La palabra furioso quedaba corto para cómo se sentía Jimin. Estaba enojado, cabreado, irritado, molesto y todas las palabras que pudieran existir para describir como se sentía en ese instante.
Siempre supo que Park SiWon era una basura egoísta y arrogante, pero nunca imaginó que también fuera un hombre tan mentiroso, y con dos caras.
No podía creer que el muy imbécil realmente se hubiera presentado ante él, fingiendo ser el padre del siglo y convenciendo a su hermano menor sobre la horrible vida que estaba teniendo en el clan Min luego de todo el esfuerzo que le había costado convencer a Baekhyun de que SiWon planeaba algo.
Ahora entendía por qué el imbécil no se había aparecido hasta ese momento, a su forma, el idiota estuvo investigando y alimentándose de todos los rumores maliciosos que podría conseguir para luego lanzárselos a la cara y lavarle nuevamente el cerebro a su tonto hermanito.
Ni siquiera entendía por qué deseaba llevárselo devuelta a su clan cuando fue quien más feliz estuvo de enviarlo con los Min aún si eso significaba su muerte. Él no le interesaba para nada a Park SiWon y este se lo demostró innumerables veces de diferentes formas.
Así que no lograba comprender por qué querría llevárselo.
Lo peor de todo, es que podía hacerlo si no estaba casado con Yoongi, y como este se había enterado, era obvio que la voz al respecto ya había corrido por todo el pueblo... O alguien que seguía infeliz de su relación con Yoongi había abierto su boca en despecho ante su rechazo.
Inmediatamente, SeHun saltó a su mente, ya que era el único que parecía realmente molesto porque seguía manteniendo a Yoongi cerca, descartando y rechazando su interés.
Chasqueando su lengua, el pelinegro doncel siguió caminando con molestia. En ese momento no importaba quien hubiese abierto su bocota, él no estaba dispuesto a volver a ese infierno de vida que le tocó soportar antes de viajar al clan Min. Aunque no había sido su intención revelar todas esas cosas, ninguna de ellas fue una mentira.
Siendo apartado con su madre en aquella caballa abandonada en las profundidades del bosque, cerca del límite de su terreno, fue bastante claro para todos que ellos no eran de gran importancia. Había estado bien si solo los hubieran ignorado con ello, pero cada vez que su madre o él aparecieron en el pueblo, fueron tratados duramente como si hubieran cometido un gran pecado simplemente por pisar sus tierras.
Fue tan duro e injusto el trato, que su madre simplemente dejó de presentarse en el pueblo y le enseñó todo lo que pudo para sobrevivir por su cuenta en el bosque. Pero dejándole tan joven, por supuesto que Jimin había tenido que salir a buscar ayuda para seguir sobreviviendo. Solo que, al lugar donde fuera, era molestado, golpeado y tratado como un molesto bicho.
Y luego, cuando creció y su cuerpo se desarrolló demostrando que se estaba transformando en un doncel, la atención que comenzó a recibir no había sido precisamente una que deseaba. Fue por ello, que a pesar de que sabía quién era su padre, y que probablemente no iba a recibir ayuda de este, que decidió ir de todas formas cuando una noche casi lograron entrar en su cabaña.
Deteniéndose, Jimin tomó una profunda respiración e intentó ignorar aquellos burlescos ojos fríos que le habían dicho tales palabras. Había sido luego de ello que su hermano mayor, Taeyang, se acercó sin que su padre lo supiera y le ayudó entregándole el arco y una daga, para que tuviera con que defenderse.
Su vida nunca había sido fácil, y el doncel dudaba que alguna vez realmente lo fuera, pero aun así, se negaba rotundamente a seguir a ese idiota al lugar de sus verdaderas pesadillas.
Retomando su caminata ansiosa por la habitación, Jimin maldijo cuando un mareo lo atacó, haciéndole tropezar con sus propios pies. Estirando sus manos para aligerar un poco su caída, el doncel no sintió mucha sorpresa cuando unos brazos le rodearon y le sostuvieron, impidiendo que cayera. No sabía en qué momento Yoongi entró, pero como el guerrero rara vez se mantuvo alejado de él un momento desde que volvió al pueblo, no le sorprendía mucho que estuviera ahí con él en ese instante.
—¿Estás bien? —preguntó Yoongi, observándole con preocupación.
Sintiendo como sus ojos ardían producto de lágrimas contenidas que provocó dicha pregunta, Jimin volteó su rostro, sin verlo.
—Odio esto. Lo detesto, no puedo creer que se haya presentado frente a mí y fingiera preocupación diciendo todas esas estupideces —exclamo entre dientes—. No me ayudó antes cuando más lo necesitaba, ¿cómo puede tener tal descaro para aparecer ahora diciendo que estaba preocupado y ofreciendo su falsa ayuda?
