Capítulo 15
Aquí se ve un poco más del pasado de Severus
Recuerdo 1—
El lugar era un bosque al atardecer, recientemente había llovido y una neblina flotaba en el lugar, no era el de Hogwarts, el pasto era verde y fresco, los árboles rebosaban de follaje verde... a lo lejos podía distinguirse una pequeña aldea de casas de madera, Mina intento caminar hacia las casas pero Severus le detuvo, en ese instante una serie de remolinos de vapor negro comenzaron a acumularse a su alrededor, y un hombre muy atractivo descendió de entre las nubes con la capa ondeando, no requería de escoba para volar.
—¿ese es?— pregunto la niña pero ya sabia la respuesta.
—si— contesto Severus mientras le indicaba que viera la escena que transcurría como en cámara lenta.
Los remolinos de vapor negro comenzaron a tomar forma, se trataban de magos cubiertos por una negra túnica y una mascara horrible que les resguardaba el rostro, casi todos eran jóvenes y ágiles, comenzaron a caminar en ofensiva hacia la aldea encabezados por su padre; la aldea no esperaba ese ataque, en ella solo algunos hombres jóvenes se encontraban reparando las casitas ayudados por ancianos, hermosas mujeres y muchos niños, con el cabello rojo fuego como el de ella y sus orejas puntiagudas, la mujeres colgaban en sus orejas infinidad de pendientes, al ver al grupo de encapuchados comenzaron a ocultarse en sus pequeñas casas, y en ese momento uno de los soldados de su padre dio un grito, la orden de ataque provenía de una mujer.
Severus le destaco a un joven delgado y enmascarado que no disparaba a mujeres y niños, solo a los pocos varones con que se topaba, en su ataque puso sus ojos en una hermosa elfa que llegaba con una cesta con ropa del río cercano, la elfa arrojo su carga y emprendió la huida en dirección al mago Tenebroso al que no había visto, pero con un movimiento de varita el joven susurro –Carpe retractum— atándola con cuerdas invisibles y la elfa cayo estrepitosamente, el joven mago la atrajo hacia él y se arrodillo a su lado tratando de hacerla callar pero la mujer comenzó a dar gritos de terror llamando la atención de Voldemort que en un segundo estuvo al lado del mago
—¡que hermosa pieza de caza!— exclamo relamiéndose los labios –supongo que es un obsequio a tu señor— lo miro duramente y el joven solo asintió levemente –me agrada tu regalo— sonrió ampliamente ¡hey todos ustedes!— Grito llamando la atención de sus seguidores – es hora de divertirnos y cosechar tan sutiles delicias de la tierra – muchos encapuchados se unieron a las carcajadas de Voldemort, tomaron a varias mujeres y las llevaban a las casitas o comenzaban a rasgar sus ropas en medio de la aldea, algunos tomaban niños y niñas haciendo lo mismo con ellos, la bruja encapuchada que había dado la orden de ataque tomo del brazo al joven que entrego a Voldemort la aterrorizada elfa y un tercero, un mago obeso y pequeño se unió a ellos, mientras los varones hacían levitar a los infortunados que se atravesaban en su camino ella se distraía feliz lanzando hechizos haciendo explotar los cuerpos en el aire mientras entonaba una canción inventada por ella con tono infantil, se divertía destazando bebes, ancianos...los cuerpos reventaban en el aire, sus miembros ensangrentados caían a diestra y siniestra en una tétrica lluvia con el eco de los hechizos resonando ; el joven delgado demostró una gran habilidad mágica al encantar un árbol seco haciéndolo salir y avanzar usando las torcidas raíces a manera de pies, la bruja comenzó a dar saltitos de alegría como niña jugando, los elfos corrían aterrados y el tronco muerto usando las ramas a manera de lanzas atravesaban los cuerpos, ni siquiera los animales de granja se salvaron y en pocos minutos todas las ramas lucían un lúgubre fruto, elfos de todos los sexos y edades, ovejas, gansos, ponis de trabajo gemían en su agonía, entonces la bruja en éxtasis homicida lanzo una maldición hacia los cuerpos que como los infortunados que les precedieron, estallaron de golpe, dejando el árbol decorado con entrañas, sangre goteando por todos lados y la bruja cantando una ronda infantil mientras giraba como una niña bajo las ramas sangrantes recibiendo la lluvia como si de agua fresca se tratara
Los gritos de los agonizantes, los gemidos y gruñidos de los pervertidos, los chillidos de quienes eran sodomizados hicieron que Mina se revolviera nerviosa, su cabeza comenzó a palpitar, todo giraba como en la peor de las pesadillas; entonces se fijó en los ojos del Lord Oscuro, efectivamente los ojos de una serpiente que disfrutaba el espectáculo sangriento que logro orquestar... Severus estaba lívido y temblaba ligeramente, mas la niña no entendía el por que... en ese momento su padre con una señal de sus manos levanto el cuerpo de la bella elfa, el joven encapuchado se alejo de sus compinches criminales y abrió la puerta de la casucha, dando continuidad al hechizo levitatorio de su amo, entro a la misma con la prisionera atándola de tal forma que su hermoso y delicado cuerpo quedaba expuesto mientras Mina observaba todo desde la puerta , y en ese momento entro el Lord que con dos movimientos de varita la desnudo, Severus jaló a la niña del brazo sacándola del lugar mientras escuchaba los gritos de la hermosa elfa, de la mujer de cabellos de fuego siendo torturada, de su madre siendo violada por su padre.
Intentaba no temblar, no sentir miedo o furia, pero era muy difícil, deseaba entrar a la cabaña, tirar de los cabellos a su padre, sacarle los ojos, matar al joven que entrego a su madre en tributo... fue cuando se fije en él, estaba de pie, frente a la cabaña, sus nudillos blancos por apretar tan fuerte su varita... esa varita... la miro sorprendida y luego miro a su tutor...¿era la misma varita?, sin hacer la pregunta, el asintió.
.te dije que te contaría mi historia — agacho la mirada – no te dije que era un cuento color de rosa— con un gesto de su mano el tiempo comenzó a ir mas rápido y de repente ya parecía mas de media noche, entonces un extraño silencio los envolvió mientras Voldemort salio de la casucha componiéndose la ropa y los ahogados sollozos de su madre se escuchaban dentro, uniéndose a los gemidos de dolor del resto de la aldea.
—mi pequeño mortífago— satisfecho Voldemort apoyo su mano en el hombro del mago –tu primer obsequio ha sido una delicia, nuevamente has probado tu fidelidad hacia mi— sonreía cual ebrio mientras el joven Snape temblaba un poco – ¡pero vamos! Ve y sírvete— le invito a entrar a la cabaña donde gemía de dolor la elfa... Snape entro y la niña quedó helada, Severus le indico que entraran pero se resistió, hasta que el profesor la tomo de la mano y de un jalón la hizo entrar; después de la brutal violación que sufrió la elfa, lo primero que vio fueron las mordidas y arañazos que recibió de Voldemort, la nariz rota y sus labios sangraban, una cortada muy fea aparecía en su hermoso rostro, señales de latigazos, de quemaduras y su cuerpo reposaba sobre un charco de sangre que nacía en su entrepierna, fue cuando Mina se percató que el joven mortífago la curaba, la aseaba y le daba un par de prendas mientras que con magia la desataba con una desesperada velocidad.
—huye— susurró ante la atónita y dolorosa mirada de la elfa y Wilhemina misma.
—¿por que?— susurro ella.
—porque va a matarte después de que yo salga— contesto en voz baja y exasperada el mago –por ahora, mientras te vistes grita, insúltame— la elfa comenzó a dar gritos de terror y se vestía apresuradamente –sal por ese rincón— Severus mortífago había abierto un pequeño agujero en la pared de paja –corre y no veas hacia atrás— le ordeno, ella le obedeció y tras medio minuto Snape destrozo con magia la pared de la cabaña, maldiciendo y gritando cosas que le eran ininteligibles a la niña.
—¿que sucede?— Voldemort llego al momento en que su vasallo soltaba hechizos explosivos en dirección de la elfa que desapareció tras el polvo de la ultima maldición lanzada por Snape, con gesto contrariado y quitándose la mascara, lo miro furioso.
—la maldita perra... ¡me mordió!— gruño cubriendo el área de sus genitales con un gesto de dolor, haciendo que el Lord soltara una carcajada burlona.
—creo que aun te falta mucho por aprender— no paraba de burlarse –por ahora vuelve al cuartel y cura tus... heridas— soltó una nueva carcajada... el recuerdo se desvaneció y la pareja volvió a la elegante habitación.
Volvieron a la realidad en silencio, Mina ya no lloraba, ni siquiera gimoteaba, soltó la mano de su tutor y se sentó en el sofá con las piernas arriba hecha un ovillo como animalito asustado, no le quitaba la vista de encima.
Snape tomó con mucha calma la reacción de Wilhemina, finalmente y tras semanas de pensarlo, acertó en sus conclusiones, la niña se alejaría de él al momento de saber que fue quien entrego a su madre, que ella se replegaría al enterarse que de no haber intervenido su tutor, su madre se habría salvado.
—entonces... ¿tu entregaste a mamá?— lo miraba con asco.
