
Capítulo 29
Lex y Ro me estaban ayudando, estábamos en la casa de Osvaldo organizando todo.
Hoy cumplíamos cinco meses y con la ayuda de mis amigos, Rivs y Aldo había planeado que los antes mencionados lo llevarán a algún lado antes de que mi novio volviera a casa.
Termine de colocar aquellos corazones en forma de Minecraft en las paredes de la sala donde varios globos de diferentes colores flotaban por el techo.
Una pequeña torta estaba en la mesa del comedor, junto con un par de hamburguesas y papas, la botella de vino blanco junto a un par de hielos para que este helada y copas no podían faltar.
—Ya está todo listo — comentó Lex — En el mueble de que el ramo.
—Aldo me dijo que ya están a un par de minutos — informó mi mejor amigo.
—Muchas gracias por todo — agradecí a mis mejores amigos.
Los abracé a cada uno y nos despedimos.
—Me cuentan cómo les fue en la cena familiar de Roier — pedí.
—Te contaré todo — Lex dejo un beso en mi mejilla y corrió al lado de Ro para tomar su mano.
La verdad era que la novia secreta de Roier era Lex, por eso ambos tenían tanto miedo de que lo supiera, sin embargo, yo fui la más feliz al saber la noticia, aunque no me esperaba que esos dos terminaran juntos.
Cerré la puerta con seguro y me senté en el sofá tomando aquel ramo de rosas tejidas que había preparado para mi novio, saque la pequeña caja de mi bolsillo colocándola en el centro de las rosas acomodándola para que se viera junto aquella carta que le prepare.
Tilín se subí a mi regazo y lo acaricie para intentar calmarme, pero cada vez me impacientaba más hasta que la puerta sonó, me levante despacio dejando al can en el mueble.
Agarre el ramo y mire mi novio ingresar a la casa con una gran caja y un par de globos.
Paro en seco al notar que estaba dentro de su casa, su mirada recorrió toda la sala y volvió hacia mí.
—¿Qué haces aquí? — preguntó con una sonrisa cerrando la puerta.
—Feliz aniversario — hablé con una pequeña risa de nervios.
Osvaldo dejo la caja en la pequeña mesa de la sala y se acercó a mí, le entregué el ramo y este lo miró con una tierna sonrisa para luego abrazarme por unos largos minutos.
Alzó mi rostro con una de sus manos y beso mis labios con cuidado sin dejar de mostrar toda la felicidad que sentía.
—Gracias, mi amor — dejo un beso en mi cabeza.
Agarro mi mano y caminamos hacia el comedor.
Los ojos de mi novio irradiaban cierto brillo resplandeciente.
—Es la primera vez que una chica hace esto por mí y la primera vez que me regalan rosas, aunque sean tejidas — comentó y lo abracé por el torso.
—Me alegra ser la primera, abre tu regalo — me separe.
Nos sentamos en la mesa para dos, dejo el ramo en una de las esquinas de la mesa y saco la caja dejando ver los anillos que compré.
—Son anillos de promesa, tiene grabados nuestros apodos — informe.
—Me quedo perfecto — dijo con emoción al ponerse el anillo.
Me acerco el mío y estiré mi mano para que me lo pusiera.
—¿Puedo leer la carta? — asentí.
Abrió aquel sobre azul cielo.
—Que linda letra — mencionó y sonreí observándolo detenidamente.
Sus ojos se deslizaban por la hoja y su sonrisa crecía mediante, en un momento llegó a pasar la mano por sus ojos, limpiando un rastro de pequeñas lagrimas que llegaron a amenazar con desbordarse, tapo su boca y luego se levantó para caminar hacia mí y arrodillarse frente a mí para abrazarme.
—Te amo — murmuró y lo alejé de mí.
—¿Qué?
Era la primera vez que lo decía y sentía que podía morir en ese mismo instante al sentir mi corazón acelerarse.
—Te amo, Bethany — agarró mi mano y dejo un beso en ella — Me haces el hombre más feliz del mundo.
—Yo también te amo Osvi.
Estábamos casi a la misma altura, aunque yo llevaba unos centímetros más que él. Agarré el borde de su camisa y lo atraje a mí para besarlo.
Un pequeño chillido se escuchó.
Ambos nos separamos y nos levantamos para ir a la sala.
Tilín estaba parado en dos patas oliendo la caja que había traído Osvaldo hace unos minutos.
—Cierto — susurró el chico acercándose a su cachorro.
Tomó la caja y se acercó a mí.
—Feliz aniversario.
Agarré la caja y abrí la tapa de esta.
—Espero que te guste, la verdad pensé mucho en esta decisión y Roier me animo porque dijo que tú siempre habías querido un perrito como la que sale en "La dama y el vagabundo" y justamente encontré a este galán en un refugio.
El pequeño perrito de manchas café y blanco dio un pequeño brinco al borde de la caja. Osvaldo me ayudó tomando la caja y yo agarre al perrito entre mis brazos, era una ternura.
Me empezó a lamer la mejilla y reí al sentir cosquillas.
—Es hermoso — comenté con ternura viendo a mi novio — Es el mejor regalo.
—Me alegra que te gustará, le compré una camita y comida que está en mi auto, pensaba ir a tu casa para darte el regalo, pero te me adelantaste — reí al escucharlo.
—Será como nuestro hijo — mencione y el chico asintió caminado a mi lado.
—¿Qué nombre te gustaría ponerle?
—Debe tener un significado especial para ambos — opiné.
—Humberto — dijo Osvaldo y reí.
—No le pondremos el nombre de tu chat — negué.
—Humberto es genial, pero está bien, ¿Mathany?
—¿Cómo nuestro shipp? — pregunte y el de lentes asintió — Pero es muy largo, que tal... Mathy.
El cachorro ladró.
—Parece que le gustó ese, ¿Quién es el pequeño Mathy? — Osvi habló con un tono diferente haciéndole cariños al perro —Tilin, tienes un hermano — alzó al salchicha que olía al otro cachorro.
♡[...]♡
La noche había llegado, de hecho, ya iba a madrugar.
Los perritos descansaban, me coloqué una camisa de Osvaldo y salí al balcón de su habitación donde mi novio llevaba rato.
Me acaba de levantar así que decidí ir a hacerle compañía.
Abrí la puerta corrediza con cuidado de no hacer tanto ruido pues el chico se encontraba concentrado observando la noche estrellada.
—¿Qué haces aquí afuera? — pregunté llamando su atención.
—Solo mirando el cielo, hoy se ve muy lindo — se recostó en el sofá-cama que tenía fuera y levantó la cobija que cubría su cuerpo — Ven, hazme compañía.
Me acerqué y acosté sobre su pecho, Osvi nos arropó y contemplé el cielo.
Esta noche era perfecta...
Me sentía en paz, todo iba relativamente bien y no podía creer todo lo que estaba viviendo.
No podía dejar de pensar que entre nosotros hay algo diferente al amor que no logro explicar, no es que crea en el destino, pero él me hizo dudar....
Desde que lo vi por primera vez en persona y a duras penas le podía hablar, solo quería decirle ese día en aquel jardín: "Que lo peor que puede pasar es que nos gustemos", pero no tuve el valor, aunque lo convencí de salir nuevamente y desde ahí empezó nuestra historia.
Falle en el intento de ocultarle mi amor, perdí la cabeza por él y así logro robarme el corazón, aunque todo siempre es bueno las primeras veces, amarlo aún se siente como un juego de niños.
Cambiaremos constantemente de algún modo y las primeras veces se terminen como cuando las mariposas tímidas en mi estómago ya no vuelven, cuando me da un beso y yo tengo la certeza que siempre habrá más que darnos, cuando ni siquiera se ha ido de mi lado y ya empiezo a extrañarlo.
Estar aquí con él solo me hace entender una cosa...
—Osvaldo — me senté para mirarlo directamente — Creo... — corregí mis palabras — Estoy enamorada de ti.
El chico se acomodó, mi confesión lo había tomado sin aviso.
—Voy a entregarte mi corazón, para que nunca lo devuelvas, desechare cada obsesión, excepto la de Taylor Swift — aclaré bromeando — No me importa si la vida es corta porque yo te tengo a ti y espero que así sea siempre — junte sus manos con las mías — De verdad te amo Osvaldo, por ti volví a confiar y me ayudas a guiarme en medio este mundo, nunca he sentido esto por nadie y me da miedo — deje salir un suspiro — Sé que nada dura para siempre, pero acabarás conmigo y estoy dispuesta a todo.
Solté sus manos y acaricié su rostro.
—Solo no rompas mi corazón, no por ahora — pedí.
—No lo haré, Benny Boo — murmuró el castaño acercándose a mí — Todos los días lo único que pienso es en ti, acostada conmigo toda la noche y si un día muy lejano nuestros caminos se separan te apuesto que esos recuerdos me perseguirán.
Y así sucedió, aunque el tiempo no fue tan lejano...
elmarianaa
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