Día 9:

↦Genderben

Nota importante 1:
No termino de tener muy claro el significado de este día, pero hice lo mejor que pude. 🥺

Nota importante 2:
Este capítulo no será parte de la "línea temporal" que está llevando la historia.

Este capítulo es completamente una historia a parte.

Willy y Fargan habían sido enviados a una misión. En algún punto de esta Willy le había avisado a Vegetta de un ligero percance que habían tenido, pero dijo que no había mayor problema y que solo sería retraso de unas horas para su llegada al pueblo.

Ese esperado día, donde el azabache esperaba encontrarse con su mejor amigo para que le contará lo sucedido, se encontró a una peliblanca bajita, con facciones tan parecidas a las de su amigo que parecía ser su gemela. A su lado había una castaña que sentía haber visto alguna vez, pero no sabía exactamente dónde.

-Vegetta, ¿estás viendo lo que me hizo?- La chica de cabellos blancos se quejó

-¿Disculpa?- Habló confundido

La misma chica rodó los ojos mientras negaba y se cruzaba de brazos.

-Soy Willy macho-

-¿Cómo vas a ser tú Willy? Willy es un tío-

-Cuando eramos niños dormías conmigo porque te aterraba que algún monstruo pudiera comerte, y aunque yo te decía que no, llorabas como un crío hasta que aceptaba y literalmente me usabas como oso de felpa-

El azabache sintió un ligero calor en sus mejillas ante tal secreto revelado. Claramente nadie podría saber algo como eso porque jamás hablaban de ello. Escuchó las risas burlonas de la castaña detrás de la otra chica y las miró a ambas.

-Entonces si en verdad eres Willy, tú debes ser...-

-A que soy hermosa Vegetta. Llámame Fargana, la más marrana-

Hizo una pose muy rara, en la cual sus pechos terminaron muy cerca del rostro de Vegetta y este no pudo evitar acabar con la mirada ahí, sintiendo su cara arder como nunca antes. Willy alejó a la mayor con cierta mueca de molestia y se puso delante de su compañera.

-Necesito que nos ayudes...-

Vegetta asintió suavemente, intentando quitar aquella imagen de su mente.

-S-si, creo saber quien puede ayudarnos-

El timbre de la casa se escuchó y el híbrido de oso salió feliz por la puerta.

-Vegettita~ ¿A qué se debe tu... Visita?-

Su felicidad se vio cortada al ver que venía acompañado de dos chicas que, aunque le resultaban familiares, no conocía.

-Rub, necesito que me ayudes con esto- El azabache pidió de inmediato

-¿Ah si? ¿Y no me vas a presentar?-

Vegetta sabía que estaba ocurriendo; Rubius estaba celoso.

-Doblas, no seas bobo. Son Willy y Fargan, solo que durante su misión les cayó una maldición- Se apresuró a explicar

-¿Y cómo sé que eso es cierto?-

La chica con los ojos esmeralda se acercó hasta el híbrido y le susurró un "se oscuro", haciendo que el teñido abriera los ojos con sorpresa y Vegetta los mirara raro, pues no supo que había dicho su "mejor amiga".

-Okey, son ustedes, pero hostias eh, no están nada mal- El cura, siempre santo

Willy frunció el ceño y no pudo evitar cubrirse un poco, en cambio Fargan volvió a hacer aquellas poses raras, mostrando un poco de más y haciendo que el oso casi cayera desmayado ahí.

Nuevamente la menor tuvo que intervenir y darle un regaño a su compañera para que dejara de hacer aquello, y Vegetta regañó a Rubius por ser un "cerdo irrespetuoso".

-¿Entonces quieren que les ayude a volver a su cuerpo original?- Rubius observó a ambas chicas

-Sí- Willy dijo sin dudar

-No sé yo eh, tremendo cuerpazo me cargo-

Fargan nuevamente pasó sus manos desde sus caderas hasta su pecho, recibiendo la atenta y nada santa mirada del híbrido contrario, el cual fue golpeado por el (ahora) celoso azabache.

-Ahora venimos-

Vegetta tomó la mano de Rubius y se lo llevó hasta la sala de cofres del híbrido, Willy miró a Fargan aún con el ceño fruncido y la castaña le sonrió con inocencia fingida.

-¿Celoso?-

-Si... Deja de estar haciendo eso o juro que voy a cortarte las pelotas. Te están viendo todo, bobo-

-Ay mi Willy tan bonito. Tranquilo, que mi corazón solo late por ti-

-Que rata eres...-

Al final el oso, con una buena advertencia sobre seguir mirando de más a la castaña, ayudó a las chicas a recuperar sus cuerpos originales, con algunas ofrendas para los dioses.