3. Aubrey Hall.
El cuerpo de Bella seguía inmóvil, reposaba tranquilamente en la cama del joven Bridgerton. Por otra parte, Benedict, se encontraba en el otro lado de la habitación, trabajando en un nuevo cuadro, había levantado una de las cortinas de la habitación, sin embargo, se aseguro de que estuviera alejada de la joven, para que la luz no la molestara.
En un momento específico, Bella comenzó a moverse repetidas veces en la cama, llamando la atención de Benedict. La chica de pronto abrió los ojos, y miro lentamente a sus alrededores. Por un momento sintió que estaba soñando, ya que al encontrarse con Benedict de pie en el otro lado de la habitación, se sintió en las nubes. Su mirada escaneó el cuerpo de Benedict, quien pintaba algo con gran dedicación, aunque cuando se dio cuenta que ella lo miraba, él le dedicó una pequeña sonrisa.
-¿Qué tal dormiste, Arabella?- preguntó el joven, dejando de lado su pincel.
-Mucho mejor que anoche.- respondió Bella adormilada.
Benedict sintió ternura por la chica, al verla bien descansada y con energía de nuevo.- Me alegro mucho, tendrás hambre.- supuso él.
-Así es, pero no puedo quedarme aquí más tiempo, por cierto, ¿cuánto he dormido?- preguntó Bella.
-De hecho me sorprende que no hayas dormido tanto.- contestó él.- No más de una hora.
-Eso ya es suficiente.- La joven se dirigió a un espejo que tenía Benedict a un lado de la cama, se empezó a arreglar el cabello para a continuación ponerse su sombrero.- Además, no quiero molestarte más, Benedict.- admitió Arabella.
Benedict rió negando con la cabeza.- No digas tonterías, Bella.- respondió, se levantó de su asiento y se acercó un poco más a la joven.- No es molestia alguna.
Bella se giró para verlo mejor que a través del espejo, su corazón latía con rapidez cuando notó lo cerca que estaba del Bridgerton.- Debería regresar a casa, Benedict.- anunció la joven, en voz baja.
Benedict la miró detenidamente, acto seguido asintió lentamente, desviando su mirada de la chica. Le hacía sufrir saber que la tenía tan cerca pero no podía hacer nada al respecto. Quería tomar su rostro entre sus manos y admirarla desde cerca, quería besarla hasta que fueran atrapados por alguien más, quería que todo el mundo supiera lo mucho que deseaba a Arabella.
[...]
-¡Arabella, ha llegado una invitación para ti!- La voz del Señor Branwen se escuchó desde la habitación de al lado. Bella caminó rápidamente hasta donde se encontraba su padre para descubrir de quién era la invitación.- De los Bridgerton.- anunció.
-¿Estás seguro?- cuestionó Bella, tomó la carta, y leyó rápidamente los párrafos, saltando entre líneas. Efectivamente era de los Bridgerton, invitándola a pasar el día en Aubrey Hall, la casa antigua de la familia.- Padre, esta no es cualquier invitación.- murmuró la joven.
-¿Aubrey Hall?- leyó el señor Branwen impresionado.- Sabía que había algo entre tú y Benedict pero nunca me llegué a imaginar que él te estuviera cortejando.
-Yo tampoco lo sé, padre.- Bella sonrió inocentemente al pensamiento de que Benedict estuviera cortejándola.- Tal vez sí lo está haciendo.
-Finalmente.
[...]
Días después de aquella insufrible tarde, Benedict se torturaba así mismo con el recuerdo de Bella en su habitación. Tras sopesarlo más de lo que le gustaría admitirlo, decidió invitar a Arabella a Aubrey Hall. Una decisión que llegó a oídos de su familia entera.
-He decidido invitar a Arabella a pasar el día con nosotros.- anunció Benedict, mientras se adentraba en la habitación.
-¿A qué viene la invitación?- preguntó Colin intrigado.
-Oh dios mío, ¿la estás cortejando?- la voz de su madre se hizo presente.
Benedict realmente no lo había pensado de esa manera.- no lo sé, ¿lo estoy haciendo?- cuestionó preocupado.
-Es lo que parece, hermano.- contestó Colin.
-Arabella es demasiado inteligente como para caer en la miseria de un matrimonio.- interrumpió Eloise.
-Muchas gracias, hermana.- respondió Benedict sarcásticamente.
-Quizás la señorita Branwen acepte tu cortejo.- habló Daphne.
-Pues mucha suerte a ella si lo hace.- murmuró Eloise.
La señorita Bridgerton tomó delicadamente a Benedict por el brazo, apartándolo de la conversación con su hermano.-¿Es en serio lo que dicen, Benedict?- su madre intentaba claramente esconder su sonrisa.
-Madre, sólo la he invitado a pasar el día con nosotros.- contestó Benedict.
-Sabes que podría confundirlo con que la estás cortejando, ¿no?
-Madre, conozco a la señorita Branwen, no creo que ella piense que la estoy cortejando.- le aseguró Benedict.
Por otro lado, Bella y su padre realmente estaban imaginando que Benedict quería cortejar a la joven. Bella sopesaba que vestido se pondría, qué peinado llevaría, incluso qué jabón usaría para darse un baño. La joven jamás se imaginó que Benedict finalmente abriría los ojos y se daría cuenta que a ella le gusta. Aunque, a la chica también le tomó tiempo darse cuenta de sus sentimientos, sabía que tendría que dejar que Benedict le declarara sus intenciones.
[...]
El carruaje en camino a Aubrey Hall estaba silencioso, era sólo Bella en él. La joven Bella jugaba nerviosamente con sus manos, sus pensamientos llenos de imaginaciones sobre Benedict y razones por las cuales él la invitó a pasar el día con su familia.
Le pasó por la cabeza que tal vez el joven la estaba cortejando, y sonrió a la idea de que eso fuera verdad. Claro que no descartó que simplemente la invitara como lo hacía usualmente, pero es que no era cualquier otra invitación, era a Aubrey Hall. Bella era consciente de la historia de Aubrey Hall y la muerte del padre de Benedict en aquella casa, por eso le extrañó recibir aquella inusual invitación.
Todo el rato pensó en qué diría o cómo actuaría delante de los Bridgerton, temía que si decía o hacía algo erróneo, Benedict perdiera sus sentimientos por ella, si es que habían algunos.
Cuando el carruaje se detuvo frente a la gran estructura, Bella se sintió intimidada e intentó mantener la calma. La puerta fue abierta por uno de los criados, quien le dio la bienvenida al lugar. Arabella bajó del carruaje observando la casa. De pronto la gran puerta se abrió de par en par, y un sonriente Benedict la recibió. Arabella tomó aire antes de devolverle la sonrisa, nerviosamente se acercó hasta él.
-Espero que no haya sido un viaje tedioso.- habló Benedict. Él notó el nerviosismo de Bella, la manera en la que no pudo caminar hacia él sin mirarlo a los ojos la expuso bastante.
-Para nada, ha sido encantador.- admitió la joven.- Y estoy muy agradecida por tu inesperada invitación.
-Bueno, tampoco es tan inesperada, Es decir, tú siempre visitas la casa principal.
-Exacto, nunca había visitado esta.- le recordó.
Benedict y ella comenzaron a caminar por el largo pasillo de la casa que dirigía hacia el patio trasero, donde se encontraban los Bridgerton y los Sharma.
-Sabes algo curioso.- dijo Benedict, Bella levantó la mirada rápidamente.- Mi familia entera insinúa que te estoy cortejando.- contó soltando una pequeña risa. Bella forzó una risa, sin saber qué responder.- ¿No es un poco absurdo?- cuestionó Benedict.
Si por absurdo lo tomaba, no quería ni imaginar lo que pensaba Bella en ese momento. Se sintió como una completa tonta, haciéndose falsas ilusiones con algo que ya ha ocurrido antes. Arabella asintió con el cuerpo un poco inmóvil y la sonrisa más falsa que Benedict jamás había visto.- Sí, es totalmente absurdo.- respondió Bella.- Es decir, ¿Quién pensaría que tú harías tal cosa?, es que ni siquiera tendríamos futuro juntos.- soltó Bella repentinamente. La pequeña risa de Benedict desapareció casi instantáneamente. Bella se giró de nuevo y comenzó a caminar al patio trasero.
Benedict sintió su garganta seca de pronto, las palabras de Bella le hicieron más daño del que se pudiera imaginar, quería una respuesta y su opinión, y lamentablemente eso era lo que recibió. Cuando llegó al último escalón, Benedict observó detenidamente como su familia saludaba alegremente a Bella. Como su madre lo veía con una sonrisa juguetona porque aún creía que él intentaba cortejarla.
Por otro lado, Bella que ponía todo su esfuerzo en no romper en llanto delante de los Bridgerton y los Sharma. Eloise, sin embargo no pasó por alto sus pocas interacciones con los presentes. Se acercó a ella mientras que Anthony y la señorita Sharma discutían sobre el juego.
-¿Te ocurre algo?- preguntó Eloise, Bella se giró rápidamente e hizo una mueca.
-No me gustaría hablarlo ahora.- murmuró, a unos metros de ellas, Benedict observaba la conversación.- No cuando Benedict nos observa.
-De acuerdo.- contestó.-¡Me retiro del juego!, la señorita Branwen me ha pedido un tour por la maravillosa casa.- anunció la joven.- ¿No es así, señorita Branwen?
-Por supuesto que sí, señorita Bridgerton, estoy deseando ese tour.
-¿Por qué no lo hace Benedict?- cuestionó Colin burlonamente.
-Estoy segura de que la señorita Bridgerton hará un trabajo excelente.- contestó Bella.
-Pero si Eloise no conoce la casa entera.- interfirió Anthony confundido.
Eloise y Bella hicieron caso omiso a las recomendaciones de los demás, levantando sospechas entre ellos y su situación actual. Daphne y su madre se miraron confundidas, Daphne decidió acercarse a Benedict, quien lucía desconcertado.
-Me encantaría saber qué has hecho ahora, hermano.- susurró.
[...]
En cuanto Eloise cerró las puertas de su habitación, Bella rompió en llanto. Eloise fue rápida en pasarle un pañuelo e intentar hacer que ella le explicara lo que ocurría. Bella sorbía repetidas veces por la nariz, mientras intentaba formular una frase coherente que le explicara la situación a Eloise.
-Benedict, él me ha hecho creer.- sorbió por la nariz, acto seguido suspiró tratando de dejar de llorar de forma irracional.- me ha hecho creer que le gusto, es decir quién invita a su supuesta amiga a pasar el día con su familia en un lugar tan especial.- sollozó, reposaba su cabeza de lado en las piernas de Eloise mientras esta acariciaba su cabello.- Anthony lo ha hecho con Edwina, ¿por qué sería diferente conmigo?- preguntó indignada.
-Amo mucho a mi hermano, pero he de admitir que a veces es de lo peor. Y te compadezco por tener que atravesar por tal sufrimiento sólo porque él no sabe poner 2 más 2 juntos.
-¿A qué te refieres?- preguntó Bella, el llanto incontrolable se había detenido.
-Me refiero a que, tú y él sí tienen algo, sólo que ambos están demasiado ciegos como para darse cuenta. Mi familia entera lo sabe.- admitió.- La señorita Edwina lo insinuó cuando el criado anunció tú llegada, y estoy muy segura de que la mismísima Lady Whistledown también lo sabría. Es tan estúpido que tengas que sufrir por amor cuando este es correspondido.
[...]
El resto de la tarde apenas se le vio el rostro a Bella por la casa. Cuando el partido terminó, Benedict salió casi corriendo a su habitación donde se encerró a pensar en lo ocurrido. Colin decidió visitarlo antes de la cena para asegurase de que todo estaba bien.
-He estado pensando...- empezó Benedict.
-Espero que lo hagas finalmente, porque hasta ahora no has sido más que estúpido.- le interrumpió Colin.
-Tengo muchas cosas en mi mente como para ser sermoneado por mi hermano menor.- se quejó Benedict.
-¿Qué otras cosas te preocupan?, aparte de tu cuestionable relación con la señorita Branwen.
-He mandado una solicitud a la academia de artes y aún no he recibido una respuesta.- Colin notó como su hermano no negó lo de la señorita Branwen, pero decidió no mencionarlo.
-Tengo algo para tus nervios.- le contó, a Benedict se le iluminaron los ojos. Colin sacó del bolsillo de su chaqueta, una pequeña bolsa de tela que contenía un polvo lila. Lo acercó a la taza de té de Benedict y le echó menos de la mitad de una cucharada.
-¿Qué es esto?- cuestionó Benedict.
-No estoy muy seguro, pero sé que si tomas esto, estarás muy relajado.- Benedict observó a su hermano por unos segundos, y sin pensarlo dos veces, Benedict le arrancó la bolsa de sus manos, se sirvió todo el polvo lila, y tras revolverlo un par de veces se lo bebió de una sola sentada.
-Sabe a mierda.- se quejó Benedict intentando no vomitarlo.
-Te he dicho que no estoy seguro de qué es.
El resto de la tarde fue, interesante. Cuando los efectos de aquel té comenzaron a hacer efecto, Benedict empezó a buscar como loco a la señorita Branwen, quien mantenía una animada conversación con Eloise a las afueras de Aubrey Hall. Cuando se anunció que la cena estaba finalmente lista, todos los presentes se dirigieron al comedor.
-¡Bella!- gritó Benedict de emoción.- ¿Dónde te habías metido?
Bella pensó por un momento que Benedict le estaba jugando una pesada broma, pero cuando se acercó a él, se fijó en que estaba cubierto en sudor y su emoción y alegría no parecían normales.- Estaba dando un paseo con Eloise.- respondió la rubia.
-Tengo que contarte algo muy importante.- murmuró, acto seguido soltó una risita. Bella sin querer hizo lo mismo.- He aplicado para la academia de artes.- le contó a Bella.
Lo curioso fue lo cerca que se encontraban del otro, pero debido a las condiciones en las que Benedict se encontraba, era poco probable que notara la corta distancia. Además de que le estaba susurrando las cosas al oído, la mano de Benedict estaba apoyada en el muslo de Bella para evitar caerse.
-Eso es grandioso, Benedict.- contestó Arabella.-¿Cuándo recibirás la respuesta?
-Es muy probable que se esta semana.- contestó. Esta vez su nariz rozaba con las suaves mejillas de Bella, que se enrojecieron con el mínimo contacto que tuvieron.
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