Taehyung.

-Entonces este vendría siendo el primero- me comenta la manager de Rachel, yo asiento pensativo, con una mano en la barbilla viendo hacia las diapositivas que mostraba la computadora

-De acuerdo, con la sección de fotos es suficiente para comenzar a hacer publicidad- dije

La temática de nuestro nuevo lanzamiento era sobre dar a conocer la apertura de una escuela de Arte, apta para desde estudiantes de secundaria básica hasta el año de preparatoria que alcanza la universidad, es decir, el último. Llevábamos muchos meses trabajando en este proyecto, y después de tanto tiempo por fin abriremos el lugar.

Rompí todo tipo de vínculo con la modelo que habíamos contratado para poner a Rachel en su lugar, espero no arrepentirme y lo que haga por ella y por mi empresa valga la pena.

-Entonces pasado mañana ya estarían por la ciudad los avisos previos del nuevo lanzamiento de Empire, señor Kim.- dijo Lee Se Ann, con una sonrisa convincente, demasiado profesional comparada a Rachel, quien solo está sentada en un sillón atendiendo a su celular.

-Espero que así sea y la nueva imagen atraiga espectadores al negocio.

-Así va a ser.

-¿Se han puesto de acuerdo?- Rachel nos miró poniéndose de pie, hablando desinteresada con su característico semblante serio

-Mañana es tu sección de fotos, deberías irte a casa a descansar. Ya hablamos lo necesario- dije

-Claro, y las acompaño- señalo a la puerta.

Rachel me mira fijamente antes de caminar primero que yo.

Tn.

-¿Y?- le pedí a una de las empleadas que opine sobre lo que me había costado horas en la cocina. La miro divertida y expectante- ¿Está bien? ¿Le falta algo?

Pruebo un trozo yo misma y me detengo a ver el sabor.

-Está perfecto, señorita- asentí frenéticamente, emocionada al máximo

Estaba pensando en preparar varios envases con algo de la comida de la que acabo de preparar, y así aprovechando que Dae dormirá como tronco por unas horas -si tengo suerte- le llevo a Tae, se que estará contento.

-Vale ¿Entonces me ayudas a poner un poco de todo aquí?- señaló los posuelos vacíos

-Sí, yo me encargo.

-Gracias, linda- le doy una sonrisa amable antes de lavarme las manos y sacarme mi delantal para ir camino a mi habitación

Pasé antes por la de Dae asomándome ligeramente. Encontré todo en paz y me dirigí a la mía de una vez por todas.

Me quité la ropa y me metí a la ducha. Me tardé unos diez minutos y durante los otros veinte me dediqué a ponerme hermosa. Escogí un short de mezclilla blanco, para nada corto pero para nada largo, solo mucho mas arriba de las rodillas. Unos botines verdes y una blusa negra que mostraba parte de mi abdomen.

Me eché del primer perfume que encontré y luego de tomar las cosas necesarias en una pequeña cartera salí, yendo directamente al cuarto de Dae.

Me llevé el más grande de los alivios al encontrar todo en absoluta paz. Mi bebé ni siquiera se había movido de lugar.

Sonreí como toda mamá enamorada de su niño y me evité dejarle un besito en la nuca o se despertaría.

Cerré la puerta en silencio y bajé las escaleras colocando la fina haza de mi cartera en mi hombro.

-Listo- sonreí tomando la bolsa desechable con los envases dentro ya empacados

-Vaya con cuidado- me dijo amable la chica de uniforme, yo le devolví la sonrisa

-Lo haré. Te pediré que no le digas a Eun-Sang adonde fui- hice un gesto obvio. La susodicha estaba en casa de Jimin y Jungkook jodiendo un poco.

-No lo olvidaré.

-Ya sabes, si Dae despierta me llamas lo más rápido que puedas. Oh, y recuerda no darle del jugo de mango, estaba malo del estomago, así que el de guayaba va mejor.

-De acuerdo- dijo ella

Uno de los choferes se se tomó la tarea de llevarme hasta la empresa. El camino fue más corto de lo que pensé mientras mirada redes sociales. El vehículo se detuvo y la puerta se abrió para mí. El señor Ko. me ayudó a bajar caballerosamente.

Le agradecí y poco después de agarrar las cosas con las que había venido el auto desapareció. Las puertas giratorias me permitieron entrar, pase por ellas y me dirigí a los ascensores.

El "tin" del elevador me trajo a las puertas abriéndose lentamente.

