Capítulo 23
(Narra Alexia)
Había quedado con Mackenzie para ir de compras y ahora dabamos vueltas sin saber a donde ir.
-Vamos a esa tienda -dijo Mack señalando a una de ropa interior.
-Vale...
Al entrar, Mack me tendió tres pares de conjuntos muy "atrevidos", y yo le miré avergonzada.
-Pruébatelos -dijo tirando de mi hasta el vestidor.
-No, no por dios, Mackenzie -no podía evitar reirme.
Al final tuve que probármelos, y la verdad, no me quedaban tan mal, lo que pasa es que ese no era mi "estilo". Ese era el "estilo" de Mackenzie, pero aun así, me obligó a comprármelos.
Después, fuimos a una tienda de cosmética, donde Mackenzie se probó todo tipo de perfumes y cremas, y yo, simplemente ojeaba algunas cosas.
Fui a un espejo para mirarme, y en el reflejo vi a la persona más odiosa del mundo... Chloe.
<<Vale Alexia, ni la mires>> -me repetí en mi cabeza.
-¿Nos vamos? -me dijo Mack con seis pintauñas en la mano.
-Sí, anda.
Fuimos a salir por la puerta cuando el pitido de la alarma sonó, y toda la tienda se giró hacia nosotras.
-¿Pero qué...? -dije confusa.
-Vosotras dos, parar.
Era la dependienta que se acerco a revisarnos el bolso.
Yo estaba tranquila por que sabía que no había robado nada, pero cuando sacaron un perfume de mi bolso, me quedé con la boca abierta.
-Señorita, ¿a que se debe tu robo?
-¡¿Qué?! -esto no podía estar pasando, yo no había hecho nada.
-Ya le ha oído -ahora apareció un policia. -Esto es serio.
<<El que faltaba...>>
-Yo no me he guardado este perfume. Yo no ...
-Debe de ser un malentendido -me ayudó Mackenzie.
Ahora fue Chloe la que habló.
-Señor policía, no es por meterme, pero yo he visto como se guardaba el perfume en el bolso...
<<Pero será... >> -pensé.
Esto se había convertido en un numerito, y toda la tienda no se perdia parte de la escena, incluida Chloe.
¡Chloe! Claro, como no lo había pensado, puede que fuera ella la que me metió el perfume adrede.
-Por dios. -Juro que yo no he sido -el policia me miraba extrañado pero aun así no se lo creía.
-Es cierto, yo estaba delante -dijo Mackenzie, y yo le hice un gesto para que viera a Chloe, la cual tenía una cara de satisfacción.
-Venir conmigo, jovencitas -el policia nos llevó hasta la comisaría del centro, y allí me metieron en una salita.
-Esto es demasiado injusto -me dijo Mack desde el otro lado.
-Lo sé. No se como esa bruja a sido capaz de meterme en este lío.
Pasó media hora, y apareció el policia con un montón de papeles y un teléfono.
-¿Estos son sus datos? -los releí un par de veces.
<<Alexia Rose, 17 años...>>.
-Sí.
-De acuerdo, porque acabo de llamar a su padre.
<<¿¡Qué, que!?>>
No, no por favor. Preferiría pasarme todo el día aquí a que se enterase...
Al cabo de un rato, apareció por la puerta.
Rellenó unos papeles y simplemente me dijo:
-Vamos.
Me despedí de Mackenzie y me dispuse a hablar calmadamente con mi padre.
-Puedo explicarlo...
-Basta Alexia, esto es demasiado.
-Pero yo ni siquiera...
-He dicho basta.
El resto de camino estuvimos en silencio, pero los dos con rabia en nuestro interior, por distintas ideas de lo ocurrido.
-Estamos viendo una fecha para que vayas a ese internado... -me dijo, y no podía creermelo.
-¿Pero qué? ¿Por qué? No tenéis motivos, esto no es nada justo.
-Sí que lo es. Tu comportamiento es muy extraño ultimamente, y tu madre y yo ya no sabemos que hacer contigo...
-¿Perdona? No, no, no, de eso nada. Por dios papá, ¿no creeis que soy ya mayorcita para este tipo de cosas?
Esto era demasiado, esto no podía pasarme, no, a mi no.
-¿Acaso hay algo que impida no ir allí?
No podía más, iba a explotar.
-Sí, papá.
-¿El qué?
-Pues...yo... -cogí aire, tal vez el último con algo de esperanza -estoy enamorada.
Primero miró sus manos, luego se toco el pelo y luego me miró a mi.
-Hija... no estoy para este tipo de rollos. Sabes que los chicos no son lo mejor para ti.
-Pues llegas tarde, papá. Porque ya estoy saliendo con uno.
En ese momento, la tensión acumulada de mi padre salió al exterior y se puso a moverse como un loco.
-¿Cómo dices? Oh, no Alexia, eso sí que no.
-Pero ni siquera...
-No, ¡no!, estás castigada, Alexia. Una semana, no, ¿Una semana?, ¡Un mes! estaba histérico.
-Te quedarás en tu habitación, y ya no habrá rollos, ni chicos, ¿me has oído ? Cero chicos.
No podía más.
Subí a mi cuarto, cerré de un portazo y me desplomé en la cama.
Mi cuerpo me pedía llorar, pero mi rabia no me lo permitía.
No sabía que hacer, y lo único que hice por impulso, fue llamar a Dylan.
(Narra Dylan)
Me iba casi a dormir cuando recibí una llamada de Alexia, y sin pensármelo, cogí el teléfono.
-Alexia, preciosa ¿qué tal?
Oí que sollozaba al otro lado teléfono.
-Dy-Dylan, yo... es mi padre...
Me sobresalté al escuchar su voz tan debil.
-Espera Alexia, preciosa, tranquilízate.
Ella gimoteaba, pero no me decía nada.
Al momento me puse serio, y sabía lo que tenía que hacer.
-Alexia, tengo que colgarte, pero relájate, no pasa nada.
Salí lo más rápido que pude de mi casa, en dirección hacia un sitio que no pensaba ir en esa situación.
Sabía que mi padre trabajaba ahora, por lo tanto, el padre de Alexia también, así que, con paso rápido, me dirijí hacia su empresa.
No tardé ni cinco minutos en llegar, y ya estaba subiendo por el ascensor.
Sin que nadie me viera, llamé sin pensar dos toques en la puerta del señor Rosse.
-¿Quién es? -se oyó al otro lado.
Podría definirme como el novio de Alexia, pero eso me lo reservaba para decírselo cara a cara.
-Soy Dylan Anderson.
Hubieron unos segundos de silencio hasta que dijo:
-Pasa.
Entré y cerré la puerta de golpe.
-Tenemos que hablar -le dije.
Él me miró algo confundido pero me hizo un gesto para sentarme en la silla que tenía delante.
-Es sobre...
-Alexia, sí.
Su rostro cambió, y yo no sabía por donde empezar.
-Bueno, tu tambien tienes que explicarme algunas cosas -me dijo.
Por dentro sentía rabia, y decidí ir al grano.
-¿Por qué Alexia estaba tan mal?
-Tan mal, ¿eh? -me miró no muy bien -¿acaso estabas con ella?
-Pues no, pero me ha llamado y en su voz notaba que las cosas no iban muy bien.
-Alexia ha hecho algo no muy propio en ella -dijo su padre serio.
-Pero, si Alexia es muy buena. Tendría que haber gato encerrado.
-Pues en la comisaría no decían lo mismo...
¿Comisaria? Vale, luego tendría que hablar con Alexia a solas...
-Bueno Dylan, ahora tu... ¿Qué te pasa con mi hija?
Sentí la garganta seca, pero aun así, se lo solté de golpe.
-Alexia y yo estamos saliendo.
Luego de eso, hubo silencio, pero, no duró mucho.
-¡No! Eso no. -Ya se lo he dicho antes a Alexia, ¡nada de novios!
-Pero... -fui interrumpido.
-Mira Dylan, eres un buen chico, pero no quiero que tengas nada con mi hija, ¿vale? Tu harás tu vida y ella la suya, y para que veáis que es lo mejor, la vamos a llevar a un internado...
-¡¿Cómo?! -me levanté de la silla, hecho un matojo de nervios.
-Es lo mejor...
-¿Lo mejor? ¿Enserio? Mira señor, yo amo a Alexia, y ella a mi. ¿Crees que un estúpido internado nos va a separar?, además, ella ya es mayor, no es una niña, sabe cuidar de sí misma y deberíais dejarla ser libre.
-¡Si la dejamos ser libre se acabará desmadrando!
-Pero bueno señor, ¿es que no conoce a su hija? Alexia es muy buena persona, muy responsable y muy obediente, y además, es una adolescente, déjala vivir. Déjanos vivir.
Su rostro se volvió más tranquilo, y al parecer, mis palabras le hicieron reflexionar, porque estaba muy callado.
-Dylan... ¿cómo se que vas a ser bueno para mi hija?
-Tú mismo lo has dicho, soy un buen chico. Y te puedo asegurar, que estos meses que he pasado con Alexia han sido los mejores de mi vida. Cuando estoy a su lado, me siento bien, no hay preocupaciones, y te puedo demostrar, que la cuido; que nunca voy a dejar que le pase nada...
Silecio, más silencio, y después, el señor Rose habló:
-Me lo acabas de demostrar, Dylan.
-¿Co-cómo? ¿Enserio? -estaba sorprendido.
-Sí Dylan, a sido muy maduro por tu parte venir y contármelo todo.
-Entonces... ¿no llevaréis a Alexia a ese internado?
El se lo pensó unos segundos, y por un momento, temí que sí que se la llevasen.
-No, no la llevaremos.
Ahogué un grito.
-Y... ¿me das el permiso de salir con tu hija...?
-Está bien, Dylan... puedes salir con Alexia.
En ese momento me quería tirar a sus brazos y abrazarlo, pero entonces, me acordé de ella.
-¡Gracias señor, de verdad!
-Ah, Dylan, llámame Tom.
Me dispuse a irme, y cuando ya estaba casi fuera, Tom me interrumpió.
-Espera Dylan...
-Dime... -dije dándome la vuelta.
El esbozó una sonrisa.
-Cuida a mi hija.
Yo simplemente asentí y salí corriendo, dispuesto a ir a casa de mi novia. Tenía que hablar con ella...
Vaya! Muchos capítulos hemos publicado!!! Esperamos que os haya gustado :)
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