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7. No es el momento o el lugar adecuado.




Tras pasarse el día entero revolcándose de un lado a otro en su cama, Bella finalmente decidió ponerse de pie para buscar algo de comer. Poco le importaba sobre la boda de Anthony, y consiguió excusarse diciéndole a su padre que se encontraba enferma, por lo que la joven se quedó en la casa.

Caminando por todo su hogar en pijamas era más que lo ideal, algo que necesitaba. Hace días que no hablaba con Benedict, y como tampoco recibió noticias de él, Bella decidió no manifestarse, encerrándose en su habitación leyendo y escribiendo poemas, de vez en cuando visitaba la biblioteca de su padre para hacerle compañía mientras ambos leían. Otras veces salía al patio trasero para tomar aire, pero siempre hacía esas cosas cuando su mente se veía invadida por Benedict.

Sabía que no lo olvidaría de un día para otro, con tan sólo evitarlo, por eso quería intentar pasar el mayor tiempo posible alejada de él.

Por otro lado, Benedict estaba siendo atormentado por sus propios pensamientos  y suposiciones, ya que, el día que invitó a Bella a la academia, se encontró un ramo de flores en la puerta, con una pequeña nota que parecía ser para él de parte de Bella. Se le encogió el corazón al saber que la joven no había ido a visitarlo, o tal vez sí pero no se detuvo a charlar.

[...]

-¿Un baile?- preguntó el Sr. Branwen exaltando a su hija.

-Así es, Señor.- contestó el criado.

-Un baile es bastante insensato, sobretodo tras el reciente escándalo con la boda y su hija menor... este, ¿cómo se llamaba, querida?- habló dirigiéndose a su hija, quien tras días de observación, notó que se encontraba más callada que nunca, permaneciendo en su habitación todo el día.

-Eloise.- respondió Bella, pasando la página de su libro.

-¡Eloise!, siempre pensé que era diferente a su familia, pero veo que tenía toda la razón.- seguía el Sr. Branwen.

-Señor, necesito saber si piensan asistir.- interrumpió el criado.

-¡Claro!- contestó el Sr. Branwen.- A lo mejor te vendría bien, Bella.

-No te preocupes por mí, padre, si tú quieres ir, seré tu acompañante.

-Sabes que me preocupo por ti, tanto como lo hago por mí. Una palabra de aprobación tuya será suficiente para ir, sólo si tú te sientes cómoda asistiendo.

Bella finalmente levantó la mirada de su libro, observando a su padre.- Sí, padre, iremos juntos y nos pondremos nuestros mejores trajes.





[...]


El salón de los Bridgerton se encontraba totalmente vacío, tras pensar que la gente asistiría a el baile y olvidarían sobre el reciente escándalo de una de sus hijas, parecieron equivocarse. Violet Bridgerton, quien bajó de primera por las escaleras, sólo para encontrarse el salón totalmente vacío, fue seguida por el resto de sus hijos, quienes se llevaron la misma sorpresa que su madre.

-A lo mejor es temprano todavía.- comentó Lady Danbury, entrando siendo seguida por Los Sharma.

De pronto, una criada entró en el salón, y para sorpresa de todos, era seguida por los Branwen. Bella iba del brazo con su padre, llevaba un espléndido vestido blanco, que le hacía ver angelical.
Cuando Benedict la vio se sintió aliviado, tras tantos días sin recibir noticias o alguna señal de vida de la joven, verla frente a él era más que aliviador.

-Los Branwen, Señora.- anunció la criada, acto seguido se marchó.

El padre de Bella, al ver la falta de personas, frunció el ceño inmediatamente, imaginándose si había leído con claridad la invitación.- ¿Es que nos hemos equivocado de día, Srta. Bridgerton?

-Parece que la alta sociedad no sabe apreciar una invitación.- contestó Violet.- Pero me alegro mucho de que ustedes estén aquí, aunque estaba a punto de decirle a los músicos que se marchen.

-Madre, por favor no podemos hacerles tal cosa a nuestros invitados.- habló Anthony.- Habrá un bailen, una nueva perspectiva, ¿no?

-¿Un baile?, ¿con quién?- preguntó Colin. La mirada de Benedict se dirigió involuntariamente a Bella, quien observaba a Anthony. 

-¡Hyacinth!- llamó a la menor de los Bridgerton.

Una pequeña joven se asomó por el borde de las escaleras.- ¿Sí, hermano?- preguntó dulcemente.

-Ven aquí y hazme el honor.- anunció Anthony, abriendo los brazos. La chica observó a Gregory emocionada, y sin pensarlo bajó corriendo las escaleras.

-Si ella baila, yo también.- comentó Gregory algo celoso, pero siguiendo a su hermana.

Anthony esperó a su hermana al fondo de la escalera, con una mano extendida para que ella la tomara, haciendo que una sonrisa se formara en el rostro de Bella.

-Vamos, muéstreme los beneficios de las lecciones que ha recibido, Sr. Bridgerton.- habló Lady Danbury divertida. 

-Es mejor que yo.- dijo Eloise sonriente.

Benedict se acercó a la antes mencionada, y Bella se posicionó entre Colin y Gregory, ambos quedando frente a el otro.

-Algo animado, ¡un baile campestre!- ordenó Anthony a los músicos.- Creo que el tema de esta noche es la harmonía, mamá. 

Eloise y Benedict eran pareja de baile, y Bella terminó siendo la de Colin. Cuando la música empezó a sonar, todos bailaban alegremente, riendo con cada paso. El Sr. Branwen quien había decidido tomar asiento, observaba felizmente desde un lado de la habitación. 

En medio del baile, Eloise decidió confrontar a su hermano.- Me parece extraño que desde que la Srta. Branwen llegó, ninguno de los dos se ha dirigido la palabra.

-No he sabido nada de ella en días.

-Sería más que razón suficiente como para hablar con ella.- insistió Eloise.

Benedict echó una mirada rápida a Bella, quien bailaba con Colin, mientras ambos reían y hablaban en mitad del baile. Benedict admiraba la belleza de la joven, lo hermosa que se veía en ese vestido blanco que le quedaba de maravilla. Su cabello rebotaba levemente mientras bailaba, y lo más maravilloso de todo era su sonrisa, además de la dicha de que podía escuchar desde allí su risa. Aunque saber que todo eso estaba siendo dedicado a Colin y no a él le partía el alma en mil pedazos. Quería interrumpir el baile y pedirle que cambiaran de pareja, quería bailar toda la noche con ella y besarla de nuevo.

Cuando fue momento de cambiar de pareja, Benedict trató de ser rápido y dirigirse a Arabella, sin embargo, la joven fue veloz en escoger a Kate, quien amablemente la recibió, riendo inmediatamente cuando ambas comenzaron el baile de nuevo. Benedict terminó bailando con Hyacinth, a pesar de que no era Bella, se lo pasó muy bien con su hermana.

De pronto, notó que de vez en cuando, Bella lo miraba en medio del baile, eran miradas rápidas y casi imposibles de captar, pero una vez que se dio cuenta, no había manera de dejarlas de notar.

Una tercera vez llegó para cambiar de pareja, y Benedict no pretendía dejar esa oportunidad pasar por alto. En cuanto Kate se alejó, terminando con Anthony, Benedict se apresuró a la joven. Bella no se aguantó y soltó una pequeña sonrisa, tomando su mano sin dudarlo ni un segundo, ella y Benedict comenzaron a bailar felizmente. 

Esta vez Benedict se sentía más que complacido al ver que Bella se reía con él, como sus manos se tocaban debido a la falta de guantes de Bella, lo cual hacía el baile más íntimo entre ellos. Benedict quería decir algo, quería decir montones de cosas al mismo tiempo, pero sabía que no era el lugar o el momento adecuado. 

-Es muy bueno verte de nuevo.- comentó el Bridgerton. Bella asintió solamente.- aunque tras tu ausencia en la academia, me había preocupado muchísimo por ti.

-Podías haberme ido a visitar.- contestó Bella.

-Es que, no sabía si querías verme, las cosas han estado un poco extrañas entre nosotros.

-Siempre estoy dispuesta a hablar, creí que éramos amigos.

Dicho esto, la pequeña sonrisa de Benedict se desplomó, y una sonrisa más bien malvada se formó en los labios de Bella. Benedict intensificó su agarre en la joven, posando una mano firmemente en su cintura, mirándola con puro deseo. Cuando la música pareció terminar, el agarre de Benedict tardó en dejar a la joven, sus dedos se deslizaron por el vestido de ella, y sus manos fueron dejándola lentamente. 

Acto seguido se separaron sin dejar de mirarse. Bella quería irse con él inmediatamente, quería besarlo sin parar, hasta que la respiración le faltara, quería oír lo que Benedict le diría, si sentía lo mismo. Por otro lado, Benedict quería justo lo mismo, quería admirar su belleza desde cerca y besar cada parte de su cuerpo. Quería dormir a su lado, y cuando despertara pensar que había sido todo un sueño, sólo para encontrársela de nuevo a su lado durmiendo plácidamente, negando sus pensamientos anteriores.

Estaban tan sumergidos en sus pensamientos, que les costó darse cuenta de que la mayoría estaba abandonando el salón, dejándolos acompañados de Lady Danbury, Violet y el Sr. Branwen. Sin embargo, Bella y Benedict salieron del salón deseando que se seguirse mutuamente sin tener que pedirlo. 

Cuando estuvieron fuera de la vista de los ante mencionados, Benedict se acercó a Bella y la tomó de la mano, la joven no protestó ni un segundo y lo siguió silenciosamente. Siendo guiada por el Bridgerton, terminaron en la habitación de Benedict, donde el joven cerró la puerta, pasándole la llave. Acto seguid, se giró a Bella y la observó atentamente.

-Benedict, ¿qué hacemos aquí?- preguntó la joven, había perdido la noción de tiempo y espacio dejándose guiar únicamente por sus deseos.

-Necesitaba tiempo a solas contigo.- admitió él.

-¿Querías hablar de algo en específico?

-¿Por qué dejaste un ramo de flores tirado en la puerta?- preguntó directamente, Bella se tensó ante sus palabras poniendo en duda si debía decírselo o no.

-No vi oportuna mi presencia en aquella habitación.

-¿No viste oportuna tu presencia?, sabías perfectamente lo emocionado que estaba por tenerte en la academia, te pensaba dar un tour.

-Te veías ocupado con un joven, tal vez no te parezca una locura cortejarla a ella.- contestó Bella amargamente.

-Ella no es nadie, no es nadie comparada contigo. Tú, Bella, lo eres todo para mí, y saber que no viste oportuna tu presencia sólo porque yo hablaba con otra joven de la academia me duele tanto como me parece estúpido que lo creas de esa manera. Sé que no soy el mejor dejando mis intenciones claras, pero debes saber que tenerte allí era lo único que deseaba.

-¿Entonces por qué no fuiste a visitarme?

-Actúe con insensatez, lo admito, pero debes saber que a pesar de que no fui a visitarte, no has abandonado mi mente o pensamientos estos últimos días. Bella guardó silencio.- Incluso creo que he estado soñando contigo, y sinceramente fue un sueño bastante agradable.

-¿Qué ocurría en el sueño?- cuestionó ella, su voz era casi como un susurro.

-Nos besábamos.- contestó Benedict firmemente.

-Yo también lo he soñado.- admitió Bella.- Aunque creo que esto es confirmación suficiente de que no fue un sueño. 

Bella tragó saliva, observando a Benedict deseosa, y sin pensarlo dos veces, se acercó al joven, uniendo sus labios apasionadamente. Benedict no se quedó tranquilo, había anhelado tanto ese momento, que se notaba su necesidad. Sus manos recorrían el cuerpo de la joven, deseando más de ella. 

Bella pasaba las manos por su cabello mientras su labios se movían rápidamente. Acariciaba su pecho, a la vez que Benedict acariciaba su espalda de arriba a abajo.

Ese momento, en el que ambos estaban una vez más tan sumergidos en el otro, que se olvidaban del mundo entero, fue interrumpido por una llamada en la puerta y la voz de Eloise.

-¡Benedict!

-En un momento, hermana.- contestó el joven, su respiración era agitada, al igual que la de Bella. Las mejillas de la chica estaban rosadas y su cuerpo se sentía cálido. Observó al Bridgerton con miedo, no sabía qué hacer.

Benedict abrió la puerta y abruptamente salió Bella, sin decir adiós, se encaminó a su padre deseosa por irse de allí.

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