Junté mis manos esperando paciente sentada en un cómodo sofá. La secretaria, alias, víbora, me informó que Tae estaba ocupado pero acabaría pocos minutos. Dijo que ya había pasado tiempo desde que estaba encerrado ahí dentro con las supuestas personas importantes, por lo  que esperaría.

Las grandes dos puertas de madera se abrieron de par en par.

Y me sentí muy aturdida, no por ver a la mujer de cabello corto y negro vestida elegante, sino al ver a Rachel salir más que campante por esa puerta, lo peor y más engañoso fue ver a Tae salir junto a ellas como si nada, nuestros ojos se encontraron y pude notar su estupefacción al verme tan de repente.

Las otras dos mujeres también notaron mi presencia y me miraron fijamente.

-Amor, no dijiste que venías- dijo besando mi frente una vez llegué a el, me olvidé de la conversación que se había vuelto pendiente en tan solo dos segundos y le di una sonrisa leve.

Escaneo a Rachel queriendo decir muchas cosas, pero la mano de Tae se posa en mi cintura distrayéndome.

-Un gusto- la desconocida me saluda haciendo una corta reverencia. Yo moví la cabeza sin decir nada

-Nos veremos el lunes entonces- Tae dijo

-¿El lunes? Irás a la sección?- habla Rachel, yo estoy perdida sin saber de lo que hablan, solo me concentro en notar lo incómoda que me pone el fastidio en el rostro de Rachel

Tan hipócrita como siempre...

-Pasaré por allí, no estoy seguro.

-Mhm. Como quieras.

-Bueno, nosotras nos íbamos- esbozo una sonrisa poco honesta para luego verlas irse...

(...)

-Sé lo que vas a decir

-Entonces habla- me quité el bolso del hombro mirándolo de mala gana. Mis brazos se cruzan sobre mi pecho.

Sé perfectamente acerca de mi opinión hace meses atrás. Sé que dije que que no quería que lleváramos a Rachel recio por lo que había echo, no le pondríamos una denuncia y demás. Y no se si es que ahora me encuentro supremamente engañada molesta y celosa.

Nos encontrábamos sentados en un sofá.

-¿En serio vas a ponerte así?- me mira incrédulo

-¿Quieres que me ponga peor? Sucederá si no hablas.

Suspiró- Ella vino diciéndome desahuciada que necesitaba trabajo porque su antigua empresa se vino abajo. Te lo iba a decir.

-Pero si no vengo hasta aquí nunca lo sé ¿no es cierto?- arqueo una ceja, reclamándole

Tae me oteó- No estés molesta.- sobó mi mejilla con la mano en la que descansa su pesado y caro reloj- Quedamos en que confiabas en mi, ¿recuerdas?

-Sí, Taehyung, es en ella en quien no confío. -dije más calmada- Todos sabemos cómo es y sus tóxicas mañas, ¿Cómo sé que no intentará ser un molesto obstáculo otra vez?

-Rachel ya no tiene ese tipo de intenciones conmigo, ¿vas a creerme de una buena vez?.

-¿Ah, no? ¿Qué tipo de intenciones tiene, Taehyung?, ¿Quiere ser tu amiga?, ¿Te dijo eso? ¿Como va a ser, ella te cuenta si le gusta otro y tu le dices cóm- tiró de mi nuca para callarme con un beso abrupto

No movió los labios, solo me mantuvo ahí. Cerré los ojos sin que nadie me lo dijese, cayendo de rodillas ante sus explicaciones. Cedo a las mociones de sus suaves labios y recibo dos otros besos consecutivos.

-Que terca, joder. Ni siquiera soy su amigo, amor, deja de hacerte ideas que no existen. Tienes que creerme a mí, no juegues a lo del sexto sentido- me besó otra vez y limpió a una esquina de mis labios.

Suspiré rendida.- No importa.

-Claro que no.- me sigue la corriente.

-A ver, muéstrale a tu esposo que le has traído. - tomó la bolsa desechable y aspiró con una expresión placentera, yo reí- mmm, creo que es kimchi... filete- paró y me miro- ¿Quieres hacerme engordar con comida chatarra e irresistible? Esta es tu venganza por no ganar en la apuesta del six pac ¿no?

Me reí fuertemente.

-En primer lugar. Yo no te obligo a comerla, y en segundo amo tus bíceps. Mejor dicho, querré el divorcio si los pierdes- él me mira ofendido- en todo caso si no quieres engordar...

Hago el hamago de quitarle lo que tiene en manos pero él se niega rotundamente alejándolo de mí mientras protege los envases como niño pequeño

-Lo bajaré en el gimnasio.

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