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Marloc Bells Vs Lerios

Marloc descarga su espada, pero Lerios detiene el golpe con el brazo esquelético, enseguida le da una patada, alejando la peligrosa espada de si, pero el brazo verde del humano maldecido sujeto una de sus costillas y lo trajo hacia el arma maldita, interponiendo el brazo del cadáver logro atorar la espada, enseguida Marloc es golpeado por el otro brazo, seguido por dos rodillazos, sacándole el aire y consiguiendo doblegarlo, el anormal brazo oprime la pelvis del esqueleto, tanta fue su fuerza que la rompió, Lerios retrocedió.



-¡Me has sorprendido! - se exaltaba ante la emoción el slime protegido por lo que restaba del esqueleto del muerto - ¡Sobreviviste al infierno y ahora actúas como lo que eres un monstruo!



-¡Nunca seré uno de ustedes! ¡Ni tampoco te dejaré usar a tus antojos a Rapan ni a Gilp! - dejaba en claro el hombre.



-Si has cambiado, eso me gusta. No me sentiré mal por quitarte la vida - el monstruo fue detrás de unas telas, solo para salir vistiendo otro esqueleto mucho más grande y temible, contaba con cuatro brazos, los interiores eran más chicos, tenía pequeñas partes protegidas, donde Lerios se exponía originalmente, el cráneo tenía unas fauces temibles, al igual que una cabeza alargada, en sus brazos largos sostenía una lanza con cuchillas en ambos extremos.



-¡¿Minrietta quien eres?! ¡¿Y como te asociaste con esta clase de tipos?! - le pregunto Quiket asustado de lo ocurría.



-Estoy asociada con Sooin - Do y su revuelta para conseguir que las cosas vuelvan a su antigua gloria - le contaba la monstruo quien retiraba a los niños del peligro - mi padre murió por culpa de este nuevo gobierno de este autoproclamado emperador, desde entonces decidí unirme a Sooin - Do pasando sus armas y personal a su territorio.



-Dios mío, en qué te has metido Marloc - murmuró él felino.



Lerios se movía con naturalidad, incluso podía correr como si se tratase de su propio cuerpo, la lanza iba directo por el humano, con la espada desvío el ataque, pero su manejo del cuerpo era fluido, consiguiendo que el otro extremo cortará la mejilla de Marloc, luego fue golpeado con la vara, un tambaleante hombre fue por todo al ver cómo volvía el filo, su desagradable mano fue atravesada por el arma y aún continuaba yendo por su cabeza.



-¡Nadie a sido capaz de sobrevivir a un duelo conmigo en este esqueleto! - le confesaba antes de matarlo - siéntete orgulloso de acabar así.



-¡No! ¡Yo he peleado contra alguien que infunde verdadero temor! - recordaba a Morless y su intenso deseo de sangre - y se que puedo pelear contra ti.



El destrozado brazo sujeto el arma, adoptando la forma de múltiples tentáculos, estos lograron romper el arma a la mitad, siendo usada está última para arrojársela, quitándole uno de sus brazos largos, Marloc aún sujetaba lo que quedaba de la lanza, usándola de la misma forma que lo hizo Morless con él en su encuentro, llegando cara a cara con Lerios, le dio una patada en el cráneo, pero le atrapo su pierna con una de sus brazos cortos, su espada logro encontrar un hueco entre sus huesos, apuñalándolo por el pecho del esqueleto, lo cual hizo jadear al slime quemado.



Haciendo que lo azote contra el suelo un par de veces, al impactar logro ver a los hermanos preocupados por lo que ocurría.



-No puedo detenerme ahora, si inicie este descenso no puedo detenerme ahora - se decía a sí mismo impulsado por la necesidad de proteger a los niños.



Lerios se veía intimidado por como el brazo del humano no parecía tener una forma definida, incluso como parecía expandirse más allá de lo aparentemente posible, pero lo que aún espantaba realmente era como Marloc parecía disfrutar la contienda.



-A cambiado más de lo podría imaginar - arrojó al humano en un intento de mantenerse a salvo de la particular extremidad.



Sin embargo logro sujetarse del piso y proyectarse contra Lerios nuevamente, su espada quebró su cráneo al momento de volver contra su enemigo, exponiendo su suave cabeza negra, antes de poder dar otro golpe atrapó al humano con su único brazo largo y con uno de los cortos portaba la lanza quebrada.



-¡Morirás criatura blasfema! - atacó con el filo al humano maldecido.



Lerios, es una pena como hayas tenido que pasar tu vida - pensaba Minrietta con tristeza - fuiste uno de los consejeros de la familia real, el único que se salvó de la masacre hecha por el golpe de estado del ahora emperador, aún cuando te dieron por muerto en aquella hostil villa, donde Morless te tiro al suelo ardiente, en aquel entonces solías llamarte Soirel y creías poder marcar una diferencia, sabías que ellos te seguirían pensando en que tú tendrías a los legítimos herederos. Pero ellos te subestimaron, tu luchaste dividiéndote tantas veces como fueran necesarias para salir del calor.



El arma rota atraviesa a Marloc sin miramientos, este queda estupefacto, pero lleno de resentimiento sujeta el cuello del esqueleto, no contempló ningún límite, solo deseaba herirlo, aún con su protección el cuello trono, logrando hacer caer el cráneo, una patada hizo sufrir al hombre.



-¿Cómo es posible? - se pregunto incrédulo.



El slime hacia anticipado su acción, esquivando el letal ataque. Gilp intentaba escaparse de los brazos de Minrietta, lucía demasiado preocupado.



-¡Paren! ¡Deténganse de una vez! - les gritaba, pero no hacían caso ninguno de los dos.



Lerios tiraba de la pierna y el brazo derecho de Marloc, este gritaba ante sin aguantar el castigo, la cabeza de Lerios se asomaba por dónde antes estaba el cuello del esqueleto, estaba dispuesto a desmembrar al humano, apenas notó que usaría su brazo izquierdo lo aplastó con su pata y continuo tirando de sus extremidades.



-¡Muere de una vez! - bramaba el slime, desesperado por terminar la batalla.



-¡Levántate Marloc! ¡No puedes permitirte morir al llegar tan lejos! - gritaba Quiket, temiendo ver al humano morir.



-Debo invadirlo, dejarlo sin más protección - su extremidad crecía, escabulléndose entre los huesos, propagándose sin control.



-¡Que demonios! ¡Quítate de encima! - tiro violentamente de su pierna, consiguiendo arrancarla.



Con un alarido Marloc hizo caer la armadura de Lerios, terminando con ambos tirados en el suelo, el humano peliblanco aún sostenía su espada, pero tenía encima unos grandes huesos, por otra parte Lerios seguía intacto, buscando al humano para acabar con él, deslizándose entre los desmoronados logro encontrarlo.



-Lo hiciste bien, no creí que tú te atrevieras a usar tu anormal potencial, me lo hiciste difícil, pero te felicito, llegaste bastante lejos para un humano - le contaba con tranquilidad asumiendo su victoria.



El slime negro se metió por la boca del desprevenido hombre, yendo a sus pulmones para darle un fin antes de poder hacerle frente, Marloc manoteaba intentando respirar, pero era inútil, a sus pulmones no podía llegar el tan necesario aire, sin embargo su instinto de auto preservación reaccionó, los órganos fueron cambiando gracias a los cientos de pequeñas hebras que conformaban parte del cuerpo de Marloc, consiguiendo que el cuerpo dañara al agente invasor por cuenta propia, Lerios se vio obligado a salir para sobrevivir, el hombre lo expulsó vomitando, pero ahora solo era la mitad de grande que antes.



-¡¿Cómo pudiste lograrlo?! ¡Tu eres un humano! - vociferaba mientras se alejaba la masa tambaleante.



-¡No te permitiré usar a esos niños para tus egoístas deseos! ¡Están metiéndolos en asuntos tan grandes que únicamente serán marionetas! - Marloc seguía al slime arrastrándose por el piso, dejando un rastro de su sangre.



-Estúpido, es que no notas que ellos no fueron a ti, ellos quieren esto y ni mi muerte los hará volver a ti - le explicó Lerios al detenerse, el humano llegó hasta él y levantó la espada.



-¡Basta! - le detuvieron sus brazos Rapan y Gilp, quienes lloraban ante el conflicto.



-¿Niños? - el hombre no podía creerlo, mucho menos podía entenderlo - ¿Qué hacen?



-Solo para - le pidió Rapan ya hablando correctamente.



-¿Ustedes desean esto? ¿Quieren gobernar? - les pregunto esperando su respuesta.



-¡Quiero lo que tú has dicho y Lerios puede hacerlo posible! - respondió Gilp.



-No, no. Esto es mi culpa. Yo hice que esto ocurriera - se percató Marloc al comprender sus palabras.



-Existe más que solo la venganza, ustedes no pueden vivir bajo está sombra. ¡Si siguen terminarán volviéndose en lo mismo que les arrebato todo! - les explicaba desesperado, intentando llegar a ellos.



-¿Cómo tú? - escucho la voz de Rapan, el hombre se vio, notando que el ya era otro.




En la superficie alguien entro en la tienda, el monstruo de los innumerables ojos reaccionó ante el visitante, extendiendo su ser con sus múltiples extremidades, pero un disparo fue suficiente para acabar con el monstruo, su cuerpo se desplomó hacia atrás y Nadira avanzó junto con Morless, quien la había alcanzado gracias al río de lava y mantenía la mayor parte de su cuerpo escondido detrás de una capucha.



-Te dije que nos guiaría hasta tu objetivo - hablaba Morless, quien trajo consigo un grupo de diez guardias plateados.



-Aquí está el pasaje secreto, por allí debe estar ese humano y los traidores - exclamó Nadira al acercarse al cadáver.



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