Sintiendo un molesto nudo apretado en su garganta, el doncel tomó una profunda respiración para calmar sus emociones, pero ni siquiera eso parecía servir en ese momento. La presencia de Park SiWon lo había estabilizado y odiaba eso.
—¿Sigue ahí? —preguntó, cerrando sus manos en los brazos que lo rodeaban.
—No, saque a esa basura de aquí a golpes—contestó Yoongi con un gruñido.
—¿Golpes? —parpadeó.
—No esperabas que realmente lo echara de aquí sin unos golpes en esa molesta expresión arrogante suya —negó Yoongi—. Sé que se merecía incluso más golpes, y se los habría dado, pero en este momento me importas más tu que golpear a una basura.
—Bien, eso es bueno —dijo, sintiéndose un poquito mejor—. Si todavía estuviera por aquí, yo...
Sin poder continuar, Jimin negó y pasó una mano por su rostro.
—Es que simplemente no lo entiendo, ¿por qué tenía que aparecer justo ahora? ¿Cómo puede decir tales mentiras con tanta facilidad? —expresó frustrado—. ¿Preocupado? ¿Su familia? ¿Lo mejor para mí? Nunca le importé ni una mierda, ni en mis mejores o peores momentos.
—Es un hombre malvado y egoísta, no hay más sentimientos en aquellas personas.
Ante el suave tono del guerrero, Jimin se estremeció y se apartó Yoongi. Observándole, alzó su mano y le apuntó con su dado.
—No, no me mires así. No te atrevas a hacerlo —ordenó—. No importa todo lo que escuchaste hace unos momentos, yo sobreviví, salí adelante sin la ayuda de nadie y me defendí de todos esos idiotas que me molestaron, por lo que tienes prohibido mirarme con compasión —exclamó.
—Nunca te miraría así, Jimin —negó Yoongi.
—¡Si lo haces! Y lo harás aún más si te digo...
Presionando sus labios con fuerza, el doncel se calló a sí mismo. Molesto consigo mismo por lo emocional que estaba actuando, mordió du labio inferior y alzó sus brazos para rodear su cuerpo. Girando su rostro, observó hacia otro lado, sin poder sostener la mirada de Yoongi, no después de lo que había estado a punto de revelar.
Al contemplar la expresión llena de dolor y angustia en el rostro de su doncel, Yoongi sintió desesperación por querer calmarle, y poco a poco se acercó.
—Cariño, mírame a los ojos.
—No.
Alzando una mano, Yoongi tomó suavemente del mentón a su esposo y lentamente, sin obligarle, le giró para encontrarse con esos hermosos ojos tan plateados y brillantes como la luna.
—Nunca en la vida, podría mirarte con pena y compasión. Cada vez que coloco mis ojos en ti, solo te miro con admiración, mi hermoso doncel. Te admiro por lo fuerte y valiente que has sido todo este tiempo, desde mucho antes de conocernos —anunció observándole fijamente.
—N-no digas eso... —se quejó Jimin, con su labio inferior tembloroso.
—Pero es así —afirmó—. Admiro tu belleza tanto interior como exterior. Tu valentía para seguir adelante, tu fuerza para enfrentar tus problemas, tu bondad por seguir ayudando —expresó—. Odio saber por todo lo que has tenido que pasar para llegar hasta aquí, para ser el hombre que eres hoy en día, pero te amo exactamente por quién eres en este momento gracias a todo lo que has vivido. Eres un hermoso doncel fuerte, Jimin, como una brisa salvaje, un guerrero de corazón.
El corazón del doncel bombeó fuertemente ante esas dulces palabras, y por más que eran una caricia para su alma, a su vez, Jimin las sentía como un puñal por el pequeño temor que seguía guardando.
—N-no digas esas cosas —ordenó, presionando sus labios con fuerza al sentir como el inferior temblaba.
—Solo te estoy diciendo la verdad. Cada vez que te miro, solo veo a un brillante doncel dulce con un ardiente corazón de guerrero —aseguró con esos intensos ojos oscuros observándole fijamente.
Cerrando sus ojos con fuerza, Jimin tomó una profunda inhalación inestable y luego la exhaló por su boca. Alzando una mano tontamente temblorosa, la dejó sobre la de Yoongi, sabiendo que era el momento de decirlo.
No quería, ni podía seguir escuchando tales cosas dulces cuando Yoongi podría estar diciendo todo lo contrario después. No podría soportarlo.
—No vas a decir lo mismo cuando te diga sobre esa noche... —pronunció con tono bajo.
Al contemplar esos ojos plateados, Yoongi se encontró con tal tristeza profunda en ellos, que simplemente no pudo resistirse. Acortando la distancia entre ellos, le rodeó con sus brazos en un cálido abrazo. Y Jimin en vez de apartarle, solo se quedó ahí, quieto, a pesar de que internamente deseaba moverse y abrazarle con fuerza, en lo que se refugiaba en su agradable y protector calor.
Pero como no estaba dispuesto a intentarlo, para luego ser fríamente apartado al contarle todo, es que se mantuvo quieto, con su mirada firme frente a él, sin mirar a Yoongi.
—Nada de lo que me digas o escuche me hará cambiar de parecer.
—No lo entiendes, esa noche... Min-Hyuk... Él en sucio mi cuerpo —reveló, con un tono mucho más tembloroso de lo que había esperado—. Él no sólo me golpeó, Yoongi, él me violó. Y cada noche que voy a la cama y cierro mis ojos, lo veo encima de mí, lo escucho burlándose de mí, siento su asquerosa lujuria recorriendo mi cuerpo y lo siento... Empujar dentro de mí.
Torciendo sus labios, Jimin tomó una profunda respiración y luchó contra las náuseas y desagrado que le producía dicho recuerdo.
—Y-yo me siento asqueroso cada vez que me despierto. El agua helada es la única manera en que siento que me quito esa suciedad dentro de mí y yo... —con su voz quebrándose al final, Jimin mordió su labio interior y luchó por esas silenciosas lágrimas que escaparon deslizándose por sus mejillas.
Sintiendo como Yoongi se movía, dejando de abrazarle, el pelinegro doncel cerró sus ojos sin poder soportar encontrarse con su mirada, temiendo que hubiese cambiado. Pero el guerrero en vez de dejarle, tomó su rostro entre sus manos con cuidado.
—No estás sucio, cariño. Nunca en la vida pienses en algo así, tú fuiste dañado profundamente —aclaró.
Aún con sus ojos cerrados, Jimin negó.
—Eras el único hombre que había entrado en mi cuerpo, Yoongi —dijo con un nudo en su garganta—. Estoy sucio, me siento de esa forma cada maldito día.
Observando con dolor a su doncel llorar en silencio, Yoongi se acercó y recargó sus frentes juntas.
—Para mí nunca vas a estar sucio, mi dulce doncel, sigues siendo tan hermoso como la primera vez que te vi y tan puro como la primera noche en que nos unimos —reveló.
—N-no...
—Sí. —pronunció, firme—. Sin importar lo que ocurrió o no esa noche, para mí no has perdido tu pureza, y te lo recordaré cada maldito día de ser necesario. Me bañaré contigo en esas aguas heladas y cuidaré de tu cuerpo hasta que también lo creas —expresó—. Vigilaré tus sueños e iré por ti para vencer a tus monstruos cada vez que lo necesites, así que no debes de temer, mi hermoso doncel, porque nunca más estarás solo, nunca te dejaré.
Aspirando profundamente, Jimin abrió sus ojos lentamente, esperando ver el desagrado siendo reflejados en esos oscuros ojos a pesar de sus palabras. Pero, cuando se encontró con ellos, se sorprendió al contemplar la sinceridad siendo reflejadas a través de esas lágrimas.
—¿Por qué lloras? —murmuró.
—Porque no fui lo suficientemente rápido aquella noche para llegar hasta ti e impedirte tal sufrimiento —reveló—. Te he fallado como esposo, destruí la confianza que tenías en mí al permitir que sufrieras tal horror, y eso es algo que nunca me perdonaré a mí mismo.
En silencio, Jimin agitó suavemente su cabeza de forma negativa.
—Vi las pruebas en tu cuerpo de tus esfuerzos por buscarme —le recordó.
—Pero no te encontré, y ambos sufrimos por ello —expresó con tristeza—. Es por eso que entiendo si no quieres darme una oportunidad alguna vez...
—No se trata de eso —se quejó Jimin, y sus manos finalmente se movieron aferrándose a la cintura del contrario—. Todo este espacio que me has dado, todos tus cuidados y tu atención, me han ayudado más de lo que tú crees —reveló cerrando sus ojos—. Pero... Lo que me hizo Min-Hyuk me dejó marcado, Yoongi, y n-no sé si alguna vez pueda dejarte tener mi cuerpo —dijo con temor.
Con su corazón bombeando con la suficiente fuerza como para sentirlo en sus oídos, Yoongi se movió con lentitud para darle la oportunidad a su doncel de apartarse y besó una lágrima. Cuando Jimin no se apartó, se tomó su tiempo para besar cada una de ellas, retirándolas de ese hermoso rostro.
—Estás permitiendo que te toque, cariño —murmuró arrastrando sus labios a su frente—. No importa lo que digas, sé que no permitirás que esa basura te gane. Tengo confianza en que podrás superar esto, ¿y sabes por qué? Debido a que esa es la clase de persona que eres, de quien me enamoré, y esperaré todo el tiempo que necesites hasta que te sientas seguro otra vez —expresó.
Aspirando por su boca, Jimin cerró sus ojos y sus dedos se cerraron en la ropa de Yoongi.
—¿Y si te aburres de esperarme? —preguntó bajo.
—Nunca podría aburrirme a tu lado, eres como una brisa salvaje que mantiene mi corazón palpitante, mi cuerpo solo reacciona ante ti, no hay nadie más en este mundo ante mis ojos que no seas tú, Jimin —prometió—. Puedo esperarte una eternidad y más si es lo que necesitas, haré todo lo que tú quieras, mientras pueda permanecer a tu lado.
Admirándolo, Jimin no pudo contemplar nada más que una aplastante sinceridad en aquellos oscuros ojos que, de cierta forma, calmaron esa pequeña inseguridad que había estado perturbando su interior. Dejando escapar un suave suspiro, el doncel movió su cabeza para ocultarla en el cuello de su tonto guerrero y alzó sus brazos para rodearle con fuerza.
Cuando ningún malestar abordó su cuerpo, Jimin presionó sus labios y se permitió disfrutar de aquella seguridad que le brindaba Yoongi con su tacto y presencia.
—Quiero darte esa oportunidad, Yoongi. Pero tendrás que ser muy paciente conmigo —pidió—. Habrá momentos en que querré alejarte, no me dejes hacerlo.
—No importa lo que digas, nunca te dejaré—juró Yoongi, sosteniéndole con fuerza—. Gracias.
Permitiendo que sus labios se estiraran en una sonrisa, Jimin se dejó llevar por esa pequeña chispa de esperanza en su interior y decidió confiar en ella. Disfrutando de su largo abrazo, el pelinegro doncel se estremeció suavemente al escuchar a Baekhyun maldecir a su padre, recordándole dicho problema.
—¿Qué sucede? ¿Tienes frío? —preguntó Yoongi.
Aquellos oscuros ojos inmediatamente se fijaron en la chimenea apagada, y rápidamente busco con la mirada algo para abrigar a su doncel.
—No es eso, pensé que habías dicho que los echaste —pronunció abrazándole con más fuerza.
—Eche a tu padre, pero ese tonto doncel parecía demasiado perdido para echarlo con él. Si quieres, puedo hacerlo ahora —aseguró.
Y a pesar de sus palabras, Yoongi no hizo ningún intento por alejarse o apartarlo, lo cual estaba perfectamente bien para Jimin, quien deseaba seguir disfrutando de su abrazo.
—Está bien, por lo que grita, parece que su burbuja explotó —expresó y se quedó un momento en silencio—. ¿Qué vamos a hacer con SiWon? —pregunto finalmente.
Y ante la mención de dicho nombre, los labios de ambos se curvaron en una mueca.
—Se irá —sentenció Yoongi.
—No puedes hacer eso.
—Lo haré. —declaró con firmeza, logrando que Jimin saliera de su escondite para observarle con aquellos brillosos ojos plateados.
—¿Cómo? Por lo que escuché, algunas partes del mar están congeladas, aunque quisiéramos no hay forma de sacarlos de aquí.
—Debió de haber pensado en ello antes de aparecer sin invitación —espetó.
—Él no se irá así como así, está buscando algo y no se irá sin ello. Solo que no entiendo por qué quiere obligarme a ir con él —expresó—. Nunca me prestó atención ni me quiso, ¿por qué quiere llevarme? ¿Para seguir molestándome?
—No te irás. No permitiré que esa basura te aleje.
—Pero pueden llevarme si no estoy casado contigo —le recordó.
—Cuando te casaste conmigo, automáticamente pasaste a ser un Min. Puede que tu ya no me veas como tu marido, pero yo lo sigo haciendo y nada ni nadie te quitara esa posición hasta que yo decida lo contrario —declaró—. Y me importa una mierda lo que crea tu padre, ya no eres parte de su clan, ni estamos en sus terrenos como para que venga a hacer demandas. Si hay alguien se irá, será solamente él.
—¿Qué sucederá con la supuesta alianza?
—Nada de eso importa, si ha venido aquí creyendo que podrá hacer lo que quiera contigo y que nosotros, que yo, se lo permitiré, entonces está muy equivocado —expresó molesto.
Sintiendo confort en la seguridad del guerrero, Jimin lentamente sintió como todo su malestar se iba calmando mientras seguía entre los brazos de Yoongi. Sintiéndose... Protegido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro