Después de la bienvenida y el shock inicial, el papá de Lucas informó que la carne ya estaba lista y podían empezar a sentarse en las mesas.

—Bien, ¿Hablaremos del elefante en la habitación? —Preguntó Max en voz baja mientras miraba en dirección a donde Will era atrapado en una plática con la mamá de Dustin.

—¿De Dustin? —Preguntó Lucas.

—¡Oye! —Dustin se quejó golpeando a Lucas en el brazo derecho.

—Oigan, ustedes dos, basta —Dijo Max.

—¿De qué hablan chicos? —Preguntó El mientras ella y Mike caminaban hasta la mesa donde estaban sus amigos.

—Del enorme cambio de Will —Dijo Max— El, dinos, ¿En qué momento pasó eso?

—Bueno, pasaron muchas cosas en Loveland —Dijo El mientras se sentaba en la orilla de la mesa junto a Max.

—Oh eso lo notamos, porque ese —Dijo Lucas señalando a Will— No es el Will que dejamos ir hace un año.

—Yo no debería decirles nada —Dijo la chica—, Will quiere contarles todo, es él quien debe decirles, no yo.

—¿De que están hablando? —Preguntó Steve mientras él, Eddie y Robin se sentaban junto a los más jóvenes.

Steve llevaba 2 platos con hamburguesas, una para él y la otra para Dustin.

Pero claro, no tiene favoritismo.

—Hablamos del cambio tan radical en Will —Dijo Mike.

—Pues debió ser un cambio enorme —Opinó Eddie— El Byers del que Wheeler se la pasa describiendo no es nada parecido a ese chico.

—Además El no quiero contarnos —Dijo Dustin.

—¿Y no debería ser Will quien les cuente? —Preguntó Steve, mordiendo su hamburguesa.

—Sí, pero, ¿Y si no quiere contarnos? —Preguntó Mike.

—No tiene porqué no querer —Dijo Max entonces sonrió y miró a El—, dinos El, ¿Tú y Will siguen en el mismo grupo de amigos?

—Sí, ¿Qué hay de eso? Eso sí nos lo puedes contar —Dijo Mike.

Y ahí fue que El se vio atrapada por sus amigos.

—Bueno, de eso sí puedo hablar supongo —Dijo El—, digo, Will y yo seguimos en el mismo grupo de amigos.

—Por fin logré escapar —Todos voltearon a ver a Will que llegaba a la mesa, llevando su hamburguesa— ¿De qué hablan?

Preguntó Will mientras se acomodaba en su asiento. Fue en ese momento que Mike notó que quedó entre Will y El.

—De nuestros amigos —Dijo El.

—Oh, de los Outsiders —Dijo el castaño mordiendo su hamburguesa.

—¿Quiénes? —Preguntó Mike.

—Así es como se llama nuestro grupo —Dijo Will luego de tragar— Ya se llamaban así cuando nosotros llegamos.

Mike y Lucas fruncieron el celo un poco, Dustin no lo hizo porque sabía de la existencia de esos chicos y Max tampoco lo hizo porque no es una inmadura.

—Nuevos amigos —Lucas dijo, asintiendo— ¿Cuántos son?

—Pues estamos El y yo- Will habló señalando a Jane primero y luego a él— Y los demás son Lizzie, Mark, Tony… Y Eddie.

Will sonrió de forma peculiar al pronunciar el último nombre, una sonrisa que nadie más notó. Bueno, solo Robin, Steve y Munson la notaron y compartieron una mirada cómplice entre ellos.

—Y son geniales —El dijo.

—¿Qué tan geniales? —Preguntó Mike.

—Muy geniales —Dijo la chica— Lizzie me ayudó con mi peinado de hoy.

—No solo el peinado —Will interrumpió— Lizzie le ayudó con todo su guardarropa y un poco con el mío también.

—Lamento interrumpir, nah, la verdad no tanto —Dijo el Eddie mayor, alzando la bolsa de plástico que llevaba—, pero quiero hacer entrega de un regalo para el chico Byers.

—¿Para mí? —Will se preguntó y entonces Eddie lanzó la bolsa en su dirección, él logró atraparla.

—Vamos ábrela, fue idea de esos tres tontos —Eddie dijo señalando a Mike, Lucas y Dustin.

Will sonrió un poco, se limpió ambas manos con una servilleta y después procedió a abrir la bolsa, observando lo que había dentro. Lentamente metió la mano derecha y sacó del interior una camiseta blanca de mangas negras, en el centro había el dibujo de un diablo rojo, a la izquierda estaba una larga espada con fuego, a la derecha estaba una maza, finalmente las palabras Hellfire Club estampadas sobre la tela entre dos dados.

—Chico, a partir de hoy, eres un miembro honorario del Hellfire Club —El metalero comentó.

—Vaya, chicos yo… Muchas gracias, Eddie —Will sonrió a sus amigos.

—No es nada, también quise darte una a ti —Eddie dijo, señalando a Jane—, pero Max me dijo que si pensaba en darte una camisa se encargaría de dejarme calvo.

Todos empezaron a reír y pronto se hundieron en diferentes platicas sobre varios temas diferentes. Will aprovechó un momento donde nadie charlaba con él para voltear a ver a Dustin que estaba a su derecha.

—Hey, Dustin —Habló Will en un susurro— ¿Crees que podrías prestarme a Cerebro en un rato?

—¿Alguna chica linda con la que tengas que hablar en Ohio? —Preguntó Dustin alzando sus cejas.

—Eh si… Una chica muy linda —Will asintió con un ligero nerviosismo, pero afortunadamente Dustin fue ajeno  eso.

—Ese es mi amigo —Dustin sonrió, mientras Will desviaba la mirada.

Tras ese muy ligero momento incómodo, fue que las horas pasaron. Los amigos comieron, rieron, recordaron momentos juntos y al final todos empezaron a volver a sus hogares cuando el atardecer se acercaba.

—Vamos dile —Comentó Max en voz baja.

—Bien —El dijo avanzando lentamente por el jardín hasta donde Joyce se encontraba.

—Mamá Joyce —Habló El, llamándole la atención a la mujer.

—¿Qué ocurre cariño? —Preguntó Joyce.

—¿Podría quedarme esta noche con Max? Por favor.

—Por favor señora Byers —Dijo Max en un tono aniñado.

—Bueno, pero solo por está noche —Dijo Joyce, causando unas sonrisas grandes en el rostro de las chicas.

—Gracias, prometo llegar temprano mañana —El sonrió y tanto ella como Max se fueron corriendo del jardín hasta la entrada donde los Sinclair ya las esperaban para darles un aventón.

—Mamá —Entonces llegó Will también con su carita de perrito hambriento.

—¿En la casa de quién quieres dormir hoy? —Preguntó Joyce sonriendo.

—En realidad solo quería decirte que iré a Cerebro para hablar con… —Will se calló en lo último.

—Para hablar con... —Joyce asintió—. Solo no llegues muy tarde Will.

—Lo prometo mamá —Dijo Will,

—¡Will! —Gritó Dustin, quien ya estaba listo para irse junto a Steve, Eddie y Robin.

—Vuelvo pronto, en serio —Dijo Will antes de marcharse con los demás, mientras Joyce y Karen lo veían.

—Crecen tan rápido —Joyce dijo en voz baja.

—Y vaya que tú hijo lo hizo, Joyce —Karen dijo— Él se fue de aquí siendo un chico tímido, que parecía hacerse pequeño en su lugar, sin hablar mucho, pero ahora, lo veo siendo más abierto con la gente, más sonriente, parece que cambiar de lugar le hizo bien.

Joyce asintió un poco, ya no dijo nada más pues vio a Mike regresar del baño, quien se sorprendió al ver todo el jardín vacío.

—¿Dónde están todos? —Preguntó el azabache.

—Will regresará pronto, tranquilo —Karen habló mientras se ponía de pie— Ahora ayúdanos a recoger todas las cosas.

Mike solo hizo una cara de fastidio y se resignó a tener que limpiar.

Loveland, Ohio.

—¿Y si él no lo hace? —Preguntó un rubio sentado en una silla viendo el radio en su escritorio.

—Él lo hará —Habló una chica sentada en la cama del muchacho, leyendo un número de su revista Seventeen.

—Pero si no lo hace —Dijo el rubio.

—Si no lo hace hoy, lo hará mañana —Habló otro joven de cabello oscuro que estaba terminando de leer un cómic en el suelo del cuarto— Él lo dijo.

—Pero…

—¡Puta madre, Eddie! —Habló un chico de tez latina sentado en el marco la ventana mientras fumaba— Si no te fuera a llamar, ¿Por qué te dejó su radio entonces? Es obvio que es porque te piensa llamar.

—No tenías ser tan duro Tony —Habló Eddie.

Entonces la chica suspiró, cerrando la revista para mirar a su punketo amigo.

—Eddie, si Will te dejo su radio es porque realmente quiere llamarte —Lizzie dijo—, pero también debes entender que si no lo hace esta noche es porque se volvió a encontrar con sus amigos a los que no ve desde hace un año, seguramente están poniéndose al corriente con todo lo que ocurre.

—Tienes razón… Sí, gracias Lizzie —Eddie asintió y miró lo que había al lado del radio, sonrió y tomó el libro leyendo la portada: “Criptozoología: Compilación de criaturas ocultas”.

—Solo debo distraer mi mente —Dijo Eddie, abriendo el libro empezando a leer— El hombre polilla… ¿Y si no me llama?

—¡Carajo Eddie! —Gritaron los 3.

Indiana, Hawkins.

—Gracias por traerme —Dijo Will mientras Steve estacionaba su auto en el camino bajo la colina dónde estaba Cerebro.

—Por nada, es tu regalo de bienvenida —Dijo Robin desde el asiento del copiloto.

—Fue un gusto conocerte Byers —Dijo Munson desde el asiento trasero.

—Y no te quedes hasta muy noche —Dijo Steve.

—Sí, mamá Steve —Habló Will con sarcasmo mientras salía del auto.

—¿Desde cuándo es así de sarcástico? —Preguntó Steve— El año pasado él apenas y ponía entablar una conversación conmigo.

—No lo se —Respondió Dustin— Algo lo hizo cambiar en Ohio y sea lo sea, me agrada.

El auto arranco empezando a alejarse mientras Will caminaba hasta la cima de la colina, caminando hasta el gran aparato creado por Dustin.

Estando ahí, se sentó y empezó a buscar la frecuencia correcta del radio, estando bastante nervioso cuando la encontró y empezó a llamar.

—Por favor contesta —Susurró Will— ¿Eddie, me copias?

Hubo un momento de silencio, uno largo que lo hizo temblar.

—¿Will?

De inmediato el castaño sonrió.

—Steve, pon algo de música —Dijo Dustin mientras se hacía adelante para alcanzar la radio del vehículo, empezando a cambiar de estación.

—Cuidado Henderson, la última vez le arrancaste la perilla —Dijo Steve.

—Esa vez de hecho fue tu culpa por girar muy rápido —Dijo Robin.

—Estoy de acuerdo con ellos de hecho —El metalero dijo.

—¿De qué lado están? —Preguntó Steve.

—Del lado de un viaje tranquilo —Dijo Robin encogiéndose en hombros.

—Del lado que más te haga enojar —Munson dijo, empezando a reír.

Dustin negó con la cabeza por la discusión de los mayores, así que se dedicó solamente a cambiar de estaciones hasta que captaron una señal que no debieron sintonizar.

—¿Cómo te va en tu viaje?

—¿Qué voz es esa? —Preguntó Steve— No suena a un programa de radio.

—Genial, es solo el primer día pero salió como esperaba.

—Esa es la voz de Will —Dijo Dustin—. No puede ser, la llamada de Will se cruzó con la señal del radio.

—Cámbiala —Dijo Steve inmediatamente.

—No —Dijeron Dustin, Munson y Robin al mismo tiempo.

—¿Qué? —Steve preguntó.

—Will dijo que quería llamar a alguien —Dijo Dustin— Una chica linda, ¿Y si ella es la razón por la que Will cambió tanto.

Steve negó con la cabeza, pero aún así no cambió de estación mientras seguía manejando.

—¿Lizzie sigue ahí?

—Uy, ¿Lizzie será la chica? —Preguntó Munson.

—Se fue hace un rato con los chicos… Eh, Will.

—¿Sí, Eddie?

—Oh, ese es el chico se llama como yo —Dijo Munson.

—Te extraño.

—Me fui solo hace unas horas Eddie.

—¿Y eso qué? ¿Es qué acaso no puedo extrañar a mi novio?

Entonces Steve dio un frenón al auto, causando que Dustin y Munson se golpearan con los asientos delanteros con fuerza, todos parecían sorprendidos.

—¿Acaso ese chico dijo novio? —Preguntó Steve.

—Claro que me puedes extrañar, yo también te extraño a ti… Te amo Eddie.

Esas palabras hicieron que todos abrieran la boca con más sorpresa, ninguno realmente se esperaba algo así salir de la boca de Will Byers.

—Will tiene novio —Dustin dijo.

Continuará...