Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❄5❄

Ok, voy a aclarar. Esta es una novela corta, así que los sucesos van rápidos. 

Este capítulo en especial es +18, erótico o como lo quieran ver. Así que leen bajo su responsabilidad. 

Ahora sin más, espero que os guste.

PREM❤

La situación ameritaba una sirena roja haciendo ruidos en mi cabeza. ¿Me iba a besar o no? Yo quería, lo había esperado por dos años y cuando por fin lo tenía así de cerca, se retiraba. No es justo.

Su frente estaba pegada a la mía, sus belfos moviéndose y rozando los míos. Lo sentía ahí, tan cerca, haciendo que cada expulsión de aliento llegase a mi garganta. Me estaba tentando de la manera más baja y rastrera que existía. Me encantó.

Por un momento cerró los ojos, tomó pequeñas respiraciones pausadas y me sobresalté. No supe en qué momento había agarrado mi cabello, pero lo estaba haciendo rodar entre sus dedos, aprisionándolo, acercándome más a él si se podía. No me iba a quejar, incluso si dolía, lo hacía más real, y yo también quería sentir que podía meterme en cada poro de su piel.

- ¿Qué quieres hacer ahora? –dijo alejándose de mí. Sentí el aire frío correr entre nosotros. ¡Ay, que frustración! Años después y este tonto no cambiaba, seguía jugando al ''tira y recoge'' conmigo como si no sintiera nada. Odiaba esa faceta del mismo modo en que lo quería. Me hacía estar alerta a cada uno de sus movimientos, pero también me hacía rabiar.

Me cansé de esperar, ambos éramos hombres, con necesidades e impulsos básicos. Si él no daba el paso, seria yo quien tomara cartas en el asunto. Abracé su cuello, llevándolo hacia atrás en la cama. Afianzó sus manos sobre la misma, mirándome fijo, estupefacto. Entonces hice lo que quería de él.

Lo besé.

Lento y detallando cada recoveco de su cavidad. Me coloqué a horcajadas sobre sus muslos, rozando adrede su entrepierna contra mis glúteos. Como montando un caballo. Saqué mi lengua para dejarle saber a mi paladar que esto era éxtasis y ambrosía en el mismo lugar, su cuerpo. Por la misma persona, él.

Nuestras bocas comenzaron a hacer indecentes sonidos, cada vez más alto, rellenando el eco en los oídos. Una mano rodeó mi espalda mientras la otra tomó mi mentón, obligándome a mantenerme inamovible para él.

Quise devolver el forcejeo de fuerzas así que tiré de su rubia cabellera hacia atrás, despejando su cuello para mis labios, mordiendo, succionando y dejando todo tipo de marcas que le dijese a cualquiera lo que acabábamos de hacer en esta habitación.

Aunque no fue suficiente.

Su sabor áspero mezclándose con el mío, el sudor comenzando a brotar e impregnando el olor a sexo por doquier. Pero aun faltaba incendiar la chispa. Metí mis manos por debajo de su camisa, levantándola y haciéndole tomar el borde inferior con sus dientes. Al ver que me movía hacia abajo, frunció el ceño y comenzó a soltar la prenda.

-Nn, -negué con la cabeza. –no puedes moverte hasta que te castigue por dejarme solo tanto tiempo. Has sido un mal chico, Boun, es hora de que te devuelva unas cuantas.

-Prem, no tienes que... -me levanté completamente y volvía a besar sus labios, esta vez más demandante, desordenado y me retiré. Si fuésemos animales sin razonamiento pensaría que me acababa de gruñir de frustración. 'toma bebé, tu propia medicina. Así sabrás lo que se siente'. Le hice pegar la espalda sobre las sabanas, sus manos fueron hacia mis montículos cubiertos por mis pantalones y, esperé a que estuviera en el calor del entusiasmo, entonces me retiré. Volvió a enojarse y sonreí.

-Quédate quieto o no sabrás más de mí como por cinco años. Me buscaré un compañero real y vendré a este club cada noche para mostrarte lo que perdiste. –mis palabras lo hicieron detener cualquier protesta. 'Buen chico'.

Descendí nuevamente. No sabía lo que estaba haciendo, o sí. Intentaba por todos los medios reclamar lo que era mío desde hacía tiempo. Haciéndole ver que no tendría a nadie más como yo, no importase a dónde se fuera.

Me moví tan despacio que temí que perdiéramos ambos la cordura. Me estaba desesperando, pero no quería apresurar el momento. La cremallera sonó agonizantemente lenta al igual que la tela siendo despegada de su piel. Pero más resonó la exhalación que siguieron luego de mis acciones. Los gritos ahogados de sus belfos fueron mi pase de avance cuando sintieron me sintió rodear su glande.

Besé y saqué la lengua para recorrer toda su extensión. Sus gruñidos de frustración me hacían reír porque sentía su desesperación y, eso me encantaba, a decir verdad.

-Déjate de juegos, Prem. –Tiró de mi cabello hacia adelante, ejerciendo presión para que lo tomara en mi boca. Lo hice, jugué con su cuerpo y su paciencia lo más que pude. Su espalda se pegó a la cama al no poder contener los espasmos.

Su mano no abandonó mis cabellos, en cambio, los acarició con una ternura que se diferenciaba de la tosquedad con que había demostrado su prisa antes.

Mientras me dedicaba a buscar su placer, retiré mi ropa a prisa. Necesitaba sentir el frio de la habitación o realmente podría desmayarme por la fiebre. El calor me estaba matando, y eso que solo acabbamos de inicar el juego. Donde daríamos el todo para el otro.

-Joder, estoy en el infierno.

-No, pero muy cerca.

Haló mi pelo hacia atrás. Estaba a punto de tener un orgasmo, pero lo evitó. –Aun no. –su respiración sonó entrecortada y su sonrisa encendida intentaba ocultar sus ojos líquidos por la lubricidad en su cuerpo.

Sin aviso me tiró sobre la cama para encargarse de todo. Como sabía que le gustaba hacer en la vida real. No era capaz de ceder el control muchas veces, debía encargarse de la protección y el placer de los demás. Esta vez, no debatiría al respecto, yo también quería hacerlo sentir en las nubes y si esa era su forma de estar ahí, quién era yo para negárselo.

Cruzó un poco más el límite, metió sus dedos en mi boca, haciéndome mojarlos con mi saliva. En otro momento seria de asco, pero con él, y en una cama, era lo más asquerosamente maravilloso del mundo.

Estaba volviéndome loco.

-Siempre he definido bien que mis gustos. Me gusta mandar, obligarte a hacer lo que yo quiera. A tomar de los pies a la cabeza aquello que quiero para mí. ¿Y tú, Prem? ¿Qué te gusta? –no podía pensar bien en esta situación. Era algo que había esperado por dos años, asi que estaba en la cúspide de la lujuria.

Quería lanzarme a esa piscina de cabeza.

-Dime, Prem. ¿Te gusta ser sometido a mi voluntad? ¿Quieres hacer lo que yo quiera? –maldición. Me encantaría poder responderle que no, pero eso era mentirnos. Y tenía la boca ocupada aún.

-Mira eso, tu boca succiona lo que le ponga dentro. Tan bien. Tan bueno.

Sacó sus dedos para llevarlos a perderse en mi interior, hurgando, buscando su objeto de placer. En cuanto descubrió la ansiada protuberancia, la rozó. Fue un leve toque y eso bastó para hacerle sonreír. Descarado.

- ¡Qué actuación señor Prem! –dijo soberbio. Yo quería matarlo por altanero.

Cuando lo noté, había arqueado la espalda, apretado las uñas sobre las sábanas y masticado mi labio bajo los sonidos que quería soltar mi garganta.

- ¡Merece el premio al chico que tendrá el mejor orgasmo! –arrogante.

Su boca bajó hacia donde sus dedos se unían a mí. Esta vez su su turno de succionar, jugar con llevarme a donde quería. Su otra mano tomó un muslo y lo levantó. Me quise morir de vergüenza. Estar tan expuesto era... simplemente ridículo.

En ningún momento me tocó más allá. Estaba evitando a propósito mi miembro. Y aun cuando intenté darme yo mismo el placer, golpeó mis manos y las apartó dándome una mirada ceñuda.

Giró sus dedos adentro y entendí su punto. Estaba molesto y quería que lo obedeciera. Pero, ¿cómo? Se curvó una vez y eso sería todo, iba a dejarme ir, pero sin disimulo apretó la punta de mi pene, asegurándose de tener aún el dominio.

Se apartó de lo que hacía y quise protestar más. –Pero, qué...

Me besó, callándome por completo.

Si algo había ganado en estos años lejos, fue fuerza. Con un tirón me colocó de espaldas, elevando mis glúteos. –La próxima vez lo haremos de frente, pero ahora es necesario esta pose para no hacerte daño.

Asentí de acuerdo. Demonios, si me pidiera que firmara un contrato con su cama, lo haría.

