*Capítulo 5*
Sus manos sudaban, de su boca salían pequeños jadeos y de sus ojos lágrimas que no podía evitar que salieran debido a lo que estaba ocurriendo, su frente sudaba por la calor, su presión se había disparado y su corazón latía al ritmo de los temblores de su cuerpo.
—Ya nana, respira.
—No puedo creer que Woo Jin haya sido capaz de meterse en éstas cosas —decía la mujer llorando.
—Lo sé pero tienes que calmarte, me voy a encargar de esto.
—¿Cómo? Taehyung estamos hablando de mafiosos sin corazón que matan y trafican personas. Tú no eres así, no quiero verte revuelto en estas cosas —le daba terror perder a su niño a causa de cosas malas del mundo.
—Tampoco yo quiero ensuciarme las manos, pero es algo que no puedo dejar que pase, no voy a permitir que esta hacienda caiga.
Y estaba dispuesto a lo que sea para cumplir su palabra, ahora que su Nana y su tío, el capataz, sabían. Tenía que tener cuidado cada paso que daba, cualquiera en falso y podría ser su ruina y su propia muerte.
*
*
*
Decir que se sentía feliz era poco, no, aquel sentimiento que se albergó sin permiso alguno en su pecho iba más allá de la felicidad. Era una chispa, electricidad, como una estrella chocando con otra.
¿Era ridículo comparar su felicidad con una supernova? Su felicidad había rebasado, las supernova se caracterizaban por el deterioro y fallecimiento de una estrella extrallendo de alguna otra estrella compañera material para sobrevivir, cuando estas ya no tenían más que dar explotaban. Así se sentía él, y no de la forma mala, el estaba extrayendo su propia felicidad de sus pensamientos y corazón acumulandolas en su pecho, era tan pocas veces que había sentido algo genuino que el sólo hecho de pasear por un insignificante viñedo lo había hecho explotar de emoción, dejando libre sus emociones a como pasa con la supernova, que deja ver sus capaz interiores.
Se sentía bien, y a la misma vez confundido, por que no era en sí solamente el pasear por ese insignificante viñedo lo que lo tenía en ese éxtasis, era el hecho de caminar al lado del dueño de ese insignificante viñedo, que de insignificante no tenía nada realmente. La presencia de Taehyung en esa pequeña excursión hacía todo maravillosamente perfecto, aterradoramente maravilloso, a pesar de estar embelasado con la explicación que el hombre mayor le daba no dejaba de sentir y pensar sobre la mirada puesta en sus hombros.
No podía darle el crédito a su tío de demostrar atracción hacía él, pero Taehyung no se la estaba poniendo fácil, comenzando por lo que pasó en el comedor, había visto estrellas, galaxias cada constelación de su via láctea estaba en sus ojos, con solo unos minutos pudo descubrirse a si mismo y darse cuenta que quería con más anhelo esa libertad que tanto deseó.
Paz, alegría eso era lo que le transmitian los ojos de Taehyung, una paz abrumadora que tenía miedo de experimentar ¿Porqué? Pues por que jamás la había sentido con nada ni con nadie, llegar a ese punto de dejarse caer en los brazos de alguien, quedando en su completa disposición era algo que revasaba sus expectativas de amor. Ninguno de los dos es bueno disimulando, Taehyung por el hecho de ser seguro de sí mismo y demostrar lo que es obvio y Jungkook, él por los innegables sentimientos que no podía contener estando con él, nervios, escalofríos de esa mirada penetrante, la reacción de su cuerpo. Bastaba con decir que estuvo por encima de la capa de ozono, más allá de la tierra solo por el hecho de que sus cabellos se rozaron, era algo sumamente agobiante para un chico de veintitres años cómo él.
Era seguro de sus acciones, no se dejaba intimidar tan fácilmente por nadie, cada paso que daba lo hacía por seguridad pero todo eso se estaba yendo al caño, muy al caño.
*
*
*
Ya habían pasado dos semanas, catorce días desde esa excursión por el viñedo, días en los que se limitaban a verse en el comedor y era inevitable dedicarse miradas, departe de Jungkook nerviosas, inseguras de si tal vez había una conexión entre ellos por que a pesar de esa miradas él seguía actuando indiferente. Y Taehyung llenas de ¿Lujuria? ¿Pasión? ¿Ganas reprimidas? ¿Pero de qué? Ni el lo entendía.
Su vida laboral era frustrada, su vida social era frustrada, y ni hablar de su vida amorosa que es sin duda era la más frustrada ¿Había algo que no fuera frustrado en su vida? Y justo en ese momento, es pequeña parte de su día que él consideraba reflexiva justo a punto de hallar la respuesta su tío lo interrumpió.
—No he visto avances Jungkook, aquí tú juegas un papel muy importante...
—No lo haré —dijo sin voltearlo a ver, siguió inmerso en ver parte del viñedo en aquél hermoso y amplio balcón
—¿Que dijiste? —su tío empezó a reír borrandose la gracia cuando Jungkook repitió lo antes dicho.
—Dije que no lo haré, no voy a hacerlo.
—Te recuerdo lo que te espera si...
—¡No! —dijo alzando la voz más de lo debido —Me importa un carajo si me obligan a casarme, me importa una mierda si quieren arruinar mi carrera... No le voy a arruinar la vida a ese hombre. Yo no.
Su tío se rió a más no poder, le gustaba en cierta parte las agallas de su sobrino, después de todo la sangre Jeon si corría por sus venas cómo él había dudado por ser un blandengue.
—No... No me digas que... —El viejo detuvo su sonrisa abruptamente —Te enamoraste, pequeña zorra —el mayor lo agarró por el cuello sin llegar a asfixiarlo —. Te recuerdo que allá te espera tu amado, no querrás verlo muerto.
—No...me importa... Lo que pasé... Con él —respondió a duras penas, el viejo lo soltó anonadado —¿Y qué si me enamoré de él? No le haré daño solo para que lo estafes.
—Te recuerdo que ahora tu novio o ex, no va a ser el único lastimado, también lo puedo cambiar a tu querido señor Kim.
—Eres un desgraciado.
—Somos —corrigió —Por que no va a pasar mucho tiempo para que tú te acuestes con él y lo distraigas. Y espero que hagas bien tu trabajo.
El viejo se fue dejándolo con un nudo en la garganta, uno que difícilmente se iría.
*
*
*
Ella corrió a travez de los pasillos sin poder creerlo, Taehyung ya le había comentado de la estafa de parte de su hermano pero jamás le dijo que otros estaban implicado en esto, buscó a Taehyung por toda la casa hasta que se lo encontró en el pasillo que daba a su despacho, lo vió saliendo con Hae Kyun, al verla Taehyung así de desesperada solo pudo correr a ella y sostenerla.
—Nana ¿Qué te pasa? ¿Qué ocurre?
—Ellos, te quieren hacer daño... Te quieren matar —dijo esto último estallando en llanto.
Taehyung la arrastró a como pudo de vuelta a su oficina junto a Kyun, le tendió un vaso de agua y esperó que se tranquilizara.
—Díme que pasó.
Hae Sook empezó a relatar todo desde que pasó por el balcón y escuchó al joven Jeon alzar la voz, el capataz se veía más que impresionado y asustado mientras Taehyung se mantenía tranquilo en su silla de cuero. Cuando dejó de hablar la mujer él solo sonrió ganandose malas miradas de parte de sus dos mayores.
—Ya lo sabía.
—¿Cómo que ya lo sabías? —preguntó Hae Sook.
—Ya sabía que Jeon estaba obligando a su sobrino a seducirme... Escuché una platica entre ellos dos, lo gracioso es que a pesar de su vejez y "experiencia" no es nada discreto —dijo con gracia sarcástica —Pero si tengo que admitir que me he llevado otro tipo de sorpresa —¡valla que si era sorpresa! lo último lo susurró para que los mayores no escucharan —. Déjenmelo a mi, yo sé que hacer. Con respecto a lo otro, tío, quiero que llames a mi viejo amigo, creo que necesitaré de su ayuda...
—Por supuesto pero... ¿Qué tienes planeado?
—Solamente investigar de qué son capaces, no quiero meter la pata.
Esa misma tarde su teléfono empezó a sonar, extrañado miro el identificador de llamada pudiendo así ver el nombre de su mejor amigo y confidente en él aparato.
—Hola ¿Cómo estas?
—Tanto tiempo amigo, pues aquí, intentando llevar las cosas bajo control —dijo la estresada pero calmada voz detrás de la linea.
—¿Sucede algo malo? —preguntó preocupado, le importaba mucho su amigo.
—¿Si te digo prometes no asustarte? —preguntó temeroso recibiendo un "Cuéntame" de parte de Taehyung —. Hace pocos días fui a un bar con un amigo, o eso creía yo, resulta que era un lugar donde hacían subastas ¿Si me entiendes?
—Si te entiendo, pero no hayo cuál es el problema en una subasta —dijo confundido.
—Taehyung, personas, estaban subastando a personas. En ese lugar se lleva a cabo el trafico humano — Una corriente eléctrica recorrió la columna vertebral de Taehyung, no podía creer que su amigo visitara un lugar así sabiendo el asco que le daban —. Eso no es lo más loco.
—¿Qué es lo más loco para ti? —estaba cohibido intentando imaginarse esa escena, una desagradable, asquienta y retorcida escena.
—Que yo... Yo... Compré a una.
—¡¿Que tu qué?!
—No pude evitarlo Tae, él estaba indefenso, se veía que quería salir corriendo de ese lugar, no pude evitarlo y pagué lo que fuera para sacarlo de ahí.
—Amigo todos quisieran salir de ese lugar, pero estás hablando de un "Él" ¿Qué le viste de especial?
—No lo sé amigo, no lo se —podia imaginarse como el peligris frotaba su cara desesperado en la llamada —Solo sé que tengo unas ganas inmensas de protegerlo, que nadie le haga daño...
—¿Te enamoraste?
—Tampoco lo sé... Bueno, háblame de ti, esta mañana me habló el tio Kyun para decirme que querías hablar conmigo ¿De qué se trata?
Ahora era su turno de soltar un gran suspiro.
—Necesito que me ayudes, mi hermano esta practicando lavado de dinero acosta de la producción del viñedo y la hacienda, aparte de eso esta haciendo negocios con unas personas que esta implicadas en el mercado negro, mafia y probablemente en el trafico humano.
—Ay amigo, eso suena horrible.
—Lo es —afirma —. Necesito que vengas a hecharme una mano aquí y hacer que podemos hacer.
—Me encantaría ayudarte Taehyung, pero no puedo...
—¿Por qué?
—Por que "Él" —dijo refiriéndose al chico que había comprado —, está viviendo conmigo, y no quiero exponerlo. Lo siento. —lo pensó unos minutos.
—Tráelo.
—¿Cómo?
—Tu mejor que nadie sabe que la hacienda es una fortaleza, aquí estaran completamente seguros. De paso te das unas vacaciones, a como escucho se ve que las necesitas con urgencia.
—Esta bien —dijo pensándola un poco —Saldrémos mañana para estar allá en la noche.
—Perfecto amigo, te espero.
Se despidieron y así concluyó la llamada, le gustaba la idea que viniera a visitarlo, ellos dos se habían criado juntos debido a la amistad entre sus padre, por lo tanto su familia era la de él y viceversa.
A sus pensamientos llegó otra vez Jungkook, no había tenido mucho tiempo para pensar en lo que su Nana le dijo ¿Enamorado? Por eso era que no se le acercaba, él no tenía las intención alguna de arruinar a Kim y era por eso que prefería mantenerse al margen, aunque eso le estuviera doliendo. Ahora Jungkook tenía muchas más razones para alejarse de Taehyung, y Taehyung tenía muchas mas razones para acercarse a él.
Caminaba por los largos pasillos de su casa, no le daba la gana acompañar a esos hombres en la excursión que le habia estado dando Kyun personalmente a ellos para estar al tanto de sus intenciones, prefería quedarse en su casa, sólo, se sentía una paz que hace tiempo no recorría silenciosa por esos pasillos a causa de su hermano y la antigua servidumbre que causaban conflicto espantando todo tipo de ameno ambiente. Caminaba con sus manos en los bolsillos, despreocupado, hasta que todo pensamiento puro fue transformando en deseo al ver a cierto chico en un balcón en especial, lugar que se había vuelto el favorito del menor en toda la casa debido a su magia para hacer reflexionar a las personas, o al menos a él, pensó.
Sostenía entre sus manos una taza de té que le ofreció una de las sirvientas al verlo tan decaído, no tuvo más remedio que aceptarlo, buscaba calmar su pensamientos con la ayuda del olor relajante que emanaba dicha bebida caliente, buscaba entre las ramitas de té que flotaban por encima del liquido apaciguar o pensar en cualquier tontería para no guiar su mente a él. Cualquier cosa absurda era perfecta, el sol de la tarde, la poesía que se podía hacer con tan solo ver aquella casi puesta de sol, el caer de las hojas, el soplido del viento y como este jugaba con su cabello queriendo arrebatar una que otra hebra de su cabello.
Era mortificante, casi asfixiante que hayan pasado quince días en esa hacienda y que se sintiera así por ese hombre, quince días en los que buscaba no cruzarse por su camino exceptuando las horas de comida, quince días que se había dispuesto a escribir poesía en su libreta, quince días que quiso correr a buscarlo y saciar su hambre de curiosidad por todo lo que le rodeaba, quince días en los cuales anheló un roce más allá del que ya habían tenido.
Catorce noches que se había dormido imaginando en que posición dormiría el mayor, noches que se apresuró en sacarlo de su mente debido al rumbo que terminaban tomando sus pensamientos indecentes. Era gracioso empezar por cuestionarse como sería su pijama y como se veía su cabello a través de los rayos de la luna, y terminar pensando en una escena completamente indecente en el que solo ellos dos protagonizaban una noche de pasión a la luz de la luna, inevitablemente viendo ciento de constelaciones por las sensaciones brindadas por el mayor, era una locura. Una completa y exquisita locura. Se preguntaba si el señor Kim algún día se interesaría por un pelele como él, lleno de temores, inseguridades, sueños frustrados y hobis extraños.
El mayor se acercó a paso lento admirando su espalda buscando una manera correcta de empezar una conversación con él ¿Desde cuando pensaba demasiado la cosas? Si, desde que ese muchacho se cruzó en su camino.
—Si te conociera diría que estas en un debate emocional —esa voz, la dueña sus pensamientos, el portador de esa voz que aparecía hasta en sus sueños. Trató de calmarse y con una indiferencia que le dolía sacar para tratarlo respondió
—¿No lo parece señor Kim? ¿No le parece de mala educación invadir el espacio personal de las personas? —le dolía, dolía no poder verlo a la cara sin querer abrazarlo, por eso decidió quedarse de espaldas.
—Estoy en mi casa, puedo pisar el rincón que me de la gana, coincidencia que te halla encontrado aquí —esta vez no tuvo que finjir mucho su indiferencia y enojo por que la respuesta de ese hombre no le gustó.
—Las personas prepotentes no van conmigo, si esa es su opinión sobre su casa y el espacio de las personas que deambulan por ella, con permiso, paso a retirarme a mi habitación —pasó por su lado, mal ya que Taehyung no dudo ni un segundo en tomarlo de su antebrazo para no dejarlo ir —¿Qué, ahora me dirá que sus invitandos son objetos que maneja a su antojo? Típico arrogante.
—¿Crees que lo soy? —dijo acercandolo lentamente hasta el barandal del balcón —¿No te gustaría que te manejara a ti a mi antojo?
—S-Suelteme Se-Señor Kim...
—No has respondido —dijo haciendo que este chocara contra el murito que le impedía una caída, estaban demaciado cerca esta vez, se podían rozar sus alientos, ¡Maldito perfume que usaba Taehyung que nublaba su juicio! Quería besarlo, pero sabía que era una caída libre en la cuál los dos saldrían lastimados, cruelmente lastimados —¿Te gustaría que te tomara a ti a mi antojo en estos instantes? Porque ganas a mi no me faltan.
¡Joder!
Sacó unas fuerzas sobrehumanas para hablar sin tartamudear y firme, quería que lo controlara, si queria que lo poseyera, si quería todo con él, pero no permitiría que cayera en la tampra de su tío, lo amaba demaciado como para hacerle eso ¿Qué? ¿Había admitido que lo amaba? Si, lo amaba en silencio, lo deseaba a escondias y lo iba a proteger a ciegas si tuviera que hacerlo.
—No sé quién se cree usted Sr. Kim, pero conmigo se esta equivocando.
—No Jungkook, jamás había estado tan seguro de algo en mi vida, y estoy seguro que a ti te quiero en ella —maldito blandengue que no podía controlarse con tan solo una palabras, ya había caído, si admitia su amor por él, pero no iba a pasar de ahí, sus bocas estaban casi por rozarse cuando un chillido y las lágrimas escaparon de Jungkook.
—Por favor aléjese de mi —temblaba de miedo sólo imaginar lo que le haría su tío —Por favor señor Kim, no sabe lo que dice, no sabe lo que quiere, no me busque solo puedo traerle cosas malas.
—¿Y si quiero arriesgarme? Dime Jungkook ¿Qué quieres tu?
—No importa lo que yo quiera, no sabe en lo que se esta metiendo al acercarse a mi.
—Si lo sé Jungkook, ¿Crees que me estaría arriesgando si no te quisiera? ¿Si no te deseara como lo hago? —más lágrimas callerón por sus orbes oscuros, lamentaba no poder correponderle.
—No se que clase de cosas esté pensando, pero no voy a arriesgarlo —lo empujó con todas sus fuerzas alejándolo lo mas que pudo, se dirigió hacia la puerta del balcón y antes de desaparecer habló —Si señor Kim, he aceptado que le quiero y por eso mismo no lo quiero cerca mío. No quiero hacerle daño.
Y se fue con el sabor más amargo en su boca, con las lagrimas brotando y con el pesar de haber dejado a un Taehyung pasmado, helado, confundido y con miles de palabras en su boca.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro