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Capítulo 26 Maratón 1 / 5

Cuando comenzó el cuarto grado en Beauxbatons todo le parecía tan aburrido e insulso, pasaba sus materias sin esfuerzo, casi no reía y lo peor de todo, al parecer tenía un admirador, el chico al que medio año atrás casi le rompiera la espinilla.

Su tutor apenas le escribía, ella apenas y también le escribía, la avalancha de pergaminos enviado y recibidos recién ingresada a la academia era solo un recuerdo, las respuestas casi monosílabas que le escribía eran todo su consuelo.

¿Qué le pasaba? Snape nunca le había dado señales de nada, ni siquiera de haber deseado ser su tutor ¿Por qué demonios pensaba en que podría sentir algo por ella? Y pasaba las noches tratando de encontrar esa respuesta, la sorprendía el amanecer sin haber resuelto sus dudas.

Comenzó quinto grado con una excelente e irónica notica, el joven que vivió, el enano que sobreviviera al ataque de su padre había recibido su carta de Hogwarts, era un secreto a voces que se regaba como pólvora por todo el mundo mágico, pólvora que algunos quisieron encender.

Djan, el antiguo pretendiente de Mina finalmente se había matriculado en Drumstrang, le escribía relativamente poco pero mantenía firme su intención de conquistarla, ella sin embargo se conservaba imperturbable, si no era su tutor no habría nadie más.

—¿Dónde pasaras tus vacaciones?— Fleur terminaba de empacar, con graciosos movimientos de su varita la ropa se doblaba perfectamente acomodándose en el baúl.

—Aquí supongo— respondió Mina revisando sus libros de ese nivel, quinto había sido provechoso, aprendió mucho sobre ella, sobre la historia y su padre... al que ya no veía tan malo como muchos buscaban mostrárselo.

—Podrías ir conmigo— intervino Anushka –a papá le intriga mucho conocerte—

—lo siento Nu pero no quiero salir— perezosa se estiro en su cama –además tengo planes—

—¡Mina carta de tu tutor!— entró a la habitación una chiquilla enarbolando un pergamino, la pelirroja se lanzó de inmediato para leerlo.

"Ha vuelto"

¿Era todo? ¿Mas de dos años de estúpidos si y no, tal vez y no creo para que ahora le escriba un "ha vuelto"?

—¿Qué más dice?— curiosa Anushka se plantó a su lado, revisaron el pergamino... nada.

—creí que no le gustaban las bromas— Fleur se encogió de hombros, en ese momento aparecieron dos elfos –llévenlo al carruaje de mi padre— ordenó petulante y los sirvientes desaparecieron con el baúl.

—pensaba lo mismo— susurró Mina, algo no le gustaba, la letra siempre perfecta de su tutor estaba ahí, plasmada en negra tinta...sin embargo...

—¡pues en vista de que no hay nada interesante, las dejo chicas!— alegre y escandalosa como siempre la chica Lammar se despidió dándoles fuertes y sonoros besos en las mejillas –tendré que pasar tiempo de calidad con mis padres—

—¡suerte!— sonriendo la despidieron.

—Tengo que irme amiga, pero cualquier cosa me envías una lechuza urgente— recomendó un tanto aprehensiva Fleur.

—¡claro, disfruta tus vacaciones!— la despidió Mina con un fuerte abrazo.

Dejó el pergamino a un lado; "ha vuelto" ¿acaso su padre había vuelto? Era el único al que esperaban pensó sonriendo para sus adentros, tal vez papá la buscaría y le diría que todo eso de la guerra y sus asesinatos eran solo exageraciones, que no era ese monstruo que le habían contado.

Por ahora le preocupaba la reacción de su corazón en cuanto escucho el grito de "carta de tu tutor", ¿Por qué había saltado? ¿Qué esperaba? Una tórrida declaración de amor por supuesto que no. No entendía por que había idealizado tanto a ese hombre.

Era desagradable con ella, apenas y lo veía y cuando lo veía se gruñían mutuamente, él no la soportaba y ella no soportaba su actitud distante y grosera; había preferido dejar de verlo, pero su cerebro no había obedecido la orden y día a día lo pensaba, lo soñaba y algo en su interior le decía que quería algo más de él.

Tomó de nuevo el pergamino entre sus manos, lo acaricio con ternura, olfateo la superficie y si, encontró el suave aroma a hierbas frescas y madera, delineo cuidadosamente cada letra, cada trazo de tinta.

Llenó sus pulmones con el aroma conocido que le provocaba escalofríos, una extraña pero a la vez agradable sensación que nacía en su columna, en toda su piel; primero puso el pergamino en su pecho apretándolo como si quisiera absorberlo, sentir el breve momento en que el papel estuvo en las manos de su tutor, el suave toque de los delgados dedos mientras escribía esas dos escuetas palabras, lo imagino a su lado, ya no era el pergamino ni su propio calor, era la mano de Snape sobre su piel, quemándola lentamente.

—idiota— susurró respirando con fuerza, inhalando el cada vez menos imperceptible aroma de la carta, con su otra mano comenzó a acariciar su vientre, bajando lentamente e imaginando que era su tutor quien la acariciaba.

—¿Por qué siento esto?— susurró casi sin aliento cuando su mano llegó a su entrepierna descubriéndose totalmente empapada, temblorosa y asustada quitó la mano, no era la primera vez que sentía eso, un par de noches atrás había soñado con él y despertó agitada, con el corazón a punto de explotarle y una cálida sensación naciendo de su centro que pulsaba deliciosamente.

Suspiró con fuerza sentándose, no se permitía esos pequeños placeres pues temía desencadenar algo más, se tenía miedo a ella misma, no conocía su organismo, no sabía que podía pasar si se dejaba llevar por lo que sentía.

De nuevo miró el pergamino, estaba arrugado y algo llamó su atención, unos trazos comenzaban a delinearse conforme se calentaba el papel en su mano, lo extendió para leerlo.

"Ten cuidado, tu padre ha vuelto, esta noche voy por ti, no le digas a nadie solo la directora sabe que regresas a Hogwarts para vacaciones"

Lo escrito la sobresaltó tanto que la hizo olvidar el escaso minuto de excitación que tuvo por recordar a su tutor, ahora temblaba de miedo... su padre vivía.

Revolvió entre sus cosas y guardó lo básico en su baúl, un par de libros de artes oscuras que tenía como entretenimiento y sus apuntes escolares, aunque tuviera que ocultarse de su padre no podía bajar sus notas, el estudio y los conocimientos representaban experiencia para sobrevivir.

Rayaba la media noche cuando la mandó llamar la directora, salió sin hacer ruido, oculta entre las sombras cubriéndose con la capucha; cuando entró a la oficina de Maxime estaba temblando de miedo... ¿Qué pasaría ahora?

—Vas a Hogwarts en vacaciones mi niña— con voz grave la giganta procuró darle confianza –al parecer tu padre ha vuelto— puso su enorme mano en el delgado hombro –tu tutor me ha dicho que pueden protegerte con Albus, por lo menos mientras averiguan más—

—Madame no quiero dejar Beauxbatons— susurró la chica, no veía a su tutor por ningún lado, tal vez podría convencer a su profesora de que la resguardaran.

—Lo se mon petit pero es necesario— la giganta intentó sonreír – hay mucho en juego, Albus ignora si tu padre sabe de ti, no podemos deducir que puede hacer—

—Solo obedece— gruñó Snape, no lo había visto sentado en un rincón oscuro de la oficina –Profesora, en cuanto sepamos algo le notificaremos— hizo una caravana discreta a la directora y tomó del brazo a la chica con cierta violencia –vámonos—

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