Capítulo siete
Un grupo de amigos decide ir a un viaje a África, pero terminan perdidos en el desierto.
De esa manera es que comienza la película y serán esas escenas que comenzaremos a grabar hoy por lo que nuevamente hago un resumen en mi cabeza para tener una idea clara de lo que tengo que hacer y de lo que sucederá.
El vestuario de hoy de la protagonista es traído muy temprano en la mañana por una asistente del maquillaje.
Ella me lo entrega y con esas mismas se va dejándome nuevamente sola en el remolque.
Es una blusa blanca de botones y un pantalón café claro como la arena junto con unas botas negras.
En esta ocasión no me preocupo por maquillarme, puesto que lo harán antes de que comience a grabar así que solo arreglo un poco mi cabello antes de salir.
A diferencia de ayer todo el equipo se encuentra organizado en un lugar despejado alrededor de los remolques y la carpa.
Veo algunos actores grabando las primeras escenas en un pequeño carro donde simulan el movimiento con un gran abanico que revuelve el cabello y el movimiento de la cámara.
Él se encontraba leyendo el guion en una silla que podía notar un escrito detrás que inmediato descifro que es su apellido al ver la mía a su lado.
No voltea a mirarme cuando paso cerca de él, pero tampoco lo hace el director que se está hablando con el encargado del sonido, quien intenta llevar un micrófono que se encuentra en la punta de varios tubos metálicos amarrados para que la cámara no lo note. Un espejo con bombillos me espera juntos con dos encargadas del maquillaje.
—Algo suave, pero llamativo —me dice una de ellas con amabilidad al sentarme frente del espejo.
—Mi nombre es Azucena —se presenta una de las chicas que tiene el cabello rojizo.
—El mío es Arely —me dice la otra chica con el cabello negro que había tocado mi puerta ayer.
Ellas comienzan a hacer su trabajo con una sonrisa mientras observo a Scott a través del espejo.
—Está demasiado bueno —murmura Azucena con una sonrisa traviesa mientras mira a su compañera quien la reprocha de inmediato.
—Disculpe a mi amiga, no era su intención —comienza a decir Areli sin darme tiempo de reaccionar.
Les sonrió a ambas para que entiendan que no hay ningún lío.
Ella tenía razón Scott era demasiado bueno, pero por muy atractivo que sea no es posible que me mirara de esa manera anoche. Ósea sé que los chicos se aprovechan a veces de sus dones, pero él anoche no trataba de ser atractivo, ni ardiente, ni siquiera como él actúa normalmente, era algo totalmente distinto que me hizo alejarme de inmediato.
Aunque pareciera una locura, era real lo que pensaba, porque así lo viví y cuando nuestras miradas se cruzan solo me lo confirma aún más.
—Hoy intentamos arreglarlo un poco, pero se negó y se sentó ahí —me murmura Areli desanimada mientras peina mi cabello.
—Nadie a excepción del director parece conocerlo —les confieso sin pensarlo.
He tenido tres días fuera de casa y realmente necesito comunicarme con alguien que no sea el chico ardiente que no habla y el director que no se calla.
Ahora mismo me sorprendo de lo fuerte que he sido y no me he vuelto completamente loca con esta situación. Debo de ser la persona más salada del mundo para que mi primera película como protagonista sea con un tipo que no le gusta hablar.
— ¿Puedo pedirles un favor? —les pregunto volteando para mirarla en sus uniformes blancos. Veo sus grandes y dulces mejillas sorprendidas antes de continuar.
—Necesito que averigüen todo acerca de ese sujeto, es mi compañero de grabación y no tengo ni la más mínima idea de quién diablos es —les digo y veo Azucena reírse ante mi expresión.
—Lo haremos señorita —responde Arely emocionada al lado de Azucena.
Ellas terminaron de maquillarme, les dije que las vería en unos minutos cuando me levanto para sentarme en la silla con mi nombre.
En la película unos viajeros quedaron a encontrarse con Scott y conmigo en un pueblo de África para hacer una expedición a las pirámides.
El director se alegra de verme e inmediatamente empieza a dar unas órdenes a dos sujetos que empiezan a arrastrar un gran cartel con el fondo de un restaurante.
Scott es el primero en levantarse y dirigirse en esa dirección mientras que yo sigo detrás suyo observando su fuerte espalda a través de una camisa de color blanco, pero un poco amarillosa metida dentro del pantalón del mismo color que el mío.
Nos sentamos frente a frente en unas sillas de madera separados por una mesa que está puestas frente al cartel.
Veo la claqueta ponerse frente a la cámara que se encuentra cerca de nosotros.
La claqueta es una pizarra de madera que se usa en las grabaciones de películas para identificar la escena y diferenciar las tomas.
Scott empieza a hablar sobre el tiempo mientras yo lo miro maravillada con una sonrisa. Todo parece tan real que solo se escuchan nuestras voces acerca de nuestros amigos viajeros y lo mucho que extraño América.
La cámara graba desde varios ángulos hasta que la claqueta suena y ambos dejamos de hablar.
—Maravilloso —dice el director asombrado en su traje blanco mientras se acerca a nosotros. En voz baja le pide a Scott que se muestre más interesado mientras me pide que me mueva con un poco más.
Grabamos la misma escena varias veces más para que la cámara tomará todos los ángulos posibles ya que al parecer nuestra interpretación estaba marchando bien.
Esperamos sentados unos minutos mientras los dos actores que estaban en el coche hacen una pequeña escena de transición hasta llegar al lugar donde nos encontramos. Él no dice absolutamente nada en todo este tiempo y yo tampoco pienso obligarlo a hablar, por lo que ambos miramos como graban la otra escena en silencio.
A pesar de que fuera actuado podía sentirme más cerca de él cuando finge ser otra persona, verlo trabajar era darme cuenta lo meticuloso que es él en este trabajo y era bueno que lo fuera porque me motiva a esforzarme más, las vueltas que da el destino son increíbles.
Desde que lo conocí siempre había dado por hecho que tenía una actitud caprichosa y grosera, pero si en verdad está tan concentrado en su trabajo que lo obliga a ser de esa forma. No obstante, algo faltaba y aún seguía inquieta acerca de todo lo relacionado con él.
Escuche el sonido de la claqueta antes de levantarme al mismo tiempo que Scott para recibir a nuestros amigos viajeros que eran los mismos del coche. Que son una chica rubia esbelta y un hombre alto sin cabello vestidos de americanos extranjeros.
La escena termina luego de que nos dirigimos a su coche, pero la grabación corta justo cuando atravesamos la puerta imaginaria.
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Miro el techo una vez más antes de retirar las sábanas para asomarme por la ventana, no había rastro de Scott esta vez y no lo había visto desde que la audición termino. Estaba demasiado inquieta por lo que luego de una hora de estar acostada decido salir del remolque con una gran bata para cubrir mi cuerpo del frío, quién diría que el desierto es bastante helado en las noches. Los equipos de grabación seguían donde los habían dejado al anochecer y no había ni una sola alma fuera de sus remolques.
Estaba a punto de arrepentirme de lo que estaba haciendo puesto que no tenía nada en mente. Di unos pasos temblorosos por la fría arena tocando mis pies. Las brisas heladas me obligaron a llevar mis brazos alrededor de mi cuerpo mientras avanzaba hacia la carpa donde nos reunimos hace dos días que ahora sirve de cocina.
El café un poco frío toca mis labios llenándome de vida mientras todo el estrés sale de mi cuerpo con una leve respiración. Estuve a punto de dar un paso fuera, pero su silueta llamó mi atención dejándome de pie en un ángulo donde podía verlo. Él enciende el cigarrillo antes de llevárselo a la boca mientras se sienta en las escaleras de mi remolque.
Estoy lidiando definitivamente con un psicópata pienso mientras él saca algo de su bolsillo que no puedo distinguir con claridad. Dura varios minutos observado ese objeto antes de guardarlo y ponerse de pie. Lo veo levantar su mano para tocar mi puerta, pero se detiene ahí con la mano alzada. La deja caer antes de tirar su cigarrillo y regresar a su remolque.
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