—en realidad— susurro mientras se sentaba frente a la niña en una silla –yo intentaba que tu padre no la viera –parpadeo como si buscara las palabras apropiadas –sin embargo tu madre comenzó a gritar y llamo su atención como pudiste ver— suspiro –lo mas que pude hacer fue ayudarla a escapar— concluyo mirándola fijamente
—pero... ¿por que lo hicieron?— ese inocente porque era mas que una simple pregunta, no entendía el motivo o el móvil por el cual Voldemort había hecho esa salvajada – ¿era común en mi padre?— Severus confirmó – ¿mato a todas las mujeres de las que abusaba?— nuevamente asintió.
—no podía arriesgarse a tener un bastardo— dijo Severus sin pensar, al se dio cuenta de su error de sutileza – ¡lo siento! No quise decir eso— el ver su pasado había hecho que su caparazón se moviera un poco, dejándolo descubierto por un segundo.
—soy una bastarda— sonrío triste la niña— esa es la palabra, no fui reconocida por mi padre, fui producto de una violación – intento sonreír aunque sus ojos filtraban lagrimas de tristeza –creo que debo agradecerte por salvar a mi mamá— se le ahogo la voz.
—No salve a tu madre— contestó Snape lo más fríamente que pudo, no era la primera vez que encaraba a una victima de su pasado, años atrás había encontrado a un pequeño de apenas un año de edad llorando aterrado mientras su madre yacía en el piso, muerta; sin embargo esta niña estaba conciente de lo que había sucedido, la chiquilla había sido victima no solo de una agresión que la dejó sin memoria en el bosque sino también de parte de sus compañeros, al menos los últimos meses de esa niña habían sido terribles y sin embargo... le agradecía el haber salvado la vida de su madre —¿no entiendes que la condené y a ti con ella?—
—Nos salvaste a ambas, a ella y... a su bastardo— murmuró inconsolable la niña, Severus no atinaba que hacer, verla ahí en el sofá, llorando amargamente, sola... completamente sola. ¿Cuántos años lloraría él de pequeño? ¿Cuánto tiempo lloró la muerte de su madre solo?
—Wilhemina...— no supo nada más que decir, se acercó a la niña y sentándose a su lado comenzó a acariciarle la roja y rizada cabellera, a cada caricia parecía incrementarse el llanto de la niña –esos son solo recuerdos— ¡demonios que mas decir!— todo eso ya ha pasado y era importante que lo supieras— poco a poco la niña comenzó a controlarse –necesitas saber todo—
—¿todavía hay mas?— preguntó apenas levantando la carita que cubría con las manos, los ojos enrojecidos y las mejillas encendidas cubiertas por regueros de lagrimas.
—si no quieres verlo aún, puedo comprenderlo— reconoció Snape tranquilamente, esa frialdad que regularmente lo envolvía había desaparecido.
—¡mi mami era hermosa!— gimió la niña, asustada y su tutor atinó a tomarla entre sus brazos, provocándole de nuevo el llanto desesperado.
—muy hermosa, tan hermosa como tu— susurro intentando calmarla pero solo lograba ponerla aun mas sensible.
—no... ¡ella realmente era bella!—por un momento paso por su memoria la imagen de su padre, un mago guapo pero podrido por dentro – ¿por que lo hizo?— susurro – ¿por que papá daño a tanta gente?—
—su fin era apoderarse del mundo mágico y del mundo muggle, y como te dije hace unas semanas, el conseguir vencer a la muerte; la aldea de tu madre fue la primera en ser atacada, yo no tenia mas que quince años, estaba amargado por todo lo vivido en mi infancia, odiaba a todo y a todos... pero cuando vi los ojos de tu madre, su dolor, su corazón roto... me di cuenta de el error que estaba cometiendo— susurro –un error que mas tarde me rompió también el alma— trago saliva con dificultad.
—¿la mujer y el niño?— susurro Mina con temor de un rechazo, pero al contrario, su abrazo se volvió mas fuerte.
—si... cinco años mas tarde tu padre mato a esa mujer, que había sido bálsamo para mi dolor desde la infancia, el único ser humano que comprendía quien era yo, que era yo...— temblaba al confiarle su secreto –ella prefirió hacer su vida con otro, sin embargo yo seguí amándola... sigo amándola— Severus gimió un poco tratando de aguantar –el recuerdo en el que me sorprendiste, fue la noche en que tu padre mato a esa mujer, la arranco totalmente de mi lado— se alejo un poco y la miro fijamente –por ella, por tu madre y por los cientos o miles de inocentes que cayeron por mi varita, por la varita y el deseo de poder de tu padre lo traicione –trago nuevamente saliva y se retiro un poco –¿ahora entiendes?— Snape tragó saliva, los ojos negros y brillantes hablaban por si mismos, las lagrimas aún luchaban por salir, su alma aun no estaba muerta.
—entiendo...algo— susurro Mina tallando sus ojos –ella... a la que mato mi padre... la amabas – suspiro –pero el niño...¿no es tu hijo?— lo miro por un segundo quebrarse ante el viejo odio pero de inmediato se recupero colocándose esa fría mascara de indiferencia con la que lo había conocido.
—como te dije ... Lily... ella decidió hacer su vida con otro, se casaron al graduarnos del colegio, yo... vagabundee un poco, seguí con las actividades mortífagas... hasta que por una casualidad me entere de la predicción que involucraba a mi vieja amiga— carraspeo pero no dejo de mirarla –la profecía hablaba de que el hijo de magos que habían luchado dos veces contra tu padre, lo vencería definitivamente –parpadeo ordenando sus recuerdos –ella y su esposo habían combatido a tu padre en dos ocasiones y su hijo nacería en julio como también decía la profecía, tu padre a pesar de mis ruegos...decidió matarla, pero al tratar matar al niño algo pasó, algo que aun no entendemos...—
—Y dime, ¿Por qué atacaron a los elfos? Según lo que vi en el ministerio, no conocen sus poderes mágicos— Preguntó Mina, por un segundo dejó ver ya no a la niña que era todavía, era un alma vieja, algo en ella comenzaba a moverse tal vez a renacer.
—Hay un hechizo que hacen para tener vidas largas y productivas— respondió Snape ya recompuesto tras su confesión sentimental sobre Evans – Tu padre conocía un método para evitar a la muerte, necesitaba la magia de tu familia para complementarlo pues lo que tenía no le garantizaba una eternidad de juventud y fuerza—
—pero había abuelitos en la aldea— razonó la niña –aunque todos son bonitos y hermosos, no vi a nadie enfermo o feo – limpio una lagrima rezagada que rodó por su mejilla — ¿papá buscaba entonces ser joven y guapo por siempre?—
—si— respondió Severus con un dejo despectivo –podría decirse—
—me hubiera gustado heredar su cabello— confesó la niña en tono que intentaba ser alegre.
—¿su cabello?— Snape no entendía, minutos atrás Mina había descubierto parte de su pasado, conoció a su madre y fue testigo del dolor que vivió su tribu materna, lloró amargamente y hasta posiblemente lo odio por un momento cuando supo que él la había entregado... ¿ahora se quejaba del cabello?
—Profesor, gracias por enseñarme tus recuerdos— agradeció la niña aprovechando la confusión que había causado en su tutor, lo miraba calidamente y una sonrisa brillaba en sus labios –ahora se quienes son mis padres, al menos de vista—
—Todavía hay muchos recuerdos pendientes Mina— advirtió sirviéndose vino –muchos son tan dolorosos como este— bebió de golpe su copa, la niña se acercó a él y se acurrucó sentándose a su lado.
—Lo se, pero éste recuerdo es especial, déjame entender si es que puedo— suspiro la chiquilla tratando de no volver a llorar –solo prométeme que vas a estar a mi lado—
—siempre— susurró Snape reprimiendo el impulso de besar la rojiza melena que estaba apretujada a su torso, le dio un suave abrazo.
—¿puedo preguntarte algo profesor?— tras unos minutos en silencio Mina levantó la mirada para encontrarse con los ojos negros de su tutor.
—Dime— cien mil preguntas y cien mil temores se dispararon en la mente de Snape.
—¿Luego me explicas eso de Samhain? Creí que era Halloween— la vocecita aniñada le devolvió la calma.
—Eso pregúntaselo a Binns— susurró Severus dando otro trago a su copa –es hora de volver al colegio— se levantó dejando a la chiquitina en el sofá, mirándolo atenta y un escalofrío lo recorrió al apartarse del calido cuerpecito.
—Profe— murmuro la niña que se levantaba ágil, no dio tiempo a Severus y se lanzó a darle un abrazo —¡te quiero mucho! Yo no te voy a dejar solo nunca— susurró apretándolo con la fuerza que le daban sus delgados bracitos.
Severus no supo que contestar, no cerró el abrazo, ni se atrevió siquiera a abrir los ojos, el calor de la niña lo envolvía, era una sensación que ya había vivido una vez, años atrás cuando una sangre sucia le daba un abrazo consolador tras una riña con su padre; pero este calor era también distinto, lo sintió once años atrás, cuando una hermosa pelirroja del bosque confío en sus brazos a una recién nacida, debía protegerla, cuidarla y ... un juramento que de cumplirlo, salvaría su alma bañada en sangre inocente.
¿ Qué os parecío el recuerdo que le mostró Severus a Mina ? Ahora se sabe más de como fue concebida la pequeña
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