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William y Grell


One-shot

Esa mañana, abrió los ojos con las esperanzas de encontrarlo al lado suyo, pero como había sido desde hacía ya seis años, la cama, a su lado, estaba fría y vacía. Grell se levantó a las 5:20 a.m, se le había vuelto costumbre sin importar que ya no le era necesario, podría seguir su camino, seguir siendo él, ese tornado rojo que extrañaban ver en las oficinas, pero no, ya él no era igual y así se quedaría. Su cabellera carmín, más larga que antes, lucía con belleza cada que llegaba al departamento de recolección, saludaba y sonreía con basta belleza, como si nunca hubiera pasado nada. Eso era lo que le gustaría poder pensar.

Que todo eso no hubiera pasado

En aquella fría oficina, aquellas grandes manos seguían escribiendo con prisa en la máquina de escribir, esos ojos esmeralda lima no dejaban de ver letra por letra escritas en el blanco papel, eso era hasta que aquel perfecto sonido se detenía al ver esa cabellera tan única pasar frente a su oficina, desde hacía años que la puerta de ese lugar no se encontraba cerrada, ya no le molestaba tenerla de esa forma, descubrió que era lo mejor para su desolada vida, desde hacía seis años empezó con ello, no tenía por qué hacerlo, pero para qué hacerlo si ya no había nadie que perturbara su trabajo al entrar allí. Aunque era mejor así, así debió de ser siempre. Eso era lo que le gustaría poder pensar.

Pero era totalmente inevitable.

-Sutcliff. –Escuchar su apellido le hubiera vuelto loco antes, le hubiera producido emoción, pero esta vez como todo un profesional, disimulaba que esto le incomodaba de alguna manera.

-Dime William, --mencionó con tranquilidad mientras acomodaba bien su gabardina y sus guantes para salir por alguna recolección, que asegura William le daría.

-Irás conmigo a hacer este trabajo, es una recolección de alto nivel y no me gustaría dejar esto en manos novatas. Así que vámonos.

Saltar y chillar de éxtasis mientras dejaba su imaginación volar, como cuentos de romance o novelas trágicas, como Romeo y Julieta, había sido la escena perfecta, sobre todo con el hermoso panorama del Támesis en el atardecer, mientras ambos en el techo de una casa veían a su objetivo, hubiera sido tal cual como lo habría soñado, pero ahora no había por qué hacerlo. Grell miró a William de reojo, apartando la mirada segundos después, en los que William hizo lo mismo. Sus ojos demostraban aquella pasión que se tenían, no se podían olvidar, pero se engañaban tanto entre ellos como a sí mismos.

...

- ¿Estás herido?, — mencionó con preocupación el carmín, no alcanzó a tocar la frente de Spears cuando este apartó su cara con expresión de disgusto. Debían trabajar, no preocuparse por su estado. William se levantó del suelo, dirigiéndose a los cuerpos inertes de los hombres, allí comenzó la recolección. Con suerte habían salido casi ilesos. Había sido un ataque, tres de esas "alimañas", pero todo había salido bien. Eso quería creer Sutcliff.

-Explícame la razón de por qué me evitas. ¿Será que no quieres que note que aún sigues amándome? —William detuvo sus pasos para mirar a Grell por sobre su hombro.

- ¿Te crees así de importante?

-Te voy a ser sincero William. –Se levantó del suelo, enfrentándose al hombre frente a él—No te miento, te extraño. Y mucho, sé que fue mi error, pero tu maldito orgullo solo no puede dejarlo en el olvido. Ya pasó tanto William, ¿enserio quieres que sigamos así?

-No me importaría dejarlo en el pasado Sutcliff, pero eso se acabó, no creo que sea necesario arreglar algo que al parecer nunca tuvimos.

- ¿Crees que nunca lo tuvimos? Tú más que nadie sabías lo loco que estaba por ti.

-No nos hagamos este daño Grell—comentó con ironía

-No creo que sea así de fácil Will, te conozco y sé que tú aún me quieres. Ya te dije que sí, acepto mi error, pero no puedes ignorar esto—se señaló, a ambos. —Lo niegas todo, me rechazas, pero tus ojos me demuestran esos sentimientos que me diste en ese entonces, de cómo me sigues mirando así cuando te despertabas a mi lado. –William rió sin gracia.

- Ay, Grell, es todo una ilusión, dónde crees que vamos a llegar con esto. No podrás hacer nada, porque todo lo que hice por ti lo tiraste a la basura.

-Sí. Ya me he disculpado unas ocho mil veces sobre lo que pasó, pero sigues restregándomelo en la cara como si tú nunca hubieras cometido errores en tu maldita vida.

-Yo por lo menos no me acosté con una sucia alimaña.

-De acuerdo, no. Como eres el perfecto William T. Spears, eres todo un santo, --subió la voz moviendo las manos con exageración. –Explicarte no parece hacerte entender. No hice nada. Sí, fue mi error ir para allá tratando de conseguir algo de consuelo ese día, pero no fui capaz de darte la espalda, aun así te encargaste de hacer esto más grande y aunque trato de ignorarlo no puedo, no podría disfrazar lo que siento como tú lo haces.

-Jajaj, ¿crees que lo disfrazo? Que infantil. Es odio lo que siento, ya no te amo Grell, olvídalo.

-Entonces mírame a los ojos y convénceme que ya no me amas. Vamos Spears... ¡Vamos! –William solo negó cerrando tanto puños como sus ojos. –Está bien, no importa. –Recogió su death y salió de ese callejón para irse a otro lado que no fuera el mundo shinigami. Quería estar solo por un tiempo.




Mientras pensaba una solución para que eso...




No siguiera quemando su corazón.




...


William observó por quinta vez su reloj, estaba sentado en la cúspide del Big Ben. Esperaba que Grell pudiera encontrarlo allí para volver juntos. No, él sabía que estaba tratando de darle tiempo para poder disculparse con él. Claro, no podía mentir, lo reconocía.




Aún amaba a Grell...




Y si el carmín llegaba a alejarse de él... lo traería de nuevo.




Grell caminaba con lentitud, con tacones en mano y su guadaña en la otra, caminando por el Támesis, recordando la primera vez que William le hizo el amor, esa noche de lluvia, que se sintió más cálida que helada, dónde sus respiraciones aceleradas parecían la sinfonía en dúo, que se complementaban con los constantes repicoteos de las gotas de cristal contra su ventana. El cómo sus cuerpos hacían una danza, un vals, paso a paso, con delicadeza, de allí y acá.

Grell se detuvo dejando sus manos libres y recargando su cuerpo en la piedra. El alba se acercaba, los colores pasteles del amanecer le daban una vista preciosa, romántica; sería excelente para las parejas que gustan de los paisajes únicos de pinturas de Monet.

-Precioso verdad. —Grell miró a su lado con ojos grandes por la sorpresa. –Perdóname Grell, admito que yo soy el infantil, no puedo fingir que no me importas cuando conocí este sentimiento contigo, sólo contigo.

-Dónde irá este amor William. ¿Será correcto poder perdonar todo y solo seguir? –comentó con algo de nostalgia. El azabache no le pudo contestar. Ambos se quedaron unos minutos en silencio mirando hacia la nada tratando de acomodar los rotos que habían en sus pechos para poder contestar con fidelidad a lo que realmente sentían.

-No importa si te alejas de mi Grell, sé que me extrañarás a como dé lugar—el carmín rió por tal ocurrencia.

-No lo voy a negar. Después de todo ya te dije que te extraño, y seguiré enamorado de tus ojos fríos que me envuelven. Aunque admite que en estos seis años que nos hemos ignorado tanto, no pudimos superarnos el uno al otro. ¿Tomarías la responsabilidad de nuestras consecuencias?

-Supongo que ya no tengo necesidad de seguir disfrazando mi amor, ya que el amor volvió.

-Supongo que nunca se fue. Solo disimulabas, --se quiso burlar el carmín, tal vez un poco para poder descongelar el frio entre su relación.

-Pero el amor no se olvida, siempre queda grabado. –William le acarició su mejilla apartando, en el proceso, algunos cabellos que interferían en el rostro del más bajo. Grell sonrió y cerró los ojos recargando su frente con la de Will, dejando que el amanecer les entregara un día, al fin, lleno de tranquilidad después de aquellos momentos de falsos sentimientos, dándose cuenta que, ambos, se morían por dentro, sin poder olvidarse; engañándose entre sí, pero a pesar que transcurrió tanto tiempo aún guardaban el amor por el otro.



Esa mañana, abrió los ojos con las esperanzas de encontrarlo al lado suyo, y sí, lo estaba. Cómo habían extrañado tanto ese momento de encontrarse de nuevo hombro con hombro, sin ninguna diferencia, dando la vida por el otro como Romeo y Julieta de ensueño de Grell. Eso era lo que le gustaría poder pensar, pero... la realidad...







Era mucho mejor.


21171406


...

Ƹ̴Ӂ̴Ʒ 

...

Hola mis queridas almas lectoras, yo de nuevo aquí con un one-shot Grelliam.

Sé que me he demorado bastante con todas las otras historias que tengo por actualizar, pero no pude evitar pensar en publicar este one-shot jeje sobre todo porque después de tanto tiempo alcancé 500 seguidores *aplaude...se escucha el eco de su aplauso*

Esta historia la hice también para @ORIGINALyDETERGENTE quería agradecerte por todo lo que has hecho por mi, sinceramente eres la única entre 502 seguidores que me contesta en el muro, incluso, aunque no sea cosas de tu pareja favorita, así que quise hacerte un regalo, sé que no es mucho, pero espero lo disfrutes. (^◡^ )


Por cierto, RETO, RETO.

Esta historia la hice con una canción, ¿Cuál creen que es?

PISTA

-Puedes encontrar palabras o frases de esa canción en la historia.

-Es una canción en Español.

PREMIO

Una dedicatoria (se que es muy poco, pero miraré que tipo de dedicatoria, no solo será en una historia (¬‿¬) )


No siendo más procedo a la dormición, espero sigan pasando una buena noche. Recuerden no fumar, no tomar tantas bebidas alcohólicas, ni tomar drogas, porque la vida es corta y es una sola.

Ba Bay

Violinblanco cambio y fuera

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