₁₉|+18
Le tomé los dos hombros y la aparté. Tenia que parar sus impulsos ya mismo o intentaría cosas incluso peores.
-Para- dije-, no vas a llegar a ningún lado- interrumpe
-Lo sé- dijo honesta, me contengo para no soltar un gruñido, solo cambié la mirada.
-Que bueno que lo sabes- le hablé serio- y lo digo desde ahora, porque espero que esto no se repita más
En vez de entristecerle lo que oía, podía ver que muy profundamente estaba maldiciendo por dentro, como si mis palabras la hicieran sentir algo impotente.
-¿Y qué si se repite?- preguntó, yo arqueé una ceja
-¿Y qué?, ¿Sólo y qué?- bufé- que pierdes tu tiempo, tengo claro lo que quiero, Rachel. Me disculpé aquel día contigo, te dije que lo sentía por lo que hice.
-¿Y qué medidas tomarías para detenerme, ah?, ¿Me pondrás una orden de alejamiento?- se ríe con confianza de sus propias palabras
Apreté los labios buscando una manera decente de dirigirme a ella, no quiero hablarle mal.
-Te desperiré, ¿no te basta con eso? ¿Existe una maldita cosa que te acobarde?- solté, me ponía de los nervios su risa,
-¿En serio?, ¿Y que pierdas tus minuciosas compras?, ¿Sabes cuánto poder tengo en tu empresa?- me responde poniéndole el pie encima a un punto clave que me hizo bajar las cejas
-Me da igual, ¿sabes?- me intento defender- no es como si yo fuera a caer en tus juegos
Me lleno de repulsión cuando la veo pasar su lengua en mi labio inferior con todo el descaro del mundo.- ¿Estás seguro?, ¿Por qué siento que puedo hacerte cambiar de opinión?- susurró
Me quedo sin palabras- Cuéntale a tu esposa que te besé, no dejes de ser fiel, lo hace todo más divertido.
Cuando se va con una sonrisita de suficiencia me giro y suelto un bufido golpeando el muro del balcón.
(...)
Mañana siguiente
Sentí mi teléfono sonar, abrí los ojos empujando el sueño, cerrándolos de inmediato por la leve molestia. Por un momento creí que era la alarma pero se trataba de una llamada. Y era nada más y nada menos que mi linda esposa. No pude evitar sonreír y acomodarme en el cabecero. Acepté.
**Llamada**
-Hola, preciosa- sonreí estrujando mis ojos
-Amor, uh, te desperté ¿cierto?
-No importa, sabes que adoro escucharte- dije riendo- ¿no es algo temprano allá?- alejé el teléfono para mirar la hora. En Seul debían ser las 2 a.m.
-Sí, lo que pasa es que no podía dormir. Me acostumbré a dormir contigo, además fue un día fatal, no me preguntes- por su voz me imagino su carita angustiada, de seguro se estruja el puente de la nariz con sus pequeños dedos.
-Vale, me lo dices cuando vaya- dije
-¿Cuándo es?, jodido viaje, yo ya te extraño mucho- me hace reír
-Aah no puedes vivir sin mi- la molesto- ¿quién te hará gemir contra la almohada, verdad? Es una pena
-Taehyung!, voy a colgar!- protestó
Terminamos de hablar como a los pocos minutos, finalmente me levanté de la cama y fui a ducharme.
Me alisté y vi la manera de encontrarme con los chicos.
Días después
-Señor Taehyung, bienvenido- recibí una reverencia
El vuelo salió en la mañana, y por el cambio horario entre ambos países, a mi llegada a aquí ya fue de noche. Serán las 9 o diez a más tardar. La mejor parte es que es una sorpresa. No avisé que venía y no me aguanto a ver a mi chica y besarla con todo lo que tengo. La extraño muchísimo.
-¿Dónde están todos?- pregunto al notar el silencio, no está Yeontan o Eun-Sang en la sala, y eso es un milagro
-El pequeño Dae-hyung está dormido, Eun-Sang también y la señorita Tn toma una ducha- me responde
-Eun-Sang dormida?- dije sorprendido
Rió y asintió.
-Bien, subiré. Que nadie nos moleste, usted si quiere ya puede irse a su casa, dígalo a las demás.
Escuché su asentimiento e hice un leve gesto de despedida. Subí las escaleras rápidamente decidido a llegar primeramente al cuarto de Eun.
Sonreí levemente al verla, pero la despertaría. Así que simplemente disfruté de verla dormida desde la puerta con sus labios entreabiertos y el edredón repartido por toda la cama menos encima de ella. Me puedo esperar a mañana, me imagino lo feliz que estará de verme.
Pasé por la de Dae asomándome brevemente también, no lo veía bien por las almohadas y el mosquitero bordado de azul, pero me bastó con esa imagen para aguardar a mañana.
Di unas zancadas hasta la puerta del frente, tomé el pomo, lo giré y pasé en silencio. Todo estaba vacío. Miré de pasada a mi alrededor mientras me dirigía al vestidor. Todo estaba acomodado como comúnmente lo está. La habitación huele a ella, es como si fuese un incienso, no hay nada mejor que inspirar y saber que voy a deleitarme con su delicioso olor.
Mi corazón brincó una vez conseguí verla, estaba ocupada sacudiendo cerca de su oído un pomo de esas cremas para la piel que tanto le gustan.
Tenía un puchero mientras lo hacía haciéndose ver ante mí tan intolerablememte tierna. Además tenía un cintillo, su pelo no estorbaba por lo que podía ver su frente arrugada y sus cejas fruncidas.
Bajé mi vista por su cuerpo analizando sus piernas algo descubiertas por el camisón que usaba, llegando a la conclusión de que quizás no solo quiera besarla.
Me encargué de la pared con mi hombro, cruzando mis brazos y mis pies ¿tan entretenida estaba que no me veía? Ni siquiera me daba la espalda.
-Hey, fea- dije, llamando su atención
Dio un traspié en el lugar, sobresaltada. Se quedó con el pomo en las manos buscándome y encontrándome con facilidad. Yo ya reía esperando por su reacción.
-No soy un holograma- dije riendo ya que había quedado muy atónita
-Tae!- dejó lo que hacía y corrió en mi dirección. También di unos pasos para llegar más rápido. Nos dimos un fuerte abrazo.
-Mi amor- Le alejé un poco para poder tomarla de la cintura y luego juntar nuestros labios en un suave roce.
Sus brazos rodearon mi cuello inmediatamente mientras su boca correspondía a mis mociones con sumisión y gusto.
El beso se volvió desesperado, y supongo que acabaríamos con la respiración bien mal, pero valía la pena quedarme sin oxigeno.
Sus dedos se metieron por el pelo de mi nuca dejando esas caricias que relajan tanto que provocan sueño.
Chupé su labio inferior. Me separé gruñendo por las inevitables sensaciones que me causaba con un simple beso. Se escuchaban nuestras respiraciones agitadas, su apetecible cuerpo estaba tan dolorosamente oprimido al mío. Sentía sus pesones duros contra mi pecho a través de la fina tela que cubría su cuerpo, miraba a sus ojos, pero no decía una palabra, solo quería una cosa y estaba seguro de que era mutuo, los dos lo queríamos.
-Cójeme... por favor- me rogó con un suspiro que mandó a la mierda mi agotable coherencia
Me sobraba, un "te extrañé", tenía ganas de sentirla contra mí y escuchara gemir de esa forma que me vuelve completamente loco.
Gimió en mi boca cuando bajé y apresé sus labios sin gentileza. La trepé sobre mí sin dejar de besarla. Caminé con ella hasta la mesita de sus cosas del rostro y aunque después gruñí por mi poco cuidado casi arrojo todo al suelo para dejar su glorioso trasero ahí.
Nos separamos por falta de aire. La besé de nuevo.
Bajé mis labios por su mandíbula escuchando sus jadeos. Chupé en todos los puntos sensibles de su cuello que conozco asegurándome de dejar marcas con las que cualquier imbécil pueda identificar que tendrá un serio problema si le toca un cabello.
Metí mis manos por su camisón para apresar sus sensibles pesones y estimularlos
-¡Mm! . . . - mordisquea sus labios mientras estrujo sus protuberancias a mi antojo, ambas caben en mi mano.
Retiré sus bragas para revolverle un poco las ganas de tenerme dentro suyo con mis dedos.
-Aahhh~ . . .- apretó mi camisa cuando adentré tres de mis dedos a ese mojado y sensible agujero haciendo que se retorciera y gimiera más fuerte.
Dejé un húmedo beso en sus labios empezando a masturbar más rápido.
-mh! ah! ah!. . .
Pero noté que fue estúpido de mi parte no haberle sacado el camisón desde el comienzo, por lo que dejé de hurgar en su feminiddad y lo retiré por encima de su cabeza dejándola desnuda ante mis ojos.
Ella volvió a poner sus manos en mi nuca y yo acaricié la parte exterior de sus muslos, todo sin dejar de besarnos. Mi mano recorrió maliciosamente su espalda, un escalofrío debió recorrer su columna vertebral, porque su piel se eriza bajo mi tacto haciéndome sentir orgulloso.
Sus manos trataban de deshacerse de mis pantalones con desespero, se notaba lo sobreestimulada que estaba. Yo no llevaba cinturón y la camisa siempre la tuve por fuera, así que fue fácil quitar todo de enmedio.
Tiré de su cuerpo hasta el borde de la mesa metiéndome todo lo que podía entre sus piernas para sin aviso clavarme profundamente en su coño más que preparado para recibirme. Ella por supuesto gime.
Empiezo a moverme de modo que mi pene salga y entre en esas apretadas paredes que aliviaron en gran parte el jodido dolor que ya tenía. Todo se fue sintiendo cada vez mejor con los minutos.
No hallo de dónde sostenerme porque me muevo con tantas ganas de hacerle ver el cielo que no puedo pensar con claridad. Me ayudó a quitarme la camisa descubriendo la leve capa de sudor que ya tenía por el esfuerzo. Tocó mi abdomen y mis hombros mientras yo ya embestia con énfasis haciéndonos tocar las estrellas a ambos.
Me llevo en la boca todos los maullidos y gemidos de placer que le hago soltar, apretando una de su nalgas con posesión, mi otra mano está en la pared. Mis uñas blancas por lo mucho que presiono la yema de mis dedos.
Nuestros labios se encuentran una vez más y se mueven juntos disfrutando de tocarse al igual que nosotros.
Nos miramos a los ojos sin saber en donde meter el exceso lujuria que nos cegaba en ese espontaneo e íntimo momento. Ninguno decía ni siquiera una palabra incompleta, es como si quisiéramos decir tantas cosas que no sabíamos por donde empezar. No podía existir algo que se sintiera mejor, al menos ahora.
Tn cierra los ojos dándome una fascinante vista de su cuello marcado por mi boca minutos antes, cuando echa su cabeza hacia atrás
Fui más rápido para alcanzar el orgasmo juntos. Gemí con ella al sentir como los espasmos le hacían cerrarse a mi alrededor y mi corrida estaba más que próxima.
-¡Taehyung!- se dejó ir por completo, sus piernas temblando a mis costados.
Me vine también, quedando todo mi semen en su cálido interior.
Aún sabiendo que estaba exhausta le di un corto beso en los labios- te amo tanto, mierda- confesé juntando nuestras frentes
-Yo también... yo también te amo- dijo y reímos agitadamente
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro