13🐿️
JungKook odiaba las clases de Deportes.
Sudando por todas partes, sintiendo que iba a desmayarse en cualquier momento, JungKook trataba de respirar para no morirse. No en frente de los odiosos de sus compañeros.
―¡Que horrible te ves, tu grasa rebota, Jeon! ―gritó Youngdo, pasando a su lado con sus amigos―. ¡Gordo!
Trató de ignorar los insultos, a pesar de que no era tan sencillo como aparentaba. Sin embargo, JungKook no iba a llorar delante de ellos.
El profesor les gritó que dos vueltas más alrededor de la cancha y daría por terminada la clase. JungKook iba a llorar si eso seguía así, sin entender los motivos de esa tortura física a la que los sometían. Más delante de él, HoSeok iba corriendo-saltando, era un poco gracioso de ver, y mucho más adelante, Taehyung se entusiasmaba corriendo detrás de Xiumin y Moonbyul, los mellizos híbridos de hámsteres que huían de él. Pobrecitos.
Lo peor no era, en realidad, correr a plena luz del sol a las tres de la tarde. Bueno, sí era malo, pero no lo peor para él. Lo peor era que, por el sudor, la camisa de deportes se le pegaba al cuerpo y marcaba más sus rollitos. Sentía demasiada vergüenza de que todos lo vieran así, pero no tenía alguna justificación para faltar, además de que sabía que eso le haría bien. ¡Si quería bajar de peso, no podía rendirse tan rápido! Es sólo que era algo difícil soportar la vergüenza que le invadía.
Ahora chilló cuando Youngdo volvió a alcanzarlo y le pellizcó el costado con fuerza. Se echó hacia atrás, jadeando por el dolor, y el híbrido de hiena lo soltó con un gesto burlón mientras sus amigos estallaban en carcajadas.
―¡Eres tan asqueroso! ―gritó, antes de salir corriendo cuando Taehyung se volteó y corrió hacia Kook, gruñendo.
―¡Son unos idiotas, no les hagas caso! ―habló Tae, agarrándole la mano para acompañarle en la última vuelta.
JungKook le siguió, aunque desanimado por la situación. Taehyung, a pesar del sudor y el cansancio, se veía adorablemente bonito. Más adelante, HoSeok también lucía así. El único que desentonaba en ese grupo era él, y la tristeza aumentó por eso mismo.
Todo empeoró cuando la clase terminó y el profesor los mandó a ducharse. JungKook siempre era de los últimos en meterse, no quería seguir siendo objeto de burla, y HoSeok le acompañó en esos minutos. No ingresaba al camerino sino hasta que todos salían, esperando en el pasillo y sentado en el suelo.
Estaba conversando con HoSeok, que le hablaba sobre salir de camping el fin de semana, cuando del camerino salió Youngdo con su grupo de amigos. JungKook rogó que pasaran de largo, que no lo tomaran en cuenta, pero no fue así.
―¿Por qué no vas a bañarte? ―dijo Youngdo, deteniéndose frente a él―. Tu olor es repulsivo.
―Mi o-olor está bien ―tartamudeó JungKook, retrocediendo. HoSeok parecía tan temeroso como él, pues estaban en presencia de carnívoros, que además eran alfas.
―¿Qué dices? Gordo y con un aroma horrible, ¡en definitiva, ningún alfa querrá tener un omega tan asqueroso! ―habló Sikyung, con gesto de desprecio.
―¡Claro que sí! ―saltó HoSeok―. ¡JiMin está muy interesado en JungKook! ¡Si no se detienen, él se va a enfadar mucho!
―¿JiMin? ―se rió Youngdo―. ¿A qué no sabes? ¡Él sólo está contigo por una apuesta!
―¡Me-mentira! ―chilló JungKook, sintiendo su corazoncito apretándose ante esas palabras.
Se dijo que eso no era cierto, Youngdo debía estar mintiendo. No había forma en que eso fuera verdad, JiMin le demostró un montón de veces que le quería honestamente y no iba a reírse de él.
Sin embargo, eso no quitó que le lastimara, en especial porque había ocasiones en las que sí sentía que JiMin sólo quería burlarse de él. ¿Qué mejor que ilusionarlo y luego romperle el corazón en público?
―¡Es verdad! ―apoyó Yangsuk―. ¿Quién va a querer estar con un gordo como tú?
―E-eso no es así ―tartamudeó el híbrido de ardilla con debilidad.
―Yo lo desafié ―dijo Youngdo, orgulloso―. ¡Le aposté una deliciosa carne de conejo a que no podía enamorarte!
―¡Eres un cretino! ―se enfadó HoSeok.
―¡Nadie va a quererte nunca, por gordo! ―siguió hablando el líder del grupo.
―¡No seas mentiroso! ―gritó JungKook, callándolos. A pesar de que sentía mucho miedo y pena en ese instante, no quería seguir escuchándolos―. ¡JiMin me quiere, yo le gusto! ¡Ji-JiMin es mi alfa y mi novio! ¡Vámonos, Hobi!
Agarró la mano de HoSeok y se giró.
Frente a él, JiMin tenía la boca abierta en sorpresa.
Pudo escuchar a las hienas salir corriendo al darse cuenta también, pero JungKook se quedó congelado en su lugar. La cara de HoSeok era también un poema, sin saber qué decir en ese momento.
―¡Listo, Kook, Hobi, pueden...! Ah ―Taehyung se interrumpió al salir de las duchas, con el cabello mojado―. ¡Hola, JiMin hyung! ¿No está Namjoon también por aquí?
JiMin se recompuso rápidamente, cerrando su boca y parpadeando unos segundos antes de volver a poner la típica expresión neutra que tanto lo caracterizaba.
―No, pero puedes ir a verle, está saliendo de clase de química ―dijo con educación, pero Taehyung se quedó en su lugar―. Eh... chicos, ¿puedo hablar con JungKook?
JungKook sintió el pánico estallando en su interior ante esas palabras. ¿Y ahora qué? JiMin tuvo que haber escuchado todo lo que dijo, por supuesto que sí, con esas orejas de pantera podía escuchar con claridad. Ahora iba a hablar con él, ¿y qué le diría? ¿Qué tal si le daba la razón a Youngdo? ¡¿QUÉ TAL SI DECÍA QUE TODO ERA UNA APUESTA?! JungKook se pondría a llorar de sólo pensarlo.
―Deberíamos ir a bañarnos ―habló HoSeok, pareciendo adivinar su hilo de pensamientos. De seguro su rostro estaba con alguna expresión de terror.
―Los esperaré ―dijo JiMin, calmado.
HoSeok, Taehyung y JungKook entraron al camerino, donde unos chicos ya estaban saliendo. En el lugar sólo quedaban ellos tres.
JungKook, en automático, comenzó a desvestirse para irse a duchar. Entre cuchicheos, HoSeok le contó todo a Taehyung antes de ir también a bañarse.
―¿Y si es cierto? ―susurró JungKook, lo suficientemente fuerte para hacerse oír por el ruido de las duchas encendidas, pero tratando de que fuera bajo también para que JiMin no escuchara nada―. ¿Y si me invitó a salir por alguna apuesta?
―No debes creerles ―dijo Taehyung, razonable y serio―. JiMin no es ningún cretino.
―YoonGi me lo habría dicho ―barboteó HoSeok―. ¡Y si no lo hizo, pues yo no pienso seguir con él!
―¿Estás saliendo con él? ―picó Tae, que ya sabía la verdad, pero gustaba de molestarlo.
HoSeok lo manoteó, haciéndolo reír, y JungKook sonrió con debilidad.
―Pues yo tampoco pienso seguir con Namjoon ―agregó Tae con seguridad―. ¡Si es así, ninguno de esos tres vale la pena, Kookie!
La ardillita asintió, continuando su baño con rapidez. Una parte de él esperaba que JiMin se hubiera aburrido y decidido marcharse, pero cuando los tres salieron, seguía allí. Estaba apoyado en la pared con una expresión un poco distinta a la normal, y eso le provocó más miedo a JungKook.
HoSeok y Taehyung le hicieron un gesto a JungKook, que tragó saliva, y siguieron caminando. De todas formas, no se marcharon muy lejos, por si JungKook necesitaba algo de ayuda desesperada.
JiMin le sonrió con suavidad.
―Oye, Kookie...
―Lo siento ―se apresuró en disculparse JungKook, sus palabras saliendo atropelladas―. Yo no quería... No pensé... ―sintiendo algo apretando su garganta, tuvo que parpadear para alejar las punzantes lágrimas―. No estuvo bien que dijera que eres mi novio, me tomé a-atribuciones que no correspondía, no volverá a... a ocurrir...
―JungKook, oye, tranquilo ―dijo JiMin, ahora con clara preocupación―, no me importa que lo hayas dicho.
―E-ellos estaban diciendo cosas muy feas ―sin poder evitarlo, comenzó a llorar―. E-estaban diciendo que... que tú no me querías y que sólo soy una apuesta y que jamás estarías conmigo, no sabía... Yo sólo quería que se callaran, porque... ―lloró con más fuerza ahora―. Porque te quiero mucho, JiMin.
―Oh, bebé ―JiMin se movió y le dio un abrazo con fuerza―. Jamás creas eso, ¿vale, hermoso? Jamás creas que estoy jugando contigo. Eres mi pequeño y lindo omega bebé, y también te quiero mucho, te quiero demasiado.
―¿De... de ve-verdad?
―Claro que sí ―JiMin comenzó a liberar feromonas para calmarlo―. Eres mi omega. Mío, de nadie más ―JungKook se rió entre llantos al recibir un pequeño beso en la mejilla―. Y también mi novio, ¿vale? Quería proponértelo hace mucho, pero parece que te me adelantaste...
Ahora el chico se rió con más fuerza, abrazando también a JiMin con mucha fuerza y sintiendo su corazón más calmadito por estar con él. Su omega estaba muy a gusto con el alfa, y eso era lo importante, nada más. A pesar de que su instinto seguía algo miedoso, JungKook lo aplacaría, porque realmente quería estar con él.
―¿Puedes besarme? ―preguntó JungKook, tímido y cohibido.
JiMin soltó unas pequeñas risas, agarrando a JungKook de sus mofletes y limpiándolos del rastro de lágrimas.
―Eres el omega más hermoso y perfecto para mí ―le prometió, poniéndose de puntitas para darle un beso en la boca.
Al inicio, ambos se quedaron quietos, sus labios presionándose uno contra el otro. JungKook no sabía cómo besar, pero JiMin no parecía especialmente acomplejado por eso, y comenzó a moverlos con lentitud. El híbrido de ardilla trató de imitarlo, sintiendo un montón de fuegos artificiales y mariposas en su estómago, muy emocionado por eso. Era su primer beso.
JiMin se alejó con una sonrisa enorme en la cara.
―¿Quieres otro?
―Por favor.
JiMin volvió a darle un beso suave y dulce.
Escondidos detrás de la pared, HoSeok asomó su cabeza.
―Puaj, se están besando ―le susurró a Taehyung.
Taehyung frunció el ceño levemente.
―No lo puedo creer ―contestó en un susurro indignado―. YoonGi te folla a ti y JiMin está de novio con Hoseok, ¿para cuándo Namjoon me propondrá algo así a mí?
HoSeok enrojeció y le dio un zape en la cabeza. Taehyung lloró.
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