Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

27.

Mi corazón late con prisa, los ojos de Tobías están sobre los míos. Quiero levantarme y abrir la puerta únicamente para marcharme, sin embargo no logro mover un solo músculo de mi cuerpo. Estoy congelada, estática en el sillón mientras Tobías Vidal me pide ¿matrimonio?

—Tobías...

—Si vas a decir no, por favor, no digas nada —dice, su voz es ronca, sin embargo no parece nervioso, mucho menos temeroso. Abro la boca para decir algo, pero lo único que sale es una lenta respiración.

¿Por qué demonios hacía esto conmigo?

Yo estaba hecha un manojo de nervios mientras él solo está ahí, arrodillado frente a mí mientras me observa como si fuera suya. Como si yo realmente le perteneciese.

—Tú no quieres casarte conmigo, Tobías —digo, luego de lo que parece un eterno silencio. Mis manos se cierran en sus mejillas, tirando un poco de él—. Solo quieres tener el derecho de llamarme tuya, pero no te lo permitiré.

>>No soy un objeto.

—Nunca dije que lo fueras, Drea —Él dice, con voz suave. Nunca había escuchado a Tobías de esta manera. Aún cuando denota seguridad, soy capaz de sentir el temor que refleja su voz—. Cuando te conocí supe que eras especial —traga duro, tomando una de mis manos que descansa en su mejilla para moverla hacia su pecho, exactamente sobre su corazón—. Eres especial para mí, Drea.

Tomo una lenta respiración, sabiendo de antemano que no tenía una respuesta que darle a Tobías. Lo amo, sin embargo no lo conocía del todo. Solo conocía lo que él quería mostrar.

Y eso era lo que me daba más miedo.

No conocerlo por completo y que todo se derrumbe como un castillo de cartas. Que todo caiga sobre mí, lastimándome más de lo que parecía. No quería sufrir. No después de haber regresado a la anterior Drea a la vida. La Drea que estaba frente a Tobías no era más que una copia un poco mejorada de mis años antes de Bruno.

Años antes de que la sumisión y el sufrimiento se apoderasen de mí por miedo a terminar sola. No quería que eso se repitiera.

—No me voy a casar contigo, Tobías —digo y es mi última palabra—. Te amo, pero no estoy lista para unir mi vida a la tuya.

Trago duro, sabiendo que las palabras que abandonan mis labios duelen más de lo que parecen, y agrego—: Tú tampoco quieres hacerlo, no sé lo que quieres, pero, tal vez, estoy dispuesta a averiguarlo.

—¿Eso qué quiere decir? —dice, sus ojos azules están sobre los míos, observándome como si la respuesta a todos sus problemas estuviera a punto de salir de mis labios.

—Qué tu y yo —digo, presionando mi dedo en su pecho—. Volvemos al momento en que queríamos matarnos por chocar el auto del otro.

>>Borrón y cuenta nueva, Tobías Vidal, pero esta vez no será tan fácil.

—¿Qué? —suelta, como si no lograra entenderme del todo.

—Que debes irte —me recuesto en el sillón, siendo testigo de la expresión cargada de confusión del hombre del cual estaba perdidamente enamorada—. Tengo clases y debo despertar temprano.

Tobías abre la boca para decir algo, sin embargo la cierra cuando nota que tan en serio hablo. Con cuidado, se levanta del suelo, quedando de pie frente mientras me observa completamente confundido.

—Vendré mañana —dice—, te llevaré.

—Tengo auto y puedo ir por mi cuenta.

—Sí —ríe, pero ni una sola pizca de humor—, también sé que hay un abogado de cuarta detrás de ti, Drea, no pienso dejar que se acerque. —Arqueo una dirección hacia él, haciendo que una amarga expresión elimine la confusión de su rostro—. Hablo en serio, no lo quiero cerca de ti.

—Emilio es un amigo —Tal vez no debería discutir, sin embargo la confianza desaparecida de Tobías tendría que volver a la superficie si en serio quiere que las cosas entre nosotros funcione—. Algo que tú, ciertamente, también eres.

Me coloco de pie, siguiendo al Tobías colérico que se había creado en unos cortos segundos. Este, como si no le importara, me sujeta por la muñeca, impidiendo así que logre alcanzar la puerta principal.

Nuevamente me encuentro sin respiración. Tener al moreno frente a mí, observándome con intensidad solo logra descontrolar el latido de mi corazón. Su mano libre sube por mi espalda, terminando en la parte trasera de mi cuello.

—No dejaré que ese sujeto se acerque a ti, Drea —Su cabeza se inclina un poco más, logrando así que sus ojos estén al mismo nivel que los míos. No puedo evitar dirigir mi atención a sus labios.

Quiero besarlo.

Quiero besarlo como el jodido infierno, pero no logro moverme. Él me mantiene en mi lugar, tan cerca y a la vez tan lejos.

—No podrás evitarlo —digo, en un leve murmuro. Intento removerme en mi lugar, buscando una pequeña ventaja para poder escapar, pero él me sujeta con un poco más de fuerza—. ¿Puedes soltarme?

Debo concentrarme en otra cosa que no sea él. Tenía que hacerlo, tenía que mantenerme al margen de todos los sentimientos que tenía hacia Tobías. Si no lo hacía, tal vez, no habría final feliz para nosotros.

—¿Si te beso arruinaré algo? —pregunta, en voz baja. Su ceño se frunce y suelta algo que no logro entender antes de que sus labios se estrellen contra los míos.

El gruñido que abandona su pecho suena ahogado, pero no puedo hacer nada para detenerlo. Mis manos están en su cabello, sujetándolo con fuerza para que no se alejara de mí.

No lo quería lejos.

¿Quién en su sano juicio lo querría lejos? ¿Quién sería capaz de alejar la persona que ama de su lado?

Tobías muerde mi labio inferior con suavidad, sin siquiera dudar en cuanto su lengua entra en contacto con la mía. Sabe a whisky y fresas. Y me encanta.

Me encanta la combinación de Tobías Vidal y fresas.

Esto está mal —musito, dejando que un gemido se libere de mis labios cuando los fríos dedos del moreno se cuelan por debajo de la sudadera. Mi piel no tarda en ponerse de gallina y, como si algo lo lastimara, Tobías se detiene, justo antes de que sus dedos logren escalar un poco más arriba.

—Vendré por ti —dice, alejándose de mis labios para presionar un beso en mi frente. No me observa, sin embargo me mantiene en mi lugar mientras sus brazos se envuelven alrededor de mi cuerpo—. No vayas por tu cuenta, Drea.

Abro la boca para negarme, sin embargo, él hace su camino hacia la puerta, sin siquiera importarle mi respuesta y, nuevamente, me deja con la palabra en la boca. Tal y como yo lo había hecho temprano en la mañana.

Suelto un suspiro, totalmente aturdida. Tobías Vidal iba a acabar conmigo y no podía hacer nada para detenerlo.

~*~

El timbre suena, nuevamente, empujándome a empacar con rapidez mis cosas. ¿Quién diablos se levantaba tan enérgico un lunes por la mañana? Ya estaba empezando a odiar los lunes y, extrañamente, no era culpa de la universidad.

Cuando termino de meter las pocas cosas que llevaría conmigo y mi bolso, me dirijo a la puerta, encontrándome con la mata de cabello castaño perteneciente a mi hermana menor.

—Hola —dice—, huí de mamá. Quiso tomar fotografías por ser mi primer día en la universidad. Sigue creyendo que soy un bebé.

La castaña entra sin siquiera pedir permiso, dejándose caer con fuerza sobre el sillón. No sé dónde está el señor Midas, sin embargo no me preocupo. Él odiaba salir, tal vez estaría aún dormido.

—¿Papá no iba a llevarte? —digo, observándola con una ceja arqueada—. Olvídalo, debemos irnos antes de que él llegue y...

—Llegué —Abro la boca para decir algo, pero todas las palabras quedan a medio camino cuando giro con lentitud y me encuentro con Tobías Vidal, quien va acompañado con el chico. Con su hijo.

Cameron, quien, guiñando un ojo en mi dirección dice—: Espero que lo estés haciendo comer mierda, Drea.

Abro la boca para decir algo, pero el grito por parte de mi hermana menor capta la atención de todos.

—¡Sabía que no te darías por vencido! —grita, sé que se dirige a Tobías, pero eso no evita que ponga los ojos en blanco. Ella, a veces, se comportaba como un bebé.

—Me enteré algo tarde de que también es tu primer día en la universidad —Tobías dice, su atención está sobre mí, haciendo que una de mis cejas se arquee.

—No sabía que tenías una hija, Drea —Cameron, quien no parece listo para alejar los ojos de mi hermana menor, dice—. Mi nombre es Cameron, ¿tienes nombre?

—Sí —Andrea sonríe, para luego levantarse del sillón y hacer su camino hacia mí. Sé que me arrepentiré de dejarla hacer de las suyas, sin embargo, me divertiría mucho. Cameron está listo para estrechar su mano, sin embargo Andrea se acerca a él, simulando que besará su mejilla, pero lo toma por sorpresa cuando dice—: No es de tu incumbencia.

>>Te esperaré abajo, hermana.

Luego, sin agregar nada más, abandona el departamento, siendo seguida por la atenta mirada de Cameron.

—¿No es algo mayor para ti, Cameron? —digo, llamando la atención del chico—, por cierto, ¿Cuántos años tienes?

—Diecisiete —Su ceño se frunce—. ¿Ella?

—Deberás preguntárselo tu mismo —Me burlo, ganándome una mala mirada por parte del chico. Bajo la atenta mirada de ellos, me encargo de cerrar la puerta del departamento. Las llaves de mi auto estaban en mi bolsillo, solo necesitaba un poco de tiempo para perder a los chicos Vidal.

—Ve a vigilarla, Cameron —Tobías dice—. No hay muchas personas en la calle, puede ser peligroso.

—Con mucho gusto, señor —El castaño se marcha, sin siquiera pensarlo dos veces y, en lugar de tomar el ascensor, opta por las escaleras, bajándolas con rapidez.

—Tu hijo lastima a mi hermana y se las verá conmigo.

—Creo que será al contrario —Tobías murmura—, tendré que hablar con él.

Alejando la pequeña atención que mi hermana menor recibía por parte del hijo del hombre del cual estaba enamorada, me giro hacia él, observándolo con atención.

—¿No puedes obtener un no por respuesta, cierto?

—Drea —dice, pasando su mano por su cabello, logrando despeinarlo un poco—. Si el ser tu chofer personal me da tiempo contigo, lo tomaré. Tomaré lo que sea para estar a tu alrededor.

—Eso no te dará puntos extras, Tobías —golpeo su hombro, pasando de él para hacer mi camino hacia el ascensor. El moreno no tarda en ir detrás de mí y llamar aquella caja metálica antes de que yo sea capaz de hacerlo.

Cuando esta llega, ambos subimos y Tobías se encarga de marcar el número del primer piso y el silencio se adueña de las cuatro paredes metálicas. Su mirada está sobre mí, sin embargo no hago amago de devolvérsela.

Cuando desperté, me prometí a mí misma que no dejaría que una relación nublara mi manera de ser. Había dejado mi personalidad de lado para no perder a Bruno, sin embargo en el camino que tomé, terminé por perderme a mí misma.

No quería que mi casi inexistente relación con Tobías terminara de esa manera. No quería perderme en él de la manera en la que pasó con Bruno. De tan solo pensar que mi relación con Tobías girara entorno a sexo, me enfermaba.

Yo quería más de él.

Necesitaba más.

—Iré por ustedes cuando termine las clases —dice—. Las llevaré a comer.

—Saldré con Lucas —murmuro, abandonando el ascensor justo cuando este abre sus puertas. Tobías suelta una maldición por lo bajo, siguiéndome de cerca.

—Drea...

—Tengo planes, Tobías —Mis palabras quedan en el aire y mis ojos no tardan en caer sobre el par de adolescentes. Cameron, quien está en el suelo, siendo prácticamente pisoteado por Andrea quien sostiene su brazo detrás de la espalda del castaño.

—Será mejor que busques con quien coquetear, Vidal —dice, la castaña, apretando el agarre en el brazo del chico—. La próxima vez tendrás un bonito ojo morado.

—Bueno —Tobías murmura—, creo que él ya no necesitará una charla.

—Por el amor a Dios —dejo de lado mi bolso, entregándoselo a Tobías, quien, al parecer, no piensa mover un solo dedo. Me acerco a Andrea, quien lucha contra Cameron, sujetándolo con más fuerza—. Andrea, déjalo ya.

—¡Es un completo idiota si cree que voy a tener sexo con él! —Ella chilla, luchando contra mi agarre, pero, luego de un segundo, deja ir al pobre chico, quien suelta un quejido, claramente adolorido—. ¡Tengo que golpearlo, Drea!

—No puedes golpearlo —La sujeto, impidiendo que se acerque a Cameron. Este, como si nada, se levanta del suelo, simplemente para sacudirse la camisa que ahora está completamente llena de polvo—. ¿Puedo saber qué diablos ocurrió?

—¡Es un imbécil!

—¡Ella está loca!

—¡No hubiera ocurrido nada si no me hubieras comparado con una tabla, gilipollas!

—¡Solo fue un comentario!

—Cierra la boca, Cameron —Tobías interviene, señalando el auto con la mirada cuando se dirige a su hijo. Andrea suelta un gruñido, para levantar su bolso del suelo y hacer su camino hacía mi auto.

Suelto un suspiro, para luego dejar mi atención sobre el moreno.

—Ve con él —digo, señalando a Cameron con un leve inclinamiento de cabeza—. No creo que tenerlos en el mismo auto sea una buena idea.

Tobías se acerca a mí, regresándome mi bolso para luego inclinarse hacia mí y presionar sus labios contra los míos. Se siente como un leve roce, sin embargo las mariposas no tardan en empezar una fiesta en mi estomago.

—Iré por ustedes —dice, luego de separarse—. No te escaparás, Drea.

N/a:

Cameron en multimedia. 

¡Hola! Espero que les guste el capítulo y ya saben, pueden dejar su voto y su comentario. <3 

Pd: No sé, tal vez Andrea y Cameron terminen juntos. ¿Qué tan caótico sería tener a tu hermana como novia del hijo de tu "novio"? 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro