Ahora, Yeon Jun lavaba a mano los trastes sucios.
Soo Bin había tenido el día libre y había vuelto a dormir con mucha persuasión por parte de Yeon Jun.
Irían a la playa apenas ya que el día anterior había llovido mucho.
Sung Hoon estaba sentado, completando un rompecabezas (Yeon Jun siempre intentaba tener uno nuevo para el niño)
El alfa más joven se había vuelto muy apegado a él y Soo Bin no tardó en seguirlo. Los dos parecían estar pegados a él y la casa había pasado de tener un ambiente un poco tenso a uno lleno de paz y calidez. Yeon Jun sentía el cambio, Soo Bin siempre lo mencionaba.
No podía decir que no le gustaba el ambiente, era muy bueno. La cuestión es que Yeon Jun siempre intentaba no ponerse muy cómodo en ningún sitio, aunque día con día le era más difícil no hacerlo.
Sung Hoon levantó la cabeza cuando escuchó que tocaban la puerta. Rápidamente se levantó, corriendo en medio de las piernas de Yeon Jun —¡Hm!
—Relájate por favor, no pasa nada malo, solo fue la puerta— terminó de secar el recipiente que tenía en sus manos para dejarlo en su lugar —disculpa, tengo que caminar.
—¡Miedo! — Sung Hoon mordisqueó la tela del pantalón de Yeon Jun, algo que comenzaba a hacer con regularidad pero no podía permitirlo así que con cuidado lo alejó —no muerdas mi ropa, voy a abrir la puerta.
Caminó hacia la entrada, escuchando a Sung Hoon correr —no despiertes a tu madre— pidió, haciendo que el niño frunciera el ceño pero asintió, adentrándose en la habitación.
Yeon Jun se asomó por la mirilla, logrando ver a un chico rubio.
Abrió la puerta, sus ojos fijos en el omega frente a él —Buenos días. — Los ojos del rubio se agrandaron —¿q-qué? Buenos días... ¿dónde está Soo Bin?
—¿Cuál es tu nombre?
—Uh, Seok Jin— el rubio entrelazó sus dedos, inclinando su cabeza —por favor, discúlpeme, no esperaba ver un alfa. Mis disculpas, señor.
—No hay necesidad de eso— Yeon Jun ladeó su cabeza —Soo Bin aún está durmiendo, puedes entrar y esperarlo si gustas.
—Oh, sí— Seok Jin se sonrojó —por favor.
Yeon Jun abrió más la puerta, dejándolo entrar. El omega limpió sus pies antes de quitarse el calzado y colocó las manos detrás de su espalda, aclarando su garganta —Uh, ¿y Sung Hoon?
—Sung Hoon— llamó sin necesidad de gritar, nunca lo hacía.
El niño asomó su cabeza —ven Sung Hoon, es el amigo de tu madre.
Obedeció, corriendo hacia Yeon Jun. Seok Jin se arrodilló —hola Sung Hoon, ¿cómo estás?
—Bien...— respondió mientras se aferraba a la camisa de Yeon Jun, mordiendo su labio —mami duerme.
—Eso escuche— el rubio sonrió —¿Puedo tener un abrazo?
Sung Hoon asintió, alejándose lentamente de Yeon Jun para abrazar al omega —voy a terminar de lavar los trastes.
—Oh, espera por favor— pidió Seok Jin —¿quién... eres tú?
—Mi nombre es Yeon Jun, soy el niñero.
—Oh...— las cejas de Seok Jin se arquearon —encontró un niñero... un alfa— pasó los ojos por las marcas visibles —un alfa militar, un alfa militar que es raza pura.
—Sí.
—Yieon Jun— Sung Hoon levantó sus brazos hacia el mayor —rompecabezas.
Yeon Jun cargó al niño, presionando la nariz contra su mejilla y después besó su piel gentilmente —estaré en la cocina con él, por favor siéntete como en tu casa, ¿tienes hambre?
Los ojos de Seok Jin aún reflejaban sorpresa —no, no, muchas gracias. Estoy bien.
—Por favor, hazme saber si necesitas algo— el alfa se alejó con el niño en brazos, Seok Jin los siguió casi con miedo. Lentamente entró a la cocina, viendo cómo Yeon Jun dejaba en el suelo a Sung Hoon —¿cuándo comenzaste?
