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*Capítulo 4*

—No se que hacer Nana, no lo sé, te juro que me estoy volviendo loco —Taehyung sobaba su frente fuertemente —Lo peor es que ni siquiera ha pasado un día ¿Puedes creerlo?

Ambos estaban en la cocina solos, las muchachas ayudantes de Hae Sook les andaban avisando a los hombres que ya podían bajar a comer.

—La vida no es fácil hijo, y tú te perdiste de mucho fingiendo y encerrandote.

—Lo sé, ni me lo recuerdes, por lo menos tú conseguiste nuevo personal ¿Cómo lo hiciste? —esa era una duda que difícilmente salía de su cabeza, al parecer gracias a la agilidad de Hae Sook ya hasta chofer nuevo tenía, era brillante.

—Este es un lugar en el que cualquiera querría trabajar, antes de correr a los viejos empleados ya había una larga fila de personas esperando para ser contratadas, sólo bastó una llamada para que aceptaran sin rechistar —se impresionó ante lo dicho por la mujer, ella no era de aires superiores pero había dicho aquello como si se enorgulleciera. Hasta ahora calló a la cuenta de cuán influyente era hasta para emplear personal de cocina.

—¿Hablaste con ellos? Sabes que las reglas son estrictas.

—Tuve un breve momento para explicarles lo básico. Si quieres puedes personalemente hablar con todos ellos —asintió de acuerdo.

—En la noche luego de la cena reúnelos a todos, hablaré con ellos, tú tambien estaras presente, impondré nuevas reglas —más referente a su hermano, pensó.

—¿Y por qué no luego del almuerzo?—negó.

—No puedo, llevaré al sobrino del señor Jeon a conocer la hacienda y sobre la producción de tequila —dijo no muy convencido aún.

—¿Hablas del muchacho que se ve que es mas joven que tú?

—Si —asintió — ¿Qué sabes de él?

—Por los momentos... Solamente que no te despegaba el ojo de encima cuando te presentaste ante ellos —aquello le parecía raro.

—¿Nana?

—¿Dime?

—Luego de hablar con el personal —rascó su nuca nervioso no ignorado lo antes dicho por Hae —, quiero hablar contigo en mi oficina. A solas.

—¿Sucede algo malo? —asintió abatido.

—Suceden muchas cosas, y quiero que estés al tanto de ellas...

La puertas doble de la cocina se habrieron dejando ver a dos muchachas tímidas entrar, las ayudantes de Hae eran demasiado jovenes y bellas, muy bien presentables y amables. Ambas hicieron una reverencia ante los dos mayores que estaban platicando, a pesar de ver vestido esta vez de una manera más informal con una camisa manga larga y unos pantalones de vestir color gris y unas zapatillas perfectamente impecables, supieron que era su jefe.

—Señora, los invitados ya están en el comedor.

—Iré a resivirlos —Taehyung se levantó de la banca en donde estaba —¿Nana, me veo bien?

—Te ves guapísimo mi amor.

Salió de la cocina encontrándose a todos en sus asientos, Jungkook a la par de su tío, El señor Park, un viejo inversionista millonario, desde que llegó no a dicho ninguna palabra y eso lo ponía en cuidado, las personas más calladas eran las que mayormente eran las más peligrosas. Y eso él lo sabía, al lado de él su sistente y otro señor más del cuál desconocía su apellido, y por supuesto, no podía faltar su hermano en una de las cabeceras de la mesa. Sonrió, él no tenia algún derecho de sentarse ahí, pero lo dejó pasar.

—Buenas tarde a todos —dijo captando la atencion de todos los presentes —Espero que la comida sea de su agrado.

—Digame, señor Kim —habló Jeon luego de algunos minutos —¿Por qué no nos cuenta algo de usted? Nos gustaría hacer amistad, después de todo estaremos conviviendo por algún tiempo, —Taehyung sabía por donde iba la cosa, querían hacerlo flaquear con temas que pudieran debilitarlo, tenía que ser fuerte, o de lo contrario no lo verían como una amenaza, y ese no era el objetivo.

La comida fue servida frente a cada hombre impresionando a algunos, en especial a Jungkook que sabía que una comida como esa era acompañada por un buen vino, y no se equivocó en el momento que una mano a su lado izquierdo posó en sus manos una copa y le sirvio la cantidad adecuada de bebida, podría acostumbrarse a esta clase de etiqueta. Jungkook prestó total atención a las palabras de Taehyung mientras se  llevaba comida a la boca.

—No hay mucho que hablar de mi señor Jeon, pero dígame usted ¿Qué quiere saber? —preguntó divertido, más o menos se suponía que clase de preguntas le harían.

—Tengo entendido que usted  era casado, su esposa falleció, lo lamento mucho —Jungkook que tenía comida en la boca empezó a toser llamando la atención.

¡¿Viudo?!

—Hae Sook, tráele un vaso de agua al joven por favor —pidió Taehyung. Aclaró su garganta y con una sonrisa que sorprendió al señor Jeon respondió.

—Así es señor Jeon, soy viudo y las causas de la muerte de mi esposa no son un secreto. Ella prefirió despedirse de este mundo sabiendo que no podría soportar su enfermedad.

Era un tema demasiado delicado para él, pero no lo iva a dar a demostrar así por así para que esos hombres se aprovecharan de sus debilidades. Jungkook bebió de un sólo el trago el vaso de agua, no sabía cuanto había sufrido ese hombre que todos llamaban alcohólico, ahora le daba un poco de razón. El señor Jeon no muy contento por la tranquilidad de la respuesta del hombre decidió hacer otro comentario que sabía que lo iba a hacer caer de nuevo en el alcoholismo.

—Supe también que el mayor sueño de su esposa era tener hijos, lastima que no tenga herederos y todo esto quede a manos de su hermano —apretó la mandíbula, había tocado un punto delicado en él, también era su sueño tener hijos pero la enfermedad de su esposa no se lo permitían, tan solo un embarazo y ella no sobreviviría. Sonrió victorioso el viejo pero no por mucho porque Taehyung se recompuso.

—No, no tuvimos hijos a pesar que lo intentamos —comentó triste —, y con respecto a mi herencia no es un problema, todo esto pasará a donaciones de benefisencia, y a albergues.

Ahora era su turno de reír por la cara de cada uno, más por la de su hermano y la del viejo Jeon.

—Pero señor Kim, discúlpeme entrometerme pero me parece injusto sabiendo que su hermano puede tener descendencia legitima para seguir al mando de sus tierras.

—Así es —dijo limpiandose la comisura de sus labios con una servilleta, acto que dejó a Jungkook con la mirada fija en él —. No le quito la razón señor Jeon, pero mi papá le heredó a él sus propias tierras, a mi me dejó lo más grande claro, pero él no quedó en la calle. ¿No le parecería justo que ayudara a niños pobres sin hogar? A mi si. Que él haga lo que quiera con sus propiedades.

El viejo tensó todo su cuerpo y su hermano se removió nervioso en la silla, el hermano mayor Kim no quería que eso saliera a relucir, había perdido todas sus tierras por avaro y vicioso, ya no tenía nada a si que sí estaba en la calle. El resto del almuerzo se podría decir que fue cómodo, solo se dedicaron a hablar de la producción de la empresa, Jung, apellido del hombre joven que era desconocido para él mostró cierto interés que al principio se le hizo molesto, pero contesto todas sus preguntas, era preferible ese tema a hablar de su vida privada.

Terminaron de comer, Jungkook hizo un gran esfuerzo por terminar su comida, su tío se levanto y después seguido él.

—Ya sabes lo que tienes que hacer —susurró para que sólo su sobrino escuchara —Espero que les valla bien en el recorrido, por mi parte me encantó el almuerzo señor Kim, con su permiso.

—Suyo —todos fueron saliendo, menos el menor, que se dejó caer de nuevo en la silla sin voltear a ver a su mayor. Las sirvientas empezaron a levantar los platos y su jefe llamó disimuladamente a una de ellas.

—Que nadie entre hasta que él y yo salgamos ¿Entendido?

—Entendido patrón.

Salieron dejándolos completamente sólos, el ambiente estaba tenso y el aire se podía cortar hasta con una pluma si se pudiera. Lo escaneó de pies a cabeza, el chico no parecía ser igual que su tío, lo vió por como saboreaba el vino durante el almuerzo, si, era muy observador, y desde que ese chico apareció se había vuelto así más de lo normal.

—Jeon Jungkook, Sommelier ¿Quién lo diría? Me sorprende que tu padre te halla dejado estudiar eso sin tener problemas, él es un gran abogado —el menor arrugo su nariz ante la mención de su padre,

—Si los tuve... —Contesta sin gracia —, Señor Kim.

—Señor Kim... —repitió para si mismo, jamás en su vida había escuchado tan placentero salir de la boca de alguien su apellido.

—Veo que sabe mucho de mi familia... —dijo con el ceño fruncido, el mayor no pudo evitar tomar entre sus largos dedos la copa de vino que pidió que le sirvieran antes de dejarlo a solas con el menor. Empezó a jugar con ella, una mirada chispeante fué lo único que consiguió Jeon haciendo sudar sus manos y sintiendo recorrer electricidad en todo su cuerpo, era la primera vez que se sentía así con alguien.

—Tengo qué, Jungkook —jodido hombre mencionar su nombre de esa forma —Tengo que saber quienes pisan mi casa ¿O no?

—No... sé —Ni siquiera lo ha visto a los ojos y puede deducir que si lo hiciera caería embobado.

—¿No sabes qué, Jungkook? —¡Joder, iba a matarlo!

—Por favor... —susurró, Taehyung hizo un sonido con su garganta para que siguiera —. Deje de decir mi nombre... Por favor... —¿Eso fue un jadeo? ¿o esque el mayor ya estaba enloqueciendo? Porque juró escuchar un jadeo salir de los perfectos labios del menor. Magnífico, había logrado lo que quería, pero... ¿Por qué sentía el mismo efecto que quería lograr en Jeon? Touché.

Se levantó de su silla y a paso lento dirigio hacia Jungkook que tragó saliva al sentir la cercanía de él. Giró la silla de Jungkook con fuerza haciendo que quedara frente a él, el sonido ensordecedor era lo único que se había escuchado en toda la habitación, mezclado con sus respiraciones dificultosas, tuvo que agacharse mientras una mano estaba en el espladar de la silla empujandola hacia atrás de manera que quedara balanceada en las patas de atrás, y una de sus rodillas entre medio de las pierna de Jungkook para evitar que este callera de espaldas.

Se acercó a su rostro al punto de que los cabellos de ambos chocaran entre sí, la tención era palpable, no perdieron de vista ningún detalle del otro enmarcando en su mente la perfección que se instaló en sus mentes.

—Algo me dice que Tú —dijo enmarcando el "Tú" —, no quieres saber de la producción de tequila ¿Cierto? —negó —¿Qué haré contigo entonces Jungkook?

—Señor... Kim —trago grueso por las palabras del mayor.

¿Era ilegal imaginarlo en una cama a su completa merced? No era prohibido soñar así  que se permitió hacerlo, imaginar su blanca piel bajo la de él jadeando y contemplando el momento en que se hundiera en lo profundo de su cuerpo y alma. Algo en la mirada de Kim cambio y esto obviamente fue notado por el menor, sus ojos se oscurecieron y su mirada llegó a ser más penetrante que hace minutos atrás, si es que se podía serlo aún más.

—Tengo una idea —dijo dejando caer suavemente la silla a su posición normal, tenía que controlarse, aquello se le había salido un poco de las manos, que digo un poco, ¡Joder si estuvo a punto de besarlo! Aunque ganas no le faltaban para ser sinceros. Le dió la espalda y esto lo agradecía el chico que no podía controlar el calor y color que habían adquirido sus mejillas —. Eres Sommelier, por lo tanto te interesa el vino y no el tequila —dijo aquello como si fuera un gran descubrimiento ¿o era el nerviosismo que lo estaba llevando a hablar e esa manera? —. Por lo tanto... Veremos la producción de vinos. Sígueme.

Ambos ya estaban en el área donde se realizaba la fermentación alcoholica del vino tinto, anteriormente pasando primero por la vendimia, luego el despalillado, el estrujado hasta llegar a este punto donde Taehyung le había pedido al capataz Kyun que los guiara a pesar de saberse el recorrido de todo eso.

Quería dedicarse nada más al dulce sentimiento que crecía mas cada vez que ese joven sonreía, quería guardar en su memoria el brillo de sus ojos que transmitían su alegria de la manera más inocente posible, como cuando un niño ve globos o dulces, así se veía Jungkook al saber todo acerca esa producción. Jungkook ya sabía el proceso de la realización del vino, en la universidad se lo hicieron aprender y el encantado lo hizo, fue el mejor de su clase, amaba su carrera, pero jamás había pisado un lugar en donde se llevara a cabo todo eso que él aprendió. Se olvido por completo del mayor que caminaba unos pasos atrás observandolo meticulosamente enmarcando cada gesto.

Taehyung se vió a él mismo reflejado en Jungkook, pocos sabían que él tambien era un Sommelier y que gracias a eso pudo modificar la forma y proceso del vino haciéndolo aún más exquisito. Él quería probar de su vino, y no literalmente, quería beberse sus besos, sabía que se estaba encariñando mucho de aquél chico en tan poquísimo tiempo, sabía que nada bueno iba a salir si se pasaba de la raya con él debido a la conversación que escuchó de él con su tío, sabía que ese sentimiento dentro suyo era demaciado rápido a las circunstancias... Pero... ¿Cómo saber que depara el destino si no se arriesga? Esa era una buena pregunta que apenas estaba empezando a rondar en la mente de Taehyung, preguntándose, cuestionandose ¿Estaba considerando cruzar esa linea? Claro que si ¿Iba a hacerlo? Probablemente, cabía destacar que el chico no lo alejó en ningun momento cuando estuvieron solos, eso fue un insentivo para la adrenalina de Taehyung que corría por sus venas queriendo más.

Él no viva a negar sus sentimientos, negar los sentimientos de uno mismo era sinonimo de inmadurez e inseguridad, y el podia ser de todo menos inseguro. Debía admitir que si se había impresionado mucho, no había pasado ni siquiera un día y ese chico ya le había hecho cuestionarse hasta su existencia, tal vez exageraba un poco, pero si se mostraba dubitativo ante el hecho que ¿qué podría tener ese chico para hacerlo tener sentimientos de ese tipo? Ya ni recordaba la última vez que sintió eso. Su esposa, el la quería, claro que sí, el sexo con ella a pesar de su enfermedad siempre fue placentero y su relación era casi perfecta, pero nunca le hizo sentir y cuestionar las cosas que ese chico pelinegro le estaba haciendo inconsientemente pensar. Tenía que descubrir el misterio que guardaba ese chico para saber el hechizo que había usado en él, por que si quiera habían cruzado palabra alguna antes del almuerzo, y luego de enterarse de los planes del tío de Jungkook.

El recorrido terminó en la bodega donde cientos de barriles se sostenian apilados entre si, Jungkook miraba cada etiqueta que portaba cada barril mostrando la fecha de inicio de conservación y tipo de vino, veía todo con genuina emoción.

—¿Te gustó? —pregunto Kim sabiendo la respuesta, en cambio recibió una sonrisa perfecta dejando mostrar los dientes del joven, sus pequeñas arrugas en la comisura de sus ojos y esa mirada brillante.

—Me encantó señor Kim, encerio nunca había visto tan de cerca el proceso del vino —se sinceró, en cambio Taehyung se sorprendió.

—¿Nunca? Pero si estudiaste para esto.

—Si, lo sé. Pero mi padre a pesar de aceptar que yo estudiara esto jamás me dejó ejercer como tal, él espera otras cosas de mi.

—Bueno... Me alegra que te gustara. Puedes venir y buscar a Hae kyun cuando quieras para saber más... O... Puedes buscarme a mi —cierto brillo apareció en sus ojos.

—Muchas gracias, enserio señor Kim. Me divertí mucho.

Asintió feliz de haber hecho feliz al chico, no quería que esa sonrisa se le borrara de su perfecto rostro, y quizás él se encargaria de que jamás se fuera de él.





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