Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO II

—¡Sung Hoon! Ven aquí por favor — Soo Bin le llamó desde el pequeño comedor de dos asientos. Mordió su labio mientras pensaba que más agregar a su lista.

Hace dos días, Yeon Jun le había ofrecido cuidar a su hijo a cambio de lecciones de cocina.

Ayer, después de trabajar, Soo Bin le llamó y acordaron que Yeon Jun visitaría el departamento al día siguiente para hablar sobre hacer de niñero para su hijo... a cambio de lecciones de cocina.

El hecho de que Yeon Jun fuera especial, algo fuera de lo común y muy respetable no quería decir que Soo Bin podía confiar en él. No podía entregarle a su hijo a un extraño, especialmente si Sung Hoon no se sentía cómodo con eso. Soo Bin tenía que asegurarse de que su hijo estaba a salvo con Yeon Jun tanto como lo estaba a su lado, sino es que más.

Soo Bin tenía que actuar de esa forma, no podía permitirse caer nuevamente por otra fachada de ojos amables y sonrisa. Dos características de las cuales Yeon Jun tenía una; ojos de color negro aunque sin sonrisa, algo que probablemente debería preocuparle pero no lo hacía.

Por el momento había escrito dos listas. La primera eran cosas de Sung Hoon, su hora de dormir, comidas, cuestiones sobre su personalidad entre otros puntos. La segunda eran dos recetas sencillas, una de arroz con pollo y la otra era el platillo favorito de Sung Hoon, macarrones con queso hechos en casa.

Se encontraba nervioso por varias razones, para empezar, aún no le había hablado de esto a Sung Hoon (lo cual pensaba hacer en ese momento) pero también, desde que se divorció no había tenido a ningún hombre alfa en su hogar. Soo Bin no había descubierto aún por quien estaba más asustado, si por Sung Hoon o por sí mismo. No sabía si era porque Jin Hwan lo había traumatizado o porque estaba temeroso de dejar que algo como lo que vivió sucediera de nuevo.

Gracias a todo lo que pasó se había convertido en un omega fuerte, aunque aún era tímido en ocasiones. Algunas veces lloraba por las noches, algunas otras no podían descansar, teniendo que asegurarse cada pocos minutos que la puerta estuviera cerrada, asegurándose de que lo malo se quedara fuera, incluso si eso malo tenía una orden de restricción.

Soo Bin trabajó sin cesar durante ese periodo infernal de tres meses. Desde tener que buscar un empleo que le permitiera llevar a su hijo, hasta mantener la cordura por su hijo. Intentaba siempre sonreír mientras estaba cerca de Sung Hoon, incluso si el pequeño nunca sonreía de vuelta. Aquello no importaba, porque Soo Bin sonreía y sí lo hacía, significaba que ellos estarían bien.

Sung Hoon nunca sonreía.

Soo Bin no recordaba que alguna vez lo hubiera hecho, aparte de cuando era muy pequeño y Jin Hwan estaba en su trabajo. No era un niño malhumorado, era asustadizo y extremadamente emocional. Sung Hoon era como el gemelo de Soo Bin, por dentro y por fuera.

Este momento era decisivo.

Apenas habían terminado el desayuno y quería saber el punto de vista de su hijo. Estaba preocupado de cómo lo tomaría, especialmente cuando descubriera que Soo Bin ya no estaría con él todo el tiempo, pero era algo que realmente necesitaba, algo que ambos necesitaban demasiado.

Si encontraba un segundo empleo podría ahorrar dinero e ir de vuelta a la corte para hablar de rechazar la manutención.

Sung Hoon y el podrían mudarse a Alaska, tal como siempre había querido y así se olvidarían para siempre de ese lugar. Su hijo podría comenzar la escuela, hacer algo con su vida (cosa que Soo Bin desearía haber hecho.)
Podrían comenzar de nuevo y ser felices, lejos de cualquier recuerdo de su pasado.

Alaska era algo que le había sido prometido cuando recién se había casado, pero agradecía que nunca se hubiera mudado, de esa forma un lugar tan hermoso no les había sido arruinando.

—Hola, mi niño precioso— Soo Bin llama afectuosamente, estirando sus brazos hacia el pequeño que tallaba sus ojos, cuando llega a su lado, lo levanta con un solo movimiento y lo sienta en su regazo, —¿necesitas una siesta?

—Sí, mami.

—Está bien, bebé— deja un beso en su coronilla, —¿mami puede hablar contigo de algo antes?

—Sí, mami.

El omega sonríe, dejando un último beso en su cabeza antes de acomodarlo sobre la mesa. Sung Hoon mueve sus pequeños pies con suavidad, mirando los papeles que estaban a su lado.

—Así que...— Soo Bin presiona sus dos manos contra sus muslos con nerviosismo, —Sung Hoon, mamá tiene que decirte algo muy importante, ¿Ok?

Sung Hoon mueve la cabeza en un asentimiento.

—Sung Hoon, bebé, ¿te gusta ir al trabajo con mamá todo el tiempo?

El niño juega con sus dedos, asintiendo una vez más —sí, mami.

Soo Bin relame sus labios, acercándosele —¿qué pasaría si... mamá tuviera que ir a trabajar solo?

Sung Hoon levantó la mirada rápidamente, sus ojos de color café claro se habían agrandado. Sus labios formaban un puchero mientras comenzaba a gimotear, curvándose.

Soo Bin negó con la cabeza, colocando sus manos en la cintura del niño —no precioso, por favor no llores.

El alfa hipó, con lágrimas deslizándose por su rostro.

—Oh— Soo Bin lo atrajo a su regazo —mi niño precioso, mamá no te va a abandonar, ¿está bien? Solo no quiero forzarte a venir conmigo al trabajo, no es justo para ti.

Sung Hoon tembló, aferrándose a la camisa de Soo Bin con sus puños —no, mami.

El mayor suspiró, dejando un beso en su frente —Sung Hoon, por favor mírame.

Obedeció, mirándolo con los ojos rojos por el llanto —amo estar con mamá.

Soo Bin asintió despacio, mordisqueando su labio —Sé que lo amas, precioso. Y mamá ama estar contigo, eres mi mejor amigo, ¿recuerdas?

Sung Hoon sorbió su nariz —sí mami, recuerdo.

—Buen chico— una sonrisa triste aparece en el rostro de Soo Bin —necesito que seas un niño grande y me ayudes, ¿Ok? Quiero ayudarnos para que podamos irnos, ¿recuerdas el lugar bonito de las fotos que te mostré?

Sung Hoon acarició su nariz con el dorso de su mano, asintiendo —sí, mami.

—¿Aún quieres ir ahí?

—Quiero.

—Ok— Soo Bin pasó la lengua por donde había rastros de lágrimas, eliminándolos. Sung Hoon se inclinó hacia su roce — mamá nos sacará de aquí, lejos de este sitio, pero debemos ser un equipo.

Sung Hoon asintió, sorbiendo su nariz de nuevo.

—Sung Hoon, ¿recuerdas el hombre que conocimos en el trabajo? ¿El alto?

Sung Hoon frunció el ceño, negando.

—Ok, está bien. — Soo Bin le tranquilizó, —bueno, el vendrá aquí— Sung Hoon se puso rígido, —él me ayudará a cuidarte, ¿eso te parece bien?

El niño negó nuevamente —No, mami— lloriqueó, —lastimarte.

Soo Bin cerró sus ojos, presionando sus labios juntos —Bebé, te prometo que nadie nos volverá a lastimar.

—A ti, mami, a ti— Sung Hoon comenzó a patalear agresivamente, llorando más fuerte —No, no, no.

Lo cargó entre sus brazos, meciéndolo cerca de su pecho mientras caminaba a la habitación que compartían. Lo recostó con delicadeza, teniendo precaución de no recibir ninguna patada. Fue hacia su armario, tomando de ahí la grande y rosada manta de seguridad que pertenecía a Sung Hoon. Le quitó la playera y lo cobijó.

Se arrodilló en la cama, con los pies tocando su trasero y sujetó al niño con firmeza hasta que éste se fue tranquilizando. Una vez que lo hizo, Soo Bin lamió sus mejillas, tarareando una lenta melodía.

Sung Hoon se removió un poco, poniéndose cómodo. Parpadeó varias veces, mirando a Soo Bin; el pobre estaba todavía cansado, a veces ambos tenían problemas para dormir.

—Mami...

—¿Si, amor? —Soo Bin le permitió apegar el rostro a su pecho.

—No quiero a nadie más.

Soo Bin suspiró suavemente, —lo sé bebé, lo sé.

—Hola— Soo Bin salió de la puerta de un rojo oscuro, sin zapatos. Se inclinó un poco ante el alfa — ¿Cómo estás?

Yeon Jun inclinó su cabeza — Estoy bien.

No estaba frunciendo el ceño, pero en definitiva tampoco estaba sonriendo, claramente, solo tenía una emoción. —¿Cómo estás tú?

—Bien, bien— Soo Bin se abrazó a si mismo por el frío —uh, Sung Hoon acaba de despertar de su siesta, él se siente... un poco indiferente respecto a que entres y a que lo cuides.

Yeon Jun no respondió, solo miró al omega.

Soo Bin tragó saliva con dificultad; la presencia de Yeon Jun era un tanto sofocante. Su aroma era increíble, era extrañamente delicado para un aura tan poderosa. Estaba usando el mismo abrigo largo, sus ojos negros y llevaba el cabello alborotado. Se preguntaba qué hacía en la milicia.

Su milicia era la más respetada en todo el mundo. Después de la primera guerra, de humanos contra lobos, ambos bandos llegaron a un acuerdo poco ortodoxo. Ellos creyeron que sería una buena idea vivir en armonía, lo que funcionó bien por un tiempo.

La segunda guerra, que se dio entre humanos contra lobos contra humanos–lobos, fue un problema totalmente diferente.

Los humanos se emparejaron con lobos.

De esa forma, crearon a los humanos–lobos.

Humanos–lobos que no tenían la más mínima idea sobre cómo ser lobos de verdad.

Si dos humanos–lobos, tal como Soo Bin y su exesposo, tenían un bebé, éste sería igual que ellos. Era imposible tener un lobo puro de dos mitad–lobo, algo que Jin Hwan se negaba a aceptar. Le resultaba más fácil golpear a Soo Bin hasta que estuviese listo para dar a luz a un raza pura.

Pero, si un lobo puro tuviera un hijo con un humano–lobo... bueno, nadie sabía que pasaría porque nunca había ocurrido antes.

Luego de la Segunda Guerra, los raza pura se fueron. Los mitad–lobo se emparejaron con otros mitad–lobo, sobre poblando su país con mitad–lobos.

Eventualmente, el medio ambiente y las enfermedades terminaron con la población de humanos puros, al ser incapaces de sobrevivir a climas severos y a ciertas enfermedades a las que la sangre de lobos era inmune.

Los mitad–lobo no sufrían sus celos tan seguido. Se decía que eran la raza cargada de furia, caían más rápido en la violencia que los lobos puros, y tampoco podían transformarse.

Jamás se oían historias de lobos puros abusivos o infieles. Los lobos puros se emparejaban de por vida.

La raza pura peleaba en la guerra como lobos. Lobos muy, muy grandes que asustaban a Soo Bin ante el mero pensamiento de estar cerca de una cabeza que era más grande que todo su cuerpo.

Se preguntaba de qué color sería Yeon Jun, se preguntaba por qué se había ido, por qué dimitió y si siempre parecía no tener emociones.

—Uhm...— Soo Bin cambió su postura un poco —es un niño asustadizo, necesita mucha paciencia.

Yeon Jun asintió una vez.

—Bien— Soo Bin se dio la vuelta, abriendo la puerta lentamente solo para cerrarla enseguida —Yo... no tengo muchas cosas.

Yeon Jun ni siquiera habló, dándole la misma mirada a Soo Bin.

El omega asintió lentamente — está bien— abrió la puerta, dejando que Yeon Jun entrará delante de él, cargando una bolsa sobre su hombro. Soo Bin cerró la puerta con cuidado —¡Sung Hoon! — le llamó.

El niño llegó corriendo, deteniendo su paso al ver a Yeon Jun.

Los dos tuvieron un concurso de sostener miradas, Soo Bin permitió que pasara, feliz de que Sung Hoon no había comenzado a llorar aún.

O quizás habló muy pronto.

—Mami...— habló entre dientes, su voz era un poco temblorosa.

Soo Bin respiró profundo antes de cargar a su hijo — Sung Hoon, este es el hombre del que te hablé. Su nombre es Yeon Jun, dile tu nombre.

Sung Hoon ocultó su rostro en el cuello de Soo Bin, quejándose.

Soo Bin acaricio su espalda, dedicándole a Yeon Jun una mirada de disculpa —Lo siento, solo está asustado.

Yeon Jun se encogió de hombros y miró a su alrededor con lentitud, como si estuviera capturando cada cosa de la casa —No tienes pareja.

Tragó saliva con dificultad, dejando un beso en el hombro tembloroso de su hijo — No, no tengo.

Volvió a inspeccionar el espacio —¿Dónde duerme?

—Oh...— Soo Bin estaba sorprendido de que Yeon Jun no sé hubiera marchado aún, — Dormimos en la misma habitación, Sung Hoon, ¿te gustaría mostrarle a Yeon Jun nuestro dormitorio?

El niño no dijo nada, manteniendo su rostro oculto y con las manos aferrándose a los hombros de Soo Bin.

—Uhm, te voy a mostrar lo qué hay.

Llevó a Yeon Jun a su dormitorio. No tenían mucho, pero lo que había ahí era suyo, tenían una gran cama para los dos, un vestidor, un armario y un espejo, nada extravagante.

—Dormimos juntos— Soo Bin guio a Yeon Jun hacia el baño —Tenemos un solo baño, ya no usa pañales— sonrió un poco, incluso si Yeon Jun no lo hizo de vuelta —Terminé de enseñarle a ir al baño hace un mes, así que algunas veces tenemos algunos accidentes, ¿verdad Sung Hoon?

Murmuró algo contra la tela de la ropa de Soo Bin y éste acaricio su espalda.

—La cocina está por aquí, supongo que ahí te estaré enseñando.

Yeon Jun asintió —¿Son todas las habitaciones de la casa?

—Lo son.

Yeon Jun se alejó, dejando a Soo Bin con su hijo que ya estaba más calmado —Uh...— siguió al alfa de vuelta a la habitación, mirándolo inspeccionar todo. Intentó abrir la ventana, optando por ir al armario cuando no se abrió. Soo Bin lo miró con curiosidad, incluso Sung Hoon levantó la cabeza para mirarlo.

—¿E-está todo bien?

Yeon Jun no respondió, en su lugar, cerró la puerta del armario y se dejó caer en el suelo, revisando debajo de la cama.

Soo Bin se hizo a un lado cuando Yeon Jun se dirigió al baño, revisando los gabinetes y la bañera. Inspeccionó también la ventana que había ahí antes de volver a la cocina, mirando en los cajones y de nuevo, las ventanas.

Al terminar, se giró hacia Soo Bin —¿Tienes empleada doméstica?

Soo Bin lo miró parpadeando al igual que Sung Hoon —No, no tenemos.

—¿Tienes novia? ¿Novio?

Negó con la cabeza, desviando la mirada —No.

—¿Amigos cercanos?

—Seok Jin, él viene aquí algunas veces.

—¿Tienes alguna foto de él? — cuando Soo Bin asintió lentamente, volvió a hablar —Necesito verlo— Yeon Jun revisó el resto de las ventanas antes de volver con los dos —¿Quién es el padre de Sung Hoon? ¿Viene a recogerlo?

Sung Hoon metió el pulgar en su boca ante la palabra 'padre'. Apoyó la cabeza en el hombro de Soo Bin, succionando su dedo. Soo Bin acarició su cabeza, agradecido de que el niño se hubiera calmado con la presencia de Yeon Jun.

—Nos divorciamos— dijo honestamente.

Yeon Jun se iría, pensó, ningún alfa respetable cuidaría a un niño cuya madre estaba soltero y portaba una marca en su cuello (misma que intentaba removerse).

—Tengo la custodia de Sung Hoon, Jin Hwan... mi exmarido, no tiene permitido acercarse a nosotros.

—¿Tienes una foto de él?

Soo Bin negó —No, no tengo.

Yeon Jun asintió —¿Cómo luce él?

El omega intentó poner en el suelo a su hijo, resoplando cuando comenzó a llorar —Sung Hoon, precioso, necesito hablar con Yeon Jun ¿sí?

—¡Mm! — intentó trepar su pierna —¡Mami!

Soo Bin lo cargó de vuelta, el niño se tranquilizó, volviendo a colocar el pulgar entre sus labios —¿Te importaría que nos sentemos?

Yeon Jun separó una silla para Soo Bin y después él también se sentó. Sacó de su bolsa un diario y una pluma plateada —Deletrea su nombre.

Soo Bin se inclinó un poco hacia el frente —Uhm, Sung Hoon.. S-u-n-g-h-o-o-n.

—¿Una 'O' o dos?

Soo Bin presionó sus labios juntos, intentando no reír. Yeon Jun era un alfa muy serio y estaba feliz de no sentirse enfermo por tener a un alfa en su hogar, con su hijo. Algunas cosas que preguntaba sonaban infantiles, pero lo hacía con seriedad.

Sonrió levemente —Dos.

Yeon Jun escribió eso, su caligrafía era increíble, como la de alguien muy estudioso. Nada que le sorprendiera.

—¿Cuántos años tiene?

—Tiene tres.

—¿Cuándo es su cumpleaños?

Soo Bin se rio está vez —¿Todo esto es realmente importante?

Yeon Jun lo miró fijamente, sin ninguna expresión en el rostro, —sí.

Sonrió levemente — 8 de Diciembre.

—¿Cuánto pesa?

Casi nunca se reía como ahora, por lo que Sung Hoon lo veía con curiosidad mientras Soo Bin reía como si su vida dependiera de ello —¿Quizás unos trece kilogramos?

Yeon Jun se levantó, extendiendo los brazos hacia él —¿Puedo cargarlo?

—Uh...— Soo Bin nunca, jamás, jamás entregaría a su hijo a nadie. Pero Yeon Jun era tan raro, no de una forma mala, sino de una forma graciosa —Claro, si él te deja.

Soo Bin miró a su hijo, que tenía sus grandes ojos puestos en Yeon Jun, quien aún tenía sus brazos extendidos —Sung Hoon, Yeon Jun quiere cargarte por un momento, ¿puede?

Sung Hoon no habló, ni siquiera se movió cuando fue sostenido por sus axilas. Yeon Jun lo levantó dos veces antes de devolvérselo a Soo Bin.

—Once kilogramos— Yeon Jun escribió, —está un poco delgado, ¿qué come?

Soo Bin no respondió, demasiado intrigado de como Yeon Jun había logrado:

1.- Cargar a su hijo sin que este hiciera un solo sonido.

2.- ¿Cómo podía saber su peso con tan solo cargarlo?

—¿Come vegetales?

Soo Bin reaccionó —Sí, come vegetales.

—¿Carne?

—Sí.

—¿Qué tipo de carne?

—Pollo, más que nada.

—Necesita carne roja. —Yeon Jun escribió eso y después se levantó —¿Tu auto o el mío?

Soo Bin se levantó justo después, mirándolo con confusión. Todo estaba ocurriendo tan rápido —¿Qué?

—Vamos al supermercado, apenas y tienes comida en tu refrigerador o en los gabinetes. ¿Tu auto o el mío?

Soo Bin dirigió su mirada hacía Sung Hoon, quien no podía apartar sus ojos de Yeon Jun —¿Q-qué? No hemos hablado de tu paga ni de nada.

El lobo miró a Soo Bin, el negro de sus ojos apenas se notaba, —¿Puedes caminar y hablar?

Soo Bin miró a su alrededor como si estuviera en medio de una broma, —sí, sí puedo.

—Entonces...— Yeon Jun parpadeó con lentitud —¿Tu auto o el mío?

NOTA: En el fic es común que para eliminar los rastros de lágrimas, usen la lengua. Es una muestra de afecto y algo normal entre algunos animales.

•━━━━━━━━━━•

¿Les ha gustado este segundo capitulo?  Espero le den mucho amor y apoyo a esta bonita adaptación!

Esperen la próxima actualización :)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro