Capítulo 1
No piensa beber nunca más.
Es una realidad, a partir de ahora el alcohol esta eternamente prohibido para él.
Da vueltas de un lado a otro mientras se muerde la uña del dedo anular.
¿Es posible pasar el resto de su vida encerado en un baño? Podía ser una solución al enorme problema que Harry parecía tener encima. Quizás si se queda ahí eternamente, Louis Tomlinson no podrá encontrarlo para hacer de su vida un infierno.
O al menos eso piensa mientras el pánico lo invade.
Harry suspira. Estaba jodido, y todo era culpa de sus mejores amigos y las malditas cervezas.
La noche anterior se había celebrado la "fiesta de inauguración". La primera semana después de volver a las clases se celebra una fiesta en casa de Danny West, a la cual todo el instituto está invitado. Y Harry se había negado rotundamente a ir, porque tenía trabajos que hacer y al día siguiente había clases ¿Quien mierda celebraba una fiesta un jueves? Definitivamente el rizado prefería quedarse en casa y hacer cualquier otra cosa.
Pero evidentemente Taylor, Liam y Niall existían, así que cualquier plan de quedarse en casa se tornó completamente imposible cuando estos entraron en su habitación y lo sacaron de la cama a la fuerza.
—No seas aburrido. -Taylor había dicho, poniendo los brazos en jarra.-
—¿Sabes la de cantidad de chicos guapos que habrán en esta fiesta? -Niall dice con una sonrisa mientras revuelve la ropa en el armario del rizado.-
Harry rueda los ojos, porque realmente no le importa la cantidad de chicos guapos que asistan a la dichosa fiesta. Ninguno de ellos se fijará en él de todos modos.
Sin embargo no dice nada, y permite que Niall saque del armario uno de sus suéteres favoritos.
—Venga Harry, será divertido. -Le había dicho Liam con una sonrisa, y por un segundo, se permite creerlo.-
Cinco cervezas. Cinco cervezas había sido suficientes para causar el caos.
Porque sí, si tienes una poca resistencia al alcohol y eres un tanto torpe y bocazas, cinco cervezas pueden convertirse en tu peor enemigo.
Y antes de que pudiera darse cuenta, la idea de estar en aquella fiesta dejó de ser completamente horrible para ser increíble. En un pestañeo se encontraba gritando y bailando encima de una enorme mesa de madera mientras un círculo de adolescentes se formaba a su alrededor.
—¡Eso es Harry, saca los pasos prohibidos! -Taylor gritó mientras Liam reía, sacando el móvil del bolsillo de su chaqueta vaquera para comenzar a grabar.-
—Mañana llorará de la vergüenza. -Niall dijo con una pequeña sonrisa divertida dibujada en su rostro.-
Baila una canción entera sin parar, rodeado de los victoreos de sus amigos y del resto de alumnos del instituto. Y al terminar se encontraba sin aliento mientras la habitación completa parecía dar vueltas a su alrededor, así que con cuidado decide sentarse sobre la mesa en un intento de calmar el mareo.
—Ten, bebe un poco. -Liam dijo, entregándole una botella de agua fría.-
—Gracias -Susurra con ojos brillantes y respiración agitada.-
Entonces, antes de que pudiera darse cuenta, un círculo de varias personas se formó al alrededor de los cuatro amigos.
—No me puedo creer que este todo el instituto aquí, definitivamente está fiesta es mejor que la del año pasado. -Una chica morena dijo, ganando la atención de Harry.-
—Todos no, Louis Tomlinson no ha venido. -Otra chica castaña le responde, rodando los ojos antes de darle un sorbo a su vaso de plástico.-
Y estaba claro, Louis nunca había asistido a ninguna fiesta del instituto. Quizás es por su expresión de odiar al mundo, pero a Harry no le sorprende su ausencia.
—Era obvio que no vendría. -Un chico responde en un bufido.-
—Louis, el chico de ojos azules que da miedo. -Fue lo que estúpidamente dijo el rizado, mirando a sus amigos con una pequeña sonrisa.-
—El mismo. -Taylor respondió con una sonrisa, apretando con cuidado sus mejillas sonrojadas por el alcohol.-
—Soñé con él -Anunció hacia sus amigos, aunque quizás, lo gritó sin quererlo.- Teníamos una cita.
Y bueno, aquello era verdad. Había soñado con Louis aquel día que chocaron en los pasillos, pero aquello era un secreto que había jurado llevarse a la tumba. Aunque llegados a aquel punto, ya era demasiado tarde.
Malditas cinco cervezas.
—¿Soñaste con Louis Tomlinson? -Liam pregunta sorprendido.-
—Sí -Asintió con una sonrisa mientras el calor subía hasta sus pálidas mejillas- Fue un sueño bastante salvaje.
Todos a su alrededor soltaron una pequeña risa, y en aquel momento Harry no fue consciente de los móviles a su alrededor que se encontraban grabando la escena descaradamente. Y ahora, un viernes frío por la mañana, vídeos donde confesaba haber tenido un sueño salvaje con Louis Tomlinson rondaban los pasillos del instituto.
Y lo que era todavía peor, todo el mundo pensaba que había tenido un sueño sexual con él.
Así que sí, cambiarse de nombre e irse al lugar más lejano posible es todo lo que quiere hacer. O por lo menos, quedarse eternamente encerrado en los baños del instituto.
***
—Harry, tranquilo -Liam intenta calmarlo minutos después, colocando una mano en su hombro en forma de apoyo.-
—Sí ¿A quien le importa si has tenido un sueño con Louis Tomlinson, el chico del que nadie sabe nada y que posiblemente pegue buenos puñetazos?
El rizado mira a Niall con el ceño.
—No ayudas. -Taylor le dice en un susurro, rodando los ojos.-
Y sí, la rubia también estaba en el baño. Una emergencia es una emergencia.
Se muerde las uñas con nerviosismo mientras miro a mis amigos, pensando en cada escenario posible en el que puede terminar con el puño anillado de Louis en su rostro.
—¡Que vergüenza! -Exclama, moviéndose con nerviosismo de un lado para otro.- Esto es vuestra culpa, sois los culpables de que vaya a mudarme a otro país y me tiña el cabello de un color horrible y extravagante para que nadie pueda reconocerme.
—Estas exagerando. -Liam dice rodando los ojos- Y además, nosotros no te obligamos a beber.
—No estoy exagerando -Niega- Todo el mundo ahí fuera ahora mismo sabe que he tenido un sueño con Louis ¡Y creen que fue sexual!
—Ah -Taylor frunce el ceño.- ¿No lo fue?
Suspira, enterrando su rostro entre sus manos. Siente como sus mejillas se calientan ante la vergüenza, y desea que la tierra lo trague y le escupa en cualquier lugar lejano de aquí.
¿Que debería pensar Louis Tomlinson de él ahora mismo? ¿Se habrá enterado ya?
—¿Tus flores favoritas? -Niall pregunta rompiendo el silencio, haciendo que levante la cabeza para mirarlo confundido.-
—¿Qué?
—Para tu funeral, para cuando Louis se entere.
—Creo que moriré antes de la vergüenza. -Responde en un suspiro.-
—Harry, tranquilo -Taylor dice, acercándose a él para colocar sus manos sobre sus hombros.- Es una tontería, la gente dejará de hablar de esto mañana y Louis no puede hacerte nada dentro del instituto.
Aquello no era exactamente verdad, pero Harry sonríe levemente ante su intento de calmarlo.
—¿Y fuera? -Se atreve a preguntar-
Taylor mira a Liam y Niall con una mueca en busca de ayuda, pero finalmente vuelve a mirarlo con una pequeña sonrisa forzada.
—Consigue un guardaespaldas, por si acaso.
***
Las clases terminan y definitivamente podría haber sido peor.
Louis era un año mayor por lo cual no había compartido ninguna clase con él, y aquello fue un maldito alivio. Aunque tuvo que aguantar las miradas divertidas, los murmuros y las risas que intentaban ser disimuladas pero que realmente no lo eran. Pero no se había encontrado con Louis en ningún momento, así que podría haber sido peor.
Sonríe satisfecho mientras sale del instituto, deseando poder llegar a casa para olvidar el caótico día que había tenido.
Pero al parecer, había cantado victoria demasiado pronto.
—Hey, tú.
La sangre sube hasta sus mejillas de manera instantánea cuando escucha su voz detrás de él, deteniéndose en seco.
Se gira lentamente para afrontarlo, y su corazón se acelera al verlo. Vestía de negro como siempre, tenía su mochila colgando de uno de sus hombros y uno de sus audífonos se encontraba en su oreja mientras el otro colgaba por su pecho. Su cabello castaño estaba despeinado y sus ojos azules parecían más oscuros de lo habitual.
Y por unos segundos, Harry se olvida de cómo respirar.
—Louis, hola. -Le saluda, intentando parecer lo más calmado posible.-
Aunque dista bastante de calma en aquel momento.
—¿Es cierto? -Pregunta directo, mirándolo con aquella expresión seria que siempre parecía tener-
—¿El qué? -El rizado finge no saber de lo que habla, comenzando a jugar con las mangas de su suéter-
Sabía perfectamente de lo que estaba hablando, pero quizás si fingía amnesia podría librarse de las consecuencias.
—Que soñaste conmigo -Aclara.- ¿Es verdad?
Nota como el calor sube hasta mis mejillas, convirtiendo la piel pálida de su rostro en rosado. Oírle decirlo en voz alta lo hace todo más real, hace que sea consciente de que realmente había confesado aquello con todo el mundo de testigos, y ahora Louis lo sabía también.
—Estaba borroso, si soy sincero -Su voz sale más temblorosa de lo que le gustaría admitir, y es consciente de que debe parecer un completo idiota.- Quizás eras tú o era Leonardo DiCaprio.
Louis frunce el ceño pero asiente lentamente. Y Harry se limita a apretar los labios con fuerza, esperando algún tipo de insulto a cambio.
—¿Te importaría no decir algo como eso la próxima vez? Realmente no me gusta ser el centro de atención y ahora todo el mundo está hablando de esto.
Asiente. A pesar de que una parte de él quiera decirle que aunque él no lo sepa, de alguna forma siempre a sido el centro de atención. Que mientras estaba en su mundo con sus audífonos puestos, era el centro de las miradas de prácticamente todos.
Louis caminaba por la pequeña ciudad como si fuera el protagonista de una novela de misterio, y en una ciudad tan pequeña donde no hay mucho que hacer, un misterio sin resolver siempre era una buena opción de entretenimiento.
Todos quieren ser quien lo descifre, quien descubra que hay detrás de aquellos ojos azules que parecían estar vacíos.
—Lo siento, no volverá a pasar.
Porque definitivamente no iba a volver a beber en un largo tiempo.
Louis tiene un intento de sonrisa que más bien sale como una mueca, y aún así, el rizado siente que es mucho mejor que esa expresión seria que siempre tiene.
—Gracias, Harry.
La forma en la que pronuncia su nombre es tan dulce, como si al decirlo saborease cada letra.
Y cuando el castaño se marcha por donde a venido, Harry tan solo puede agradecer el seguir con vida.
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