Capítulo 12(2Yeon)
<Nayeon>
"Jihyo me dijo que la otra pareja acaba de tener un momento súper difícil". Cuento y Jeongyeon asiente. "La madre de Mina murió y se tuvieron que ir a Japón". Deja de comer las palomitas que quedaban en la taza y su rostro se vuelve triste.
"Se debe sentir horrible". Lamenta y veo hacia otro lado.
"Si, muy horrible, creo que nosotras podemos hacer una mini reunión entre las cuatro, lo digo para conocernos, quien quita y también nos hacemos amigas". Me señala con una enorme sonrisa.
"Ya pareces una chica loca en busca de amigas". Dice y me río.
"No lo digo por mi, lo digo por ellas, deben estar pasando un mal momento".
"Chaeyoung parecía ser una buena chica así que Mina está en buenas manos".
"¿La chica de los tatuajes?". Pregunto con una ceja alzada.
"Eso no tiene nada que ver". Frunce el ceño. "Eres muy prejuiciosa señorita Im, demasiado". Bajo la mirada apenada.
"No lo dice por los tatuajes". Apresuro a decir. "Lo digo porque se veía muy seria y Mina demasiado mandona".
"No juzgues a un libro por su portada ni a una persona por su expresión o apariencia". Dijimos al unísono, en algunas ocasiones parecía como si estuviéramos conectadas.
"¡Ya lo sé!". Digo con fastidio y resoplo. "Me parece extraño que tengan una 'linda amistad' o algo así". Hago comillas con mis dedos.
"Tu y yo tenemos una linda amistad". Recuerda y como odio cuando tiene la razón.
"Hoy cumplimos veintidós días de conocernos y nos hemos dicho cosas que nunca le dijimos a nadie más". Suspiro y rasco mi mano derecha. "Ellas también pudieron hacerlo". Considero lo que dijo.
"Exacto". Golpea el suelo con su dedo índice. "Lo que nosotras tenemos ellas también lo pueden tener, no somos las únicas en este experimento, hay dos chicas que probablemente estén mejor que nosotras o peor, así que no entiendo porque crees que estamos ganando".
"Yo no dije eso". Me defiendo.
"Parece, se ve en tu rostro y la competitividad sale de tus poros". El tono de su voz me tiene perdida.
"No es cierto Jeongyeon, esto no es a ver 'quien gana'". Acomodo mi cabello y la veo a los ojos. "Es encontrar a la persona correcta, o una buena amiga como tú y yo". Nos señalo.
"No es para encontrar una amiga". Imita mi voz y no quiero admitirlo pero me molesto de sobre manera.
"¿Entonces?".
"Es para encontrar a la persona que derrita tu corazón, esa persona que te hará feliz por el resto de tu puta existencia, pero tu al estar en negación no te das cuenta". Reclama y no entiendo que le pasa. "¡Nunca te das cuenta de nada!". Dice exasperada.
"A ver, a ver tampoco me estés gritando". Sigo la pelea si es que se le puede llamar así.
"No te estoy gritando y si crees que lo hice pues mal por ti". Se levanta del suelo.
"Estábamos bien y de pronto te pones así, ¿estás en tus días o que?". Pregunto sin pensar, se que eso molesta porque soy mujer pero su cara, su expresión, la forma en como cambio a diferentes emociones me hizo saber y dejarme bien en claro que iba a explotar y que yo tendría que correr justo ahora hacía un lugar muy lejano.
"No estoy en mis días". Dice entre dientes. "¡Solo que eres inepta y lenta!". Grita con los ojos cerrados. "Y no te das cuenta de nada". Coloca su dedo pulgar e índice en su tabique. "Además de que me sigue doliendo la nariz por tu maldita culpa". Cada que grita o me reclama algo mis hombros bajan, si sigue así voy a estar del tamaño de una hormiga.
"No maldigas que eso es malo". Repito lo que siempre dice y su rostro se vuelve más rojo, dándome a entender que no está disfrutando mis bromas. "Jeongyeon cálmate siento que te va a dar algo". Camino hacía ella.
"¡No me va a dar nada!". Me aparta y camina con los puños apretados a la habitación.
"Pero que humor".
"¡Te escuché!". Cierra la puerta con todas sus ganas, pobre puerta.
Me gustaría entenderla en estos momentos y quitarle un poquito de su rabia, pero como no puedo y la embarre más de la cuenta, prefiero sentarme alejada de ella porque se que si abro la puerta me va a querer arrancar la cabeza y luego jugara fútbol con ella.
Hasta que se canse y me lo merezco, no he aprendido a mantener mi boca cerrada, nunca, debería hacerlo, es solo que las palabras salen.
"Jeongyeon abreme la puerta". Demando y vuelvo a tocar. "Necesito hablar contigo". Esta chica es demasiado difícil.
"No quiero". Tenemos aproximadamente veinte minutos en esto.
Veinte valiosos minutos que los pude gastar en otra cosa y lo triste es que no podré recuperarlos.
"¡Jeongyeon abre coño!". Me saco de mis cabales, lo veía venir, soy alguien que tiene poca paciencia. "Si no abres le pegare una patada tan fuerte a la puerta que se va a abrir y luego una a ti para que recuerdes que no debes molestarme". Amenazo.
"No me das miedo". Esta cerca de la puerta.
"Alejate de la puerta que voy a patearla hasta que me sangren los pies".
"Vete a la mierda".
"¿Por qué estas hablando así?".
"Por nada". Inclino la cabeza confundida y la puerta se abre.
"Dios mio". Mis ojos se abren más de lo normal y no se que decir. "¿Donde conseguiste alcohol?". Pregunto como una madre a su hija adolescente.
"Siempre hubo en la repisa, ¿recuerdas el reto?". Comienza a reír sin razón aparente. "¡Hagámoslo!". Suspiro y entro.
"Esta bien pero dame chance a por lo menos llegarte cerca po- ¡cuidado Jeongyeon con las cosas caras!". Sostengo su cuerpo con mis brazos y la lanzo a la cama.
"No sabia que querías hacerme eso, ¡pervertida!". Hago una mueca de asco que se ve interrumpida por una sonrisa que no se de donde salió pero la tengo. "Que sea rápido, no tengo todo el tiempo, tengo que recoger a Siyeon para llevarle a su casa".
"¿Quien es Siyeon?". Ese nombre no lo había escuchando nunca de sus labios y de los de nadie, no se por que me sentí tan molesta que nombrara a una chica.
"Mi novia o ex novia ¿o mi medio hermana?". Me congelo al escuchar lo último. "Solo se que cada vez que la recuerdo vomito". Rie y luego para de hacerlo para verme a los ojos. "¿Te han dicho que eres hermosa?".
"No".
"Lo eres y mucho, como me gustaría que fueras lesbiana aunque lo eres pero estas cegada". Sonrío y por primera vez asiento. "Si lo fueras y me dejaras estarías ahorita teniendo el mejor sexo de tu vida".
"¿A si?".
"Soy buena". Se felicita ella misma dándose golpecitos en la espalda. "Yo hacía muy feliz Siyeon". Acaricia mi rostro y cierro los ojos ante el tacto. "Sin saber que era mi medio hermana, cuando lo supe...¡agh!, me dolió tanto que desde ahí quede así". Abro un ojo y veo que está llorando.
"¿Así como?". Me atrevo a preguntar.
"Me enamoro de quien sea para olvidarla". Murmura y siento una opresión en el pecho que me tranca la respiración.
"¿No la has olvidado?". Mi mente y corazón solo piden una cosa.
"No se que decirte". Y no es la respuesta que buscaba. "De todas formas no importa porque ella está feliz con otra chica, y yo te tengo a ti, que me haces feliz, buena amiga".
"Para ti soy una buena amiga". Agarro la botella y me tomo un gran trago. "Alejé a todas las personas por los prejuicios".
"Es normal, mira, la vida no nos la ha puesto fácil, por lo menos a mi". Se sienta y se sostiene de sus codos. "No se que te paso a ti pero a mi, ¡joder!. Mi padre me jodio hasta después de años". Otra vez esa risa que me da tristeza. "Me enteré que la mujer de mi vida era mi hermana". Solloza y me arranca la botella de las manos. "Medio hermana pero la sangre estaba". Toca sus venas con rabia. "A la final quede sola, ¡como la mierda!".
"Jeong...". Quiero cambiar de tema, se ve que eso le afecta.
"No te pongas triste por mi, cuando tu llegaste". Toca mi pecho y sonríe. "Hiciste que por lo menos tuviera ganas de abrir los ojos y pasar un nuevo día a tu lado".
Nadie me había dicho eso, me parece muy adorable y lindo de su parte.
"Tu también Jeong...".
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