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19.

Advertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse.

Nada que ver, pero "boys like you" de itzy pega muy bien para leer este capitulo, uwu

Rosé nunca se caracterizó por ser una chica que se preocupara especialmente por la forma en que lucía, ni mucho menos que tomara en cuenta los dichos de otras personas acerca de ella o su relación con Lisa.

Pero los últimos días, una horrorosa e intensa idea pareció asentarse en su cabeza, y no había forma de que se la quitara de allí.

―Oye, ¿crees que soy linda?

La pregunta tomó por sorpresa a JiHyo, que le contempló a través del reflejo del espejo. Rosé no pudo con la vergüenza y terminó por desviar su vista.

―¿Qué? ―barboteó JiHyo―. ¿Esto es una pregunta con trampa?

―¡Es una pregunta seria! ―farfulló Rosé.

JiHyo seguía luciendo poco convencida de sus palabras, pero sólo terminó por suspirar, sacudiendo su cabeza.

―Claro que eres linda ―le dijo JiHyo―, es decir, eres mi prima. No más que yo, pero...

―¡No estoy bromeando, hámster de pacotilla!

JiHyo bufó.

―¿Estás teniendo inseguridades con Lisa? ―preguntó en cambio, y Rosé se encogió en su lugar―. Bah, no te preocupes, RoRo. Lisa está loca por ti.

―¡No me digas RoRo! ―omitió el ‹‹sólo Lili y mi mamá pueden decirme así››, ya que alcanzó a callar a último momento.

Molesta consigo misma por lo que acababa de hacer, salió del baño ignorando los cuestionamientos de JiHyo. No sabía por qué, pero se había estado comportando muy nerviosamente los últimos días, y eso también ponía de los nervios a Lisa. Más que eso: le provocaba un montón de inseguridades, y lo que menos quería era eso.

Tomó aire para tratar de calmarse un poco, y aprovechando que era almuerzo, fue en busca de Lisa al comedor. Sin embargo, lo que debió convertirse en un momento de calma se transformó en furia contenida al ver a Mina cerca de su novia. Pero le sorprendió un poco ver que Lisa no se veía nerviosa, ni asustada, ni temerosa. Parecía... Bastante tranquila.

Sintió un retorcijón en su estómago al ver la bonita pareja que hacían: ambas ardillitas, con esas esponjosas colitas alzándose y sus orejitas aplastadas contra sus revoltosos cabellos. Estaba segura de que, si se acercaban un poco más, sus colas formarían un corazón. Casi sintió como le salió un tic ante esa visión.

―¡Rosé! ―gritó Lisa al verla, y le levantó la mano. Mina le miró con el ceño ligeramente fruncido, pero la pantera corrió a agarrarle la mano a su novia―. Mina me estaba invitando al parque de diversiones mañana.

Tuvo que haber puesto una cara horrible, pues la ardilla alfa soltó una risa forzada, como tratando de restarle importancia a sus palabras.

―Bueno, no tan así ―se apresuró en decir Mina―. Es decir, nos han asignado un trabajo juntas, ¿Cierto, Lils?

¿Lils? ¿Quién se creía esa idiota para decirle de esa forma a su bebé? Esa cretina se estaba ganando un puñetazo.

Um, sí ―por primera vez, vio un brillo de inseguridad en los ojos de Lisa―. La profesora de biología nos ha pedido hacer parejas con especies iguales o similares a la nuestra, para ver el tema de la alimentación y nutrición o algo así...

Rosé no entendía de qué le estaba hablando, pero lo único claro que podía sacar de eso es que la idiota de Mina estaba lanzándole miraditas a su novia. ¿Acaso creía que no la podía ver? Era como si se la quisiera comer con la mirada. Imbécil.

―Mina ha dicho que luego de eso, podríamos ir a algún parque ―continuó Lisa―, y le he dicho que sí.

Rosé, si hubiera estado bebiendo algo, lo habría escupido en ese instante. ¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeé?

Tuvo que haber puesto una cara muy extraña, porque pudo ver otra vez la inquietud en ojos de Lisa.

―Es decir, si tú no quieres... ―tartamudeó la chica.

Rosé miró a Mina, que le estaba contemplando con una sonrisita de superioridad. De seguro, si Rosé se ponía en modo celosa, esa ardilla idiota lo aprovecharía para meterle en la cabeza a Lisa que era una pantera posesiva que pronto la alejaría de sus amistades. Sí, ya lo podía ver.

―No es eso ―contestó Rosé, todavía con el ceño fruncido―. Me preocupa que esta idiota vuelva a reírse de ti.

Bueno, aborten misión. No fue la mejor forma de decirlo, ni el instante para hacerlo, pudo notar la forma en que el rostro de Lisa decayó. Mina se veía tensa y fuera de sí, también sorprendida por el arrebato de Rosé.

―Limario ―masculló―, ¿Podríamos hablarlo...?

―No, ya entendí ―se quejó Lisa, quitándole su mano―. Nos vemos, Rosé.

Y sin decir nada más, la ardillita se marchó a paso retraído, viéndose deprimida y muy, muy triste.

―Vaya ―comentó Mina―, y ni siquiera tuve que-... ¡Woah!

Rosé ya no pudo controlarlo más y agarró a Mina de la camisa, tirando de ella contra una pared. Pudo ver cómo la chica se intimidó ante su aspecto, y la pantera se pudo sentir orgullosa, por primera vez, de ser una carnívora con aspecto aterrador.

―Escúchame, imbécil ―le dijo, irritada―, como la trates mal y la hagas llorar, te arrancaré la cola y te la meteré por la boca, ¿Entendido?

―¡No... No es necesario ser tan... Tan agresiva, Rosé! ―tartamudeó la ardilla.

―¿Me has entendido? ―gruñó Rosé.

―¡Claro, claro!

Sólo ahí la soltó y Mina salió corriendo, asustada de que se la pudieran comer. Rosé bufó, molesta consigo misma por lo que acababa de ocurrir. No quería ir detrás de Lisa, porque sabía que debía sentirse un poco herida con lo que dijo. Casi la hizo ver como si no pudiera dejarla sola con nadie, porque ya le iban a molestar.

Al día siguiente, en la mañana, Lisa se arregló para ir con Mina al parque de diversiones. La verdad es que, de alguna forma, le entusiasmaba salir con ella, ¡Y no de una forma romántica! Eso lo tenía claro. Pero era agradable tener una amiga de su misma especie que no fueran sus hermanos. Cuando niña, las ardillitas solían molestarla demasiado porque estaba gordita, y eso hizo que se perdiera varios episodios de su vida. Sin embargo, ahora...

Mina le pidió varias veces perdón y decidió confiar en ella una vez más. Tal vez era un poco arriesgado, pero no quería pasar su vida encerrada y lejos de todo el mundo por sus miedos. Lisa quería ser capaz de enfrentarse a esos temores, para así ser una digna pareja de Rosé.

Sabía que no tenía la elegancia ni el porte de una pantera, aunque podía ser tan valiente como una. Lisa quería tener esa valentía y complementar las diferencias que pudiera tener con su pareja. Además, se esforzaría un poco más en bajar de peso para dejar de pasar vergüenzas y quererse un poco más. Tal vez nunca llegara a ser una modelo de revista, pero trabajaría en su amor propio y en sentirse a gusto con su propia piel. Ella sería digna de Rosé.

Incluso ya le perdonó el arrebato que tuvo el día anterior. Después de estar con Mina, iría a verla a su casa y se harían arrumacos, ¡Qué mejor panorama!

Por eso mismo, se puso bonita para su salida. Pintó sus labios de rosado, se aplicó rímel verde en sus pestañas y se vistió con una enorme sudadera verde oscuro con un sol con cara de ardilla en el centro. Le quedaba tan grande, que casi podía ser un vestido, pero le gustaban las prendas de ese tamaño. Llenó su bolsito con bellotas y fue al parque.

Mina fue bastante amable con ella. Le dijo que estaba muy bonita y Lisa se lo agradeció, ruborizada. Subieron a juegos de poca altura y algunos de agua, y la omega se divirtió mucho. Incluso se permitió comer papas fritas, feliz por lo bien que la estaba pasando.

A media tarde, Mina comenzó a ponerse nerviosa. Fue cuando decidieron jugar un juego de botellas. ¡La que las derribaba todas, podía escoger un peluche gigante!

―¿Cuál quieres tú? ―preguntó Lisa, cuando Mina iba en su tercer intento.

Um, ese de araña, para asustar a mi hermano menor ―le dijo la ardilla, fracasando y bufando―. ¿Y tú, Lalisa?

―¡El de ardilla! ―dijo, señalando el peluche de ardilla que agarraba una frutilla―. Es muy linda.

―Como tú.

Se rió ante las palabras de Mina antes de pedir su turno. Para sorpresa de todos, Lisa derribó las botellas y pidió la ardilla, llevándose una grata sorpresa cuando, al sostenerla y apretarla, el peluche emitió un chillido escandaloso. Lisa no podía con la risa.

―Oye, Lils...

Qué raro se le hacía, pensó mientras se volteaba hacia Mina, escuchar ese sobrenombre en labios de otra chica que no fuera Rosé. Eso la hizo extrañarla demasiado, ¿Cómo era posible? La vio el día anterior y le envió un mensaje horas antes, además, pronto la vería. Pero extrañar a Rosé era algo ya natural en ella, como respirar o tomar agua. Ella amaba demasiado a su novia, era la única chica en su corazón.

―¿Pasa algo, Mina? ―preguntó Lisa, mientras caminaban por los puestos atiborrados de gente.

Um, sí ―la omega le prestó atención a la alfa, que se veía un poco avergonzada―, la verdad es que quería volver a pedirte perdón por lo que hice cuando éramos niñas. No lo pensé bien, fue muy inmaduro de mi parte y te hice mucho daño.

Oh... ―Lisa fue a sentarse a una banca, con Mina a su lado―,. Bueno, está bien, no pasa nada. Fue hace mucho...

―Sí ―concedió Mina―, pero eso no evita que te haya dañado. Cuando se lo conté a mis padres, ellos se enfurecieron conmigo y me dijeron que no fue bueno que hiciera eso. Ellos me hicieron ver mi error.

Error. A Lisa se le hacía un poco extraño escuchar esa palabra, como si haberse reído de ella o maltratarla fuera algo que no se pudiera controlar, algo que no era premeditado. Lisa entendía un error como pasar a derramar un vaso con jugo, o empujar a alguien sin querer. Pero lo que le hicieron a ella, ¿Fue un error?

―Acepto tus disculpas ―le dijo Lisa, amable y abrazando la ardilla de peluche―, no tienes que atormentarte más por eso.

―Lo hago ―se apresuró en decir Mina, y la omega la observó con desconcierto―, es que... Lisa, cuando te vi hace unas semanas, no pude evitarlo y mi alfa enloqueció contigo.

―¿Cómo? ―tartamudeó Lisa, sorprendida.

―Sí, mira ―el color pintó el rostro de Mina―. Te traje frambuesas.

¡Ooooooooooooh!

Lisa miró a Mina sacar de su bolso un recipiente lleno de frambuesas, rosaditas y listas para comer. La chica se veía todavía muy enrojecida.

―Me acordé... ―continuó Mina, tímida―. Me acordé del campamento. Te gustaban mucho las frambuesas que sacábamos de las matas.

Una de las actividades favoritas de Lisa era buscar fresas, porque además, podía pasar mucho tiempo con Mina. Ahí la chica era más bien indiferente con ella, antes de contarle sus sentimientos, pero no le molestaba y eso era suficiente para sentirse enamorada, pensaba la omega.

Por otro lado, era un regalo digno de un cortejo para las ardillas. Siempre los regalos de frutas eran una forma de proponer un noviazgo.

―Mina... ―murmuró Lisa.

―Te haré la omega más feliz del mundo ―aseguró Mina, segura de sí misma―, y te cuidaré de todos los que te quieran hacer daño.

Lisa miró a su alrededor, todavía algo atónita de encontrarse en esa situación. Era la primera vez que un híbrido de ardilla le pedía algo, y una pequeña parte suya, se emocionó un montón ante lo que significaba.

―Gracias ―le dijo, sonriendo con dulzura―, pero Mina, tengo que rechazarte. Ya tengo una alfa.

Pudo notar la expresión de la ardilla ponerse un poco triste, pero Lisa no se arrepintió de sus palabras.

―Sí, lo sé ―se apresuró en decir Mina―, y si tienes miedo de terminar con ella...

―¡No, por supuesto que no! ―saltó Lisa, sacudiendo su cabeza―. No es eso, Mina, ¡De verdad! ―le sonrió, avergonzada―. Es sólo que... que yo amo a Rosé, ¿Vale?

―Lalisa ―Mina mordió su labio inferior―, es una pantera, tú y ella...

―Estamos hechas la una para la otra ―afirmó Lisa, con toda la seguridad del mundo―. Tal vez es un poco apresurado, pero yo... Yo realmente la amo. Mi omega la reconoce como su alfa, y vamos muy en serio.

Mina se quedó un momento en silencio, haciendo un leve mohín de disgusto ante sus palabras. Por un breve momento, Lisa pensó que le diría alguna grosería por haberle roto el corazón, pero no fue así. Mina sólo suspiró.

―Llegué tarde, supongo. ―murmuró, desanimada.

Lisa no quiso decirle que sí. Tal vez, pensó, si Mina hubiera llegado un semestre atrás, antes de haber conocido a Rosé, y se lo hubiera propuesto, ella habría aceptado. Lisa siempre soñó con ser cortejada por una ardilla.

Sin embargo, las cosas no siempre resultaban como uno esperaba, y la vida podía dar muchas vueltas. Y ella era feliz ahora, con Rosé.

Se inclinó y le dio un beso en la mejilla.

―Algún día ―le dijo Lisa, y fue como si se estuviera diciendo esas palabras años atrás, cuando era sólo una niña―, llegará alguien perfecto para ti. Sólo debes esperar.

Mina asintió, apenada todavía.

Luego de eso, decidieron dejar la salida hasta allí, y Lisa se dirigió a casa de Rosé a darle una sorpresa. Ahora, más que nunca, quería abrazos y besitos de su alfa.

Llegó media hora después, tocando la puerta y siendo recibido por la madre de la familia.

―¡Hola, Lisa! ―saludó ella, animándola a entrar―. Qué bueno que la vienes a ver, anda de muy mal humor. Se ha pasado todo el día refunfuñando y ni siquiera quiso bañarse. Sigue en su pijama de Kumamon.

Después de conversar unos minutos con la mujer, subió al segundo piso y tocó la puerta de Rosé. Pudo escuchar un gruñido.

―No quiero comer, mamá. ―se quejó alguien por dentro.

―¿Ni siquiera quieres comerme a mí? ―preguntó, abriendo la puerta y asomándose.

Rosé saltó al escuchar su voz, sentándose en la cama de golpe y mirándola con desconcierto.

―¿Lili? ―farfulló―. ¿No estabas en una cita con Mina?

―No era una cita ―le dijo, entrando y yendo a sentarse a su lado―, ¿pasó algo, Rosie?

¿Ah? Claro que no ―Rosé le agarró la mano―. ¿Por qué preguntas, bebé?

―Tu mamá dice que estás de mal humor.

―Déjala, no sabe de lo que habla ―Rosé tiró de Lisa sobre la cama, y pronto se acurrucaron entre las sábanas―. ¿Y esa ardilla?

Lisa se rió y la apretó. Resonó un chillido en la habitación que hizo a Rosé fruncir el ceño. Era un sonido muy irritante.

―¡Te la traje para ti! ―le dijo Lisa, y enseguida la pantera cambió su cara a una de felicidad―. Como dices que siempre me extrañas, ¡Ahora ya no lo harás más con ella!

Rosé recibió la ardilla, sin dejar de sonreír y comenzando a llenar la carita de Lisa de besos. Eso provocó más risas en la omega.

―Pero no es lo mismo ―se quejó Rosé―. No es tan linda como tú.

Um, ¿Tú crees? ―jugueteó Lisa, dándole suaves besos a la alfa en la mejilla―. ¿Y si la dejo impregnada en mi olor?

―Tal vez ahí sí...

Comenzaron a hacerse nuevos arrumacos bajo las sábanas, besándose y haciéndose cosquillas de forma descarada. Pronto, el peluche quedó olvidado y la habitación se inundó de feromonas dulces.

Eh, chicas, ¿No están teniendo sexo?

Lisa chilló al escuchar al padre de Rosé y empujó a la pantera fuera de la cama. Rosé tenía que aceptar que el ruido que soltó Lisa era muy parecido al de la ardilla peluche.

―¡Claro que sí, digo que no, señor Park! ―gritó Lisa, apareciendo con el rostro pintado de rojo, los labios hinchados y los ojos llorosos.

―¡Qué bueno, es hora de cenar! ―dijo él hombre, animado, y se retiró, no sin guiñarle un ojo a su hija.

Rosé lo iba a matar.

Lisa la ayudó a ponerse de pie y le dio un beso más en la punta de su nariz.

―Te invitaré cuando no haya nadie y terminaremos eso. ―le susurró Rosé, y los ojitos de Lisa brillaron por la emoción.

Lisa no se arrepentía de haber esperado para que llegara alguien perfecto para ella. Valió la pena hacerlo.

Ya lo consulte antes, pero muchos me dejaron en azul, asi q lo vuelvo a preguntar por aqui: ¿Pueden decirme que animales representan a otros idols de kpop? Ya que pronto empezaran a aparecer otros personajes extras y aja, si bn escucho como mil grupos, soy principalmente stayblink stan. Asi que o comentan o no actualizo en un mes, unu

¡Gracias por leer!

🌷

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