Yeon Jun tomó un nuevo plato y la toalla con la que los secaba —eso te lo tiene que decir Soo Bin.
—Sí, por supuesto— Seok Jin asintió —wow, un alfa.
Yeon Jun asintió, secando uno de los vasos de Sung Hoon —lo soy.
—Eso es maravilloso— una sonrisa apareció en el rostro del rubio —increíble, ¿Soo Bin está bien?
—Creo que sí— respondió, dejando el traste en su lugar —es feliz.
Sung Hoon levantó una pieza del rompecabezas —disculpa, Yieon Jun. —El alfa bajó la vista hacia él —¿si, Sung Hoon?
—Rompecabezas.
—¿Qué significa eso? — Preguntó sin dejar lo suyo —no te entiendo.
—Necesito ayuda con mi rompecabezas, por favor— pidió un poco sonrojado.
—Ya veo— Yeon Jun colocó la toalla sobre su hombro y se puso en cuclillas a su lado —déjame ver— Sung Hoon le dio la pieza y escaneó rápidamente el juego con la mirada —cuando haces un rompecabezas, Sung Hoon, asegúrate de iniciar por las esquinas— el niño miró el juego y después al alfa —esta pieza irá cerca de una esquina, cuando hagas todas las esquinas encontrarás su lugar y si no lo haces, te ayudaré.
—Está bien...— sostuvo la pequeña pieza en su manita —gracias.
—De nada.
Sung Hoon se acercó más a Yeon Jun, acariciando su rostro —quiero mami.
—Lo sé Sung Hoon, pero déjalo descansar— pidió para después ver al rubio —puedes sentarte si quieres.
Seok Jin tenía la boca Abierta por la sorpresa, parpadeando con lentitud —wow... ¿tú y Soo Bin están saliendo?
Yeon Jun abrió un poco más sus ojos —¿perdón?
El omega bajó la mirada —disculpa, no debí preguntar, lo siento tanto. No es de mi incumbencia, es solo que eres muy afectuoso con Sung Hoon.
—No estamos saliendo, estoy aquí para cuidar de Sung Hoon. — Yeon Jun desvío la mirada al niño que lo observaba fijamente.
—Seok Jin...— tres pares de ojos observaron la entrada de la cocina donde Soo Bin se encontraba, tallando sus ojos con el dorso de su mano —Hola, ¿Qué haces aquí?
A Seok Jin le tomó un tiempo responder —solo vine a saludar.
—¡Mami! — Sung Hoon corrió hacia Soo Bin, extendiendo sus brazos —¡mami!
—Hola precioso— Soo Bin bostezó, estirándose antes de cargar a su hijo —¿Estás bien?
—Sí mami, hago rompecabezas.
—Mm, ¿el rompecabezas que Yeon Jun te dio?
—Sí mami.
Soo Bin miró hacia el alfa que aún se encontraba de cuclillas. Sonrió un poco —Buenos días de nuevo Yeon Jun, ya conociste a Seok Jin.
—Sí— Yeon Jun se levantó —Buenos días... de nuevo, Soo Bin.
El omega inclinó su cabeza hacia el alfa antes de darle su atención al rubio —Hola de nuevo, Seok Jin.
—Soo Bin, ¿puedo hablar a solas contigo? — Pidió, sus ojos llenos de dudas.
Asintió, aún con la sonrisa en su rostro —estoy seguro de que tienes muchas preguntas— besó la mejilla de su hijo —Sung Hoon, deja que mamá hable a solas con Seok Jin. Quédate con Yeon Jun por mí.
—Sí mami— el alfa más pequeño besó la mano de Soo Bin y cuando lo dejó en el suelo, corrió de vuelta a su lugar —Yieon Jun, mami habla solo con Seok Jin.
—Lo escuché Sung Hoon, gracias— miró por unos segundos a Soo Bin, tomando la toalla de nuevo —nos iremos a la playa en una hora.
Soo Bin asintió, bostezando —sí, Yeon Jun— entrelazó su mano con la de Seok Jin —vamos.
—¿Un alfa?
—Sí, lo sé— Soo Bin acarició sus rodillas, dejándose caer en la cama —es tan dulce, Seok Jin.
—¿Te gusta?
Se encogió de hombros —no lo sé y no importa, no quiero una pareja— restregó suavemente su rostro contra la almohada —pero es muy atractivo— Seok Jin soltó una risa —y es el alfa más dulce y amable que he conocido.
—Es increíble con Sung Hoon, totalmente increíble— el rubio acarició la mejilla de su amigo —Sung Hoon lo ama.
—Oh sí— asintió con seriedad, cerrando los ojos —Sung Hoon está obsesionado con él y yo también. Es tan atento, cálido, me hace sentir seguro y lo más importante, hace sentir seguro a Sung Hoon.
—Puedo ver eso— sacudió su cabeza —increíble, estoy tan feliz por ti.
—Gracias— bostezó, sentándose —siento estar bostezando, acabo de conseguir mi segundo empleo.
—Muy bien— Seok Jin dejó las manos en su regazo —cansado o no, te ves tan sano, Sung Hoon también.
—Gracias Seok Jin, Yeon Jun nos ha mantenido saludables.
—¡Mami! — el grito de Sung Hoon hizo que su piel se erizara. Entró corriendo, con lágrimas haciendo su camino por su rostro. Soo Bin saltó, sosteniendo a su hijo.
—Sung Hoon, Sung Hoon, mira a mamá.
—¡Papi!
El corazón de Soo Bin se detuvo por un segundo.
—Seok Jin, sostén a Sung Hoon. Sung Hoon, quédate aquí hasta que mami te diga que salgas.
Sung Hoon asintió, aferrándose a Seok Jin que se había levantado —Soo Bin, llamaré a la policía.
—No lo hagas— pidió, saliendo de la habitación y corriendo a la sala de estar, sintiendo como si el aire se escapara de sus pulmones. Yeon Jun estaba de pie, completamente quieto y Jin Hwan recuperaba el aliento.
—Soo Bin, dile a este jodido psicópata quien soy.
—Es un poco temprano para estar borracho, Jin Hwan — Soo Bin gruñó —lárgate de mí maldita casa, ¿cómo sabes dónde vivo?
—Soy tu maldito esposo.
—No, no lo eres, tengo una orden de restricción en tu contra— el omega se mantuvo en su lugar, mirando a Yeon Jun que observaba fijamente al alfa borracho —¡vete de mi casa!
Jin Hwan gruñó —dame a mi hijo.
Yeon Jun percibió eso como una amenaza, así que se colocó frente a Soo Bin. En sus ojos se reflejaba el peligro —sal de aquí.
Jin Hwan tragó saliva con dificultad —¿así que... simplemente encontraste a alguien más, uh?
Las temblorosas manos de Soo Bin se aferraron al brazo del exmilitar —Yeon Jun...
—Sal de aquí— su voz era baja y calmada —no sé cómo los encontraste y no me importa. No me importa si estás borracho, no me importa si quieres a tu hijo. Te estoy advirtiendo, sal de aquí.
Jin Hwan dio un pequeño paso hacia atrás —te vas a arrepentir de esto— Yeon Jun dio dos pasos hacia Jin Hwan y este se hizo hacia atrás. Frotó su nariz con el dorso de su mano —volveré.
—No lo harás— continuó dando pasos hacia él hasta que el alfa estuvo fuera.
Jin Hwan intentó ignorar a Yeon Jun, viendo fijamente al omega detrás de él —Soo Bin, arreglaré esto...— Soo Bin cerró sus ojos —¿me escuchaste? ¡Ow! — Yeon Jun golpeó al alfa en la nariz, saliendo hacia al exterior sin zapatos. Tomó a Jin Hwan por el cuello.
—Soo Bin no es tu omega, no arreglaras nada más que tu nariz rota— presionó al alfa de ojos cafés contra la pared, apretando con más fuerza y causando que por unos segundos, el aire dejara de entrar a sus pulmones —estas jugando con fuego, mitad-lobo.
Jin Hwan intentó gruñir pero solamente salieron de sus labios pequeñas respiraciones ahogadas.
Yeon Jun lo tiró al suelo como si fuera un muñeco —no vengas de nuevo— el alfa sujetó su nariz llena de sangre y se alejó con torpeza. Miró a Soo Bin una última vez antes de correr.
—Yeon Jun...— Soo Bin colocó una mano sobre su hombro.
El alfa se giró, tomando el rostro de Soo Bin entre sus dos manos —¿Estás bien?
Soo Bin estaba temblando —sí, lo estoy— suspiró, abrazando a Yeon Jun —gracias... muchas gracias.
Yeon Jun besó su frente —estás congelándote, por favor, vayamos adentro.
El omega negó, abrazándolo más fuerte —eres increíble.
Yeon Jun alzó su cara, acariciando su mejilla contra la de Soo Bin y después presionó la nariz contra su cuello, respirando su aroma —ya te lo he dicho, no te lastimará ni a ti ni a Sung Hoon.
Soo Bin asintió, con lágrimas en los ojos —no tenía miedo, sabía que estaríamos seguros contigo aquí— escondió su rostro ahora contra el pecho de Yeon Jun; temblando violentamente por el frío —¿cómo nos encontró?
El alfa cargó a Soo Bin sin advertencia —te estás congelando— entró a la casa y cerró la puerta con su pie, dando grandes pasos para llegar a su habitación. Sung Hoon saltó del regazo de Seok Jin en cuanto los vio entrar.
—¡Mami! Yieon Jun, ¿mami bien?
—Mamá está bien— explicó mientras tomaba una manta de la cama, envolviéndola alrededor de Soo Bin. Dejó besos tibios en las mejillas del omega —no debes salir sin ropa adecuada, Camelia.
Seok Jin ayudó a Sung Hoon a subir a la cama —¡mami! — se acercó tanto como pudo —¿papi se fue?
—Sí bebé, se fue— Soo Bin se acurrucó contra Yeon Jun, necesitando el calor corporal que le brindaba. Sacó sus brazos de la manta para tomar a su hijo.
Seok Jin frunció el ceño —¿Cómo te encontró?
Soo Bin negó, lamiendo las mejillas de Sung Hoon —no tengo idea.
—El lazo— Yeon Jun habló, acariciando el cabello del omega en sus brazos —que te deshicieras de la marca no significa que el lazo se rompió.
Soo Bin se quejó, enterrando el rostro en el pecho de Yeon Jun.
Sung Hoon cubrió mejor con la manta su cuerpo y el de su madre —está bien mami— Sung Hoon secó sus lágrimas —Yieon Jun aquí, mami.
El alfa tocó la mejilla del niño —estoy aquí, Sung Hoon.
—¡Mira mami! — Sung Hoon apuntó varias veces una estrella de mar —¡estrella!
Soo Bin sonrió de un modo alentador —Wow bebé, una estrella de mar— se arrodilló, tomándola entre su mano —¿quieres sostenerla?
Sung Hoon dio unos saltitos, extendiendo ambas manos —¡Sostener!
La colocó en sus pequeñas manos, riendo —¿Cómo se siente?
Sung Hoon soltó suaves risas —¡Estrella!
Soo Bin aplaudió con alegría —te ves tan hermoso Sung Hoon, el niño más hermoso en todo el mundo.
—Me encanta, mami— dijo Sung Hoon al tiempo que estampaba los pies contra el suelo por la emoción.
Yeon Jun caminó hacia ellos con tres vasos en sus manos —traje chocolate.
Sung Hoon levantó la estrella de mar para que la viera —¡Mira Yieon Jun! Estrella.
El alfa asintió, pasándole un vaso a Soo Bin —es una estrella de mar— colocó los otros dos vasos en la arena —no tienen cerebro.
—¿No cerebro? — volteó a ver a Soo Bin, sorprendido —no cerebro, mami.
Yeon Jun le quitó la estrella y la colocó de vuelta en el suelo. Sung Hoon levantó sus manos que estaban cubiertas por unos guantes —quiero quitarme los guantes, mami.
—Oh, no precioso, tienes que tenerlos puestos.
Sung Hoon apuntó a las manos del mayor —Yieon Jun no usa guantes, mami.
Yeon Jun le dio un vaso al niño —es chocolate para ti— acarició su mejilla suavemente —no uso guantes porque mi temperatura corporal siempre es alta. Tus manos estarían muy frías y se volverían azules.
Sung Hoon dio un largo trago a su bebida, sosteniéndolo con ambas manos —¿Azul?
—Sí— tomó su propio vaso y se colocó a un lado de Soo Bin —¿Cómo te sientes?
Soo Bin observó a su hijo sentarse a un lado de su nueva amiga, la estrella de mar, con su pequeña nariz roja por el frío —de hecho estoy bien— sonrió, apuntando el vaso de Sung Hoon —honestamente, este es el mejor día que he tenido en mucho tiempo.
Yeon Jun dio un largo trago —se ve muy feliz.
—Sí— soltó un suspiro —míralo— susurró, admirando a su hijo —hermoso, tierno, valiente... es un niño tan amoroso. Jin Hwan se lo pierde, nunca podrá ver esto— una sonrisa se extendió por su rostro —me asusta que regrese cuando no estés, que nos lastime; que lastime a Sung Hoon. Pero estoy tan feliz de que esté sonriendo incluso después de haber visto a su padre, incluso después de que Jin Hwan entró a nuestra casa, aunque ahora sepa donde vivimos. Sung Hoon está feliz y yo también— negó, asombrado —mira esa sonrisa.
Sung Hoon estaba hablando con su nueva amiga, reuniendo un montón de arena con una de sus manos.
—Eres como un ángel— giró su rostro para ver a Yeon Jun —¿de dónde viniste?
Yeon Jun alejó el vaso de sus labios —Alaska... Alka.
Soo Bin soltó una carcajada —alfa bobo.
—No te lastimará, Soo Bin— Yeon Jun miró al omega —si lo hace, lo mataré.
Los ojos de Soo Bin se llenaron de lágrimas —nunca te pediría que hicieras eso, no lo vale.
Yeon Jun terminó su bebida —si vuelve cuando yo no esté, me lo dirás.
—Por supuesto— se inclinó hacia los brazos del exmilitar —lo haré.
Yeon Jun rodeó los hombros de Soo Bin con un brazo —estás muy mimoso últimamente.
El omega soltó una risa contra la tela del abrigo de Yeon Jun —me detendré entonces.
El alfa lo atrajo más hacia su cuerpo cuando intentó alejarse —solo estaba señalando algo.
Soo Bin dirigió la mirada a su hijo, que los observaba. Agitó su mano como saludo —Hola bebé.
Sung Hoon saludo de vuelta unos segundos después e intentó pararse varias veces. Cuando por fin lo logró, se tambaleó hacia la pareja —mami.
—¿Si, precioso? — Soo Bin se acomodó para estar a la altura de su hijo —¿te divertiste hablando con tu nueva amiga?
—Sí mami— respondió, acercándose al espacio personal de su madre —Mami... ¿Yieon Jun es como papi?
—No— habló rápidamente, casi provocando que su vaso se cayera —Yeon Jun no es nada como papi. Yeon Jun es muy amable, es muy bueno con nosotros, nada parecido a papi.
Sung Hoon asintió, jugando con sus pies en la arena. Dirigió su mirada a Yeon Jun que veía fijamente el océano. Sung Hoon besó la nariz de Soo Bin —baba.
—¿Baba? — el omega cuestionó.
—Yeon Jun baba.
Los labios de Soo Bin se separaron, sin saber que decir. Volteó a ver a Yeon Jun que ahora los observaba.
Yeon Jun negó —mi nombre no es baba— Sung Hoon se quejó, acercándose más a Soo Bin —pero si quieres llamarme así— sus ojos conectaron con los del omega por un instante —puedes hacerlo.
–En países anglosajones es común que a los padres se les diga -papa- (junto con daddy/father/dad), también en China es una forma que tienen para llamarles así.
*Baba es una forma cariñosa de decir papá.
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Holi!! ¿Vieron el teaser del mv de Magic? Está increíble!!
Realmente estoy feliz de que TXT haya ganado ya su 2do win, nos hemos esforzado mucho por ellos, así que estoy feliz por eso, no se olviden de votar en mubeat y guardar 150 votos en cada una de sus cuentas para el live-vote, hasta la próxima :)
Hagan stream al mv de Love Song y al teaser de Magic!!
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