-Reconozco que no quería saber la verdad. –sus labios y lengua cayeron sobre mis omóplatos. Una mano masajeó y jaló mi nuca. Me ericé por completo. –Tenía mucho miedo de tu respuesta.

-Debiste tomarme así... así como lo estás haciendo ahora. –el grito de satisfacción que expulsé cuando se introdujo en mí, me hizo feliz en el momento. Perdimos las maneras y el pudor en cuanto inició el vaivén en mi interior. Ambos estábamos erráticos, acaparando oxigeno, disfrutando y permitiéndonos sentir. Los dos temblando.

Su aliento y dientes me hicieron tiritar cuando fueron a mis oídos y nuca. El sonido de la cama hacia que mi piel enrojeciera aun mas, era el mayor eco en la habitación, siendo acompañado por las exhalaciones y nuestros jadeos locos.

Sus dedos, enterrados en mi cadera, pasaron a levantarme una pierna para hacerlo ir más profundo. Suicida me sentía, mi pecho cayó en la cama al no poder sostenerme más con mis brazos. Sus besos no cesaron, estaban por doquier, tenían esa mezcla de dulzura y rigor de siempre, solo que con una chispa de soberbia.

Bastaron unos largos minutos para que achacásemos. Esperaba que fuera la primera ronda. Tenía años que recuperar. -Vamos juntos

- ¿A dónde?

- ¿A paraíso? –y odié sus palabras, pues me hacían caer ante él y no sabía si podría lidiar con esto. Dejamos salir el orgasmo con necesidad. Me sentí flotando minutos más tarde y al mirarlo a mi lado, agitado y sin fuerzas, supe que estaba igual o peor que yo.

-Mierda, lo siento, Prem. –me quedé en silencio. Invades mi cuero, me haces perder la calma y lo primero que dices es una disculpa. Genial, bravo por mí.

Estaba camino a levantarme de la cama cuando sus brazos me aprisionaron. –No eso, niño. Déjame terminar. –esperé, buscando la paz en mis pensamientos. Sin resultados favorables.

-Te debo una disculpa, bueno, varias. Primero, por hacerte esperar y no haber tenido el valor de enfrentarte aquella vez, en cambio te alejé hiriéndote para luego huir como tonto.

-En algo estamos de acuerdo. ¡Oye! –pellizcó mi nalga.

-Lo otro es, que no usamos protección. Yo tengo mi certificado de salud y récord de enfermedades, pero eso no quiere decir que deba hacer las cosas por impulso sin preguntarte. –expulsé el aire que no recordaba estar reteniendo. Así que era eso. Reí como psicópata.

- ¿Prem? –dijo extrañado. Estábamos de frente asi que veía todas sus expresiones. Quería perder el control nuevamente, pasé una pierna por sobre la suya y choqué mis caderas con las suyas y jadeó. Tomé su labio inferior entre mis colmillos buscando marcarlo con dolor.

-Por haberme asustado.

-Travieso el niño. –reímos mientras me hacía cosquillas. –Vamos a darnos una ducha.

Nos levantamos para ir juntos al baño. Ostentoso. En cuanto entramos en la tina, porque yo no estaba dispuesto a desperdiciar el yacusi que había colocado allí, le hablé.

-Boun.

-Mm.

-No me importa. Quiero decir, yo tampoco dije nada sobre usar protección así que es también mi culpa. No siempre debes cargar con todo. Somos dos adultos y también puedo protegerte.

-Oh, así que mi niño ya creció. –recibió un manotazo en el brazo.

-De todas formas, yo también tengo los certificados de salud que me pide la empresa cada mes. –y no quise pensar en cuantas personas habían estado en su cama, eso me haría hipócrita y un poco egoísta con el pasado en el que tuve igual de culpa.

Ahora solo quería recordar todo el ruido que hicimos, en que sus amigos y ese tal Earth nos vieron entrar en esta habitación. Y cuando vieran sus marcas en mí, no quedarían dudas sobre lo que sucedió aquí.

Pero aún faltaba yo, así que eso hice. Lo mordí en el cuello, succioné con entereza y presión, para que supieran que él también tenía dueño. Era mío. Al menos por hoy.

Mañana quién sabría qué sucedería.

Alguien vio el final de BETWEEN US???
Qué os pareció ?? Yo lo amé todo aunque quería más como buena fujoshi que soy😏😏 so me entienden eh🍎🍎

😭 Yo quería más de los bebés y menos de las otras ships, pero qué se le va a hacer. La vida es una yuca

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro