Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11.

Advertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse.

Lisa se sentía un poco enamorada, y eso la estaba asustando un poco. Especialmente cuando se distrajo en las clases y, de pronto, Jennie se inclinó contra ella.

Oowww, Lili, ¡Qué lindo! ―le susurró, sobresaltándola.

Lisa bajó la vista y su rostro se puso muy colorado al ver que hizo un corazón en una esquina del cuaderno, con algo escrito dentro. ‹‹Lili de Park›› estaba escrito en el centro.

Soltó un chillido por la vergüenza, llamando la atención de la mitad de la clase, y se apresuró en borrar el corazón para que nadie más lo viera. Jen se rió, sin poder evitarlo, a pesar de que la vieja urraca que les hacía clase les llamó la atención a ambas. Lisa quería ocultarse bajo la mesa y no salir de allí, especialmente cuando Somi se giró a preguntarles que pasó y Jennie le contó todo.

Para el recreo, sus dos amigas no tardaron en molestarla, provocándole ganas de darles un buen golpe a cada una.

―¡Señora Park Lalisa! ―se rió Somi, saltando.

―¡Cállate, Somi de Son! ―chilló Lisa, provocando que la conejita frente a ella soltara un ruido incrédulo.

―¡Qué aburrida! ―se quejó Jennie―. Ustedes pueden cambiarse el apellido, ¡Pero yo seguiría siendo Jennie Kim!

―¡No estoy saliendo con ChaeYoung! ―ignoró Somi, indignada.

Lisa estuvo dispuesta a replicar, pero decidió no decir que la vieron saliendo de un armario con la loba. Eso podía resultar un poquito humillante, ¿O no?

―Aunque podría ser Nini de Chu. ―divagó su amiga la zorrito, ignorando a las dos.

―Suena bonito ―apuntó una voz detrás de ellos, y las tres se giraron a ver a JiSoo, sonriendo ampliamente―, hoy es luna llena, Jen, ¿Lo recuerdas?

―¡Nuestra cita! ―sin pensarlo dos veces, Jennie se colgó del cuello de JiSoo―. ¡Oh, vienen sus novias, chicas!

El rostro de Somi ardió en calor cuando ChaeYoung y Rosé se acercaron, ambas luciendo curiosos al escucha el grito de Jennie. Lisa también quería desaparecer de allí, rogando a sus amigas silenciosamente que no dijeran algo de lo ocurrido en la sala de clases.

―No somos novias ―insistió Somi―. ¡Los... Los lobos comen conejos!

―Los zorros igual, y somos amigas. ―replicó Jen.

Somi le tiró la oreja.

Mientras eso ocurría, Rosé se le acercó a Lisa, sonriéndole con tranquilidad. La omega sintió los nervios en la boca de su estómago, primero porque su instinto le decía que saliera corriendo de Rosé. Pero también, porque le gustaba cuando estaba cerca de ella y le sonreía, mostrando sus encías. No se veía amenazadora y Lisa quería abrazarla.

Aprovechando que las otras seguían discutiendo algo sobre conejos y lobos, Lisa se inclinó un poco contra Rosé, tratando de agarrar valor para hablar. Venía pensando en algo desde hace mucho, pero al final, siempre se acobardaba por el miedo. Todavía esperaba que Rosé llegara algún día y dijera que todo fue una broma, o una apuesta, o algo así.

―Rosé. ―le susurró, para que ninguna de sus amigas escuchara.

―¿Qué pasa, Lili-ah? ―preguntó Rosé, conteniéndose de abrazar a Lisa y llenarle las mejillas de besos.

―¿Quieres salir conmigo a una cita? ―dijo Lisa con timidez―. El sábado, po-podemos ir a... A algún lugar bonito y...

―Me encantaría ―afirmó Rosé rápidamente, porque la ardillita parecía estar a punto de colapsar―, ¿Te parece si vamos a un parque?

Lisa hizo un ruido extraño de ardilla, que Rosé decidió interpretar como una afirmación. No podía caber en su felicidad con el hecho de que la chica se hubiera entusiasmado esta vez para pedirle eso, y le hacía sentir emocionada. Demasiado emocionada.

En cambio, la chica más baja comenzó a ponerse nerviosa desde que le preguntó por la cita. Primero, porque fue capaz de pedirle eso a Rosé, ¡Una híbrida de pantera y una carnívora! ¿Y si de pronto se la comía?

Pero también, la ansiedad hizo aparición por su cuerpo. A Lisa le costaba mucho verse a sí misma de otra forma que no fuera una chica gorda, y eso provocaba que proyectara sus inseguridades con el resto. Rosé podría tener algo mucho mejor que ella, ¿No es así? Alguien más bonito, más sexy, más delgado.

No, Lisa no pensaría en eso. Rosé jamás la miró con repulsión, asco o desprecio. Siempre, cuando la observaba, ponía esos penetrantes ojos que parecían verle el alma.

... La pantera negra es un cazador solitario, no está acostumbrado a vivir en manadas, y sólo se relaciona con otras panteras cuando llega su época de apareamiento...

―¡Wow, eso es lo que quiere hacer Rosé contigo!

Lisa se sobresaltó al escuchar el grito de Somi, y la miró feo. Jennie, al otro lado, se había quedado dormida a mitad del documental que la ardillita insistió en ver para informarse más Rosé y sus características animales.

En ese mismo momento, estaban mostrando a dos panteras apareándose. Qué asco.

―No digas eso ―regañó Lisa―. ¡Rosé o ha demostrado que me quiere hacer ninguna de esas cochinadas!

Somi rodó los ojos.

... Las panteras son uno de los pocos felinos que rugen, además de que son grandes escaladoras. Si alguna vez buscas huir de una, subir a un árbol no sería la mejor opción, ya que aprenden desde bebés a subir árboles...

―Al menos tienen algo en común ―habló Jen, bostezando―, si tienen bebés, no tendrán problemas en subir un árbol.

―¡No vamos a tener bebés! ―dijo Lisa.

―No, en realidad, ChaeYoung y Somi serán las de los bebés por todos lados.

Somi le lanzó la zanahoria que estaba mordisqueando.

... Tienen grandes mandíbulas que cazan muchos animales, especialmente los de gran tamaño, que suelen ser sus favoritos, pero también pueden comer animales pequeños sin problema alguno. Además, nadan y cazan comida en ríos sin mucha dificultad...

Lisa cubrió sus ojos cuando mostraron a una pantera corriendo tras un venado. Odiaba la sangre, y esta vez no fue la excepción.

―Pero hablando en serio ―dijo de pronto Jennie―, ¿ChaeYoung tú son algo?

―¡Claro que... Que no! ―saltó Somi, enrojeciendo―. ¡Ella...!

―¡ChaeYoung y Somi son novias! ―declaró Lisa.

Somi se echó al suelo para hacer una rabieta.

... Quizás, una de las características más importantes de una pantera, es la capacidad que posee para cazar. Su visión es privilegiada, y cuando ve a su víctima, se le queda mirando sin pestañear, esperando el momento exacto en el que lanzarse...

Hubo un silencio entre los tres amigas. Incluso Somi dejó su rabieta de lado, sentándose en el suelo. Lisa sacó un puñado de palomitas del bol que llevaron, tratando de ignorar las miradas en ella.

―Rosé siempre se te queda mirando fijamente. ―dijo Jennie, de pronto.

―No sé de qué hablas. ―refunfuñó Lisa.

―¡Sí! Es espeluznante ―Somi también sacó más palomitas, llevándoselas a la boca―. A veces, tú no la estás mirando y se relame los labios.

Lisa entró en pánico.

―¡¿Y si quiere comerme?! ―chilló, espantada.

―Yo vengo pensando eso desde hace mucho ―dijo Jennie―, pero quizás quiere comerte el coño...

La ardillita agarró más palomitas y se las lanzó a la cara.

Lisa sintió la tentación de cancelar la cita ante el pánico que le dejó el documental, pero sus amigas insistieran en que fuera valiente. Ella no se consideraba muy valiente, sin embargo, no se veía con el corazón de cancelarle a Rosé a esas alturas.

Esta vez no quiso que sus amigas le ayudaran, aunque buscó alguna prenda bonita en la que meterse. Terminó por escoger un suéter blanco y unos pantalones rotos en las rodillas, con un colorido cinturón. A la chica le gustaban las prendas coloridas, y esperaba que eso a Rosé no le molestara un poco.

También decoró sus uñas y se puso brillo labial. Quería verse muy bonita, a pesar del miedo que sentía.

Ahora le dijo a Rosé que se juntaran cerca del parque, ¡Ten dijo que, si veía a su novia, tendría una charla con ella! Lo que menos quería Lisa era que su hermano mayor pudiera asustarla.

La reconoció enseguida: Rosé
andaba con una chaqueta de cuero que le quedaba demasiado preciosa y una camisa blanca debajo. La pantera le sonrió al verla aparecer.

―Hola, Lili ―saludó Rosé. Parecía a segundos de inclinarse a darle un beso, pero pareció retroceder a último momento. Aun así, le acarició la mejilla―, estás muy hermosa hoy.

―¿De verdad? ―preguntó Lisa―. ¡Tu... Tú también, Unnie! ―añadió, sonrojándose.

La sonrisa de Rosé se volvió más grande. La alfa le tendió su mano y Lisa dudó en agarrarla. Le gustaba mucho eso, que la pantera tuviera una mano mucho más pequeña que la suya, sin embargo, fuera tan firme y segura con ella.

Comenzaron a hablar de las clases y quejarse de sus profesores, caminando en dirección al parque. El lugar, para gusto de ambas, no estaba tan lleno, y Rosé le dijo que fueran a comprar algo para comer. La ardillita se compró un paquete de maní, mientras que la más alta prefirió una brocheta de cordero.

―No te molesta, ¿Cierto? ―preguntó Rosé, preocupada.

Lisa recordó el documental.

―¡No, claro! ―soltó una risa nerviosa―. Es... Es lo que una pantera debe comer, Rosie ―de los nervios, Lisa agarró un puñado de maní y se lo llevó a la boca. Sus mejillas podían llenarse con facilidad gracias a que era una ardilla.

Rosé se le quedó mirando profundamente. Eso hizo que Lisa se pusiera más ansiosa y agarró otro puñado, ambas mejillas rellenas de comida.

¡Que deje de mirarme así, me voy a morir!, pensó Lisa. Incluso sus feromonas se dispararon, y no sabía si era por el miedo o el deseo.

Finalmente, Rosé terminó por mirar hacia otro lado. La ardillita lo aprovechó para tragarse todo el maní, limpiando su boca de los restos de sal.

―Lo siento ―se lamentó Lisa―, ¡Sé que... Que no es agradable!

―¿Ah? ―Rosé la miró, parpadeando―. ¿Qué cosa, Lili?

―¡Eso de... Dd llevarme comida a la boca! ―Lisa sentía que iba a romper a llorar en cualquier momento―. Me de-debo ver horrible con las mejillas todas gordas y...

―No ―se apresuró en decir Rosé, silenciándola. Se pusieron a caminar por el parque―, no, no te ves mal. Es decir... Es un poco tierno. Es... Es adorable ―Rosé tragó saliva―, te ves muy...

―¿Mal? ―aventuró Lisa.

―Sexy.

La ardilla se atragantó con su saliva y el rubor cubrió las mejillas de Rosé. La pantera tuvo que golpear suavemente la espalda de la más baja, que tosió unos minutos más, tratando de recuperarse.

―Perdón ―se disculpó Rosé―, no pretendía...

―¿Piensas que soy sexy? ―preguntó Lisa en voz baja, su tono algo agudo.

Rosé le hizo un gesto, y la llevó a sentarse bajo un árbol. Lisa no tardó en seguirla, dejando que el viento fresco le calmara esos nervios locos que atacaban su cuerpo. Permanecieron unos minutos en silencio hasta que la pantera agarró valor para hablar:

―Sí, eres muy sexy para mí ―respondió Rosé, rascando su nuca―, y hueles bien. Muy bien. Es como que... Como si tu aroma fuera perfecto para mí.

―¿A qué huelo?

―A almendras y vainilla ―Rosé vaciló un momento―. ¿Puedo olerte el cuello?

El primer impulso de Lisa fue decir que no, que eso era demasiado íntimo, pero otra vez, Rosé le estaba mirando con esas pupilas negras, su mirada luciendo salvaje, aunque también necesitada. Finalmente, la ardilla terminó por inclinarse un poco, echando su cabeza a un lado y revelando la piel de su cuello.

Rosé no dudó en inclinarse, y la omega sintió un escalofrío cuando la nariz de la alfa olisqueó su piel, frotando la punta contra su glándula de feromonas. Tembló sin controlarlo un poco, e incluso hizo un ruido extraño.

La pantera se alejó de golpe, sus pupilas un poco dilatadas.

―Quiero marcarte en mi olor ―admitió Rosé, su voz ronca―, eres tan sexy, Lalisa Manoban.

Otra vez el rubor coloreó las mejillas de la chica. A pesar de su instinto gritando en señal de miedo al haber estado tan vulnerable ante una carnívora, su omega estaba vuelta loca de felicidad. Lisa estaba demasiado feliz, porque era la primera vez que un alfa le decía que la encontraba sexy. Ella no era una persona superficial, sin embargo, siempre se vio a sí misma como alguien poco deseable, y que Rosé se lo dijera... Que Rosé la encontrara sexy, a pesar de todos sus defectos...

Le hizo querer escuchar más de eso.

¿Era posible hacerse adicta a una persona? Lisa estaba un poco asustada de eso.

―No sólo eres sexy ―dijo de pronto Rosé, llamando su atención―, también... También eres muy graciosa, y dulce, y tierno. Eres bonita y quiero protegerte.

―Las panteras son solitarias. ―aventuró Lisa.

Rosé sonrió.

―No estuviste viendo malos documentales, ¿Cierto? ―preguntó la alfa.

―¡Claro que no! ―mintió Lisa.

Rosé rascó su nuca.

―Sí, somos animales solitarios ―confirmó Rosé―, pero eso no quita que quiera cuidarte. ¿Me dejas cuidarte?

Lisa vio que Rosé tenía su mano apoyada en el césped, y sin poder evitarlo un poco más, presionó también su mano sobre la de la alfa en un gesto tímido.

―Sólo si prometes no comerme.

La pantera se le quedó mirando otros largos minutos con esa mirada penetrante que tenía. Y Lisa la vio: Rosé se relamió los labios frente a ella.

―Prometo no comerte, en el sentido literal de la palabra. ―juró la alfa.

Lisa se rió.

¡Gracias por leer!

🌷

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro