Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15.

—Estás nerviosa —Tobías indica, sujetando mi mano con suavidad. Su pulgar se pasea por mis nudillos y no puedo evitar ante el pequeño gesto de cariño—. ¿Quieres hablar?

—¿Sobre qué?

—¿Qué te molesta? —Observo su perfil, está completamente serio, haciendo que la duda aumente de tamaño en mi interior—. Luego de que mencionaron a tu padre...

—No es por él —Lo detengo, dejando mi atención sobre nuestras manos unidas—. Nunca he llevado a un chico con mis padres, tampoco los he presentado como la persona con la cual tengo sexo. ¿Qué podría ser más incomodo que eso?

—Le dirás que soy tu novio, Drea —Sus palabras son suaves, y fija sus ojos en los míos por un segundo. Me cercioro de que Andrea este durmiendo en lugar de escuchar nuestra conversación—. Ya te lo dije. Quiero todo de ti.

Ya lo había dicho, y la primera vez lo había escuchado fuerte y claro, y aun mantenía la misma reacción en mí. Mi corazón golpetea con fuerza dentro de mi pecho, y siento como si una batidora estuviera en mi estomago.

—Mi padre montará un número por tu edad —En el largo camino a casa, sabía que Tobías tenía treinta y siete años, y desde el momento en que lo soltó, la voz de papá gritando un "No", estaba en mi cabeza—. Se calmará, pero aun así fingirá que no te quiere junto a mí.

—¿Fingirá?

—Es mi vida, Tobías —Señalo, apoyando mi cabeza contra el respaldar de mi asiento—. Puedo amar mucho a mi padre, pero él no toma las decisiones por mí.

>>Quiero intentarlo, y si él no lo quiere, es lo que menos me importa. Es mi felicidad, no la de él.

Tobías sonríe, claramente contento con mis palabras, y es cuando acepto que quiero saber lo que quiere de mí. Quiero poder ser capaz de entender al hombre que sujeta mi mano como si fuera lo único que quisiera hacer.

Y tengo miedo.

Tengo miedo de que todo esto termine conmigo, de que no sea capaz de llenar las expectativas del moreno junto a mí.

Regresar a casa, parecía ser un error.

—¿Debo saber cómo lidiar con tu padre? —Él pregunta, captando mi atención—. Nunca he hecho esto de la cena con padres...

—Es militar —Indico, tratando de esconder una sonrisa—. A lo primero que irá es a tus bolas.

Tobías ríe, realmente ríe con ganas, haciendo que mi sonrisa solo crezca un poco más. Él no era un hombre de risas, lo cual había notado desde el día en que lo conocí.

>>Le gusta el fútbol, la pesca e insultar políticos.

—La pesca suena genial —dice, en voz baja—. Tal vez puedo presumir alguno de mis premios la próxima vez.

Sus palabras golpean con fuerza en mi interior, recordándome lo poco que sabíamos del otro. Desde el día en que choqué con él, la tensión sexual hizo su aparición como un fósforo en ebullición.

Al parecer, ninguno de los dos vio venir eso.

—Odio el agua en grandes cantidades —Indico, sacando un nuevo tema de conversación—. Mi padre intentó enseñarme a nadar y lo único que consiguió fue que tragara más agua de lo que he bebido en toda mi vida.

>>Ver un lago... o río me da pánico.

—Te llevaré a pescar —dice —. Te subiré a un bote aun cuando no quieras.

—En sus sueños, señor Vidal, eso pasará en sus sueños. —Tobías deja su mano sin vergüenza alguna en mi muslo interior, sus dedos trazan suaves caricias sobre el pantalón, y soy capaz de sentirlas en mi piel, haciendo que el deseo se agolpe al sur de mi cuerpo.

—Sé que no te quedarás en casa de tus padres, Drea —No lo miro, solo soy capaz de concentrarme en el camino que sus dedos recorren a lo largo de mi muslo—. ¿Por qué no me lo dijiste?

—No lo preguntaste —Detengo su mano, recibiendo una dura mirada azul que logra hacerme estremecer de deseo—. Solo pasaré esta noche en casa de mis padres, luego iré a mi nuevo departamento.

—Iremos hoy —Indica, alejando su mano de mi cuerpo. Me siento vacía en cuanto lo hace, pero no digo nada. Muerdo el interior de mi mejilla, tratando de descifrar cual es su estado de ánimo—. Regresaré a Santiago una vez estés instalada.

—Tobías...

—No me iré hasta después de eso, Drea —Me corta, girando justo cuando el GPS se lo indica. Él ya sabía cómo llegar, y mi nerviosismo me hace remover en mi lugar. Faltaba cada vez menos—. Lo que dije es en serio, quiero todo de ti, y entre mis planes esta velar por tu seguridad.

>>Quieras o no.

—No soy una niña —Protesto, pero una cálida sensación me envuelve cuando él se encoge de hombros—. Viví sola por dos años, Tobías. Sé defenderme.

Su ceño se frunce, y soy capaz de ver los engranajes moviéndose en su cabeza. Sus labios forman una dura línea antes de decir: —Nunca dije que no fueras capaz de defenderte, Drea. Pero estoy aquí y quiero cuidar de ti.

—¿No querrás decir que quieres cuidar de que algún otro hombre se acerque?

Lo escucho gruñir y una risa se escapa de mis labios. Era divertirlo verlo en ese estado.

Pero se sentía malditamente bien saber que se encontraba así por mí.

—Primero tendrán que pasar sobre mí. —Su voz es ronca, y por un segundo desvió mi mirada cuando el gira nuevamente. Mi respiración se atrapa en mi garganta, y siento el miedo en mi sistema. Papá estaba lavando su auto frente a la casa.

—Creo que llegamos —musito, dándole una rápida mirada a Tobías. Este tiene su vista fija en mi padre, quien no parece percatarse de la presencia del enorme auto. Me inclino hacia los asientos traseros, y golpeo la pierna de Andrea, quien se levanta de un salto y me observa a través de su cabello enmarañado—. Llegamos.

—¿Qué?

—Papá está lavando su auto. —Indico, señalando frente a nosotros. Andrea frunce el ceño para luego quitarse los largos mechones de cabello fuera de su campo de visión, y cuando logra entenderme, baja del auto de un salto, corriendo hacia el hombre que no había visto en una larga semana.

—¿Siempre es así?

—No debiste comprarle más chocolate —Recuerdo, inclinándome un poco hacía él. Mis labios rozan los suyos y antes de que me atrape, bajo del auto, escuchando el gruñido característico del moreno—. ¡Papá!

El alto y fornido castaño se gira en mi dirección, abriendo sus brazos con rapidez cuando me lanzo sobre él. Mis labios van a su rostro, y no dudo en llenarlo de besos.

Lo había extrañado demasiado.

—¡Fosforito! —Sus brazos me aprietan y, por un momento, creo que moriré asfixiada—. ¡Mi bebé está de vuelta! ¡Amelia!

—¡Papá! —Me quejo, agradeciendo cuando vuelve a dejarme sobre el suelo. Andrea está detrás de nosotros, riéndose obviamente del vergonzoso apodo—. ¡Tengo veintidós, deja de llamarme así!

—¡Mi niña! —Delgados brazos se aferran a mi cuerpo, y sé que mamá está detrás de mí, abrazándome con la misma fuerza que mi padre—. Estaba tan preocupada de que condujeras ese auto tuyo...

—Buenas tardes —La voz de Tobías suena detrás de mí. Las manos de mamá se deslizan fuera de mi cuerpo, y me giro hacía él, observando la sonrisa que se desliza en sus labios—. Señores Castille, es un honor conocerlos.

—¿Igualmente?... —Mamá me da una mirada llena de confusión, y siento la tensión en el ambiente.

—Él es Tobías Vidal —suelto, con rapidez, obteniendo la atención de todos los presentes—. Es mi novio.

Las palabras salen con facilidad de mis labios, dejando que la tranquilidad se deslice en mi sistema. ¡Lo dije!

Ahora faltaba ver la reacción del general.

—¿Qué? —Tanto mamá como papá sueltan. Ambos se observan para luego pasear la mirada de Tobías a mí, claramente dudando lo que estaba fallando aquí.

Suelto un suspiro, enfrentándolos luego de detenerme junto a Tobías. Andrea sonríe, levantando los pulgares hacia mí cuando digo: —Antes de que empiecen con sus sermones será mejor que entremos, no quiero a los vecinos sobre nosotros.

Papá no dice nada, simplemente gira sobre sus pies y hace su camino a casa, mamá lo sigue de cerca, tratando de atraer su atención, pero no lo logra.

—Iré a calmar un poco a la fiera —Andrea hace una mueca, dirigiéndose a nosotros—. Tómense su tiempo.

—Gracias.

Mi hermana era la mejor, aunque a veces estuviera loca.

Los dedos de Tobías tiran de mi barbilla, obligándome a observarlo. Sus ojos taladran lo mío, y aquella sensación está de nuevo entre nosotros. La tensión era tanta que podía cortarla con facilidad si me dieran una tijera.

—Estás asustada —dice, sus labios se presionan contra los míos y, cuando pienso que se va a separar, ingresa su lengua entre ellos, haciendo que un gemido de apreciación se escape de lo profundo de mi garganta. Cuando se separa, una sonrisa tira de sus labios—. Lo único que me importa es tu decisión, Drea. No dejaré que tu padre se interponga entre nosotros.

—¿Puedes bajar al señor Midas? —Pregunto, tratando de atraer aire a mis pulmones. Tobías era muy intenso, tanto que llegaba a nublar mis pensamientos, haciéndolos añicos con la más simple mirada.

El moreno se encarga de regresar a su auto y bajar la caja del señor Midas, quien aun era preso de los sedantes. Había dormido hasta la mitad del viaje, levantándose únicamente a comer algo para nuevamente caer rendido.

Una vez que Tobías regresa, su mano libre toma una de las mías y tira de mi hacía la entrada principal. Cuando ingresamos, soy quien indica el camino hasta la sala. Papá dirige sus ojos al lugar donde nos estamos agarrando, pero ninguno de los dos se separa, aun cuando mi padre logra intimidarme más de lo normal.

—Antes que nada —Empiezo, observando al hombre que había contribuido a mi nacimiento—. No tienes derecho a referirte de la diferencia de edad entre nosotros. No cuando tú y mamá pasaron por lo mismo.

—No iba a decir nada de eso —Él señala, arqueando una ceja en mi dirección—. No necesito la mierda de la edad ahora mismo, Drea.

—¡Héctor!

—Lo siento —Se disculpa con mamá, claramente por su lenguaje—. No necesito eso para decirle a tu novio que romperé su cara si te lastima. No me importa ahora, y no me importará en ese momento.

—No tengo planea lastimar a Drea, señor Castille —Tobías aprieta mi mano, observando a mi padre. Sus ojos cafés observan al moreno a mí lado, y puedo jurar que veo una escena de terror en la mente de mi padre—. Es por lo principal que estoy aquí. No iba a dejar que ella condujera esa trampa mortal que llama auto.

>>No quería estar preocupado de ellas en el interior de esa cosa.

—Para mí es todo —Mamá se levanta, con una sonrisa en su rostro—. Cualquier persona que odie ese auto es mi amigo —Mamá abraza a Tobías con rapidez y desaparece de la escena, dejándome con papá, Andrea, y el moreno a mi lado—. ¡Traeré algo de galletas!

—No necesitaba ayuda, lo sabes ¿no? —Me suelto del agarre de Tobías, dejándome caer en el sofá donde se encuentra Andrea. Esta se ríe, claramente divertida por la situación.

—Tú y yo afuera, señor Vidal. —Papá indica, pasando junto al moreno antes de abandonar la casa.

—Volveré. —Tobías guiña un ojo en mi dirección antes de marcharse de la sala. La puerta principal suena y, por un minuto, temo por su vida.

—¿Lo matará? —Le pregunto a Andrea, quien se encoge de hombros.

—No lo sé —Ella se levanta y se acerca a la caja del señor Midas que Tobías había dejado en el suelo minutos antes. El gato atigrado esta medio dormido, pero no duda en sacar su cabeza, observando su alrededor—. Tal vez solo lo amenace y terminen tomando unas cuantas cervezas.

—¿Tobías?

—Con el general —Le indico a mamá, quien mantiene una charola con galletas. No duda en dejarme tomar algunas—. Sálvalo, mamá.

Ella se sienta a mi lado, observándome a través de sus grandes ojos cafés. Se parecen a los míos al igual que sus labios. Había sacado la belleza de mi madre, y era algo que le iba a agradecer por siempre.

A sus cuarenta y cinco años se mantenía tan radiante como siempre.

—¿Es serio? —Ella pregunta. De inmediato se convierte en la mujer que estuvo para mí la primera vez que me rompieron el corazón, estuvo aquella noche que llegue a casa llorando luego de lo ocurrido con Bruno, sin preguntar nada, y sé que puedo confiar en ella.

—Mucho —Me sincero. No tenía claro mis sentimientos por Tobías Vidal, pero estaba muy segura de que no quería verlo fuera de mi vida. No cuando tratábamos de hacer funcionar lo que sea que tengamos—. Va muy en serio.     


N/a: 

Perdón si hay algún error u.u pero justo ahora estoy algo ocupada. Los errores pueden ser algo de tipeo, traté de revisarlo con rapidez, y no noté mucho. 

¡He estado leyendo todos sus comentarios y me alegro que la historia les guste!

¿A que se murieron con el gif? 

David es tan efkbnebgkjn 

Espero que les haya gustado y lo sé, me aman por subir tan rápido.


Pd: Para las que ya saben, estoy volviendo a subir una nueva versión de Troublemaker, si quieren pueden pasarse por ella. Ginebra y Elijah están de regreso, está vez para quedarse<3 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro