No puedo creer lo que me dice Areli, pero en cuestión de minutos al ver que su silla se ha ido y él no regresa, me voy haciendo más la idea.

Dejo de sentirme enfadada con él para sentirme muy extraña, como si algo no estuviera bien. Scott tenía un coche por lo que podría volver cuando quisiera si él deseaba verme.

—Ya vuelvo —le digo a Areli cuando veo salir al director de su remolque.

No era la persona con la quisiera hablar, pero en este momento necesito una explicación.

—Señorita Rose, se ve reluciente esta mañana —me saluda con una sonrisa antes de bajar su mirada con las gafas de sol. Era repugnante, pero respire hondo, a veces también se debe aprender a ser hipócritas.

—No he visto a mi compañero hoy, se suponía que íbamos a grabar la escena del león —le comento con una sonrisa y una voz dulce.

—Él decidió marcharse —dice él director luego de mirar hacia atrás de mí dónde estaba Areli— por ti.

—No comprendo —le digo confundida porque así me siento.

—Dijo que eras poco profesional y lo tenías cansado con tus acosos —deja salir el director con la voz de Scott haciéndome sentir un poco dolida.

No podía creer lo mucho que Scott podría hacer que me irritara incluso en la distancia.

— ¿Él dijo eso? —pregunto un poco alterada obligándome a tragar saliva para recuperar la cordura.

—Sí —responde así sin más— él pidió el doble y el cambio de campamento de grabación.

El director nos había comentado que había dos campamentos uno donde estábamos ahora mismo que era el principal y el otro al otro extremo del continente donde se grababan escenas más relacionadas con la sábana, ese puesto estaba a cargo solo de camarógrafos al ser solo escenas de vídeo con el único fin de aportar relleno a la película.

—Sin embargo, con el señor Matt no notará la diferencia, confíe en mí —dice él con el fin de animarme, pero por dentro solo quiero asesinarlo también.

—La mayoría de las escenas ya están grabadas, pronto se terminará esto —le respondo sonriendo mientras me alejo con el deseo de nunca haberme acercado, ese tipo solo arruinaba mi vida.

Lo que Scott dijera no me había dolido realmente, solo me sentía decepcionada de él o de misma, no estaba muy segura.

§§§§§§§§§§§§§§§§§§

Cuando Azucena llego tuvo que maquillar al doble de Scott, puesto que Areli ya había terminado conmigo unos minutos antes.

Él intentó coquetearme y entablar una conversación conmigo, pero fui más cortante que Scott al principio.

Lo bueno de actuar, era que podía ser una persona totalmente diferente a como me sentía ahora mismo, de alguna forma me olvidaba de mi terrible suerte y me centraba en mi trabajo.

La mayoría de las escenas son grabadas por el grupo de extranjeros y conmigo, la voz de Scott es casi interpretada por Matt que solo lo grabaron de espaldas o ángulos donde su cara no se enfoque. Fue algo sencillo para las escenas que estaba acostumbrada, recogí mi libreto de mi silla y cuando quise pararme derecha el director me estaba observando.

—Lo hiciste bien señorita Rose, pensé que el cambio del señor Scott la afectaría —deja salir con mucha ironía.

—En lo absoluto —le digo con una sonrisa, pero él me detiene el avance.

—Creo que ya estás captando la idea —me dice dándole palmadas a mi espalda.

Su toque se sentía repugnante, pero hice como que entendí lo que dijo para tomarlo como si fuera un cumplido, después de todo era fácil para mí, soy una actriz.

—Sin embargo, te hace falta demasiado camino por recorrer, ¿recuerdas a la señorita Alicia? —pregunta él y yo asiento con la cabeza, esa mujer vulgar que quiere quitarme a Scott.

—Ella es lo que tú necesitas todavía, extrovertida, entusiasta y menos inocente —deja salir con una sonrisa muy grande mientras baja su mano hasta mi trasero.

Trago saliva al tiempo que aprieto el libreto en mis brazos de la rabia que estoy sintiendo, pero trato de mantener la idea de lo importante que es mi trabajo en mi cabeza hasta que él la quita y puedo respirar.

—Ten algo muy presente, eres hermosa ahora mismo, pero ¿cuánto crees que dure tu belleza? —continúa él separándose de mí para luego preguntarme.

Niego con la cabeza antes de murmurar que no lo sabía.

—Será muy poco y cuando eso suceda quedarás fuera de esto, ya no valdrás nada —deja salir alejándose de mí— después de todo es la razón por la que estás aquí.

Solo quería que la tierra se abriera y me tragara, era un balde de agua fría cayendo sobre mí.

El maldito de Scott tenía razón sobre él director y me siento como una tonta, pero rabiosa con él por burlarme de lo que decía.

§§§§§§§§§§§§§§§§§§

Despierto en la madrugada por primera vez tranquila en mucho tiempo, no había soñado nada en lo absoluto, por lo que nuevamente me sentí muy extraña como en la mañana, su coche no seguía ahí y Scott se había ido muy lejos. Lo más raro de esto es que no conocía a Scott en lo absoluto, pero nunca pensé que haría algo para destruirme de esa forma porque cuando lo miraba a los ojos había tanta sinceridad y misterio, sin embargo, estas últimas horas él me hecho sentir como si estuviera muerta, como si fuera culpa mía. Me siento sobre la cama y pongo una mano sobre mi cabeza en medio de la oscuridad, me sentía tan confundida y dolida por dentro, pero sólo había gritos de silencio en mi interior. Me dolía el pecho y las manos me temblaban, quería que el mundo me tragara y me escupiera lejos de este maldito lugar, aprieto mis dientes para contener las lágrimas que quieren salir por toda esta situación, este día demostraba que el amor podía doler de la misma forma en cualquier edad y como alguien puede romperte en miles de piezas tiradas por ahí. Todo el amor que sentíamos lo había pisado hasta que no había quedado nada de lo cual aferrarme después, solo un profundo vacío que no parece llenarse. Una parte de mi quería que regresará y acabará con esto, pero otra no podía ver un final para todo esto. Arrojo mi almohada hacia la pared antes de empezar a golpear el colchón por lo injusto que es estar en esta situación, el llanto sale de mi boca tan rápido como me aferraba a su camisa que estaba doblada a un lado de la cama, su aroma hizo que mis ojos se llenarán de lágrimas al intentar llamarlo con las pocas fuerzas que me quedan. Las lágrimas bajaron despacio por mis mejillas mezclándose con mi llanto descontrolado. Debía estar bien, pero no me sentía para nada bien, me sentía muerta y con ganas de desaparecer.