Día 8:

↦Abrazo

-¿Estamos locos o cómo va esto?- Auron miró con incredulidad al resto

-Pues un poco si-

-Ya va hombre, que esto será divertido-

Los nueve héroes de Karmaland estaban caminando entre la nieve. Habían tenido una misión en uno de los biomas donde parecía que el invierno era eterno, pues permanecía siempre nevado y con un frío bastante intenso.

Auron se quejaba por, según él, "la poca falta de consideración ante dicho clima". Cabe decir que Merlon les avisó de las temperaturas, pero Auron, más concentrado en adorar el bonito perfil de su niño, omitió completamente aquel detalle.

-¡Vamos a jugar guerra de bolas de nieve!- Dijo Lolito feliz

-Oh no, eso sí que no. Debemos seguir adelante sin distracciones- Vegetta se negó de inmediato

-Vegettita~ por favor, ¿no podemos deternos a descansar un ratito y jugar de paso?- Rubius pidió

Tomó las mejillas de su novio, dándole una bonita sonrisa para convencerlo de cumplirle tal capricho. Vegetta, siendo débil a su híbrido favorito, terminó aceptando y todos festejaron.

Se montaron un pequeño campamento junto al camino, mientras algunos jugaban con la nieve y otros comían y descansaban las piernas.

Fargan estaba sentado en un tronco junto con una sonrisa. Había estado jugando con sus amigos lanzándose nieve y ahora estaba descansando. Willy se acercó hasta él con una sonrisa.

-¿Te gusta la nieve?-

-Bueno, siempre es divertido lanzarle una bola a tus amigos en toda la cara- Fargan rió

-Tienes razón. ¿Cómo llevas el frío? ¿No es molesto?- Señaló las alas del híbrido

En el tiempo que llevaban juntos, Willy había aprendido que las bonitas alas de su amigo podían llegar a ser bastante sensibles, a veces necesitaban cuidados más especiales y temía que las frías temperaturas que enfrentaban ahora fueran un problema para él.

-Está todo bien con ellas. De hecho son demasiada ayuda para aguantar el frío, mira-

Aquella extremidad emplumada del castaño se extendió y envolvió al peliblanco, dejándolo sentir su agradable calor.

-Vaya que son de ayuda. Que suerte tienes chaval-

-A que sí-

Fargan sonrió orgulloso. Cuando escucharon el grito de Vegetta diciendo que ya debían seguir, quito su ala del menor y se levantó. Willy maldijo mentalmente a su mejor amigo, porque estaba disfrutando mucho de aquel calor.

-Buenas noches chicos- Se despidió Luzu

Todos respondieron con un "buenas noches" y entraron a sus tiendas, o bueno, casi todos; Willy se quedó sentado frente a la hoguera que comenzaba a morir ante sus ojos. Fargan no pudo evitar notar aquello y se acercó hasta él, viéndolo frotar sus manos y soplar suavemente estas para intentar entrar un poco en calor.

Tuvo una idea que podría salir muy bien o muy mal. Se acercó en silencio hasta Willy por su espalda, se sentó detrás de él, rodeo su cadera con sus brazos y ambos cuerpos con sus alas, dando calor a ambos cuerpos.

-Estás helado- Susurró Fargan

-Si... El frío no me deja irme a dormir-

-Ahora entras en calor- sonrió

Willy se permitió sentirse seguro entre los brazos de su amigo y recostó su espalda contra el pecho del castaño, el cual se abrazó más al menor y cubrirlos más con sus alas.

Ambos cerraron los ojos y sonrieron, sintiendo como poco a poco el calor volvía a sus cuerpos, y aún más importante, creciendo en sus pechos, como una cálida sensación de alegría.