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03

Phoenix

—¿En esta casa no hay nada para comer? —Es lo primero que pregunto cuando abro los ojos y siento mi estómago rugir en el pequeño apartamento donde vive Bucky.

Decidí venir con el mientras ideamos como comenzar la búsqueda de Wanda debido a que en casa del Hechicero se quedarán Scott y Charles y aunque no son mi Scott y Charles no puedo dejar de pensar en el momento en que sus ojos perdieron la vida bajo mis manos.

Una canción demasiado antigua como para reconocerla suena desde algún punto del diminuto departamento y bajo las piernas del sofá al sentir un agradable olor a desayuno.

Vestida con apenas una camisa que me dejó el dueño del lugar mientras si compañero me consigue ropa camino descalza hasta la cocina atraída por el olor.

No tengo tiempo para arreglar el desastre que es mi cabello y la verdad es que me importa poco, somos adultos después de todos y no estamos aquí para nada romántico.

Recuesto mi hombro en el marco de la puerta que da a la cocina admirando la vista de un hombre extremadamente atractivo cocinando vestido simplemente con unos pantalones de pijama, regalándome una impresionante vista de su espalda.

De sus perfectamente trabajados músculos que se movían mientras con su brazo metálico cortaba unos  unos trozos de frutas. Simplemente no podía apartar la mirada de su perfecta espalda incluso bajé mi vista codiciosa hacia un buen formado trasero cuando de repente se dio vuelta.

Su rostro pasó de la sorpresa ha la confusión en menos de nada pero luego su vista bajó, quiero creer que involuntariamente mientras que esos hermosos ojos grises me evaluaban deteniéndose en el lugar donde su camisa terminaba y la piel de mis muslos comenzaba.

Soy alguien bastante alta, y estoy orgullosa de mi 1.75 por lo que es muy difícil que una camisa de hombre musculoso cubra más que eso.

No hay que se telepata para saber que Bucky me encuentra bastante atractiva, solo con ver las miradas que trata de no darme peri aún así me da , y no voy a mentir no me molestan pata nada.

Decido meterme en su cabeza y sonrío cuando le susurro sin mover los labios.

Mis ojos están arriba soldado.

Automáticamente levanta la mirada sonriente consiente de que lo he pillado pero luego vuelve a bajarla descaradamente.

—Ya, pero yo no quiero ver tus ojos.—Río ante y me sorprendo de lo bien y cómoda que me estoy sintiendo. —Tengo miedo de pesar—Dice cuando levanta la mirada —Sobre todo cuando andas vestida así.

—¿Porqué?—Camino hasta su lado para tomar un poco de fruta.

—Porque no quiero que te escandalices con mis pensamientos.

Lo miro sin creerme el descaro con que sonríe para luego sentir mis mejillas calentarse tanto que me veo tentada a echar agua fría en mi rostro.

—Hoy luces mejor —Me acerca un plato con fruta picada y unos trozos de beacon.

—¿Ah sí?—Tomándome un enorme atrevimiento me siento sobre la encimera.—Mi herida aún no termina de sanar. No entiendo porque normalmente sana mucho más rápido.

—No me refiero a tu herida —Comienza a comer de su plato sin apartarse de mi lado.—Tu mirada es algo diferente...

—Hoy no siento el mundo gris —Me enojo de hombros —No entiendo el porqué.

—Espero que poco a poco encuentres los colores.

—Los colores para mi no existen.—Mi mente se hunde en mis recuerdos y el dolor vuelve a consumir cada parte de mi.—Yo los destruí.

La mano de Bucky cae sobre mi y mis ojos se encuentran con los suyos, desde que llegué aquí y vi su mente supe que ambos estábamos igual de rotos, de maneras distintas pasamos por cosas horribles y por esa razón es la persona en quien más confío en este universo porque aunque to jamás vuelva a ver colores en mi, él está volviendo a encontrar los suyos poco a poco.

—Awww son tan tiernos.—Escucho la voz de su compañero Sam y al instante aparto la mirada.—Parecen una pareja normal en la mañana, deberían adoptarme.

Camina hasta el soldado del Invierno quitando su plato de desayuno y deja una bolsa de lo que supongo es ropa a mi lado.

—Espero que sea tu talla, bruja.

—Mutante más bien.—Me bajo de la encimera tomando la bolsa.—Muchas gracias.

—Todo lo que necesites para que no te metas en mi cabeza.

—Muy tarde —Río entrando al baño mientras lo escucho maldecir.

...

La ropa es justo lo que necesitaba , simple, sin llamar demasiado la atención justo lo que siempre suelo usar, una sudadera color crema, unos pantalones y un par de tenis. Me coloco frente al pequeño espejo inclinandome lo suficiente como para ver mi reflejo y poder arreglar mi cabello que está hecho un desastre.

El baño huele bastante agradable no hay dudas que el hombre de los ojos grises pasó por aquí pues su loción está impregnada por todo el lugar.

Me veo tentada a oler una de sus camisas que se encuentra junto al lavamanos pero un movimiento en el espejo me distrae. Levanto mi cabeza y me encuentro con unos ojos negros observándome.

Trato de darme vuelta pero unas manos sujetan mi boca con una fuerza descomunal, una extraña sonrisa aparece en los labios pálidos de la chica tras de mi. Su cabello corto púrpura es casi del mismo color que la energía que destila.

La sorpresa pasa y cierro mis ojos concentrándome para entrar en su mente. Siento que puedo volver a moverme cuando los abro, estoy frente a una pared de cristal gigante y mis labios de curvan en una sonrisa al ver el ridículo escudo mental con el que pretende evitarme.

La veo del otro lado del escudo, envuelta en esa extraña energía oscura, sus ojos negros me observan con diversión y su cabellera se mueve con su poder, es oscuridad, un fuego oscuro.

Pues yo seré luz.

Comienzo a desprender mi poder y una llama dorada me recorre desde mis manos hasta mis pies elevándose en el aire haciéndome brillar como el ave de fuego que me representa.

Ella también se eleva y sé que me está retando sintiéndose segura tras su pequeño muro.

Coloco una mano sobre la pared de cristal volviéndola añicos y la oscuridad se desplega instantáneamente a mi alredor compitiendo con mi luz.

—¿Quién eres?—Pregunto.

—Jean —Todo mi cuerpo se tensa con el tono empleado.—Oh Jean ¿Me extrañaste?

A la chica en mi vida la he visto y su voz no me suena pata nada, pero el tono... todo mi cuerpo gruta que sé quien es , que sé quien está dentro de ella y comienzo a sentir temor cuando caigo en la realidad.

— El Fénix Oscuro —Susurro.—Pensé que habías dejado atrás tu pequeña obsesión conmigo cuando te demostré mi poder, cuando te saqué de mi .

—Oh Jean... no te mientas una parte de mi siempre vivirá dentro de ti.—Trata de acercarse pero lo alejo. — O no lo sientes, el Poder, el Susurro cada noche, deberías dejarme entrar nuevamente.

—Sobre mi cadáver.

—Querida; cada Jean Grey nació para caer ante mí.

—Cada regla tiene su excepción —Deja esa pobre chica y lárgate.

—Para mi sorpresa ella es quien me retiene.—Me tenso.—Oh Jean he evolucionado

—Ahora eres más hablador
Tendré que callarte de una vez por todas.

—Oh pequeño Fénix, ave que renace de sus cenizas...tan inferior

—Repitetelo tal vez te lo creas.

Una risa abandonó los labios de la chica y la oscuridad comenzó a iluminarse a nuestro alrededor con las escenas de la muerte de mi familia a mis manos.

—Esto lo veo cada noche.—Sigo sin mostrar debilidad ignorando los gritos de dolor a mi alrededor. —No voy a morir por verlo.

—Eso lo hizo el Fénix Oscuro —Las imágenes cambian —Esto lo hará el Henu

El aire escapa de mis pulmones cuando veo ante mi a las personas que recién conozco muertas, despedazadas. El Doctor Strange es el primero que identifico con la cabeza desprendida de su cuerpo, luego veo nuevamente a Scott y al profesor X atravesados por alguna especie de metal. Magneto es quien tiene los ojos negros co trocado por el Henu trata de atacar a mi versión de la visión pero soy más rápida y exploto su cabeza con mi mente. Lágrimas corren por mi rostro y mi poder mantiene mi piel y ojos brillantes pero se extingue en el momento en que me doy la vuelta y un grito sordo abandona mis labios.

El brazo metálico de Bucky está clavado en su pecho y sangre sale de sus labios y nariz mientras me mira. Corro hasta el pero es muy tarde muere en mis manos.

Una lágrima cae por mis mejillas mientras me veo en la visión sola en medio del fuego. Sola otra vez, sola para siempre y simplemente dejo de luchar .

La oscuridad lo consume todo mientras las personas gritan.

O soy yo quien grita, no lo sé, solo sé que cierro mis ojos y llevo mis manos a la cabeza para borrar las imágenes para borrar las muertes, los ojos de Bucky sin vida entre mis brazos me persiguen como cada fantasma de mi pasado y yo solo grito y grito.

Siento unas manos envueltas a mi alrededor. Mi nombre siendo susurrado en otro tono, con otra voz y la calidez recorriendome , calmandome.

—Jean—Mi nombre en sus labios.—Soy yo .—Cálmate bonita —Abro los ojos y veo por un momento a Scott pero al parpader descubro que estoy en los brazos de Bucky.

Todo es un desastre a nuestro alrededor, el espejo yace roto a mi lado al igual que los estantes del baño , también hay uno que otro trozo de techo .

—Lo siento.—Susurro sin soltarme de su abrazo ocupado la cata en su cuello, sintiendo su pulso y su olor.—Lo siento.

—Tranquila. Todo estará bien . ¿Qué te pasó?

Aparto la cabeza para verlo a esos ojos grises tan llenos de vida.

—El Henu estuvo aquí.

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