Lunes, otra vez la misma y aburrida rutina de siempre, ¿tan monótona es nuestra vida?

Pues sí, o al menos la de algunos como nuestro protagonista.

Kim Taehyung: Un joven chico igual a cualquiera, tiene 19 años y es un estudiante universitario común y corriente como cualquier otro, un chico que parecía no tener idea de que hacer con su vida, tan joven y con grandes problemas, sin dudas él se odiaba y sentía como cada día caía aún más en la tentación de acabar consigo mismo, ¿era esa la única solución para él?, quizás en su mente sí, pero huir no era lo indicado, y es por ello que sin notarlo e imaginarlo su vida cambiaría. Porque al igual que tantas personas en el mundo para Taehyung la salida más rápida a todos sus problemas era acabar con su vida, y para eso estaba él.

🔮✨ :::::::::::::::::::::::::::::::::::: Our Magic

Recién comenzaba un nuevo día de clases, tal parecía que nunca hubiera un descanso, la insistente alarma resonaba cerca de los oídos de Taehyung a quien se le hacía imposible ignorarla.

— Otro día más vivo.

Ah, siempre la misma frase todas las mañanas.

El pelinegro se levantó de su cama e inmediatamente antes de hacer otra cosa arreglo las sábanas, luego le tocaba hacer lo de siempre: prepararse algo para desayunar si es que había y luego dirigirse a lavar sus dientes, después de eso se colocaría su uniforme y como de costumbre iría frente al espejo de pared en su habitación.

— Me veo del asco — hablo desganado viendo su demacrado reflejo en el espejo, ojos hinchados con grandes ojeras debajo de ellos, sin duda horrible, un golpe en su mejilla y su cabello rebelde — ¿por qué no puedo ser como los demás?

Taehyung se alejó del espejo no queriendo ver más por el día de hoy, caminó a la sala y tomó su bolso para poder marcharse a la escuela y se marchó en su vieja bicicleta.

🔮✨ :::::::::::::::::::::::::::::::::::: Our Magic

— ¡Taehyunnie! que bueno que llegas. Unos chicos no paran de molestarme.

— No les hagas caso.

Él chico se encargo de asegurar su bicicleta y comenzó a caminar con aquella insistente muchacha siguiéndolo.

— ¿Por qué mejor no vas con tus amigas?

— No me caen bien, ni siquiera son mis amigas, ellas solo andan conmigo por mis padres — la chica alzó los hombros y se colgó del brazo de Taehyung — prefiero andar contigo, eres gruñón pero muy agradable. Adoro que seas muy sincero.

Él no dijo nada y solo la dejo ser, tal vez luego se cansaría de él como todos. Una vez que llegaron al salón de Taehyung, Suni se despidió y lo dejo para ir a sus clases. Todo empeoraba cuando eso pasaba, cuando se sumía en la soledad rodeado de las inquietantes miradas.

Y es que esa puede llegar a ser la peor sensación de todas.

— Tranquilo, ellos no te miran a ti — murmuró en voz baja para si mismo tratando de convencerse de que todo estaba bien.

—- Hey rarito, ¿estabas hablando solo?

E allí al principal causante de sus inseguridades, Kim Junghyun aquel chico de su salón era la persona que se había encargado de terminar de destruirlo más de lo que ya estaba.

— Márchate, no tengo ganas de escucharte — pidió Taehyung con mucho esfuerzo ya que las ganas de hablar o siquiera moverse lo habían abandonado.

— Creo que eso no será posible. Oh tus zapatos están rotos — como siempre, todas las miradas volvieron a él, toda esa atención recayó en él, comenzaron los murmullos y miradas de burla y lástima — ¿debo darte los míos?, enserio me das mucha pena. ¿Sabes? mi padre está buscando alguien para que limpie la casa, creo que te vendría bien.

Risas, todos reían de él, de lo patético que seguramente se veía.

Empujó la mesa y se abalanzó contra Jung, golpeó su rostro una vez mas su cuerpo fue empujado por sus amigos quienes comenzaron a patearlo con fuerza, como si fuese un maldito perro.

— ¡¿Que está pasando aquí?! — interrumpió su maestra y de inmediato dejo de sentir el dolor físico en su cuerpo, pero ¿y el emocional?

— Maestra Choi, Taehyung enloqueció y golpeó fuerte a Junghyun, él solo se estaba defendiendo Kim es un maldito loco.

— Kim Taehyung recoge tus cosas, no aparezcas hasta mañana y prepárate para recibir un castigo.

— Maestra Choi le juro que no hice nada, él comenzó. No puedo marcharme y perder clases y evaluaciones.

— Siempre eres igual Kim, no creas que le creeré a alguien como tú — dijo la mujer viéndolo de forma despectiva y con desagrado — es mejor que te vallas.

Tomo su mochila y se marchó de aquel salón, de aquella universidad, tomo su bicicleta y pedaleo lejos de todo lo más rápido que podía, con el viento chocando contra su rostro. Llegó a lo que parecía ser un pequeño lago, quizás el único lugar hermoso en el mundo a su parecer, tiro su bicicleta allí junto a su mochila.

— Si hoy desaparezco ¿me extrañará alguien?

Estorbo, desagradable.

No mereces ser mi hijo, ojalá mueras.

Si no existieras le harías un favor al mundo.

Nadie, seguro nadie se acordaría siquiera de él, o seguramente irían a su tumba para agradecer que allá acabado consigo mismo de una vez por todas.

Con su rostro serio se acerco al lago y se sumergió en la cristalina y fría agua. Se sintió liviano y dejo de pensar cuando su cuerpo comenzó a hundirse en la profundidad de aquellas aguas, poco a poco perdió la consciencia pero aún así fue capaz de sentirlo, unas manos contra su cintura y unos labios contra los suyos le brindaban oxígeno, su rostro no era visible por lo mareado que estaba, y cuando su cuerpo tocó el suave pasto perdió la consciencia por completo.

— No debes morir, Taehyung.

✨La magia es real, y los milagros existen ✨