8. Wednesday Night Melody (Bleached)
Un sonoro rugido proveniente del estómago de Charlie me hizo pensar que tampoco había comido algo desde las diez de la noche. Nuestras miradas tan solo se cruzaron por unos segundos y al parecer fueron suficientes para entender que había que buscar comida antes que termináramos desmayados en algún callejón.
No había muchos lugares abiertos las veinticuatro horas en la ciudad, por lo que dimos un par de vueltas hasta toparnos con una cafetería cercana a una gasolinera. El interior parecía salido de una de esas películas de los cincuenta, con pisos de baldosas a cuadros y paredes de un rosa pastel con formas geométricas.
Tan solo nos faltaban unas enormes malteadas, el sonido de los patines y algunos motociclistas con su cabello lleno de fijador.
A parte de nosotros, había un par de enormes camioneros haciendo sus paradas obligatorias para descansar y una mesera un poco mayor que se dedicaba a resolver los sudokus en el mostrador.
Charlie y yo nos sentamos en las mesas más cercanas a salida y ordenamos lo más barato del menú: sándwich de huevo con una taza de café.
Por la radio del local empezaba a sonar Wednesday Night Melody de Bleached, dándole algo de animosidad al silencioso ambiente. Incluso mi pie había empezado a moverse al ritmo de la batería.
Choices that were made
Well I think now you better rearrange
Give yourself some peace of mind
Cause the sun will shine
And the shadows don't mind
Mi mente seguía flotando en la lectura de cartas, en las tan acertadas palabras de Nellie.
Desde que conocí a Loretta, siempre supe que íbamos en el mismo sentido y no lo decía tan solo por nuestras sexualidades o el esfuerzo por salirnos de las normas establecidas de nuestro pequeño pueblo. Éramos casi la misma persona en diferentes fuentes.
Pero eso había sido cuando aún éramos niños, adolescentes.
Cuando ella solo hacía ballet porque sus padres la obligaban y yo rasgueaba la guitarra hasta encontrar un sonido que me gustara para acompañar las letras sueltas escritas en el margen de mis cuadernos.
Antes de que esas tontas cosas se convirtieran en el centro de todo, cambiando nuestras prioridades.
Loretta había cambiado para bien. Había logrado un lugar dentro de una importante compañía de ballet y había pasado de corps de ballet a solista en un tiempo récord.
¿Qué era lo que yo había hecho?
Era un estudiante promedio de la carrera, me habían echado de una de las mejores bandas en las que había estado y con quienes había escrito las mejores canciones de mi vida...
Y ahora me estaba sintiendo atraído por el ex novio de mi ex novia.
Dios, ilumíname o elimíname.
—Bien, son las tres de la mañana y tenemos poco más de la mitad del dinero. —Lo escuché decir mientras revisaba la app de presupuesto por décima tercera vez—. Eso nos deja con más cuatro para recoger el dinero restante e irnos directo a la audición...
—¿Y dónde quedaría el tiempo para que ambos se arreglen? —pregunté un tanto preocupado por ese detalle—. Loretta estará sin bañarse ni tampoco tiene la ropa indicada. Además, tarda casi dos horas en arreglarse en un día normal...
Al darme cuenta de lo que había dicho, le di una mirada de reojo a Charlie. Sostenía con mucho cuidado la taza de café entre sus manos y me observaba de forma extraña, tal vez porque sí que era extraño haber soltado ese comentario de manera tan confiada.
Especialmente porque hablaba de su ex novia.
Nuestra ex novia.
Aun así, como buen virgo, Charlie pareció tomar las cosas por el sentido lógico.
—Tienes razón, al terminar de comer deberíamos pasar a recoger sus cosas. —Apoyó con un leve asentimiento.
Al salir de la lectura de cartas me lo topé sentado junto al mostrador, leyendo un libro sobre el arte de hacer crochet. La luz azul del letrero de neón reflejada sobre sobre su rostro que me recordaba un poco al dibujo de la carta.
Tal vez había sido una tonta coincidencia, tal vez eran los efectos de la madrugada y la falta de sueño sugestionando todo...
O tal vez yo le quería buscar la quinta pata al gato, creer que estábamos predestinados cuando en realidad solo éramos un par de extraños en una aventura nocturna por la ciudad.
—¿No deberías pasar a tu apartamento también? —pregunté, dándole un sorbo a mi café para no sonar tan atrevido—. Ya sabes, la ropa indicada y las zapatillas de media punta...
—No, tranquilo —me calmó antes de señalar su Beetle con la cabeza—. Traigo mudas en el auto y mis otras cosas para el ballet, uno nunca sabe lo que pueda pasar al salir de casa.
—Eso es tan típico de signo tierra —señalé, intentando contener una sonrisa.
Charlie elevó las cejas.
—¿En serio crees en esas cosas?
—¿Tú no? —cuestioné, recordando el trébol colgando del retrovisor.
—¿En qué mi estabilidad emocional depende un planeta? —Pegó la espalda a la silla y negó—. Me parece algo tonto.
—Que virgo de tu parte. —Tomé el sándwich entre mis manos—. Los horóscopos sirven para conocernos un poco más, a comprender nuestros cambios emocionales, a conocer las distintas formas en las que nos conectamos al universo
—Si no me sirven para ganar la lotería, entonces no le veo sentido —respondió junto a un encogimiento de hombros—. Y eso nos vendría muy bien en estos momentos ¿sabes?
Esta vez no pude evitar soltar una de mis tontas risas.
Estaba bastante tonto esa noche, más que de costumbre.
—Pudiste haberle pedido a Nellie que les preguntara a los muertos cuáles eran los números —señalé con algo de sorna—. Después de todo, tu amiga médium es muy buena.
Al escuchar esto, Charlie se inclinó sutilmente sobre la mesa, con esa mirada.
—¿Entonces la lectura de cartas fue buena? —curioseó con tono de interés.
Apreté los labios, intentando no entrar en pánico con la pregunta y no hacer obvio que hablamos sobre él durante la consulta.
O, mejor dicho, que las cartas habían dicho sobre él.
Le di un vistazo al exterior, con las luces naranjas bañando las oscuras calles y los letreros neones de los edificios creando un contraste casi onírico sus superficies metálicas.
You've been running for days
And I hope you find your way.
Creatures of mistakes
Rewind the time, make it ok
—Algo así —respondí al cabo de unos segundos—. Cosas personales, como la universidad y eso, pero me sorprende que no creas en ninguna de esas cosas, los bailarines suelen ser muy supersticiosos.
Loretta era en extremo supersticiosa antes de las presentaciones.
Durante la secundaria solía cepillarse el cabello veinte veces mientras daba tres vueltas en el vestuario. También se ataba el moño con la misma redecilla que le había dado su padre cuando tenía ocho años y besaba la desgastada punta de sus zapatillas antes de ponérselas.
Encogió los hombros en respuesta.
—Yo no creo en la buena suerte. —Le dio un sorbo a su taza de café—. Sino en el trabajo duro.
—Que lindo debe ser tener tanta confianza en ti mismo —murmuré, echándole un vistazo a la calle vacía a nuestro lado.
A veces era más fácil echarle la culpa de todos mis problemas a mi ascendente, dolía menos que aceptar que tus propias acciones eran las que te habían llevado a tocar fondo.
—Yo diría que tienes mucha confianza en ti mismo como para llevar el cabello blanco —señaló con cierto tono de respeto—. O pararte sobre un escenario para tocar.
—Tú te paras sobre el escenario para bailar —le recordé—. No es tan distinto. Y lo del cabello blanco fue un error...
—¿Error?
Solté un suspiro y peiné un poco el cabello del frente, que aún se sentía un poco seco. Al menos no se estaba tan frágil como ese día, aunque mis raíces castañas habían empezado a crecer.
—Me emborraché con Deepak y pensamos que sería una excelente idea teñirme el cabello de rubio. —Sentí mis mejillas rojas y me pregunté si Charlie no estaría harto de verme así—. Dos horas después terminé con el cabello de Draco Malfoy y una horrible resaca moral.
Charlie apoyó el codo sobre la mesa y la barbilla en la palma de su mano.
—Pues... —Sus ojos oscuros se enfocaron en aquella parte que se había ondulado y por un momento creí que estiraría su mano para tocarla. Para volver a tocarme como lo había hecho en la estación de policía —. El error te queda lindo.
En serio me esforcé por no hacerlo, por no dejar escapar una boba sonrisa después de aquella frase tan cursi que había lanzado y por evitar que la sangre subiera a mis mejillas.
Fallé miserablemente.
Soak in the rays
From the grave.
The shadows don't mind
On this Wednesday Night Melody
Afortunadamente la atención de Charlie no se centró en mi patético rostro sonrojado por su comentario, sino en el estridente sonido de mi alarma especial para cuando estudiaba hasta tarde. Era un fuerte sonido parecido a la alerta sísmica de la ciudad, que incluso llamó la atención los camioneros.
—¿Y eso?
Me apresuré a sacar el teléfono y apagarla.
—Es mi alarma para cuando me quedo estudiando hasta tarde —respondí antes de guardarlo de nuevo—. Tengo un examen de teoría de la antropología más tarde.
Charlie abrió los ojos con tanta sorpresa que me asusté un poco.
—¿¡Tienes un examen y aun así aceptaste ayudar a Loretta!?
En ese momento decidí no contarle que ese examen podría salvar la materia, porque sentí que iba a romperme la taza en la cabeza.
—Es solo un examen —mentí de manera descarada—. Y Nellie dijo que me iría bien, así que no hay problema.
—¿Sabes de que otra manera no tendrías problemas? —cuestionó con tono serio—. Quedándote a estudiar.
Saqué de nuevo mi teléfono y busqué el temario que había descargado desde la nube para mostrárselo.
—Mira, aquí lo tengo descargado.
Charlie soltó una risa y negó.
—No, lo tienes de adorno en el teléfono. —Apoyó el codo sobre la mesa y apoyó la barbilla sobre la mano—. ¿O es que lo has abierto y repasado sin que yo me diera cuenta?
Elevé las cejas con un poco de sorpresa.
—Tendrías que haberme estado prestando atención durante todo el rato que estuvimos juntos para decírmelo con tanta certeza.
Charlie ladeó la cabeza.
—¿Y qué si lo estuve haciendo?
Ni siquiera había terminado de escuchar la pregunta para que mi cuerpo reaccionara con un cosquilleo que recorrió todo mi cuerpo ante tal descarado coqueteo.
Uno que me estaba tentando demasiado a coquetearle de regreso.
¡Usa tu sentido común, Winslow!
Mi sentido común se apagó desde que esos ojos oscuros se toparon con los míos en la estación de policía.
—N-no sé por qué lo estarías haciendo —respondí, llevando la taza a mis labios—. No soy tan interesante como para que tengas toda tu atención sobre mí.
Charlie elevó las cejas y me dio una mirada de pies a cabeza.
—Pues, yo sí te encuentro interesante.
Come on boy dry your eyes
It's good to feel just a little alive
Drag a needle on the groove today
And waste away... just waste away...
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