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30🐿️

Convivir en pareja fue todo un caso. No había que malinterpretar sus palabras, pues JungKook estaba muy feliz de estar con JiMin y tenerlo a su ladito varias horas al día. Pero había algunas costumbres animalescas que le provocaron varios pre-infartos las primeras semanas.

Por ejemplo, hubo una ocasión en donde JungKook se quedó dormido en el sofá mientras leía uno de sus libros de universidad, y cuando despertó, quiso levantarse para ir a la cocina. Somnoliento y medio dormido todavía, pegó un grito cuando se dio vuelta y vio a una enorme pantera frente a él. Su primer instinto fue agarrar el enorme libro y lanzárselo.

La pobre pantera chilló y JungKook, sentándose, razonó que fue a JiMin quien recibió un golpe en su libro.

―¡Por dios, JiMin! ―JungKook llevó su mano hacia su pecho, sintiendo sus latidos desbocados. La pantera se transformó en un humano, y JiMin comenzó a sobar su hombro, donde le llegó el libro―. ¡Me asustaste!

―Yaaa, perdón ―se quejó JiMin―, es que te vi dormido y me dieron ganas de subirme encima de ti.

―¡¿Subirte encima de mí?! ―exclamó.

JiMin lo miró como un cachorro, así que JungKook empezó a sobarle la marca enrojecida en su hombro, sabiendo que le saldría un moretón pronto.

Al inicio no lo entendió, pero JiMin se lo pidió, y al final, era que el alfa quería subirse encima suyo como un gatito y ser acariciado. Resultó algo incómodo por lo grande que era y casi lo asfixio un poco, pero con el pasar de las semanas, se acostumbró a eso.

Aunque cada vez se pasaba un poco más. JungKook no lo notó porque le gustaba acariciar la cabecita de JiMin y oír sus ronroneos de gusto. Mientras veía televisión, la pantera solía quedarse dormida, emitiendo unos suaves rurururu que incluso le daban un poco de sueño a él. Pero pronto JiMin empezó a subírsele más encima, ahogándolo bajo su peso y pidiendo más cariñitos en su cabeza y lomo.

―¡Oye, para! ―chilló JungKook cuando comenzó a darle lengüetazos en la cara con su aspera lengua―. ¡Eso duele, JiMin!

Pero la pantera no se detenía y le lamía las mejillas con más ganas. Al final, cuando volvió a ser humano, JungKook tuvo que agarrarlo a regañinas, pero se conmovió un poco cuando notó la expresión compungida y las orejitas caídas de su novio. Siempre terminaba cediendo por eso.

Tuvieron otro accidente con su cola también. Una tarde, para desestresarse un poco, se pusieron a jugar en sus formas animales y JiMin medio se pasó con sus mordidas. Como ocurrió antes, se la pasó a morder y en todo el departamento resonó el chillido de la ardilla.

―¡Eres un bruto! ―sollozó JungKook, vendando su colita con exageración.

―Perdón, cariño, no lo hice adrede ―Jimin lo miraba a unos pasos de él, apenado―. No pensé que te dolería tanto...                                                         

―¡Por poco me tragas con esa boca! ―JungKook lo miró con el ceño fruncido―. ¡Hoy duermes en el sofá!

JiMin creyó que bromeaba hasta que vio al omega pasar su colita por entre sus piernas y abrazarla contra su pecho, con un puchero en los labios y los ojitos llorosos. Cada vez que lo veía hacer, se preguntaba si es que no le dolía, pero luego recordaba que JungKook era muy flexible por sus bailes. Suponía que su colita también lo era.

De cualquier forma, JungKook lo mandó a dormir en el sofá las siguientes tres noches y no tocarlo en una semana. Aunque lo peor fue cuando, de manera automática, la colita del omega tendía a alejarse de JiMin.

―¡No puedo controlarlo! ―se defendió JungKook cuando JiMin le reclamó―. ¡Sigue resentida contigo!

―JungKook, es tu cola ―regañó JiMin.

―¡Pues entonces yo sigo resentido contigo, come-colas!

Cuando dijo lo último, JungKook se dio cuenta de que no lo pensó demasiado bien y enrojeció con fuerza. JiMin sonrió con travesura y dio un paso hacia él, como queriendo agarrarlo de las caderas para darle un fuerte beso en la boca. Pero el omega le chilló y volvió a empujarlo, y le prohibió tocar su colita.

Fue una verdadera tortura para el alfa, ya que le gustaba mucho abrazarla y, en su forma pantera, medio envolverse en ella. Era muy esponjosa y realmente le encantaba tenerla cerca de él. Al final, JungKook se terminó compadeciendo de él, y cuando le permitió tocarla, poco más se le pegó a ella y lo abrazaba por la espalda.

No solían tener grandes discusiones y se acostumbraron con rapidez a la vida casera. A JungKook le gustaba mucho tener su propio lugar con JiMin y que la casa entera oliera al alfa.

La universidad fue otro tema para ellos, sí. Tenían horarios distintos y había días donde se veían sólo a la hora de la cena, pero en general, las cosas estaban yendo por buen camino. A JungKook le gustaba más la universidad porque allí nadie le molestaba por estar con algo de sobrepeso, aunque sí varias veces captó algunas miradas de burla. Sin embargo, esas miradas desaparecieron cuando un día JiMin lo fue a buscar a su facultad.

JungKook no quería ser sólo superficial, pero él sabía que su novio era muy guapo y atractivo. Su aroma era fuerte y tenía un aura dominante que atraía miradas obvias por parte de los y las omegas. Así que saber que JiMin era su novio le elevaba mucho el ego, y cuando el alfa apareció para buscarlo, JungKook no pudo evitarlo y lo abrazó por el cuello para darle un sonoro beso en la boca. Era una gran manera de marcar territorio y declarar que ese alfa tenía un omega celoso.

Al alejarse, vio los ojos llenos de desconcierto de los mismos compañeros que le observaron con burla silenciosa. Aunque el tiro le salió un poco por la culata: JiMin se emocionó con su beso y le terminó agarrando el trasero, haciéndolo jadear.

―¡JiMin! ―le siseó.

El alfa se dio cuenta de que estaban con público, y retrocedió.

―Tú me provocaste ―se defendió el alfa, indignado.

JungKook le sacó la lengua, pero le agarró la mano y tiró de él para que fueran a comer.

En sí las cosas estaban bien. A JungKook le gustaba su carrera, se juntaba todavía con sus amigos y su noviazgo con JiMin iba por buen rumbo. Incluso seguía yendo a sus clases de danza y, siguiendo un plan alimenticio con su nutricionista junto con las sesiones con su psicóloga, ya no seguía tan acomplejado con su cuerpo. Había bajado de peso un par de kilos y eso le tenía muy contento en general.

Pero tenía un pequeño problema: sus celos.

Fue un momento de tensión entre ellos. En otoño tuvo su primer celo viviendo con JiMin, y días antes de que lo tuviera, se sentaron a conversarlo.
                               
―Quiero pasarlo contigo ―le había dicho JiMin, serio y decidido.

JungKook también quería pasarlo con él, pero le golpeó el miedo y pánico.

―No ―dijo, y vio la decisión en el rostro de JiMin romperse ante su respuesta―, no estoy listo para eso todavía.

A pesar de estar mejorando su autoestima, de vez en cuando le golpeaban los invasivos pensamientos negativos y ese fue uno de esos momentos. De pronto, se imaginó quedando desnudo con JiMin y que viera su cuerpo y que... y que...

El sólo pensamiento casi lo hizo llorar de la angustia. Una parte suya le gritaba que JiMin jamás le querría con ese cuerpo y que debía buscarse a un omega delgado y perfecto con el que pasar su celo, no con él. Odiaba esa clase de pensamientos, pero no podía evitar que aparecieran en su cabeza.

JiMin aceptó su decisión con claro disgusto, y esos días se fue al departamento de Taehyung y Namjoon.

Fue un celo terrible para JungKook. Su omega se retorcía por JiMin y apenas obtuvo satisfacción alguna. Se la pasó lloriqueando y apenas pegó el ojo, sumado al hecho de esa desesperada necesidad por ser consentido y follado. JungKook lo odió por completo.

Y lo mismo ocurrió con el celo de JiMin.

―¿Puedes pasarlo conmigo? ―preguntó JiMin unos días atrás.

JungKook también se negó. Se fue al departamento de HoSeok, YoonGi y Jin, y pudo sentir los tirones de necesidad por parte del alfa a través de su lazo. Estuvo decenas de veces a punto de ir hacia su hogar, pero al final, se contenía por los mismos pensamientos grotescos que le invadían.

Ahora venía ese mismo problema: el invierno acabó y su celo ocurriría dentro de unos días. JungKook creía que le llegaría la siguiente semana, pero no fue así, y lo descubrió cuando el jueves por la tarde-noche sintió la primera ola de calor. Jadeó y se apresuró en ir al baño para buscar un supresor de híbridos pequeños.

Los supresores no inhibían el celo, pero evitaban que se transformaran en sus formas animales y todo fuera un descontrol. JungKook imaginaba que para ellos, los animales pequeños, no era tanto un problema, pero sí debía serlo para los animales grandes como JiMin. Es decir, no debía ser agradable que una pantera se te frotara y quisiera follarte.

Luego se arrastró hacia el sofá y buscó el número de JiMin para llamarle, pero en ese momento, la puerta se abrió y se encontró con la sorprendida mirada del alfa.
       
   

💌🐿️💌
 

JiMin acababa de terminar con sus clases cuando sintió un tirón de su lazo. Frunció el ceño, extrañado, y pensó que JungKook debía estar viendo alguna novela tonta que le estaba haciendo llorar. De cualquier forma, decidió irse rápido por cualquier cosa, y aprovechar el resto de la noche con su novio. Podían acurrucarse y hacerse mimitos mientras veían una película.

Sin embargo, se encontró con una sorpresita cuando abrió la puerta del departamento y lo primero que lo golpeó fue el olor intenso a vainilla que reinaba en el aire. Y fue peor cuando se dio cuenta de que JungKook estaba recostado en el sillón.
                                
El aroma lo aturdió unos segundos y su alfa gritó de emoción al darse cuenta de lo que ocurría: era el celo del omega. Sin perder el tiempo, cerró la puerta y vio el estremecimiento de JungKook, que cerró sus ojos, con su boca haciendo un pequeño mohín de disgusto. Se apresuró en ir hacia él, soltando feromonas alfas de tranquilidad y cariño.

―¿Bebé? ―susurró JiMin, inclinándose ligeramente.

JungKook abrió sus ojos un poco, soltando un quejido.

―Entraré en celo ―le dijo, su voz lastimosa―. ¿Qué...? De-deberías ir a sacar tus cosas, Minnie...

JiMin pasó su mano por el cabello rizado de JungKook, que días atrás quiso hacerse una permanente para, según él, lucir más bonito. El alfa pensaba que lucía bonito como fuera.

Su primer impulso fue obedecer, ya que a pesar de que ellos llevaban saliendo más de un año, JungKook decía no estar listo todavía para lo que era la intimidad, así que prefería pasar el celo sin JiMin. Por eso mismo, su novio no tenía ninguna marca de pareja en su cuello, sólo las que le hacía el más bajo cuando se besaban.

Le entristecía un poco eso, ya que JiMin sabía que la negativa de JungKook al sexo se debía mucho a su cuerpo. Él creía que con el pasar de los meses el omega se daría cuenta de que a él no le importaba la forma de su cuerpo, pero no era así, y no sabía cómo hacérselo saber.

Por eso, a pesar de las palabras que le dijo y al ver a su chico tan necesitado, pensó que ya no quería irse. Sobre todo, pensó que no quería dejarlo solo, en el celo, y que ellos no tuvieran nunca su primera vez por el temor de JungKook.

JiMin le amaba como fuera.

―Déjame pasar el celo contigo ―pidió.

JungKook lo observó de golpe, sorprendido por la petición, para luego sacudir la cabeza ferozmente. Sus piernas estaban cruzadas, el enorme suéter que llevaba cubriendo los pantalones cortos que traía encima. Para JiMin, se veía muy seductor.

Pero JungKook estaba con la cabeza un poco confundida. Una parte suya gritaba que quería eso, pero otra, esa temerosa, empezó con ese hilo de ideas sobre su cuerpo y que JiMin no le querría. Que si JiMin tenía necesidades, debía conseguirse a otra persona y así evitar que lo hiciera con él.

―No, qué estás diciendo ―tartamudeó JungKook―, de-debes irte y dejarme... dejarme a solas... ―tragó saliva y le hizo caso a sus pensamientos invasivos―. Si quieres puedes... puedes buscar a alguien...

―¿Qué? ―Jimin se inclinó, agarrándolo de ambas mejillas y sus dedos hicieron círculos en sus mofletes―. ¿Qué dices, bebé?

―¡Pu-puedo solo! ―insistió JungKook, sus ojos poniéndose llorosos, y se enderezó―. No quiero que me veas así.

―¿Así cómo?

―¡Desnudo! ―JungKook soltó un par de lágrimas, sorbiendo por su nariz―. Si me... me ves desnudo, te daré asco y... y tú vas a de-dejarme...

―No ―JiMin saltó, dándole un beso corto en sus labios para callarlo, logrando que el pobre omega detuviera su balbuceo―. Nunca. Nunca, tú eres mi bebé, mi lindo bebé. Jamás me darás asco.

JungKook soltó un lloriqueo bajo, tratando de hablar otra vez, pero los labios de JiMin volvieron a callarlo, soltando pequeños jadeos por los repentinos calambres en su estómago gracias al celo.

Quería ir a su cuarto, envolverse en el aroma de su alfa, dejar que lo tomara, que hiciera con él un desastre, pero tenía tanto miedo de ver el desprecio en sus ojos. A pesar del tiempo y en sus peores momentos de debilidad, a veces JungKook tenía el desagradable y loco pensamiento de que JiMin estaba con él por una apuesta, para robarle la virginidad, y una vez lo hiciera, le iba a dejar. A veces, se negaba a tener sexo con él porque ese pensamiento le ganaba.
                                
JungKook se iba a morir si el alfa le decía eso alguna vez.

―Pe-pero estoy gordo ―insistió JungKook poniéndose de pie―, no soy lindo, no...

―No me importa ―aseguró JiMin, besándolo ahora más profundamente―. Para mí, eres el omega más hermoso que la vida pudo darme.

JungKook rompió a llorar sin poder evitarlo gracias a sus palabras, con su omega tan enamorado y confiando plenamente en lo que el alfa le decía. Incluso dejó que JiMin lo empujara a la habitación, percibiendo como su entrada se humedecía ante la perspectiva. Ante el repentino pensamiento de que estaría con un alfa. Su omega se retorció en anticipación, tan feliz y contento, pero la pobre ardilla seguía teniendo sus dudas.

Al entrar, se dio cuenta de que JiMin vería su cuerpo. Y ese pensamiento lo hizo llorar otra vez. Aunque tuvo una idea repentina.

―Oye, bebé, por favor... ―comenzó a pedir JiMin cuando lo sentó frente a él, haciendo un mohín triste por las lágrimas de su chico.

―¿Pu-puedes... cerrar las cortinas? ―pidió JungKook, llamando su atención―. Y... ¡y apagar la luz!

―¿Kook? ―JiMin le acarició la mejilla en un gesto tranquilo.

―Así no me verás ―explicó el omega―, así...

Así sólo me meterás la polla sin ver nada más de mí, como si fuera una puta, pero prefiero ser eso a qué me dejes por mi cuerpo.

JiMin pareció adivinar el hilo de sus pensamientos y vio la ira brillar en sus ojos, pero antes de que la ardillita pudiera entrar en pánico, lo besó de forma brutal, como no le había besado nunca antes. Tan salvaje, tan posesivo, tan exigente, diciéndole tantas cosas en ese inexplicable gesto que algo tembló en su interior.

Al alejarse, un hilo de saliva conectaba sus labios. Esa visión hizo que su entrada se humedeciera más.

―Te haré el amor ―gruñó JiMin, quitándose la playera, y JungKook observó el pecho pálido del mayor―, y será con todas las luces encendidas, JungKook. Voy a besar cada parte de tu hermoso cuerpo.

El omega quiso protestar, pero sólo terminó gimoteando por el nuevo beso que recibió, temblando de forma incontrolable, y antes de poder negarse, antes de poder decir algo, sintió las manos de JiMin colándose bajo el suéter, tocando... tocando...

El alfa le agarró el suéter y se lo quitó con rapidez. JungKook se encogió al ver la feroz mirada de JiMin en su cuerpo, en... en...

―¡A-apaga la luz! ―chilló el omega―. ¡No... no me veas!

―Eres tan caliente ―soltó JiMin, comenzando a quitarse los pantalones―, mira cómo me tienes, hermoso...

JungKook no pudo evitarlo, y con las mejillas coloradas lo observó, viendo a JiMin sacarse su polla, dura y rezumando presemen. Esa vista lo hizo enrojecer, pero no podía desviar sus ojos del miembro de su novio, tan gordo y grande, endurecida por él. Por su cuerpo.

A pesar de haberlo visto antes, incluso de que lo chupó un par de ocasiones, ahora la visión se le hizo completamente distinta. Se veía más... más jugosa y apetecible, tan enorme y dura.

Lamió sus labios en un gesto descontrolado.

―Oh, ¿la quieres chupar, bebé? ―gruñó JiMin, masturbándose―. Después. Después lo puedes hacer. Ahora quiero tanto follarte, cosita sucia...

El apodo envió una ola de excitación por JungKook, que nunca experimentó algo así en sus celos. Ahora estaba lleno del aroma de JiMin, de sus feromonas y gruñidos doblegándolo con facilidad. Sólo podía oler y ver a JiMin, por lo que su mente estaba inundada en él. De pronto, en su cabeza ya no había espacio para ningún pensamiento tóxico e invasivo, y sólo podía pensar en que quería al alfa encima de él, dentro de él, haciéndole llegar al cielo.                 

Sus manos lucharon por quedarse en la cintura de JiMin para no verse a su cuerpo y cubrir esas partes donde se formaban rollitos, pero no tuvo qué hacerlo, no cuando el alfa volvió a besarlo, sus manos grandes y fuertes agarrándolo con firmeza de la cadera, sin hacer alguna mueca de asco.

El beso, tan duro y salivoso, provocó que hiciera repentinamente esos ruidos de ardillita que no podía reprimir, sin control alguno. Fue peor al sentir los labios de JiMin bajar ahora hacia su cuello, chupando con fuerza, mordiéndolo, dejando marcas que no iban a desaparecer por días, y luego prosiguió hacia sus pechos, hacia sus pezones, agarrándolos sin piedad, haciéndolo chillar. Literalmente. JungKook chilló como una ardilla, sintiendo como su ano se contraía, se mojaba más por la situación.

―Me encanta cómo hueles ―gruñó JiMin, soltando su pezón, bajando un poco más, sin dejar de chupar, de besar, de lamer toda su piel. Incluso sus rollitos, agarrándolos, besándolos, dejando marcas pequeñas―, chilla lo que quieras, bebé, oh dios, que caliente eres...

JungKook trataba de resistirse a no gritar, a no soltar esos ruiditos, pero no podía evitarlo, menos cuando las manos de JiMin fueron a sus pantalones cortos, comenzando a quitárselos. Ni siquiera trató de que no lo hiciera, con su colita crispada, sus ojos llorosos y los labios húmedos.

JiMin no se tardó en bajarle los pantalones y la ropa interior, soltando su polla, más pequeña que la de su alfa, pero el más bajo no le tomó importancia. De pronto, con un gruñido que lo estremeció, se inclinó y la agarró entre sus labios, comenzando a chuparla.

El omega ahora estaba gritando, sin dejar de chillar y sollozar. La cabeza de JiMin bajó y subió un par de veces, sin dejar de mamarle la polla, y fue peor cuando los colmillos del alfa lo rozaron. No, mentira: fue peor cuando la lengua del a alfa lo rozaron. No, mentira: fue peor cuando la lengua del alfa lo lamió. JungKook creía que iba a tener un orgasmo en ese preciso momento, y sólo jadeaba y lloriqueaba.

Para su fortuna (o desgracia), JiMin le soltó y dejó de mamarle el pene, pero sólo para abrirle las piernas, llevando su cabeza hacia los muslos de la ardillita, chupándolos, mordiéndolos, marcándolos.

JungKook no podía creer que fuera capaz de soltar esa clase de ruidos, tan excitado y duro como estaba en ese instante, su cola crispada contra él, sus orejitas aplastadas contra su cabeza, en actitud de completa sumisión.

JiMin se enderezó, agarrándolo por debajo de los muslos, sonriendo al deslizar sus dedos por el culo de JungKook, sintiendo el lubricante, y sin esfuerzo alguno, metió dos dedos en su ano, que resbalaron fácilmente hacia su interior.

―Dios, estás tan apretadito ―le gruñó JiMin―, tan apretadito para tu alfa, ¿no es así?

―¡S-sí! ―jadeó JungKook, e incluso abrió más las piernas, estremeciéndose inconscientemente.

JiMin lo preparó unos largos y placenteros minutos más, con JungKook gimoteando y balbuceando palabras inentendibles. El más alto sólo era capaz de mirar hacia JiMin, hacia sus atractivos ojos negros, mordiendo su labio inferior cuando le quitó los dedos del culo y lo vio acomodar su gran polla contra su agujero.

―Alfa... Alfa... ―rogó JungKook, sin saber de dónde sacó esa valentía para llamarlo.

―Sí, bebé, Alfa está para ti ―murmuró JiMin, y eso era todo lo que necesitaba saber JungKook para relajarse y permitir que hiciera lo que quisiera con él.

Sin decir otra palabra, el más bajo empezó a empujar su miembro en la entrada del omega, que le recibió sin problema alguno, soltando un jadeo sonoro por el repentino placer de ser llenado por su alfa. Era más grande que los tres dedos juntos de JiMin, y por lo mismo, el alfa se empujó con lentitud dentro de él. JungKook no podía creerlo, pero se sentía... se sentía demasiado bien.

JiMin lo sostuvo de la cintura, gruñendo y gimiendo por la sensación de calor y éxtasis de estar dentro de su omega, inclinándose cuando terminó de penetrarlo para besarlo otra vez.

JungKook apenas era capaz de seguirle el ritmo al beso, demasiado aturdido por las miles de sensaciones que estaba sintiendo, tartamudeando sollozos bajos al sentir que comenzaba a moverse, haciéndole el amor.

Santo dios, JiMin se lo estaba follando, con su expresión llena de placer, sin mirarle con asco. Y dios, se sentía tan bien, JungKook se sentía tan feliz, cubierto de euforia por la lascivia y el gusto de que alguien lo encontrara bonito. De que su alfa lo tocara de esa manera, le hiciera el amor en su celo y estuviera tan duro por él, por su cuerpo.

―Eres precioso ―alabó el alfa, lamiéndole la mejilla, y JungKook sacó también su lengua cuando la polla de JiMin golpeó contra su próstata―. Oh, qué sexy, bebé... Mierda, tienes un culo tan rico, ¿puedo comerte después? Quiero comértelo, cariño, me aprietas tan bien...

―¡Sí, sí! ―JungKook no podía pensarlo bien, sólo pensaba en lo bien que se sentía, en lo mucho que le gustaba que JiMin le hiciera el amor, se moviera contra él y le enterrara su miembro profundo―. ¡Oh, oh, ah!

―Chilla para mí ―rogó JiMin, volviendo a besarlo, sin dejar de embestirlo, abrazándolo con su cuerpo―, chilla lo mucho que te gusta, bebé...

―¡Mu-mucho! ―concedió JungKook, y se sintió un poco tonto por comportarse así, pero, ¡qué importaba! Se sentía bien, muy bien―. ¡Me... me e-encanta, alfa!

―A mí me encantas tú, cariño ―ronroneó JiMin, sonriendo cuando aceleró sus embestidas y los ojos de JungKook rodaron, sabiendo que estaba cerca del orgasmo―. Te amo, te amo.

―¡Oh, ohhhhh!

El pene de JungKook se sacudió y eyaculó en su vientre, chillando otra vez como una ardillita, y JiMin soltó otro gimoteó porque repentinamente el interior de su novio lo apretó, así que también se corrió, llenando el agujero de JungKook con su esperma.

De forma inmediata, sin pensarlo demasiado, se metió más profundo, con esa parte animal queriendo follar a su omega. JungKook se estremeció y jadeó cuando las púas en la base de JiMin también entraron en él, provocándole un pequeño post-orgasmo. Fue peor cuando la base se hinchó para anudar en él, y JungKook, ido por el orgasmo, echó su cuello hacia atrás.

―Muérdeme... ―barboteó apenas.

No tuvo que volver a pedirlo. JiMin sacó los colmillos, gruñendo e inclinándose contra el cuello expuesto del omega. Le mordió esa zona, donde estaba su glándula principal de feromonas, oyendo el gemido de JungKook, y sólo se enterró más en él cuando la marca en ellos los conectó.

Se quedaron unos segundos en esa posición hasta que JiMin terminó de morderlo. Observó la sangrante herida y lamió su marca, oyendo el sollozo de su novio.

―Estoy aquí ―susurró JiMin, frotando su nariz contra el cuello de JungKook.

―Te amo, te amo... ―murmuró JungKook, buscando la boca del alfa.

JiMin no se lo negó: lo besó ahora suavemente, acariciando sus cabellos desordenados, su rostro colorado, sus ojos un poco lagrimosos gracias al orgasmo que tuvo.

―Eres tan bonito ―alabó, feliz y percibiendo las emociones de su omega a través del enlace.

Esa idea lo hizo más feliz: su omega. Su omega. JungKook ahora sí era su omega. Su lindo y precioso omega.

JungKook parecía querer hacerse bolita, algo abrumado por toda la felicidad que percibía al otro lado del lazo.

―¿Te gustó? ―preguntó, tímidamente.

JiMin volvió a besarlo.

―Me encantó ―admitió―. Todo tú me encantas.

JungKook lo abrazó con fuerza, lloriqueando por la felicidad, y JiMin se prometió que le haría saber siempre a su novio que no importaba si estaba delgado o bonito. Él siempre le querría como fuera.

 

      
     
       
       
A poco no estuvo bonito este capítulo?

A mí sí me hizo chillar tantito por qué comprendo las inseguridades que  tiene Kookie, y que no es fácil superarlas cuando ya has vivido tantas burlas😭

Aunque debo admitir que ame cuando JiMin le dijo cosas bonitas a Kook🥺

Por qué yo no tengo uno así??!!🥲

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