Capítulo 11
El lunes llega más tarde de lo que a Harry le gustaría, y aunque no lo admitiría en voz alta, durante el fin de semana no ha podido evitar echar de menos a cierto castaño. Los recuerdos de sus labios sobre los de Louis se habían reproducido una y otra vez en su cabeza, haciendo que su corazón se acelerase por completo incluso sin su presencia. Sentía que flotaba, como si el mundo de repente tuviera más colores que antes.
Era extraño, como otra persona podía hacerte sentir de esa manera, el poder que podía llegar a tener alguien más en tu vida. Y para ser honestos, casi podía llegar a ser aterrador.
Aquella mañana, se encuentra dejando sus libros en la pequeña taquilla grisácea cuando alguien más aparece junto a él.
—Buenos días. -La voz detrás de él le hace sonreír sin poder evitarlo.-
El rizado cierra la pequeña puerta de su taquilla para darse la vuelta y encontrar al bonito chico castaño frente a él.
¿Era normal que el corazón se acelerase con tan solo su presencia? ¿Que las mariposas en su estómago prendieran el vuelo mientras repetían el nombre del castaño una y otra vez?
—Buenos días, Louis. -Dice, y se pregunta si sus ojos tenían aquel mismo brillo que los ojos de Louis tenían.-
Si quizás él también sentía las mariposas en su estómago, repitiendo su nombre como si de su canción favorita se tratase.
—¿Me has echado de menos? -Louis pregunta, tomando la mano del rizado con delicadeza.-
El acto hace que las mejillas del rizado se tornen rápidamente de un suave color rojizo. Y realmente no le importa si varias miradas curiosas se posan en ambos. Porque Louis está tomando su mano, y eso es lo único que importa.
—Quizás. -Murmura.-
Louis sonríe, comenzando a acariciar la mano de Harry con uno de sus dedos.
—Mhmm -Asiente.- Bueno, yo definitivamente te he echado mucho de menos.
Harry podría gritar, podría parar a cada una de las personas que pasan en aquel momento en el pasillo para decirles que Louis Tomlinson lo había extrañado durante el fin de semana, que tenía la oportunidad de ser suyo.
—¿Si? -Pregunta en un susurro mientras baja la mirada, en un fallido intento de ocultar sus mejillas sonrojadas.-
—Por supuesto, chérie.
El castaño se apoya contra las taquillas, sin soltar la mano del más alto. Lo mira, como si Harry pusiera las estrellas en el cielo, como si fuera la única cosa a la que valiera la pena mirar, y Harry casi quiere salir corriendo, sintiéndose un tanto abrumado por el afecto de alguien.
Por el afecto de Louis.
¿Realmente se lo merecía?
Esperaba hacerlo, porque Louis era todo lo que alguna vez pudo desear.
—Ten una cita conmigo. -Louis susurra de repente, haciendo que el rizado levantase la cabeza rápidamente para mirarlo.-
No es una pregunta, es más bien como una idea, algo que Harry podría simplemente hacer, casi una súplica. Y para ser honestos, Harry realmente no esperaba aquello.
Citas. Harry nunca ha tenido una, pero sabe que son importantes. Sabe que son decisivas, y que después de una pueden haber muchas más, que solían ser el principio de algo.
¿Louis quería eso? ¿Quería empezar algo con él?
La sola idea hace que todo su cuerpo vibre de felicidad.
—¿Quieres tener una cita conmigo? -Pregunta, como si realmente no pudiera creerlo.-
—No, lo decía por decir algo. -Rueda los ojos sin eliminar aquella sonrisa que tenia en sus labios.- Pues claro que quiero tener una cita contigo, Harry.
Y si sonría de aquel modo, si lo miraba de aquella manera, si le hacía sentir todo aquel huracán de sentimientos...
¿Quien era él para negarse?
Así que sonríe y asiente;
—Bien, claro, tengamos una cita.
***
Decir que Harry no estaba nervioso, sería mentir.
Había perdido la cuenta de los distintos outfits que se había probado, y realmente ninguno terminaba de convencerlo.
¿Por qué nunca te dicen en los libros que las citas son tan estresantes?
Sentía que en cualquier momento podría vomitar, sus manos cosquilleaban y a principios de invierno se encontraba sudando.
Sin embargo, tras varias videollamadas con sus amigos consigue ponerse algo que no le hace querer quemar todo su armario, por lo que siente que algo es algo.
Se rocía perfume cuando su teléfono vibra encima de su cama, haciendo lo tome para ver un mensaje de parte de Louis.
"estoy fuera, chérie"
El corazón de Harry se acelera de nuevo, y mientras toma su chaqueta de cuero marrón, se permite respirar profundo para calmar sus nervios.
Hasta que sale fuera de casa, viendo el Jeep oscuro de Louis, con el chico dentro mirándolo con aquella sonrisa que le hacía sentir tantas cosas.
—Estas increíble. -Es lo primero que Louis dice cuando el rizado sube al Jeep.-
Y que él lo dijera era tanto gracioso, porque Louis parecía un auténtico modelo en aquel momento. Vestía sus skinny jeans negros y un suéter azul, casi del mismo tono que sus ojos.
Y Harry realmente no podía creer su suerte.
—Gracias, tu igual. -Susurra con una pequeña sonrisa de hoyuelos.- Estoy algo nervioso.
Aquello hace que el castaño sonría, tomando su mano con delicadeza.
—¿Nervioso? Tienes que estar de broma.
Harry se encoge de hombros, mirando al castaño como si fuera la cosa más importante del mundo.
—Nunca he tenido una cita antes
—Yo tampoco -Louis le sonríe, acariciando suavemente su mano con su pulgar.-
Y es tan bonito cuando sonríe, que Harry casi quiere llorar.
Las caricias en su mano le hacen querer besarlo, subirse a su regazo para besarlo durante horas y horas, hasta que se quedaran sin aire y el resto del mundo dejase de importar.
Y el solo pensamiento le hace sonreír levemente mientras aparta la mirada del castaño.
Porque si lo mira por un segundo más, no está seguro de poder contenerse a si mismo.
—Eres tan cliché, William. -Murmura, haciendo que Louis suelte una pequeña risita.-
—Mhmm ¿No es así como te gusta, chérie?
El rizado se muerde el labio suavemente entonces, en un fallido intento de esconder su sonrisa.
Porque la forma en la que Louis lo conocía hacía que su corazón se acelerase. Sabía que desde el principio habían conectado, como si al mirarse simplemente se entendieran. Sin necesidad de palabras.
Y ahora se preguntaba si aquello sería normal. Si, quizás, estaban hechos el uno para el otro.
—Puede. -Dice, sonriendo entre hoyuelos.-
Louis entonces sonríe, antes de acercase para dejar un casto beso en su mejilla.
—¿Entonces estás listo? -Susurra cerca de su rostro, mirándolo a los ojos con aquel brillo que hacía que la respiración del rizado se quedase atascada en sus pulmones.-
—Completamente.
***
—¿La playa? -Es lo primero que Harry pregunta cuando bajan del Jeep.-
Y es que a decir verdad, no hacia el mejor tiempo del mundo para ir a la playa.
Sin embargo Louis sonríe, tramando la mano del rizado entre la suya.
—Sí ¿Alguna vez has venido a la playa cuando hace frío y el cielo está completamente nublado? -Harry sonríe mientras niega suavemente con la cabeza.- Son los mejores días para venir a la playa, chérie.
Y Harry no se atreve a discutirlo, porque hay algo en cómo todo frente a él se veía en aquel momento. La manera en la que la playa se encontraba completamente vacía, el mar, las olas chocando contra la orilla, las inmensas nubes oscuras sobre el cielo.
Harry se enamora un poco de aquella escena frente a él. Como si estuviera en el ojo del huracán.
—Admitiré que es bastante original.
—¿No soy tan cliché después de todo?
—Supongo que no.
Entonces Louis sonríe, tomando la mano del rizado para seguidamente comenzar a caminar hasta la arena.
Se acercan al mar, pero no lo suficientemente como para que las olas los alcancen. Louis entonces saca de su mochila una enorme manta blanca en la que ambos terminan tumbándose.
Y Harry mentiría si dijera que tumbarse en aquel lugar junto a louis se sentía mágico. Como si realmente estuviera dentro de una película.
Por fin siendo el protagonista y no el espectador.
Y una vez sobre la fría arena, no podía apartar la mirada de él.
Tumbado en la arena fresca de aquella playa desierta, bajo el cielo lleno de nubarrones que indicaba que cualquier momento una tormenta se desataría, se permite mirar al castaño que se encontraba tumbado a su lado.
Harry sentía que todo aquello era irreal, como si estuviera viviendo dentro de un sueño del que tarde o temprano terminaría despertándose.
Porque Louis está ahí, con los ojos cerrados y su sonrisa bailando en su rostro, con su expresión tranquila y su cabello bailando junto al viento.
Louis era perfecto, y era casi abrumador lo mucho que a Harry le gustaba.
—¿En que piensas?
Louis pregunta de repente, girando su rostro para mirar al rizado, sus ojos entonces encontrándose.
Y el castaño no puede evitar sonríe divertido cuando se da cuenta de que lo estaba mirando, haciendo que Harry rápidamente se sonroje mientras aparta la mirada.
De repente las nubes oscuras convirtiéndose en lo más interesante.
—En nada en concreto. -Susurra.-
Louis suelta una pequeña risa ante eso.
—Eso es imposible.
Harry rueda los ojos, girando finalmente su rostro para encontrarse con los azules ojos del castaño.
—¿En que crees que estaba pensando? -Pregunta en un susurro.-
Y con una pequeña sonrisa dibujándose en sus labios, Louis responde;
—En mi.
Aquello hace que el menor suelte una pequeña risa.
—¿Es así? ¿Por qué estaría pensando en ti?
Y Louis simplemente se encoge de hombros.
—Porque me estabas mirando.
Las mejillas del rizado enseguida se pintan de un vibrante carmesí, apartando la mirada de nuevo para no afrontar al castaño.
—Tienes el ego por las nubes, William. -Murmura, intentando ocultar que quizás se sentía un tanto avergonzado por haber sido descubierto.-
¿Pero podía alguien culparlo? No podías mirar a otro lado cuando tenías al castaño junto a ti, siendo el ser más bonito del planeta.
—Hey -Louis sonríe, apoyándose en uno de sus brazos y levantándose levemente para colocarse encima del rizado, obligándolo a que lo mire a los ojos mientras su otra mano encuentra su cintura.- No te sientas avergonzado, chérie. Nunca te sientas avergonzado, no conmigo. No hay razón para hacerlo.
Harry entonces casi quiere llorar ante la dulzura de sus palabras, ante como todo su ser se derrite cuando la mano del castaño se posa en su cintura. Y en aquel momento, ni siquiera el sonido ensordecedor de las olas chocando contra la orilla podía compararse con los acelerados latidos de su corazón.
¿Que había hecho bien para merecerse a Louis Tomlinson en su vida?
Así que toma el rostro de Louis entre sus manos, bajándolo hasta él para finalmente besarlo. Sus labios se mueven con hambre, como si hubieran extrañado la presencia del castaño durante todos estos días, como si todo lo que necesitara fuera besarlo, allí mismo, justo en aquel momento.
Y cuando Louis sonríe en mitad de aquel beso, besándolo como si él también hubiera estado esperando durante días y días para besarlo de nuevo, Harry sabe que está completamente jodido.
—Wow -Louis susurra cuando se apartan para tomar aire, sus rostros cerca mientras sus respiraciones se encuentran aceleradas.-
Besar a Louis podía ser su nueva cosa favorita en el mundo.
—Wow, de hecho.
El castaño no puede evitar reír suavemente, haciendo que Harry sonría ampliamente.
—Me estás volviendo loco, Harry ¿Lo sabias? -Le pregunta, su mano adentrándose dentro del suéter del rizado para acariciar con cariño la piel de su cintura.-
Y aquello solo podría hacer que Harry se derrita por completo frente a él.
—No pretendo hacerlo. -Susurra, comenzando a acariciar la mejilla del mayor.-
—Tarde, ya no hay marcha atrás.
—No importa, porque yo también siento que me estoy volviendo loco estando contigo.
Louis entonces sonríe, juntando sus frentes.
—Mhmm ¿Crees que deberíamos hacer algo al respecto, entonces?
Harry asiente suavemente.
—Besarnos hasta que sintamos que estamos cuerdos de nuevo.
—Eso suena bien, pero ¿Qué pasa si no volvemos a sentirnos cuerdos nunca más?
—Entonces tendremos que seguir besándonos -Harry susurra, dejando un suave beso en sus labios- y besándonos -Y otro- y besándonos -Y otro.- eternamente, hasta que olvidemos que nos estamos volviendo locos.
Louis sonríe, mirando a los ojos del rizado como si allí pudiera encontrar una galaxia repleta de estrellas.
—Suena bien, creo que podemos hacer eso. -Susurra, juntando su nariz con la de Harry, rozándolas suavemente.- Tampoco me importa estar loco eternamente si tú lo estás conmigo.
Y aquello hace que Harry sonría, mirando a louis a los ojos, sintiéndose el ser más afortunado del mundo.
—Me gustas mucho, Lou.
Louis entonces sonríe, una sonrisa especial, como si las palabras de Harry fueran un tesoro que quisiera conservar eternamente. Entonces, aparta suavemente un mechón de cabello rizado que cae sobre los ojos del menor, haciendo que Harry se sonroje.
—Y tu a mi, chérie. Más de lo que puedas imaginar.
***
Pasan en la playa lo que sienten que podría ser una eternidad, hablando de cualquier cosa, de sus gustos, de sus sueños y objetivos a futuro. Entre besos y caricias de los que solo las olas del mar y los pájaros que volaban por allí era testigos.
Y como era de esperar, la lluvia no tardó en caer, mojándolos y obligándolos a correr hasta el Jeep del castaño mientras reían.
En cuanto entraron al Jeep, Louis encendió la calefacción del coche, no queriendo que el rizado se enfermarse.
—Eso ha sido divertido. -Harry dice, abrazándose a sí mismo mientras Louis lo mira, apoyando su cabeza en el asiento mientras sonríe.- ¿Por que me miras así?
—Me gusta verte reír.
Y aquello, hace que suelte una pequeña risa.
—Eres tan cursi.
Louis sonríe todavía más, encogiéndose suavemente de hombros.
—Algo me dice que te gusta.
Harry lo mira, entrelazando su mano con la del castaño.
—Quizás.
Ambos se miran, el sonido de la lluvia chocando con fuerza contra los cristales siendo lo único que que podía escucharse.
—Harry. -Lo llama en un susurro.-
—¿Si?
—Me gustaría llevarte a un sitio.
El rizado sonríe, comenzando a acariciar la mano del mayor con cariño.
—Louis. -Lo llama de la misma manera.-
—¿Si?
—Llévame a donde quieras -Sonríe.- Iría contigo hasta el fin del mundo si lo quisieras.
***
Así es como terminan en un pequeño bar en las afueras, la mano de Louis en la cintura del rizado mientras este le presenta a sus amigos.
Liam Payne y Zayn Malik.
Ambos chicos vestían parecido a Louis, eran divertidos y parecían adorar al castaño. Y Harry no esperaba conocer aquella parte de la vida de Louis en aquella cita, sin embargo, lo agradece. Parque eso era todo lo que quería, conocer cada pequeño detalle de la vida de aquel chico del que se estaba enamorando por completo.
—Voy al baño un momento, enseguida vuelvo. -Louis dice antes de dejar un suave beso sobre la cabellera rizada del menor.-
Y una vez Louis se va, Harry se queda a solas con los chicos que parecían ser el mundo del castaño.
—Es la primera vez que Louis nos presenta a alguien, debes de ser realmente importante para él. -El morocho dice con una sonrisa, dándole un sorbo a su bebida.-
Aquello no debería hacer que Harry sonría ampliamente y se sienta especial, no debería sonrojarse y apretar los labios como si acabase de recibir el mejor cumplido del mundo.
Pero lo hace, porque Louis era encantador, era dulce y amable, era divertido y le hacía sentir la persona más especial del mundo. Él podría estar con cualquiera, sin embargo, lo había elegido a él.
—¿Enserio?
Zayn asiente.
—Su ánimo ha estado mucho mejor desde que te conoce, realmente lo estaba pasando mal con el viaje de sus padres de vuelta a Francia.
El rizado no puede evitar fruncir el ceño ante aquellas palabras, mirando confundido a los chicos frente a él.
—¿Francia? ¿Sus padres están allí?
—Sí, sus padres solían ser abogados bastante importantes cuando vivían allí ¿No lo sabías? -Liam dice, y cada palabra se siente más irreal que la anterior.-
Es como si de repente el mundo hubiera dejado de girar, como si todo el sonido de aquel pequeño bar desapareciera, su cabeza llenándose de miles de preguntas a las que no tenía ninguna respuesta.
—No. -Susurra, sintiendo que su corazón se apretaba en su pecho.-
Como si estuviera haciéndose pequeño, queriendo creer que nada de aquello era cierto.
Que Louis no le había mentido.
—Que raro, a Louis le gusta bastante presumir de su encantador acento francés. -Zayn dice de manera divertida, haciendo que Liam suelte una pequeña risa.-
Pero Harry no puede reír, solo quiere huir y echarse a llorar. Ir en busca del castaño para que le diga que nada de aquello era cierto, que todo era una extraña broma y nada era verdad.
—¿Me disculpáis un momento?
Es todo lo que puede decir antes de darse la vuelta y salir al exterior, el aire frío golpeándolo con fuerza.
Pero no le importaba, porque nada podía comprarse al frío que sentía en su corazón en aquel momento. Y si el mundo continúa girando, Harry no lo nota, porque en el aquel momento, todo para Harry se congela.
Incluso su corazón.
***
N/a: bueno bueno bueno, no tengo ningún tipo de vergüenza, pero aquí estoy actualizando de nuevo mis amores. Mil gracias por leer, sois increíbles.
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