El Sol brillaba con intensidad aquel día, ese día no era un día cualquiera, ese día marcaba algo especial para toda la juventud de Hawkins. Ese día era el último día de clases.

En especial para Michael Wheeler, el larguirucho adolescente estaba más concentrado en el reloj del salón que en las últimas palabras de ánimo de su maestro. Los segundos pasaban y pasaban mientras Mike mantenía la mirada fija en las manecillas moverse.

Y finalmente ocurrió, el minutero se movió y tras el movimiento vino el último timbre, haciendo un estruendoso ruido que fue seguido por el grito de emoción de cientos de adolescentes que acababan de terminar su primer año en high school.

—¡Tengan un buen verano! —Gritó el maestro, observando a todos los estudiantes tomar sus artículos y salir rápidamente del salón.

Mike corrió como si el mismo diablo lo estuviera siguiendo, corrió y corrió hasta aquel la luz del Sol y el confortable aire veraniego golpeaba su pálida piel.

—¡Somos libres! —Dustin llegó gritando, poco después Lucas y Max también llegaron para reunirse con ellos.

—El verano llegó, la escuela terminó, es momento de hacer todo lo que queramos —Comentó Lucas.

—Y estas vacaciones son justo lo que necesito —Max dijo y luego miró a Mike— ¿Cuál es el plan?

—Ir a la tienda de películas donde trabajan Robin y Steve —Habló Dustin.

—Rentar una película cada uno —Dijo Lucas.

—Y verlas todas en el sótano de mi casa hoy —Terminó Mike.

—Entonces andando chicos —Dijo la pelirroja—, el verano se terminará si siguen de pie ahí.

Los 4 adolescentes se apresuraron al subir a sus bicicletas y empezaron a pedalear directo al centro de Hawkins, iban rápido, ya que sabían que el centro se iría llenando conforme las horas pasarán con todo el asunto del verano.

Sin el centro comercial, el centro de Hawkins de nuevo pasó a ser el sitio de junta de los jóvenes del pueblo, las tiendas reabrieron y muchas fueron remodeladas para recibir nuevamente a sus clientes.

Cómo si nada hubiera ocurrido el verano anterior.

En cuanto los chicos llegaron dejaron sus bicicletas en la orilla de la calle y entraron al local, siendo recibidos por Steve, quien al verlos soltó un suspiro.

—¿De nuevo? —Preguntó Steve, alzando una ceja.

—Hola, Steve —Saludo Dustin sonriendo.

Steve puso los ojos en blanco antes de asentir.

—Robin está por allá, tomen sus películas y no hagan un desastre como la última vez —Dijo el mayor.

—No prometemos nada —Dijo Lucas mientras todos iban a la sección en donde Robin estaba acomodando los últimos VHS del carrito.

—Hola, chica maravilla —Dustin saludó al verla— ¿Tienes el pedido?

Preguntó en un tomó altamente sospechoso, haciendo reír a la chica mayor.

—Sí, justo aquí —Robin tomó las 4 películas que había dejado apartadas en el carrito—. Halloween para Max, Pesadilla en la calle Elm para Lucas, Volver al futuro para Mike y Los Goonies para Dustin.

Los mencionados sonrieron y tomaron sus respectivas películas, le agradecieron a Robin para después ir con Steve y registrar la renta de las películas con un muy ligero descuento.

—Si tardan en devolver las películas no duden que iré a sus casas para tomarlas por la fuerza —Steve amenazó.

—Mierda, te tomas demasiado en serio este trabajo —Dustin comentó.

—Pues aprovechen bien este verano, porque seguramente para el próximo año sus padres los harán tener trabajos de verano —Steve dijo viéndolos—. Y cuando eso pase, se convertirán en mí.

—Y esa es la parte aterradora de la amenaza —Dijo Max.

Tras ese intercambio de palabras, los cuatro salieron rápidamente del local de películas para subir a sus bicicletas, empezando a pedalear con rapidez para llegar a la casa Wheeler.

En cuanto entraron a la casa, Mike corrió hacia el teléfono, dejando que sus amigos siguieran su camino al sótano, gritando un saludo a la mamá de Mike, quien saludó a cada adolescente por su nombre.

—Pediré las pizzas —Dijo Mike tomando el teléfono, alcanzando a escuchar gritos y quejas por parte de Max y Dustin.

—Hola, mamá —Mike saludó a su mamá, quien estaba viendo televisión mientras Holly jugaba en el suelo con unos plumones y hojas blancas.

—Mamá, ¿Puedo pedir pizza para mí y los chicos? —Preguntó Mike.

La señora Wheeler levantó su dedo índice para que Mike callará, poco después Las Chicas de Oro fue a un corte comercial.

—Pide 2 Michael. Una más pequeña para Holly y para mí —Dijo la mujer, sonriéndole—, por favor.

—Está bien mamá —Dijo el joven caminando hasta el teléfono que estaba en la pared de la entrada al comedor.

Estando ahí, Mike comenzó a marcar el número. Pidió una pizza grande para él y sus amigos, y otra pizza de tamaño mediano para su madre y hermana menor.

—Estaré en el sótano mamá, avísame cuando las pizzas estén aquí —Dijo Mike corriendo para bajar las escaleras. Al llegar al sótano, se topó con una discusión entre Max y Dustin.

—¡Mike! Dile a Max que hizo trampa y no veremos su tonta película —Dijo Dustin.

—¿Quién fue el primero en bajar al sótano? —Preguntó Mike con cara de fastidio.

—Fui yo —Max dijo.

—Entonces va su película primero —Dijo Mike ante la clara molestia de su amigo—. Son las reglas Dustin.

—Bien —Resignado, Dustin se quejó y se tiró en el gran sofá del sótano.

Los demás también se sentaron una vez que Max puso Halloween en el reproductor, empezando así a ver la película, en un silencio profundo.

Pasaron 26 minutos cuando la interrupción de una voz asustó a todos.

—¡Michael! —Gritó la señora Wheeler desde la planta de arriba— ¡Llegó la pizza!

—Mierda, casi me da un infarto —Dijo Dustin, poniendo una mano sobre su pecho.

—Justo a tiempo —Mike pausó la película para después ponerse de pie.

—No te vayas a tardar —Max advirtió para luego aprovechar la pausa para besar a Lucas.

—Dejen de hacer eso con la persona con relación a distancia presente —Dustin se quejó.

Mike puso los ojos en blanco y subió las escaleras para salir del sótano, viendo a su madre con la caja de pizza en las manos.

—Gracias mamá —Mike dijo, tomando la pizza.

—Sí y...

Antes de que alguno dijera otra cosa, el teléfono de la casa empezó a sonar, la madre de Mike caminó a contestar, mientras que Mike se disponía a bajar de nuevo al sótano.

—¡Hola, Joyce!

Mike se detuvo al oír a su madre. La señora Byers había llamado, hace mucho que nadie de allí los llamaba.

—Me da gusto que estés bien, las cosas aquí siguen igual... Si, el divorcio logró ser la mejor opción.

Mike se acercó un poco de manera discreta para oír mejor la conversación, aunque solo lograba oír a su madre.

—¿En serio? Oh qué bien Joyce, sí... Sí yo me encargo de decirles, gracias por llamar, hasta luego —La mujer rubia sonrió y colgó la llamada.

—¿Qué quería la señora Byers? —Preguntó Mike detrás de su madre, asustándola.

—Michael, ¿Cuántas veces debo decirte que no te pares detrás de mí cuando Joyce llame? —Dijo la mujer con molestia.

—Lo siento mamá —Dijo Mike.

—Pero —Karen sonrió ligeramente—. Joyce habló para dar buenas noticias.

—¿Qué tan buenas?

—Pues como son las vacaciones de verano, Joyce decidió venir a Hawkins por para pasar todas las vacaciones aquí —Karen comentó—. Llegan mañana.

Mike se quedó callado mientras abría la boca, luego de eso la cerró y se fue corriendo al sótano.

—“Gracias mamá” —Karen habló engrosando la voz—. Sí, por nada hijo, que tú y tus amigos disfruten la pizza que pague yo.

La mujer siguió quejándose mientras volvía a la sala.

Mientras tanto, Mike bajó rápidamente y dejo la pizza sobre la mesa.

—¿Por qué tan veloz? —Preguntó Max.

—Buenas noticias, es sobre El y Will —Contestó Mike observando a sus tres amigos, quienes al oír la noticia sonrieron lentamente.

—¿Qué hay con ellos? —Preguntó Lucas.

—No me digas que es lo que estoy pensando —Dustin habló.

—Los Byers vendrán a pasar las vacaciones de verano en Hawkins —Mike dijo sin borrar la sonrisa de sus labios—, llegarán mañana.

Lo demás sonrieron aún más, la idea de volver a ver a sus dos amigos después de todo un año les emocionaba.

—Tenemos que encargarnos de que tengan el mejor verano de sus vidas —Mike finalizó.

Continuará...