Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

༺ Capítulo XCII ༻

Leer cap anterior...

 2/2

Cerrando sus ojos con anticipación, Jimin se preparó mentalmente para su caída. Cuando no sucedió nada, levantó uno de sus párpados y contempló el suelo frente a él. Prestando un poco más de atención, el doncel se percató del brazo de su tonto guerrero rodeando cuidadosamente su cuerpo, impidiendo su horrible caída.

—¿Siempre detienes a todos tus guerreros antes de que caigan al suelo? —preguntó.

—No, pero eres tú, eres diferente, no quiero que salgas lastimado —contestó Yoongi, enderezándolo lentamente—. Y te lo dije antes, tienes que mantener los ojos siempre abiertos, no sabes cuando podrías tener una oportunidad de contraatacar —indicó.

—Lo sé, pero es algo difícil —refunfuñó Jimin.

Cuando el mundo bajo sus pies se agitó, las manos del pelinegro doncel instintivamente fueron hacia el pecho de Yoongi y se aferraron a su ropa. Cerrando con fuerza sus ojos, inmediatamente trabajó en sus respiraciones, tomando profundas inhalaciones para luego botar por la boca, luchando contra el mareo.

—¿Qué sucede? —preguntó el guerrero, observándole con preocupación—. ¿Te lastimé?

—N-no es nada, estoy bien, solo dame un segundo —pidió concentrado.

Repitiendo el proceso, una vez se sintió mejor, lentamente sus manos dejaron de aferrarse al pecho del guerrero y solo quedaron apoyadas sobre este. Últimamente, los mareos que le estaban atacando se habían vuelto más repetitivos, y eso no era muy agradable.

—Bien... Creo que ya estoy mejor —dijo en una lenta exhalación.

Con preocupación, Yoongi observó a su doncel no muy convencido.

—Creo que lo mejor es detenemos por ahora.

Enderezándose rápidamente, aquellos plateados ojos observaron hacia el guerrero con sus cejas profundamente fruncidas.

—Te dije que estoy bien, eso no fue nada. Quiero seguir entrenando, apenas comenzamos con las peleas de cuerpo a cuerpo y no he aprendido nada de eso —se quejó.

—No vas a aprender todo en un solo día, cariño. Además, antes estuviste practicando con la espada y lanzando dagas, creo que es suficiente por hoy.

—Puedo seguir, solo necesito unos minutos para recuperarme —insistió Jimin.

En silencio, el guerrero negó.

—Creo que ya hemos pasado el mucho tiempo afuera. El frío está aumentando, tu rostro se volvió pálido y tus movimientos son más lentos y vacilantes —observó Yoongi con preocupación—. Es suficiente.

—Quiero seguir aprendiendo.

—Y lo harás, esta no será nuestra última clase. Me aseguraré de hacerte un tiempo en mi día para que puedas practicar —prometió—. Terminar por hoy no significa que no te volveré a enseñar mañana.

—¿Seguro? ¿No me mientes?

Sonriente ante lo tierno que se veía su esposo, Yoongi asintió firme.

—Lo prometo, arreglaré todo. Así que, terminemos por hoy, ¿bien?

—De acuerdo, bien, pero... Quiero practicar un poco más con la espada antes de volver —pidió—. No quiero aprender nuevos movimientos, solo los que ya me enseñaste.

Ante la insistencia de su doncel y esos hermosos ojos plateados, Yoongi suspiro, rindiéndose ante ellos.

—¿Qué tal si primero nos sentamos por un momento? Si te sientes mejor luego de ello, puedes repasar lo que aprendiste hoy antes de irnos —accedió finalmente y otra sonrisa creció en su doncel—. Ven, vamos por aquí.

Siguiendo al preocupado guerrero, Jimin no dijo nada de esa mano que se posó en su espalda baja y permitió que Yoongi lo guiara a un extremo del campo, donde estaba todo el equipo para entrenar bajo techo y unas bancas de madera simple que habían visto mejores momentos.

—¿Quieres algo de agua? —ofreció Yoongi, manteniéndose en pie frente a él.

—No gracias —respondió y observó la mesa a su lado donde descansaban sus armas—. ¿Dónde están todos? Pensé que habría más personas además de nosotros.

—Al llegar les pedí que salieran porque sabía que no te ibas a sentir cómodo con tantas personas observándote y rodeándote, te necesitaba concentrado si ibas a tener una espada en la mano —explicó.

—Gracias, pero la próxima vez, deja que al menos unos pocos se queden —pidió—. Tengo que volver a acostumbrarme a estar rodeado de personas.

—Todo a su tiempo, no es necesario que te fuerces a ello ahora ya. Suficiente debes de tener conmigo tocándote para poder enseñarte correctamente, además, preferiría que intentes aquello cuando no tengas un arma peligrosa en tu mano —expresó observando todas las armas en la mesa.

Observándolo, Jimin soltó un pequeño suspiro ante la expresión preocupada de su tonto guerrero.

—Eres diferente a los demás, Yoongi, contigo... No se siente tan mal cuando me tocas —reveló.

—Pero no por eso vamos a abusar, no quiero hacer un mal movimiento que termine trayéndote recuerdos desagradables —pronunció con una mueca preocupada.

Agradecido por la preocupación de Yoongi, Jimin bajó la mirada y sonrió levemente.

—Está bien, volvamos a casa. Por hoy es suficiente, y me gustaría pasar a la casa de Jungkook para revisarlo —comentó recuperándose.

—Pasé a verlo más temprano, ya está listo para volver a trabajar.

—Que se sienta bien no significa que ya está listo para volver —indicó el doncel.

Levantándose lentamente, una vez estuvo seguro de que ningún mareo le atacaría, tomó su arco junto a las flechas y dejó que Yoongi le ayudara llevando todo lo demás.

—¿Cuándo volveremos a entrenar? —indagó en lo que salían del centro de entrenamiento.

—Si mañana no te duele el cuerpo, podrías practicar más con las dagas —anunció luego de pensarlo.

Satisfecho con la respuesta, Jimin volvió la mirada hacia el frente y su nariz se arrugó levemente al contemplar en el mar ese conocido barco no lo suficientemente lejos de ellos.

—¿Cuánto tiempo permanecerán las aguas congeladas?

Mirando hacia la misma dirección en que su doncel miraba, la expresión del guerrero se volvió feroz al contemplar ese barco.

—Como no todo el mar se ha congelado, no podrá utilizarlo por mucho tiempo como excusa —aseguró.

—Entonces, querrá volver por Baekhyun y por mí.

—No permitiré que te lleve, ni que se vuelva a acercar a ti.

—La esposa o doncel está obligado a volver a sus tierras si el matrimonio no funcionó —le recordó observando hacia otro lado.

Aunque no estaba arrepentido por lo que había hecho, ya que en ese momento realmente necesitaba hacer aquello, a Jimin no le gustaba para nada que SiWon lo estuviera usando como excusa para llevárselo.

—En realidad, esa decisión recae en el jefe del clan, y ambos sabemos que Namjoon nunca te dejaría ir, mucho menos sabiendo que ese lugar no es seguro para ti —argumentó Yoongi—. Te lo dije, en el instante en que pisaste estas tierras y nos casamos, te volviste un Min. Aun si en este momento no estamos juntos de esa manera.

—¿No estás molesto por eso? —pregunto, observándole con curiosidad.

—Sigo pensando en ti como mi esposo, Jimin, independientemente de como estemos ahora o más adelante, eres y serás mi único doncel —respondió mirándole firme—. Además, prefiero ver esto como otra oportunidad completa.

—¿Oportunidad completa?

—Para hacer bien las cosas entre nosotros. No solo debes tener un cortejo como tal, te mereces también una boda digna de ti, no lo que tuvimos en aquel momento —explicó.

Sintiendo como su corazón se aceleraba en lo que un sentimiento cálido se extendía por todo su pecho, Jimin volvió su plateada mirada hacia el frente.

—No es necesario hacer algo así.

—Lo es, te mereces siempre lo mejor, cariño. En todo momento, en cualquier situación.

Sin ocultar como sus gruesos labios se estiraron en una sonrisa, Jimin mantuvo su mirada alzada. Cuando algunos gritos llenaron el aire, ambos se detuvieron y miraron con confusión a su alrededor.

—¿Qué fue eso? ¿Qué está sucediendo? —preguntó Jimin.

—Todos están corriendo hacia la costa —se percató Yoongi—. Lo mejor será volver y...

—No, yo voy contigo —declaró el doncel.

Observando aquellos ojos plateados, Yoongi asintió y tomó su mano entrelazando sus dedos para asegurarse de no perderlo.

—No sueltes mi mano —anunció el guerrero aferrándose a ella antes de comenzar a correr a un ritmo que el doncel pudiera seguirle.

Observando a otros aldeanos correr en la misma dirección que ellos, Jimin sintió algo de temor recorrer su cuerpo, recordando cierto desagradable momento.

—¿Nos están atacando? —preguntó con un miedo que no pudo ocultar.

—No lo creo —respondió Yoongi—. La seguridad mejoró luego del último ataque. Algo me dice que está relacionado con eso —dijo señalando el cielo, justo en el momento en que una gran figura volaba sobre ellos.

Cuando finalmente llegaron a la costa, ambos se detuvieron y Jimin observó al igual que el resto, como un pequeño barco que se estaba consumiendo en llamas, flotaba lentamente no muy lejos de sus costas.

—¿Enemigo o de nosotros? —pregunto Jimin.

—Si fuera del enemigo habría recibido un aviso de un barco desconocido acercándose —respondió Yoongi observando fijamente hacia el mar—. A esta distancia no puedo reconocer si es de los nuestros, lo mejor es revisarlo y asegurarnos si hay algún sobreviviente.

—No tiene sentido que alguien vaya. Mira el barco, Yoongi, a pesar de que está en llamadas, nadie está gritando ni saltando de este, tampoco se ven personas en el agua intentando nadar a tierra —explicó—. ¿No es eso algo extraño?

—Muy —asintió Yoongi, comprendiendo sus palabras—. Pero de igual forma tenemos que ir a investigar al respecto.

—Señor —exclamaron unos guerreros, acercándose a Yoongi al verlo.

—¿Qué está sucediendo? —cuestionó.

—No estamos seguros —respondió uno.

—¿Le informaron al jefe del clan?

—Se le fue a informar ahora —respondió el otro.

—De acuerdo, preparen dos barcos pequeños y que Jackson los dirija, no creo que haya realmente alguien en ese barco, pero de igual forma debemos de investigar —ordenó—. Que todos mantengan sus posiciones también, no quiero ser tomado por sorpresa en caso de que esto sea una distracción.

Con una respuesta positiva, ambos comenzaron a moverse para seguir la orden de Yoongi.

—Lo mejor será ir a la casa de Namjoon con SeokJin, ese será el lugar más seguro —anunció, observando directamente a su doncel—. No sabemos si realmente no hay peligro y no me arriesgaré a dejarte para averiguarlo, no esta vez —declaró apretando su mano.

Observando a su tonto guerrero, quien en ese momento lo estaba tomando como una prioridad aún en esa situación, Jimin quiso decirle que podía dejarle simplemente en la casa de Namjoon, pero así como las palabras no salieron, su mano se aferró a la de Yoongi.

—Vamos —aceptó.

Mirando por última vez hacia el mar, un estruendoso y fuerte rugido resonó en toda la isla. Confuso, Jimin inmediatamente observó a su izquierda y contempló a un grupo de personas correr en pánico, siendo perseguidos por un gran dragón rojo.

—Esa... Es la dirección en donde está el bosque prohibido —reconoció el doncel.

—Y esos no son nuestra gente —gruñó Yoongi.

Inmediatamente, el guerrero reaccionó posicionándose frente a su esposo para protegerlo.

—No ataquen a los dragones, ellos solo están protegiendo sus tierras —expresó Jimin al ver a unos guerreros correr hacia los dragones.

—¡Todos hacia atrás! ¡Que ninguno toque a los dragones! —ordenó Yoongi, pero ya era tarde.

Al ver que el gran dragón cambiaba de dirección hacia los guerreros, Jimin soltó la mano de Yoongi sin pensarlo y corrió interponiéndose entre el dragón y las personas. Al ver que este abría sus mandíbulas como si fuera a escupir fuego, el doncel extendió sus brazos a cada costado.

—¡No! —gritó, observando fijamente esos ojos dorados.

—¡Jimin! —gritó Yoongi, corriendo hacia él.

Con sorpresa, el doncel observo como su tonto guerrero se interponía entre ellos, abrazándolo y cubriéndolo con su cuerpo para protegerlo del fuego. Cuando nada sucedió, Jimin observó al gran dragón rojo y luego contempló al joven dragón que se escondía entre los pies de este.

—Está bien, Yoongi, no sucedió nada —expresó colocando sus manos en sus costados.

Pasaron algunos segundos antes de que el guerrero se moviera. Extendiendo sus brazos, observó toda la altura de su doncel con preocupación. Con manos temblorosas, atrapó su rostro y apoyó su frente en la contraria, sintiendo alivio al no encontrar ninguna herida.

—Pensé que... —balbuceó bajo, cerrando sus ojos.

—Está bien, el dragón realmente no iba a hacernos daño, solo estaba protegiendo a su cría —explicó en tono bajo.

Enderezándose, el guerrero observó con una expresión severa a su doncel.

—¡Estás loco! ¿Cómo se te ocurre ponerte frente a un dragón que escupe fuego? ¿Quieres morir? —gruñó, con sus manos temblando en su rostro.

—Yo... —parpadeó, contemplando el absoluto horror y preocupación en esos intensos ojos oscuros.

—¿Quieres matarme del miedo? —exclamó, juntando sus frentes nuevamente, sin dejar de observarle.

—Él no me iba a hacer nada —murmuró.

—No sabes eso, Jimin, en realidad no sabemos nada de los dragones, y no porque te llevas bien con ellos significa que-... —sin poder seguir, Yoongi tragó—. Tú...

Ante el tembloroso tono lleno de preocupación sincera en su tonto guerrero, Jimin ni siquiera supo lo que estaba haciendo hasta que sus labios se juntaron con Yoongi, interrumpiendo lo que estaba diciendo. La sorpresa le cubrió tanto como al guerrero, pero en vez de alejarse, el doncel los presionó juntos un breve momento antes de finalmente terminarlo.

—Estoy bien —musito bajo, volviendo a juntar sus frentes—. Intentaré tranquilizar al dragón y su cría, tú cuida que nadie se nos acerque y averigua por qué personas que no conocemos venían del bosque, ¿bien?

—Bien —respondió Yoongi automáticamente, ganándose una bonita sonrisa con ello.

Aun impresionado y completamente atontado por el beso de su doncel, Yoongi le observó alejarse. Lentamente, una sonrisa se estiró en su rostro sin poder evitarlo, alzando una de sus manos para tocar sus labios, aun sintiendo la suavidad de su esposo sobre ellos.

—¿Quién diría que con un beso alguien podría calmar y callar al gran guerrero Min Yoongi? —expresó una voz burlona.

Dándose vuelta, Yoongi observó a su hermano mirarle con una sonrisa burlona, obviamente habiendo presenciado su momento con su doncel.

—No era un simple beso, era de Jimin —anunció.

—Aun así, logró callarte enseguida e incluso te dio órdenes —comentó Namjoon con una gran sonrisa en su rostro que revelaba dos hoyuelos.

—Lo hizo —asintió Yoongi, para nada avergonzado—. Pero tiene razón —anunció y observó el grupo de personas que había salido del bosque, corriendo del gran dragón—. Y me gustaría saber ¿qué hacían en el bosque prohibido? ¿Cómo entraron? Y si son los dueños del barco en llamas —expresó cambiando su expresión.

—Hay algo que no me gusta, incluso menos de todo esto —expresó Namjoon y señaló con su cabeza hacia el mar—. Es demasiada coincidencia que sucediera con SiWon aún cerca.

—Tienes razón, demasiada coincidencia para serlo —gruñó Yoongi—. ¿Dónde están aquellos que los estarían vigilando?

—Ellos han hecho bien su trabajo, constantemente me han ido a dar un reporte cada vez que cambian de turno —informó su hermano—. Y eso no me gusta, tendremos que hablar al respecto.

Dejando atrás la diversión, Namjoon se alejó dirigiéndose hacia el grupo de extraños que estaban siendo rodeados por sus guerreros. Observando a su hermano tratar con ellos, Yoongi mantuvo su atención en su amado doncel, alejando a aquellos curiosos que merodeaban cerca o de los guerreros que se mantenían atentos a la situación. Una vez Jimin le observó y le hizo una seña con la cabeza para que se acercara, que realmente lo hizo.

—Solo estaba defendiendo a su hijo —excusó Jimin, acariciando al gran dragón—. ¿No se suponía que había hombres cuidando del bosque prohibido? —preguntó con el ceño fruncido.

—Tuvimos que alejarnos cuando los dragones se comenzaron a mostrar y expresaron su clara molestia ante nuestra presencia, y como mostraron que eran capaces de defenderse a sí mismos, los dejamos —respondió y observó el cielo cuando unos pocos copos de nieve cayeron—. Volvamos a casa, seguramente Namjoon irá también para hablar al respecto —expresó pidiendo su mano.

—Está bien, pero acompañemos a estos dos dragones otra vez a su territorio —pidió Jimin, tomando su mano sin dudarlo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro