Capítulo 2(Michaeng)
<Chaeyoung>
Luego de un largo viaje, llegamos a la casa y lo primero de lo que nos enteramos era que solo había una cama, a mi no me importo y me sigue sin importar, pero Mina formó un escándalo y todavía sigue en la misma posición.
Cruzadas de brazos, ceño fruncido y mirada perdida, lleva al rededor de dos horas así, no la he querido molestar, ni siquiera preguntarle si quiere comer o ir a dormir, solo la he observado, sin decir una sola palabra.
Esto es difícil tanto para mi como para ella, aunque parece que más para ella porque siento que lo está haciendo por obligación, se que yo igual, no se que pasa por su mente en este momento pero se lo que pasa por la mía y lo único que dice es ¡mala idea!. Maldigo el día en el que conocí a Momo y comencé a hacerle caso en absolutamente todo.
No puedo creer que Mina actúe como una bebé, ya está en la edad suficiente como para hacer un bebé.
"Deja de mirarme, me asfixias". Dice sin ser capaz de mirarme a los ojos.
"Siento haberte incomodado". Hago una reverencia pero me detengo a la mitad y chasqueo la lengua. "No tengo que disculparme por nada, solo estaba viéndote no tiene nada de malo". Acomodo mi cabello y me acerco un poco más a ella. "Eres una lunática, deberías irte".
"No me iré". Murmura y se levanta. "Estaré hasta que se termine".
"¡¿Por qué?!". Nos habían informado en el viaje que si una se rendía se acababa el experimento, deseaba que ella lo hiciera, lo malo es que es más testaruda que yo.
"Yo nunca me rindo". Conectamos miradas por algunos segundos, me quedo sin respiración y suelto el poco aire que queda en mis pulmones.
"Lo mismo digo". Muerde su labio inferior y rueda los ojos, esta molesta y me parece divertido.
"¡Te voy a molestar hasta que decidas irte!". Exclama exasperada.
"Cuando te conocí me dijiste que no querías que habláramos, ni que nos viéramos, ni nada". Recuerdo y sonrío. "Ahora me estas hablando". Frunzo los labios. "Eso significa que tu nunca acatas lo que dices". Culmino con una enorme sonrisa, Mina me mira sin ninguna expresión en el rostro, se aparta de mi y se va a la habitación.
"¡Pudrete mal nacida!". Grita.
"¡Más respeto!". Golpeo la puerta con mi puño. "Abre". Digo impaciente. "Quiero dormir".
"No voy a dormir contigo, ya te lo había dicho". Escucho que algo se cae. "Duerme tu en el sofá o en el suelo como una maldita perra, que por cierto eso eres". Aprieto los dientes y golpeo con más insistencia. "Y no me hables más, no me caes bien".
"No me importa si te caigo bien o no". Aclaro antes de que sus ínfulas de superioridad crezcan aún más, si es que eso es posible. "Solo quiero dormir, ni siquiera te voy a rozar, porque ¡que asco!".
"¡Ja!". Suelta una carcajada que me aturde. "Ya quisieras dormir con alguien como yo". Me quedo observando la puerta, al no querer seguir la conversación me doy la vuelta y decido dormir en el sofá, prefiero dormir hasta en el tejado antes que acercarme otra vez a la idiota que tengo por compañera.
"¡Despierta!". Salto y caigo de cara al suelo, al abrir los ojos me encuentro a la japonesa más odiosa del mundo riendo como si le hubiera dicho la cosa más graciosa que existe.
Me levanto y voy al baño, no estoy dispuesta a estar un minuto más cerca de Mina, hago el sonido de un helicóptero con mi boca al no saber en donde dejé mis cosas, no estaban en la habitación que por cierto huele a vainilla, odio ese olor.
Sigo buscando hasta que llego al baño y mis ojos se ensanchan. "¡Myoui!". Grito con todas mis fuerzas, toda mi ropa esta esparcida, mi cepillo de dientes era lo único que estaba en su lugar, miro por el espejo y noto que esta apoyada del marco de la puerta con una sonrisa que me provoca borrarle a golpes y su ceja alzada como si no supiera que paso.
"Lo siento". Se disculpa con tono inocente. "Ayer sin querer rompí la maleta y...esto ocurrió". Coloca la mano en su pecho y suspira negando con la cabeza. "Intente acomodar las cosas per-".
"¡Vete a la mierda!". Golpeo la pared justo al lado de ella. "Tu y tu maldita actitud". Subo la mirada y siento unas fuertes ganas de llorar, esto nunca me había pasado, nadie era tan molesta como yo, pero Mina ha superado mis espectativas y mi poca paciencia a sido rebasada en el segundo día. "Deja de actuar como que no sabes, fuiste tú la que lo hiciste ¡perra de mierda!".
Frunce el entre cejo y sin pensarlo dos veces, la agarro del cuello de su camisa y la estampó contra la pared, estoy cegada por la ira y no me interesa que llamen a la policía, es más prefiero pasar dos días en un calabozo sin comida y con tres leprosos antes que seguir aquí.
"Suel-".
"Cállate". La interrumpo y me acerco a su rostro. "Dejame en paz Mina, no te tengo miedo". Murmuro y la suelto, ella se queda inmóvil, y justo en este momento me doy cuenta que me convertí en lo que no quiero ser, al levantar la mirada, la veo y esta respirando con dificultad. "Discúlpame...". Digo arrepentida de mis acciones. "Es que entiendeme eres difícil...". Intento reír pero no me sale.
Flashback.
No era para nada fácil escuchar a tu mejor amiga llorar y contarte cómo su novia le había pegado hasta que se cansó, ver su mirada traumatizada y los moretones que se extendían por su piel.
Y aún así ella seguía creyendo que la amaba, estaba completamente segura que no la iba a dejar, y que fue por ella que ocurrió todo. Se seguía echando la culpa desde que llegué y su sonrisa torcida me demostraba que lo decía por compromiso, por "amor". Aunque no he sentido muy bien lo que se siente un amor correspondido se que si amas no haces daño.
Incluso si la persona llega a herirte, tu sigues ahí para ella, sin importar lo que les depare el futuro, estén juntas o separadas. "Luego me dijo que era una persona bastante difícil y que por eso lo había hecho". Terminó y comenzó a reír, la sentía tan vacía. "Mañana me mudare a su casa". Informó y la miré impresionada.
"Rosé...¿estas loca?". Pregunté levantándome y abrazandola sin querer dejarla ir. Tenía ese presentimiento de que algo malo pasaría si la dejaba con la maldita de Jisoo.
"Loca de amor". Sonríe y sentí que mi corazón se aplastó. "La amo Chaeng...". Me miró a los ojos y noté su determinación, sabía que no me mentía.
"Hasta mañana". Me despedí sin verla a los ojos, sin abrazarla, sin decirle lo mucho que la amaba, intenté demostrárselo, siendo fuerte pero nunca se dio cuenta.
Fin del flashback.
"¡Ni se te ocurra volver a tocarme!". Vuelvo a la realidad, me había metido en otro mundo, uno en el que siempre quise permanecer. "¡Si lo vuelvas a hacer te juro que te mato!". Un par de amenazas más y se larga dejándome sola, con la mente en blanco y las manos temblorosas.
Esta persona no era yo, luego de la muerte de Rosé, pensé que ser una hija de perra me iba a ayudar a afrontar todos mis problemas e incluso mi corazón roto.
No, no había funcionado en lo más mínimo es más, cada día me sentía peor, el recuerdo de su mirada la última vez que la vi, todavía siento su desesperación al no querer morir, como apretaba mi mano y lloraba con fuerza.
Me siento tan inútil al no poder hacer nada, quería correr pero sabía que aunque fuera la mujer más rápida del mundo nunca llegaría, todo paso porque tenía que pasar, es lo que quiero creer. Aún así me sigo echando la culpa de no haberla raptado o haberle dicho que estaba jodidamente mal irse con la chica loca que ella consideraba el amor de su vida.
Lo peor de toda esta locura, es que Mina por una extraña razón desconocida, me recuerda a ella, hasta su forma de hablar, tampoco quiero hacerme a la idea que tengo que encontrar el amor aquí o que ella es Rosé, porque no lo es.
Al terminar de cepillar mis dientes, camino a la sala, Mina esta ahí, sumergida en lo que sea que está viendo en su teléfono, parece que está viendo, la cosa más interesante del mundo porque ni voltea a verme cuando paso al lado de ella.
Inhalo su aroma, hago una mueca de asco y sigo, nunca me ha gustado la vainilla me parece asquerosa, exhalo con algo de intranquilidad y me siento, pero un olor invade la sala, miro a mi compañera y parece no importarle, así que me levanto y cierro los ojos, dejándome llevar por mi olfato.
"¡La cocina!". Salgo corriendo a apagar la estufa, lo que sea que estaba cocinando esta más negro que su alma, comienzo a toser y me apoyo de la mesa, como odio cuando algo se quema.
Abro las ventanas y la puerta, al asomarme veo que está en la misma posición, solo que esta vez tiene los audífonos y parece que lo está disfrutando, al estar de espaldas no se da cuenta que estoy detrás de ella, mil pensamientos suicidas pasan por mi mente.
Levanto la mano para asustarla, pero me detengo al escuchar su voz, es como si un angelito bajo del cielo a cantarme, el problema es que se transformo en un demonio asqueroso por dentro.
"I need somebody to heal...". Sonrío inconscientemente. "Somebody to know". Suspiro e intento sacarla del mundo en el que esta.
"Myoui". Llamo.
"Somebody to have". Murmura y se levanta. "Somebody to ho- ¡ah!". Grita, me mira con sorpresa, miedo y puedo jurar que vergüenza.
"Lo siento". Me disculpo.
"No pasa nada". Guarda sus audífonos y sonríe. "De-deberiamos co-comer". Tartamudea.
"La comida se quemo". Digo y su rostro se endurece un poco.
"¡No deberías hablarme!". Exclama con los ojos cerrados. "Debería demandarte". Asiente a sus palabras y se queda unos segundos viendo el suelo con la respiración acelerada. "No lo haré". Ahora está negando y cuando pasa a mi lado choca nuestros hombros tal cual lo hizo cuando nos conocimos.
La verdad es que no la entiendo aunque tampoco quiero hacerlo...
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