Capítulo veinte
Solo me mira unos segundos antes de bajar del coche sin decir adiós, pero era algo a lo que me había acostumbrado y para mi sorpresa ya no conseguía irritarme.
Nos separamos luego de que yo saliera del coche, pero nuevamente me detuve para verlo irse entre los remolques mientras yo me dirija hacia la cocina.
—Oh Dios mío —escucho la voz preocupada de Azucena antes de mirarla sorprendida correr hacia mí— ¿Dónde ha estado?
—Salí a caminar —le contesto tranquila enderezando un poco mi cadera.
—Estábamos muy preocupadas, salimos a buscarte —dice ella cuando de repente me entrega un abrazo.
Le devuelvo el gesto con mucha vergüenza al darme cuenta las consecuencias de mi inmadurez por salir de ese modo.
— ¿Alguien más sabe de esto? —le pregunto cuando ella se separa de mí.
—No, el director ha estado ocupado grabando varias escenas y recientemente envío a Areli a buscar a Scott, pero creo haber visto que no lo encontró en su remolque —me responde mientras caminamos hacia la cocina.
Espero que Areli se cruce en su camino o podría tener problemas con el director.
Veo Azucena incomodarse cuando me entrega la taza de café.
—Sé que no tiene la suficiente confianza en mí, pero señorita nos preocupa mucho... —deja la frase a medias mirando hacia el suelo. No tenía que completarla, yo sabía que se refería a Scott y ella por mucho que yo no lo quisiera aceptar, tenía razón.
Todo se asunto de los sueños y Scott se volvió como un fuerte remolino que me estaba consumiendo sin ponerle un freno. Me había concentrado tanto en él que había olvidado algo muy importante y es que mi verdadero objetivo es realizar mi trabajo, no jugar a los enamorados con alguien que todavía no conozco en lo absoluto.
Tomo un poco de café mientras coloco una mano sobre la mesa para cerrar los ojos y respirar un poco.
Había vivido los momentos más ardientes y locos en los últimos días, estoy segura de que los viviría una y otra vez si me lo preguntarán, pero me había segado tanto en la belleza y el misterio de Scott que había descuidado mi trabajo.
La observación que me hizo el director ayer tenía más sentido en mi mente, había perdido mi balance, pero no significaba que debía seguir perdido, porque puedo cambiar las cosas cuando yo quiera.
No estaba enamorada de Scott, pero me gustaba demasiado por lo que no era un problema, supongo que antes no podía jugar el mismo juego de él, sin embargo, cuando vuelvo a ver Azucena, sé que tendré que hacerlo.
—Tendré más cuidado, gracias Azucena —le digo con toda la sinceridad que encuentro porque realmente me ayudó a volver a mí.
—Sé que lo hará señorita —me responde con nuevamente un abrazo.
Se sentía bien tener este tipo de contacto, el aprecio de las personas te puede ayudar a encontrar la realidad en un camino de tinieblas.
—Había unas rosas bellísimas en su habitación —deja salir Azucena y yo la miro un poco sorprendida que ella interpreta que me ha molestado que entrará a mi remolque por lo que se disculpa mientras niego con la cabeza.
—No sabía que había rosas ahí —miento con una sonrisa.
—Deben ser de él —continúa Azucena en voz baja— cuando me acerque para olerlas tenían su aroma, ya sabe a...
Ella intenta buscar la palabra mientras cierra sus ojos, pero yo conozco ese aroma a la perfección.
—Al mar —la ayudo respirando hondo también.
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Están grabando las escenas finales de la película cuando nos acercamos hacia el puesto de maquillaje donde Areli termina de arreglar a Scott que me mira, pero yo cruzo la mirada para seguir hablando con Azucena sobre los animales que conocí esta tarde.
Las luces provenientes de unas grandes linternas nos apuntan brevemente antes de dirigirse hacia los actores que están atrapados dentro del coche.
Resulta que por el camino hacia las pirámides de Guiza el combustible se agotó y nos vimos baratos a mitad de la sábana, sin embargo, mientras dormíamos dentro del coche un león se quedó de guardia cerca al auto atrapándonos durante casi toda la película hasta que llegan los rescatistas que aparecieron escenas atrás cuyos actores al parecer abandonaron el set.
Nos detenemos frente a ellos para contemplar la cámara hacer tomas de los dos actores que tienen una conversación romántica y trágica acerca de que no pueden resistir más el hambre, pero que permanecerá a su lado bajo cualquier circunstancia para luego besarse.
El trabajo de Areli y Azucena en sus rostros para demostrar la falta de alimento y agua es impresionante. Hasta yo no puedo evitar sentirme conmovida por la escena mientras las lágrimas falsas bajan por sus mejillas sin dejar de besarse, ese era el problema de estas historias, no son nada parecidas a la vida real y estaba bien, les daba a las personas cierto tipo de esperanza de que las cosas pueden ser igual de fuertes.
No volteo a ver a Scott cuando se levanta, solo me siento sin más en donde hace un momento estaba sentado mientras tomo mi guion que debieron haber traído las chicas.
—Gracias —les digo luego de abrirlo para buscar la escena que vamos a grabar hoy, que básicamente es estar acostada al lado de Scott diciéndole cosas románticas que ahora mismo no quiero decirle.
Creo que ese el problema de ser actor, todos los días eres una persona que no quieres ser, pero que te ves obligada a mostrar al mundo.
Sé que me veo horrible cuando Azucena y Areli terminan de arreglarme, por lo que no me miro en el espejo que tiene todos los bombillos iluminados.
—Yo también estaba preocupada por usted señorita —dice Areli cuando me levanto con una sonrisa en su rostro aun sosteniendo el peine.
Le doy una sonrisa de regreso antes de dirigirme hacia donde está el director para que me explique lo que tengo que hacer a más detalle mientras los otros dos actores salen del vehículo para que las cámaras puedan entrar y grabarnos a nosotros.
Asiento con la cabeza las órdenes que me da el director mientras señala el vehículo y le explica a Scott lo que debe hacer, pero por el rabillo del ojo compruebo que su actitud sería regresó de nuevo.
Él entra al coche primero para acostarse y hacerme espacio para que yo me ponga alrededor de sus brazos.
Debajo de nosotros se activa un ventilador tan silencioso que no somos capaces de escuchar el motor, pero que pronto nos pone a temblar mientras que Scott me abraza con más fuerza.
La claqueta suena indicándonos que la grabación empezó.
—Tengo miedo Máx —le murmuro titubeante.
—Estaremos a salvo, confía en mí —me responde con dulzura mientras que sin pensarlo me siento conmovida por sus palabras.
—No sé si pueda continuar —le digo ahogándome con mi voz.
—No digas eso por favor —me pide tomando mi mano para apretarla con fuerza.
—Quiero poder seguir a tu lado, Máx —le digo con las lágrimas bajando por mis ojos.
No podía creer que estuviera llorando en un momento así, pero realmente estaba sintiendo esta escena en mi pecho y no podía contenerme, fui una completa ilusa al creer que no me había enamorado de este tipo cuando mi corazón está latiendo con fuerza por él en estos momentos.
Sé que la escena debe parar y volverse a grabar, pero la grabación continúa y Scott me abraza con más fuerza.
—Estoy aquí a tu lado, soy real y soy tuyo, siempre lo has sabido —continúa él con fuerza y dulzura.
—Ven, no llores —dice de repente improvisando antes de darme la vuelta para quedar frente a su pecho. El aroma a mar inunda mis pulmones mientras pienso en lo injusto que es todo esto, yo quiero que sea así conmigo fuera de todo esto, pero no puedo sentirme como una tonta haciéndome llorar mucho sobre su pecho con sus brazos rodeándome con más fuerza
—Puedes estar tranquila yo siempre te protegeré —murmura en mi oído.
—Te amo, Máx —le digo entre lágrimas antes de que la claqueta suene indicando el final.
— ¿Estas bien? —pregunta Scott en voz baja, pero yo ya estoy saliendo del auto para recibir el regaño del director.
Me limpio las lágrimas que han arruinado el trabajo de Areli y Azucena con la cabeza inclinada mientras me dirijo hacia donde está el director.
El solo me mira con aspecto serio antes de empezar a aplaudir.
—Fue perfecta —me dice aplaudiendo— hasta yo me creí lo que decías.
Quedo totalmente impresionada cuando él se acerca a mí para golpear mi cadera con la palma de su mano.
—La próxima vez avísame que harás algo así —dice en tono de chiste— muy bien chicos no es necesario volver a grabar esa escena.
—También te felicito Scott, buen trabajo —le dice luego de verlo salir del coche cubriéndose la entrepierna con las manos— hacía mucho frío ahí dentro ¿no?
Solo el director se ríe mientras yo miro a Scott avergonzada, pero él solo muestra una expresión de preocupación, seriedad y molestia.
—Ven a verme a solas más tarde —me dice el director antes de dejarme libre.
Scott pasa de inmediato cerca de mí antes de verlo entrar en mi remolque.
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